Por Joaquín Hernández
Después de varias semanas de ambiente bélico fronterizo, tensiones diplomáticas y de grandes expectativas en las “medidas cautelares” solicitadas por el gobierno de Costa Rica, finalmente la Corte Internacional de Justicia (CIJ), con sede en La Haya, Holanda, dictó un fallo salomónico que agradó por igual a los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica.
Como en una escena surrealista, tanto Daniel Ortega como Laura Chinchilla, reclamaron para si la primera victoria de este juicio internacional. De manera sorprendente, el discurso nacionalista reaccionario de ambos gobiernos parece haberse diluido. Las reacciones que ha provocado el fallo de la CIJ demuestran que el conflicto por el rio San Juan siempre ha sido artificial, una invención de dos burguesías que compiten por la explotación de sus recursos naturales, olvidándose de los pobres que viven en ambas márgenes del rio.
El discurso mesurado de Ortega
En cadena nacional de televisión, el pasado 8 de Marzo, el presidente Daniel Ortega expresó en pocas palabras su regocijo: “Nosotros estamos satisfechos con esta sentencia y la acatamos (…) El fallo de la Corte ayuda a todos porque nos dice que hay que seguir el camino del diálogo, de la negociación y esperar que el juez se pronuncie sobre el fondo del tema (…) La Corte a lo que ha llamado es a la calma (…) Es sabio el razonamiento de la Corte (…) Lo ideal sería que Costa Rica y Nicaragua de forma bilateral nos pongamos de acuerdo” (www.elpueblopresidente.com)
El discurso prudente de Ortega obedeció a un frio cálculo político: no quiso mofarse de su adversario, o herir la susceptibilidad del lastimado nacionalismo costarricense. En realidad, una análisis somero de la sentencia, confirme que el fallo de la CIJ negó tres de las cuatro “medidas cautelares” que solicitó el gobierno de Costa Rica, manteniendo un sentido de equidad o igualdad en torno al llamado de ambos gobiernos a retirar tropas en la zona en conflicto.
El problema del dragado
El gobierno de Nicaragua ha defendido su estrategia de dragar el rio para poder explotar los recursos naturales de la zona, en detrimento de su vecino, la burguesía costarricense. La posible construcción del megaproyecto hidroeléctrico Brito, o la construcción del soñado canal interoceánico, mantienen desvelada y alerta a la burguesía costarricense.
En este tema del dragado del rio San Juan, indudablemente que el gobierno de Nicaragua se anotó un triunfo espectacular. El agente de Nicaragua en La Haya, Carlos Argüello, ha insistido en “que la Corte fue absolutamente contundente: por unanimidad que Nicaragua tiene el derecho de continuar el dragado”. (La Prensa, 09/03/2011)
Chinchilla: “contundente victoria”
Ese mismo día, en un breve discurso, Laura Chinchilla calificó el fallo de “una contundente victoria“, debido a que el origen del conflicto ha sido la salida de las tropas nicaragüenses de Isla Portillos, y no la interrupción del dragado del rio San Juan. Chinchilla dijo muy emocionada que “Los costarricenses sabemos que es y siempre ha sido nuestra la isla Los Portillos, aquí reside el fondo jurídico, sobre el que en meses o años fallará el tribunal de La Haya. Pero podremos esperar el fallo de la Corte sin fuerzas extranjeras en territorio nacional”. (La Nación 09/03/2011)
El optimismo de Chinchilla se debe probablemente a que en Noviembre del 2010, la Organización de Estados Americanos (OEA) votó una resolución no vinculante en la que exhortaba a ambos gobiernos a sus fuerzas militares. Lo que no menciona Chinchilla es que Nicaragua, en un gesto amistoso y a favor del dialogo, retiró unilateralmente a sus tropas desde finales de Enero del presente año.
Pero, en un sentido Chinchilla tiene razón, porque el tema que exacerbó los ánimos y que hizo que Costa Rica recurriera a la OEA y a la CIJ fue la supuesta invasión nicaragüense a Isla Portillos, pero ésta fue una hábil maniobra diplomática que ocultó uno de los objetivos centrales del gobierno costarricense: detener el dragado en rio San Juan, porque supuestamente perjudica el caudal del rio Colorado y sus afluentes.
El olvidado oficio DM-AM-156-10
El escándalo de la supuesta invasión a Isla Calero, hizo que este tema tomara notoriedad mediática y ocultara las verdaderas pretensiones del gobierno costarricense.
