Por José René Tamariz
Costa Rica se encuentra actualmente en proceso de ingresar a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE). Según Rebeca Gryspan, ex ministra de comercio exterior y negociadora del TLC con los Estados Unidos, el ingreso de Costa Rica a la OCDE debe constituir el “proyecto país” de los próximos años. El gobierno de Solís, ha convertido en los hechos y práctica el ingreso del país a esa organización en su proyecto “estratégico”. Actualmente los funcionarios y técnicos de esa institución están analizando y haciendo recomendaciones en todas las áreas económicas, sociales y otras a través de 22 comités, para modificar y cambiar, casi totalmente, las formas y contenido del funcionamiento del Estado costarricense. Ningún área nacional escapa al escrutinio y “cambios” planteados por esta organización supranacional y lo que ella diga y pida modificar se convierte en santa palabra, de lo contrario el país no podría ingresar a ella. Veamos un ejemplo.
Todos los partidos neoliberales en la Asamblea Legislativa se oponían a aprobar el registro de accionistas de las empresas que plantea el proyecto de Ley para Mejorar la Lucha contra el Fraude Fiscal que se discute en el plenario legislativo. Sin embargo, bastó la intervención del secretario general de la OCDE, Ángel Gurría, a favor de aprobar el registro de accionistas de empresas para que el PLN lo aceptara, sin oposición. Según el periódico La Nación, refiriéndose a ese tema “Las palabras del secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), Ángel Gurría, aplastaron casi todas las dudas del PLN en contra de la creación del registro de accionistas de las empresas”. (La Nación, 20 de febrero del 2016).
¿Cuál es la Posición de la OCDE sobre los Salarios del Sector Público?
El informe de esa organización respecto a los salarios, según La Nación, plantea que “El aumento de los salarios del sector público, entre el 2010 y el 2014, fue el factor que más contribuyó a aumentar la desigualdad de ingreso en el país en ese periodo, evidenció la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), en su estudio económico para Costa Rica”. (La Nación, 17 de febrero del 2016). De 36 países analizados por esa organización en el tema salarial, Costa Rica, supuestamente, ocupa el último lugar en la desigualdad por las diferencias entre los salarios del sector público y sector privado. Existe una gran falacia, razonamiento incorrecto con apariencia de correcto, en el informe económico de la OCDE sobre este tema salarial, ya que los países con los que se compara Costa Rica son, entre otros, Dinamarca, Finlandia, Bélgica, Noruega, Suecia, Alemania, Holanda y otros, en donde los salarios de los trabajadores del sector privado son altísimos y los del sector público también son altos, por ende, las diferencias salariales entre ambos sectores son muy estrechas, lo cual no sucede en nuestro país. Entonces, la solución a la supuesta desigualdad, no provocada por los trabajadores público sino por los patronos del sector privado, debe ser homologar los salarios del sector privado, de acuerdo con las ocupaciones, al sector público y no viceversa.
¿Cuál es la solución a la supuesta desigualdad salarial entre el sector público y privado? Los funcionarios de esa institución supranacional plantean como “solución” para “corregir” esa desigualdad, que “Una de las sugerencias del organismo es revisar el sistema de anualidades… Este sistema, dijo Patrick Leinin, jefe de Estudios Económicos de País de la OCDE, debe ser sustituido por otro donde se consideren las competencias de los trabajadores, para alinearlo con los países del organismo” (Ídem). El gobierno de Solís a tono y en sintonía con los dictados de esa institución elaboró el proyecto de ley de evaluación de desempeño en la función pública. Es por ello, que “… el viceministro de Hacienda, José Pacheco, explicó que la idea de la OCDE va en línea con el proyecto presentado por el Gobierno, en donde se ligan más las anualidades con el desempeño laboral”. (Ídem). Introducir el sistema de competencias entre los trabajadores del sector público, para poder ganarse la anualidad, conllevará a provocar la sobreexplotación para cumplir las metas individuales e institucionales, mayor carga laboral de la que ya existe, división entre los trabajadores y otros problemas. Entonces, lo más probable y casi seguro, sino lo evitamos mediante la lucha y la movilización, es que ese proyecto sea aprobado en la Asamblea Legislativa en el segundo semestre del presente año, cuando llegue al plenario del Congreso. Los planteamientos de la derecha neoliberal vienen a coincidir con las posiciones y “sugerencias” de la OCDE en este tema y muchos otros, lo cual viene a fortalecer las propuestas contra los trabajadores del sector público de los neoliberales.
