Por José René Tamariz

Actualmente, está a la orden del día la discusión de un eventual préstamo y acuerdo “stand by” del gobierno de Carlos Alvarado con el Fondo Monetario Internacional (FMI). Las diferentes bancadas de los partidos políticos en la Asamblea Legislativa le exigen al gobierno transparencia y dar a conocer los acuerdos que el poder Ejecutivo tiene con el FMI.

El primer préstamo rápido con el FMI aprobado por el congreso de la República fue por $508 millones y el segundo denominado de “stand by” con ese organismo sería por $1.750 millones para un total de $2.258 millones. Según muchos personajes, ahora el FMI no impone condiciones a los gobiernos que les presta. Sin embargo, eso no es tan cierto, ya que ese organismo le dicta a los gobiernos las supuestas metas que los gobiernos se deben autoimpone para cumplir y poder otorgar dichos préstamos. En el caso de Costa Rica es evidente que el gobierno tendrá que comprometerse a reducir el déficit fiscal que se ubicará en casi el 12% y el nivel de endeudamiento que, en este año, llegará al 70% del PIB.

El neoliberal, Rodrigo Arias, hermano del expresidente Osar Arias, con la más grande desfachatez declaró, recientemente, que con los acuerdos del gobierno con el FMI "... sabemos que el país tiene que tomarse una medicina dura y amarga...". (La Nación, 2 de septiembre de 2020).

En realidad, esa "medicina dura y amarga" no se la va a tragar el "país", sino que serán los trabajadores privados y públicos, los sectores populares y algunos sectores de clases medias los que van a hacer atragantados con las salvajes medidas de ajuste fiscal que el gobierno de Alvarado tendrá que aplicar con el acuerdo fondomonetarista. Los capitalistas como los Arias, los grandes empresarios y los super ricos no se van a tragar nada, sino que van a salir ganando, ya que probablemente compren las empresas estatales que se vendan como parte de ese acuerdo y sigan enriqueciéndose a manos llenas.

La política gemela de endeudamiento y déficit fiscal crecientes de los últimos años, por parte de los gobiernos del PLN, PUSC y PAC, debido a la reducción de los impuestos directos, ha llevado a Costa Rica a una profunda crisis económica, acentuada por la pandemia de la covid-19.

Después de endeudar al país y someterlo a los altos déficits fiscales, las corruptas jaurías del PLN, PUSC y PAC, pretenden hacer pagar esa gigantesca deuda y déficits fiscales sobre las espaldas y bolsillos de los trabajadores y sectores populares, reduciendo los salarios, así como con la venta de activos, privatización de servicios y la reducción del Estado, mediante la fusión de instituciones, mediante despidos masivos.

Por otra parte, el problema socioeconómico del desempleo es gravísimo. Por lo tanto, un eventual acuerdo con el FMI va a profundizar el desempleo, en este caso, en el sector público, puesto que el gobierno para cumplir con las metas del FMI tendrá que vender algunas empresas estatales, así como eliminar o cerrar algunas instituciones públicas. Existen otras fuentes de financiamiento menos draconianas que el FMI. Por ejemplo, el mismo BCIE, los bancos chinos y otros países. Los trabajadores y las organizaciones sindicales deben oponerse y rechazar cualquier acuerdo con el FMI que signifique la venta de las empresas estatales y la privatización de servicios, así como despidos en el sector público.

Frente a la profunda recesión económica que atraviesa el país y desempleo masivo que golpea duramente a miles de trabajadores se requiere de una política que resuelva el grave problema de la desocupación. Como sostiene un trabajador desempleado en una entrevista lo que necesita es que el gobierno le garantice un trabajo, no migajas de comida, una o dos bolsas de alimentos que les da el MEP a sus hijos y que sólo le sirven para tres días. En realidad, esta es una demanda correcta. El profundo y grave problema de la desocupación debe ser resuelto a lo inmediato.

Para resolver esa situación desesperante para miles de miles de trabajadores desempleados planteamos las siguientes medidas.

1. Elaboración y ejecución de un Plan de Obras Públicas que le de trabajo a los desempleados. Mediante este plan se podría construir nuevos hospitales y clínicas públicas, hacer escuelas y colegios, ya sean nuevos o reconstruir los viejos edificios educativos, construcción de carreteras nacionales y cantonales, construcción de alcantarillas y acueductos; destrucción de cuarterías y precarios y la construcción de vivienda dignas para miles de familias que viven hacinadas.  

2. Exigir que todas las empresas que han suspendido miles de contratos de trabajo a miles de trabajadores, los recontraten de inmediato. Asimismo, las empresas que han reducido las jornadas de trabajo y los salarios de miles de trabajadores les garanticen de inmediato sus trabajos y sus salarios completos.

3. Exigir al gobierno que, de inmediato, realice la apertura de todas las actividades económicas, productivas y de otro tipo que se encuentran cerradas por la emergencia sanitaria, obviamente, garantizando todas las medidas sanitarias y de protección para los trabajadores y usuarios.

4. Implementar una escala móvil de salarios y escala móvil de horas de trabajo para los trabajadores en las diferentes actividades económicas para impedir, ya sea la suspensión de contratos, la reducción de jornadas y de los salarios. Esa escala móvil de los salarios sería para garantizar el empleo a todos los trabajadores en las empresas, dándoles trabajo a todos los trabajadores y distribuir las horas de trabajo entre los todos, pero garantizando los mismos salarios para todos los trabajadores. Retomamos las palabras de Trotsky del programa de transición que plantea que “El proletariado, bajo la amenaza de su propia desintegración, no puede permitir la transformación de un sector creciente de obreros en desempleados crónicos, en indigentes viviendo de los desechos de una sociedad que se desmorona. El derecho al empleo es el único derecho serio dejado a los obreros en una sociedad basada en la explotación. Hoy este derecho les está siendo recortado a cada paso. Es el momento de levantar contra el desempleo, tanto “estructural” como “coyuntural”, junto con la consigna de trabajos públicos, la de escala móvil de horas de trabajo… Los sindicatos… deben vincular a los que trabajan y a los desempleados con lazos solidarios de responsabilidad reciproca. Sobre esta base, todo el trabajo disponible se dividiría entre todos los obreros de acuerdo con la forma en que se determine la duración de la semana laboral. El salario medio del obrero sigue siendo el mismo que con la vieja semana laboral…”.

Los fondos para ejecutar ese plan de obras públicas, así como las demás medidas para garantizar los trabajos a los miles de desempleados, al sector informal y a los trabajadores con contratos de trabajos suspendidos y jornadas reducidas, deberá de salir de la aplicación de medidas de emergencia económica, tales como:

A. Incrementar el impuesto de renta, utilidades o ganancias de las grandes empresas nacionales y transnacionales.

B. Eliminar las exoneraciones fiscales a las empresas de zonas francas y otras de regímenes especiales. 

C. Impuesto a las riquezas de los superricos.

D. Combate a la evasión y elusión fiscal.

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