Por Darren Hidalgo, Francisco Palacios y Ernesto Fuertes
El pasado 6 de Junio se celebró la Asamblea General para la defensa del Fondo Especial para la Educación Superior (FEES), que es el presupuesto que reciben las universidades públicas. Nosotros colaboramos con las convocatorias en unidad de acción con muchos de estos grupos, pero llevando al mismo tiempo nuestra política independiente. Increíblemente, los partidos políticos universitarios Progre, Alternativa (Frente Amplio), Convergencia (Partido de los Trabajadores) y Ya Basta (Nuevo Partido Socialista) votaron por un acuerdo del 8% de crecimiento real en el FEES, que alcance al final del quinquenio un 10% del PIB para la educación pública, y un 2% del PIB para el FEES. ¿Por qué esto es increíble? ¡Porque el 8% de crecimiento real (equivalente apenas a alrededor de un 1,5% del PIB) es precisamente la propuesta con la que el gobierno de Laura Chinchilla del Partido Liberación Nacional (PLN) derrotó la lucha por el FEES en la negociación del quinquenio anterior en 2011!
Más aún: el máximo del 2% del PIB para el FEES está también por debajo del 2,4% del PIB solicitado por el Consejo Nacional de Rectores (CONARE) y el movimiento estudiantil de aquella época, que apenas mantenía el promedio de financiamiento (un crecimiento real de 24%). Es decir: las universidades pasaron de recibir un promedio de 24% de crecimiento en el FEES durante el período 2005-2009, y de demandar un aumento escalonado que empezara con 14% de crecimiento real en el primer año para llegar a un 18% nominal al final del quinquenio (más 6% de inflación) en el período 2011-2015, a una derrota y una reducción del 1,5% del PIB, que ni siquiera los gobiernos siguientes (incluyendo al actual gobierno del Partido Acción Ciudadana) están cumpliendo. ¡Hoy el movimiento estudiantil y la izquierda están defendiendo esa derrota y ese desfinanciamiento como su propia meta! ¡Van a salir a las calles, pasar por aulas y pedir sus votos, todo en nombre del histórico retroceso y desfinanciamiento de las condiciones de vida de los trabajadores y estudiantes de las universidades!
Pero esto no es todo: todas estas organizaciones están impulsando una supuesta “coordinación” de facto que no ha sido votada por ninguna asamblea. Proclamaron que ya la comisión de logística había votado por la mesa o comité ejecutivo encargado de dirigir la asamblea del 6 de Junio. ¡La comisión de logística se dio a sí misma el derecho de decidir en nombre de los estudiantes, sin que ni siquiera estuvieran estos reunidos en asamblea! La comisión de logística se formó sin voto alguno, se reúne sin convocatorias públicas de ningún tipo (por lo cual es falso que sea abierta), y finalmente decidió la forma de organización de una asamblea, sin que ésta asamblea ni siquiera existiera todavía. Aunque hubiera sido elegida, las asambleas tienen que decidir sobre la forma en que deciden organizarse a sí mismas, y esta decisión solo puede venir de las propias bases asamblearias en el momento de su reunión. ¡Estas comisiones, dirigentes y líderes, no tienen legitimidad democrática alguna! La única razón por la que semejante decisión es aprobada por la mayoría de la asamblea del 6 de junio, se explica también por su burocratismo: las ¾ partes de los asambleístas, eran miembros de los mismos grupos y partidos auto-proclamados. La mayoría de los estudiantes de la universidad no participó de esta ni de las otras asambleas, y la mayoría desconoce completamente de qué se trata el movimiento y la lucha del FEES, tal y como desconoce que tan siquiera existan estas comisiones. El “movimiento” por lo tanto está conformado por simples extensiones de los propios partidos, por lo cual debería realizarse en unidad de acción de todos los partidos, colectivos y grupos, campañas de información que acerquen a los y las estudiantes para la discusión y toma de decisiones en torno a la defensa de la educación pública. El funcionamiento y la legitimidad del movimiento será fuerte cuando dejemos de ensimismarnos en políticas partidarias y hagamos nuestras acciones por las políticas que el movimiento exija.
El movimiento hace llamados a la unidad de la izquierda, a la unidad de estudiantes y trabajadores universitarios, al apoyo de una posible huelga indefinida, y a la creación de un movimiento masivo, etc. Muy bien. Pero votaron luego en contra de nuestras propuestas para la formación de una coordinadora nacional permanente (propuesta votada por la asamblea de Ciencias Sociales por una moción de un compañero nuestro del PSOCA), y en contra de sumarse a trabajar con Organización Popular Ya (OPY), que es una instancia coordinadora ya existente de diversos grupos sociales del país. Asimismo: nuestra propuesta para el funcionamiento de la asamblea y de la coordinación de todo este movimiento, era el trabajo a través de comisiones permanentes, con convocatorias públicas y abiertas, lo cual habría significado la posibilidad de incorporar cada vez más personas en la organización, y por lo tanto, tener más personas encargadas de labores organizativas (en lugar de menos), y hacer crecer el movimiento. Todas estas propuestas fueron abierta y públicamente rechazadas y obstaculizadas por los partidos mencionados. Es decir: la asamblea hace una serie de llamados y proclamas, pero a la hora de proponer en la práctica la unidad real de la izquierda, la unidad real de estudiantes y trabajadores, y la coordinación real y concreta de un movimiento masivo, trabajan activamente para que esto no suceda.