Se olvida que el 12 de julio del 2010, Carlos Roverssi, vicecanciller del gobierno de Chinchilla, mediante el oficio DM-AM-156-10 dirigido a la cancillería nicaragüense, exigió lo siguiente: “Costa Rica pide a la República de Nicaragua detener inmediatamente cualquier y todo proyecto de dragado del río San Juan hasta que pueda establecerse científicamente que dichos trabajos no dañarán territorio costarricense ni afectarán el nivel de las aguas de los ríos nacionales que se alimentan del río San Juan (…) Nicaragua está en la obligación, bajo el Derecho Internacional, de suspender el inicio de cualquier trabajo de dragado hasta que los estudios pertinentes se hayan concluido y se verifique plenamente a satisfacción de Costa Rica que no existirán las afectaciones indicadas” (La Nación 19/07/2010)
No fue, pues, una casualidad que la demanda costarricense incluyera la “medida cautelar” de paralizar el dragado en rio San Juan. En esta parte, sin lugar a dudas, el gobierno de Chinchilla ha tenido que apurar un trago muy amargo, que desarticula la estrategia de la burguesía costarricense.
Arias insiste en el problema del dragado
El discurso triunfalista de Chichilla fue criticado por el ex presidente Oscar Arias quien puso el dedo en la llaga sobre el asunto del dragado del rio San Juan: “La Corte ha dado un primer paso en el camino correcto al exigir el retiro de los militares y civiles que ocupan isla Portillos. Si bien no podremos recuperar esa porción de nuestro territorio hasta el fallo sobre el fondo, el imperio de la razón empieza a recobrar terreno. La no suspensión de las obras de dragado sobre el río San Juan es problemática, porque le deja a Daniel Ortega la puerta abierta para seguir con sus provocaciones según las conveniencias políticas del momento. De Managua depende que las aguas vuelvan a su curso y que las obras sobre el río se hagan (...) sin afectar a Costa Rica”. (La Nación, 09/03/2011)
Como se puede apreciar, el ex presidente Arias insiste en el mismo punto, al igual que el vicecanciller Roverssi, que el dragado no debe afectar a Costa Rica, y bajo este silogismo está montada la estrategia de la burguesía costarricense que reclama los recursos naturales del rio San juan
Un reciente editorial, el reaccionario diario La Nación anotaba que la CIJ “concedió a Costa Rica las principales medidas provisionales solicitadas para proteger sus derechos soberanos en isla Portillos (…) Daniel Ortega proclamará una victoria. (…) El comandante dirá que el fallo confirma la soberanía de Nicaragua sobre el San Juan y su concomitante derecho de dragar el río. Costa Rica no disputa una cosa ni la otra, sino el pretendido derecho de dragar el San Juan sin prestar consideración alguna a las consecuencias para nuestro territorio (…) A contario sensu, si Costa Rica logra probar, en el futuro, la afectación del cauce del río Colorado por los trabajos nicaragüenses en el San Juan, el derecho de Nicaragua a dragar habrá encontrado su límite”.
La salida es la reunificación de Centroamérica
En este momento los gobiernos de Nicaragua y Costa Rica celebran, cada uno por separado, “su” victoria ante el fallo de la CIJ, pero el conflicto por la explotación de los recursos naturales del rio San Juan seguirá creciendo en el tiempo. El problema del dragado del rio San Juan crecerá en importancia en la medida en que el gobierno de Nicaragua ponga a funcionar las tres dragas.
Es poco probable que las burguesías nicaragüense y costarricense se pongan de acuerdo en un aprovechamiento conjunto, la historia de largos y permanentes conflictos fronterizos así lo indica. El fallo de la CIJ ha sido una calmante temporal, el conflictos por el dragado del rio San Juan está latente y explotara nueva mene en cualquier momento.
Después de la derrota de los filibusteros en 1857, a pesar de haberse producido la reunificación en los hechos, las oligarquías dominantes prefirieron mantenerse divididas, y el resultado ha sido el que conocemos.
Solo los trabajadores centroamericanos, unidos, podemos cambiar esta lamentable historia de conflictos territoriales y del surgimiento de nacionalismos reaccionarios que nos dividen. Solo un gobierno de los trabajadores centroamericanos podrá resolver el problema del rio San Juan.