El primer domingo de febrero se realizan las elecciones nacionales. Día a día se nos machaca sobre nuestra “obligación” de votar por alguna de las listas para la presidencia, diputaciones y cargos municipales. El Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) en particular, nos atosiga con una hueca y millonaria campaña bajo el estribillo de que “votar es pura vida”; el mismo órgano estatal que fue denunciado por irregularidades en el anterior proceso electoral que llevó al sillón presidencial a Oscar Arias, con el espaldarazo que le había dado la Sala IV al permitir su inconstitucional re-elección. Se trata también del mismo TSE que orquestó el fraudulento referéndum en el que se impuso el nefasto Tratado de Libre Comercio (TLC) con los Estados Unidos, en las condiciones más beneficiosas para el Gobierno y la gran burguesía.
Es absolutamente falso que las y los costarricenses con nuestro voto decidamos el futuro de Costa Rica. De antemano los grandes capitalistas escogen a sus candidatos y se aseguran con una millonaria campaña en los medios de comunicación, así como con abundantes recursos para comprar votos, que impondrán a sus elegidos en los principales puestos de elección. El propio proceso de inscripción de los partidos resulta tan engorroso y oneroso, que hace tremendamente difícil la inscripción para los partidos de escasos recursos, que son justamente los que representan los intereses de los sectores obreros y populares. Las reglas que impone del TSE y el manejo de la deuda política son además completamente antidemocráticos, lo que asegura que al final, los capitalistas se repartan entre ellos el botín electoral, para que desde el Ejecutivo o la “falsa oposición” sigan lucrando con la politiquería, promoviendo el clientelismo en los sectores humildes y haciendo sus grandes negocios al amparo del aparato estatal y la corrupción. La última demostración del carácter podrido de esta falsa democracia es la elección de “compadre hablado” de la ex diputada liberacionista Ofelia Taitelbaum como Defensora de los Habitantes, con lo que se evidencian una vez más los tentáculos del poder de la camarilla gobernante.
En Costa Rica existe una “democracia” a imagen y semejanza de los grandes millonarios, la que denominamos “democracia burguesa”, es decir, una falsa democracia al servicio de los ricos. Las y los trabajadores y sectores populares debemos luchar para transformar radicalmente el régimen político, construyendo una democracia desde y para los de abajo, aboliendo los privilegios de los capitalistas y estableciendo relaciones de verdadera justicia e igualdad.
Siendo así, no obstante las grandes adversidades y trampas que impone el régimen de falsa democracia, en algunas ocasiones las y los revolucionarios, tácticamente, no descartamos participar en este tipo de elecciones, pero sin despertar la más mínima ilusión en ellas, sino únicamente con el objetivo de levantar – en medio de tanta demagogia de los patrones- una voz y una tribuna de denuncia frontal contra este régimen y para organizar y educar a las y los trabajadores y sectores populares en la independencia de clase, en la confianza en sus propias fuerzas y en los métodos de lucha directa.
Sin embargo, en la actualidad está claro que el movimiento obrero y popular no tiene absolutamente ninguna posibilidad de expresarse participando en el terreno electoral, ni siquiera de manera testimonial.
Los partidos de los grandes capitalistas despliegan una campaña insulsa y vacía, que gira alrededor de temas como la seguridad y no responde para nada a las aspiraciones de las y los más desposeídos. Laura Chinchilla y su corte son la continuidad del arismo. El hecho de que la papeleta presidencial del PLN la encabece una mujer, para nada significa que tenga un pelo de feminista, porque Laura Chinchilla representa a los sectores más concentrados del capital financiero y exportador. Por otra parte, con derroche de demagogia y con el favor de un sector muy importante de los millonarios que le han financiado una campaña masiva, Otto Guevara y los libertarios aparecen como “el lobo con piel de oveja”, con un planteamiento de fondo de derecha recalcitrante. El PAC de Otón Solís inconsecuente y timorato en la lucha contra el TLC, se desgasta ante el descreimiento creciente de los sectores populares.
En ese panorama de fuerzas: ¿existen opciones de izquierda?, ¿hay por quién votar?, se preguntan muchos luchadores y luchadoras. Creemos que no. No sólo hay una gran dispersión del voto de este sector, sino que es agobiado por distintas variantes del oportunismo. El elector de izquierda está desperdigado y confundido entre propuestas populistas pero profundamente reaccionarias, como la del PASE (como se revela con su rechazo a la unión civil de parejas del mismo sexo, marchando junto a la jerarquía católica), la emergencia de Alianza Patriótica con Rolando Araya que procura retomar un rostro socialdemócrata, y el Frente Amplio, con el rector del Tecnológico, Eugenio Trejos, a la cabeza. Son en verdad tres expresiones que demostraron toda su impotencia en la lucha contra el TLC, al privilegiar cálculos electoreros antes que la batalla frontal en las calles; de hecho, no sólo son cómplices de la trampa del referéndum, sino que se rehusaron a denunciar el fraude y luego a combatir consecuentemente la agenda de implementación del TLC, porque son la “pata izquierda” del régimen de falsa democracia al que terminaron y terminan rindiendo pleitesía. Por ello creemos que votar por estas alternativas que se presentan como “de izquierda responsable” o de centroizquierda, en realidad es seguir alimentando obstáculos para la reconstrucción del movimiento obrero y popular, que creemos debe darse desde las bases y las luchas concretas.
De tal manera, desde el PRT, llamamos a todas las y los activistas independientes de izquierda, trabajadores y trabajadoras luchadoras, feministas y ambientalistas, del movimiento de diversidad sexual y en general a todos los sectores populares a no concurrir a las urnas y no votar por ninguna de la papeletas el próximo 7 de febrero y expresar así nuestra enérgica protesta contra este régimen de falsa democracia y esta farsa electoral. Al mismo tiempo creemos que se hace necesario articular un espacio unitario de acción y reflexión para construir juntos una izquierda anticapitalista de combate, feminista, defensora de la diversidad sexual y ecosocialista. En ese camino bregamos las y los compañeros que militamos en el PRT.
PARTIDO REVOLUCIONARIO DE LAS Y LOS TRABAJADORES (PRT)
San José, 6 de enero del 2009