Y ese aspecto formal y táctico se relaciona completamente con el contenido político: ya dijimos al inicio de este texto que la propuesta que se plantea el movimiento es recesiva. Pero aún así, dicha propuesta necesita una serie de políticas generales que solucionen el déficit fiscal y la economía del país, para tan siquiera tener la posibilidad de conseguir sus objetivos. Para esto votaron por cobrar impuestos a Zonas Francas, y desvincular el pago del FEES del problema del déficit de manera meramente formal. El problema es que el FEES está vinculado por el déficit, no por un argumento del CONARE o del goiebrno, sino por la realidad: no hay fondos presupuestarios que no dependan de los ingresos que tiene el gobierno para distribuir sus presupuestos. Por más que solicitemos que no exista vinculación entre déficit y FEES, la vinculación existe. La rectoría de la UCR ya ha enviado un comunicado a la comunidad universitaria, en donde argumenta precisamente el tema del déficit fiscal como excusa para mantener el desfinanciamiento crónico de las universidades. Esto confirma la posición del PSOCA de que se necesita salir del gremialismo y pasar a la discusión política de medidas generales que solucionen el tema del déficit y la economía en general, y que este mismo problema concreto es el que conecta en la práctica al movimiento por el FEES con los intereses de campesinos, trabajadores, sindicatos, ambientalistas, etc, abriendo la posibilidad de un movimiento tal y como el cual plantean en sus consignas estos grupos. Las propuestas que llevó el PSOCA que debatían precisamente estos problemas con soluciones prácticas, también fueron rechazadas y excluidas por los partidos que mencionamos antes.
Resumiendo: una de las propuestas de estos mismos grupos fue el llamado al rompimiento de las negociaciones entre sindicatos, Frente Amplio y gobierno, y el inicio de la convocatoria a la huelga general para unificar todas las luchas en contra de los proyectos del PLN y del PAC. ¿Pero acaso la unificación y convocatoria de una huelga general entre estudiantes y sindicatos no necesita una instancia coordinadora nacional que se encargue de esa unificación y convocatoria? ¿Cómo hacen sindicatos y estudiantes para reunirse, unificar y coordinar, sino es a través de una coordinación nacional? ¿Yqué clase de propuestas podrían discutir sindicatos y estudiantes para solucionar sus problemas, si no son políticas generales para la solución del déficit fiscal y de la economía y la sociedad costarricense en general? ¿Acaso vamos a discutir porcentajes del FEES o de “pluses” entre sindicatos y estudiantes que no tienen ninguno relación alguna, cuando lo que necesitamos es discutir el sistema tributario, los aranceles, la reforma agraria, los intereses y la política cambiaria con los que sindicatos y estudiantes sí se relacionan, y que son los que tan siquiera permitirían un mejor FEES o mejores beneficios laborales? Todo esto ha sido rechazado por los promotores de este movimiento.
En la práctica no habrá una sola reunión entre estudiantes y trabajadores, sino simplemente (si acaso) entre comités ejecutivos sindicales y estudiantiles (y estos últimos sin haber sido votados por nadie). En la práctica no habrán políticas que puedan ser defendidas tanto por estudiantes como por trabajadores, y que resuelvan tanto el problema del FEES como los problemas obreros. Es más: ni siquiera se ha formado una sola instancia para unificar los problemas estudiantiles y obreros exclusivamente a lo interno de la UCR (como lo es el tema de interinos, que depende directamente del propio FEES). El gremialismo y la burocracia es tal que seguirán existiendo separadas y simultáneamente, una instancia del tema interino, y una instancia estudiantil del FEES, además de las instancias con el SINDEU cuyas fechas de reunión también desconocemos, etc. ¿Es esto unificar y coordinar un movimiento?
Como decíamos, el hecho de que el movimiento esté levantando esas consignas y esté trabajando en unidad de acción, representa la posibilidad en germen de salir del gremialismo y el economicismo, y pasar al ámbito político: la organización de un movimiento popular que esté diametralmente opuesto al Estado. Pero esta posibilidad es claramente torpedeada por el economicismo de estos partidos: la fragmentación gremial de las luchas, la no-salida del ámbito económico-gremial hacia el planteamiento de consignas políticas, el freno y restricción de la agitación y la propaganda sistemáticas, y la burocratización de las decisiones, etc. Apoyamos las consignas que levanta el movimiento, y apoyaremos siempre tanto la movilización como la participación asamblearia, pero estos grupos están proclamando consignas y votando acciones diametralmente opuestas entre sí. Nosotros en el PSOCA colaboramos con pasadas por aulas para convocar a la asamblea del 6 de Junio, así como con la elaboración de materiales para la difusión en la comisión de comunicación, etc. Pero siempre con el propósito de reunir una asamblea que sea por sí misma la que decida su propia organización y políticas. Estas comisiones se han encargado de sabotear esa posibilidad, y por lo tanto anunciamos públicamente que nos retiramos de ellas.
Hacemos un llamado a participar y apoyar por completo la movilización del próximo jueves 16 de Junio a las 9:00 a.m. que están convocando estas organizaciones. Pero llamamos también a que esa participación empiece a desarrollar su propia propuesta de políticas independientes y sus propias formas de funcionamiento para la toma democrática de decisiones. Por último, pero no menos importante: llamamos a la solidaridad con el movimiento estudiantil y asambleario que se desarrolla actualmente en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) en nuestro hermano país, los cuales están enfrentando las mismas políticas de exclusión y desfinanciamiento, además de represión armada y persecución judicial abierta por parte del gobierno hondureño, demostrando la necesidad de la solidaridad y la unidad de los movimientos populares en toda Centroamérica.