Por José René Tamariz Corea

El gobierno de Solís que surge con una gran fortaleza por su alta votación, la más grande de la historia nacional, sin embargo, nace con una debilidad intrínseca, por su baja votación para la Asamblea Legislativa, lo cual conllevó a que solamente obtuviera 13 diputados, constituyéndose en la segunda bancada parlamentaria, superada por el PLN que logró sacar 18 diputados.

Esa debilidad estructural y su política vacilante y confusa, lo han conducido a una especie de acorralamiento por parte de la derecha tradicional que tiene un manejo maniobrero y hábil de los asuntos institucionales y del Estado.

La Pérdida del Control del Congreso

El día 1 de mayo, el gobierno y el PAC fueron desalojados del poder y el control del primer poder de la República: ¡la Asamblea Legislativa! La inexperiencia e improvisación del gobierno de Solís y del PAC, frente a los gavilanes del PLN-PUSC, parece un juego de niños. Mientras el PAC tenía tres candidatos a tan solo cuatro días de la elección (Henry Mora, desgastado e inviable para la presidencia, por su mal desempeño al frente de la presidencia del Parlamento, Ottón Solís, inviable por purista y miserable por su programa del cierre del cafetín del Congreso y Marcelo Guerrero, una desconocida), el PLN le ofreció, desde el inicio y varias semanas antes de la elección, la presidencia del Parlamento y otros puestos al PUSC, así como a otras fracciones parlamentarias minoritarias, lo cual las sedujo y terminaron aceptando. El PLN le ganó la partida al gobierno de Solís y al PAC, los bailó como amateur.

El control de la directiva por parte del PLN-PUSC y los demás partidos minoritarios, le arrebató al gobierno y al PAC el control de todas las comisiones más importantes, quedando el gobierno en una situación desventajosa para impulsar e implementar su agenda antipopular de incrementos de los impuestos. Asimismo, la alianza de la derecha en el Congreso, se comprometió a no impulsar, léase impedir, el proyecto de fertilización in vitro (FIV) y las sociedades de convivencia. Entonces, ahora quienes imponen las condiciones son el PLN-PUSC y los minoritarios, es decir, los neoliberales.

¿Cuáles los Objetivos del PLN-PUSC al Tomar el Control del Congreso?

Sencillamente imponerle su agenda y planes al gobierno de Solís. Públicamente plantearon cinco objetivos generales, algunos de los cuales son irrealizables, tales como, la generación de empleo, el mejoramiento de la calidad de vida de los costarricenses, la modernización del Estado y la eficiencia del Congreso, mientras que el último, la racionalización del gasto del gasto público, es el objetivo central de la derecha. Según Mario Redondo, diputado del partido Alianza Demócrata Cristiana (ADC), el control del parlamento por parte de ellos es para “… fijar una dirección, con objetivos claros…”. La derecha neoliberal plantea que hasta después de un año discutirán los proyectos fiscales del gobierno y, en el curso del año, “…primero tiene que haber contención del gasto y aprobarse algún tipo de reglas fiscales”. (La Nación, 2 de mayo del 2015).

¿Qué significan “contención del gasto” y “reglas fiscales”? Desde hace mucho tiempo se viene planteando, por parte de la jauría neoliberal, que los denominados “disparadores del gasto público” son los salarios de los empleados públicos y sus componentes salariales, conocidos como “pluses salariales”, las pensiones y las transferencias. La derecha neoliberal, encabezada por el diario La Nación, sostiene que los causantes del déficit fiscal son el empleo público y los salarios de los empleados públicos. De ahí que La Nación, planteara recientemente que “Mientras no se presente un proyecto de ley responsable para poner coto a uno de los principales problemas causantes del déficit fiscal y del incremento de la deuda pública, incluyendo especialmente las remuneraciones de los servidores públicos y el empleo total, no deben aprobarse, ni siquiera discutirse, nuevos impuesto”. (La Nación, 6 de abril del 2015). Está clarísimo, el movimiento de la derecha para controlar la Asamblea Legislativa consiste en, primero, golpear a los trabajadores del sector público, discutiendo y aprobando un proyecto de ley de empleo público, el cual reduzca el empleo total y elimine los componentes salariales, tales como, las anualidades, cesantía de más de ocho años, la dedicación exclusiva y muchos otros incentivos. En segundo lugar, imponer “reglas fiscales” que significarían poner topes a los gastos corrientes y porcentajes de déficit fiscal, lo cual apunta en la dirección de reducir los salarios, pensiones y gasto social.