¿Cuál es la Posición de la OCDE sobre Educación?
Respecto al tema de la educación la OCDE nos viene a recetar lo que sus países miembros vienen aplicando desde finales de los años 90. Ángel Gurría, secretario general de la OCDE, plantea que “Si bien antes la palabra mágica era educación, educación, educación, hoy diría que es competencias, competencias, competencias, que es una mezcla de educación, con la educación vocacional, con la educación continua en el trabajo, con el marco de innovación y con el marco de la regulación. Todo eso junto define las competencias, las destrezas y habilidades de la fuerza de trabajo. No solo la educación nominal… hay que… generar un dialogo entre el sector privado, los sindicatos y el Gobierno para que se enseñe en las escuelas sea lo que les a servir a los muchachos a la hora de salir del sistema educativo, porque es lo que está demandando el mercado”. (Ídem).
Competencias, según el señor Gurría, es la palabra mágica para resolver todos los problemas tanto en lo laboral, salarial, empresarial como de la educación. Entonces ese concepto aplicado en la educación costarricense sería la implementación de la enseñanza de competencias (EDC). Dicho término era casi exclusivo del capitalismo en el terreno del mercado. Se hablaba de la “competencia de mercado” de las “leyes de competencia”. Ahora ese término ha sido generalizado a todos los ámbitos por los neoliberales. La aplicación de la enseñanza de competencias en la educación significará la modificación de los programas de estudios, los objetivos, los contenidos, la metodología y los procesos de evaluación, es decir una verdadera contrarreforma educativa.
El énfasis de la educación de competencias es la “educación vocacional”, la “educación continua en el trabajo”, por ello los últimos gobiernos, incluido el de Solís, están creando nuevos colegios técnicos y convirtiendo muchos colegios académicos en colegios técnicos, así como implementando la “educación dual”. Toda esa educación de competencias está en función de proveer de mano de obra que está “demandando el mercado”. El docente belga Nico Hirtt, plantea que para este tipo de educación “el acceso al conocimiento ya no constituye un objetivo de la enseñanza. Los conocimientos son relegados al rango de instrumentos que sirven para el desarrollo de competencias”. (Nico Hirtt: “L´approche par competences: une mystification pédagogique”, Tomado de Competencias: un Desastre Pedagógico. PRT).
El señor Ángel Gurría señala que la educación vocacional, la educación continua en el trabajo, el marco de innovación y el marco de la regulación, define las “competencias, las destrezas y habilidades de la fuerza de trabajo”. Nótese que para la enseñanza de competencias todo está en función de desarrollar competencias, destrezas y habilidades de los trabajadores en función de los requerimientos de la fuerza de trabajo que demanda mercado. La enseñanza de competencias (EDC) no plantea “formar individuos”. “formar técnicos” o “formar científicos”, sino desarrollar fuerza de trabajo. Las competencias están bien entre las empresas del capitalismo que luchan entre sí para vender sus productos, las habilidades y las destrezas están bien en los circos, en las manualidades, en los deportes e incluso en los laboratorios de Ciencias para manipular los instrumentos, pero no en la educación que forma y educa individuos integralmente, que crea individuos críticos, descubridores y creadores para que puedan contribuir con sus conocimientos al desarrollo de las ciencias, la tecnología, la sociedad, el bienestar y la salud.
Frente a la propuesta de la OCDE y del gobierno de Solís de implementar la enseñanza de competencias (EDC), las organizaciones sindicales deben oponerse rotundamente y plantear, desde la ya, la lucha contra semejante proyecto nefasto. Asimismo, se debe realizar un Encuentro Sindical Magisterial de todos los sindicatos de la educación (APSE, ANDE, SEC, SIMPAE y otros) para discutir y rechazar la enseñanza de competencias, plantear un modelo pedagógico alternativo e iniciar la lucha y movilización para evitar que ese nefasto “modelo” de enseñanza se implemente en Costa Rica.