LOS VARIOS ROSTROS DE LA SOCIALDEMOCRACIA TICA:
LA MISMA MONA CON EL MISMO RABO
Por Manuel Villalobos
En el desarrollo de la democracia burguesa costarricense, la cantidad de partidos políticos ha sido variable en los distintos procesos electorales y evidentemente en la composición de la Asamblea Legislativa.
En la época donde se empezó a dar la reconversión productiva, durante los años 80’s y en medio de la revolución centroamericana, la burguesía tica optó por organizarse en dos partidos: Liberación Nacional (PLN) y la Unidad Social Cristiana (PUSC).
El ajuste del Estado y los partidos burgueses
La implementación de los PAES (programas de ajuste estructural), implicó un acuerdo nacional entre los partidos mayoritarios y la burocracia sindical. El corolario de esta situación fue el denominado pacto Figueres–Calderón, realizado entre los hijos de los expresidentes que entraron en conflicto durante la guerra de 1948.
El Estado fue transformado con base en varios ejes: la privatización de la banca, la reconversión productiva, el desmantelamiento y asfixia presupuestaria de varios sectores como la salud y la educación, entre otros.
Pero este acuerdo no ha sido lineal y uniforme. Las contradicciones en cuanto al nuevo reparto de los negocios estatales y privados ha generado enfrentamientos fuertes donde en coyunturas ha coincidido con los intereses de los trabajadores.
El primer intento de privatización de las telecomunicaciones, en el año 2000 durante el gobierno del PUSC, hizo que sectores burgueses se opusieran, lo mismo que la dirigencia sindical. La movilización fue masiva, hasta la firma del acuerdo de posposición del debate de las leyes de telecomunicaciones.
Durante este espacio se dan escándalos sobre corrupción, fundamentalmente de figuras ligadas con la Unidad. El expresidentes Calderón Fournier cae en una red de tráfico de influencias, para la aprobación de un préstamo y la posterior compra y venta de equipo médico inapropiado para los hospitales de la Caja de Seguro Social. El expresidentes Rodríguez Echeverría, es ligado también a tráfico de influencias, esta vez en licitaciones de telecomunicaciones, con la empresa ALCATEL.
Esta pugna se expresa en su primer momento en el seno de los partidos burgueses. El Partido Liberación Nacional entró en una crisis tendencial que lo llevó a perder dos procesos electorales continuos. Estas elecciones presentaron una tendencia al alza de indecisos y el margen entre el ganador y su inmediato competidor se redujo a una mínima diferencia.
El Partido Acción Ciudadana (PAC) es el primero en emerger con un discurso primero moralista, de cero tolerancia a la corrupción y por otro lado de corte nacionalista, anti- neoliberal. Esta combinación logra captar a un electorado principalmente pequeño burgués urbano y eligen una bancada parlamentaria de peso.
En la presente administración, el número de parlamentarios subió, convirtiéndose en la fuerza más grande de oposición. Esto no fue obstáculo, para que el gobierno, en conjunto con los escasos diputados del PUSC, el Movimiento libertario y otros partidos minoritarios aprobara el conjunto de las leyes de implementación del TLC.
El PLN logra por medio de la Sala Constitucional que se apruebe la reelección presidencial. Este procedimiento es viciado por que la Sala no tiene la potestad de cambiar la Constitución. Este hecho empieza a crear fisuras cada vez más grandes entre los sectores. Los hermanos Arias emergen como el más fuerte y logra copar todos los puestos de mando y crear una estructura tanto dentro del gobierno como fuera de él para asegurar el control.
El punto máximo de esta pugna se expresa en el proceso de negociación, discusión y aprobación del TLC. Esta lucha logra catalizar otras fracciones que se mezclaron en la lucha callejera contra el tratado y participaron en los comités patrióticos.
El resultado es la fundación de la Alianza Patriótica (AP), que en la convención eligió a Rolando Araya, excandidato del PLN, como su postulante.
Su discurso populista, es un discurso hueco, puesto que durante los períodos que estuvieron en el poder acataron al pie de la letra los designios de los organismos financieros internacionales.
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los activistas y dirigentes del NO a no dejarse confundir con estos partidos, que son parte de lo mismo y como vimos en la lucha contra el TLC, son enemigos de la movilización independiente de los trabajadores y sus reivindicaciones.