Posteriormente, el plan diseñado por la derecha neoliberal es que después de un año, ya aprobado el plan de empleo público y las “reglas fiscales”, lo cual significaría un golpe duro y la derrota de los trabajadores del sector público, entonces aprobar los otros garrotazos en contra de los trabajadores en general y de los sectores populares, la reforma al impuesto de venta y su incremento del 13% al 15%, así como la reforma al impuesto de la renta con nuevas escalas de impuesto al salario, creación de impuesto a la cesantía de más de ocho años y otras medidas draconianas en contra de los trabajadores. Este macabro y nefasto plan de la derecha neoliberal, en un tipo de movimiento de tenaza, significa disminuir el nivel de vida de los trabajadores, empobreciendo aún más a amplios sectores de la población, mediante dos vías, la reducción de los salarios (congelación y eliminación de los pluses salariales) y el aumento generalizado de los productos y servicios en general (nuevos impuestos).

¿Hacia un Cogobierno?

Por otra parte, los partidos tradicionales, principalmente el PLN y el PUSC, echados y desalojados del poder por las masas, mediante amplias votaciones, se resisten y niegan, una y otra vez, a abandonar y dar por perdidas sus cuotas de poder. El trasfondo político de la maniobra, por parte de la derecha neoliberal, de controlar el directorio de la Asamblea Legislativa y las poderosas comisiones del Congreso, en donde se discuten y deciden los principales asuntos del país, es negociar con el gobierno de Solís, en mejores condiciones, la retención de sus cuotas de poder que aún mantienen en diversos ministerios, instituciones y poderes del Estado.

De otro lado, esa maniobra ha generado roces en el interior del PLN. Después de que la bancada del PLN, junto a los demás partidos de derecha asumen el control del Parlamento, José María Figueres, presidente del PLN, emite un comunicado en el que señala sus diferencias con la fracción parlamentaria y plantea que “Habríamos cumplido así con la responsabilidad que nos asignó el pueblo, la de ser oposición y no cogobierno”. (La Nación, 2 de mayo del 2015). El subrayado es nuestro. El hecho de que Figueres, político y burgués corrupto, señale que su fracción parlamentaria, va a hacer cogobierno con Solís, es sintomático del proceso que se desarrolla a partir del control del Parlamento por parte de la derecha neoliberal. Al respecto de ese eventual cogobierno, el Presidente de la República, Luis Guillermo Solís, señaló que “… la oposición tendrá que ser corresponsable con el Ejecutivo de lo que ocurra…”. (La Nación, 7 de mayo del 2015). Esto abre en el país un escenario imprevisto.

Amplios sectores del movimiento de masas, incluida la vanguardia, las dirigencias sindicales y otras organizaciones sociales, ven mal y están en desacuerdo con que la derecha neoliberal haya asumido el control de la Asamblea Legislativa. Ello ha provocado una crispación de los ánimos. Puede ser un movimiento de la derecha contraproducente que, lejos de alcanzar sus objetivos, conduzca a un relanzamiento de la movilización y lucha del conjunto del movimiento de masas, para enfrentar sus planes anti-obreros y anti-populares. Ese proceso de lucha del movimiento sindical y de masas ha sido frenado por el gobierno de Solís, ya sea por un acuerdo formal o tácito con las dirigencias sindicales. La lucha de clases va a definir el rumbo y los resultados de este nuevo escenario que se ha abierto.

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