Las elecciones del 4 de Mayo en Panamá cierran un ciclo de procesos electorales en la región Centroamericana, en el que ha habido un fortalecimiento de la izquierda en Honduras, el apretado triunfo y reelección del FMLN, y un inusitado crecimiento de la izquierda en Costa Rica.
El gobierno de Martinelli a punto de finalizar en Panamá, reflejó una correlación de fuerzas a favor de la reacción. Las luchas que han librado los trabajadores de Panamá en el último periodo, brindan una excelente oportunidad para un crecimiento electoral de la izquierda.
1.- Reencontrando nuestros orígenes comunes
Panamá es una parte indisoluble de la nación centroamericana, que se encuentra artificialmente dividida en siete pequeños Estados. Aunque durante el periodo colonial, el territorio de Panamá no perteneció a la jurisdicción de la Capitanía General de Guatemala, sino al Virreinato de Nueva Granada, los nexos históricos, económicos y políticos con Centroamérica son muy estrechos.
La privilegiada ubicación geográfica de Panamá y resto de Centroamérica, fue motivo de una profunda y visionaria reflexión unionista de parte de Simón Bolívar: “Los Estados del istmo de Panamá, hasta Guatemala, formarán, quizás, una Asociación. Esta magnífica posición entre los dos mares podrá ser, con el tiempo, el emporio del universo; sus canales acortarán las distancias del mundo, estrecharán los lazos comerciales de Europa, América, Asia y traerán a tan feliz región los tributos de las cuatro partes del globo (…)”.(Carta de Jamaica, 06/09/1815).
La revolución anticolonial latinoamericana iniciada en 1809-1810, terminó dislocando al imperio español. Una década después, ante el temor de la revolución popular, las autoridades coloniales de la Capitanía General de Guatemala, fueron obligadas a declarar la independencia el 15 de septiembre de 1821. Las repercusiones se hicieron sentir en el istmo de Panamá, que era gobernado por una oligarquía de poderosos comerciantes, quienes oliendo el peligro de la revuelta popular también declararon finalmente su independencia el 28 de Noviembre de 1821.
De la misma manera que, el 5 de Enero de 1822, las autoridades de las Provincias Unidas de Centroamérica decidieron anexarse al imperio Mexicano de Agustín de Iturbide, el Acta de Independencia del Istmo de Panamá declaró la independencia respecto a España y a reglón seguido declaró que “el territorio de las provincias del Istmo pertenece al Estado Republicano de Colombia a cuyo Congreso irá a representarle su Diputado (…)”.
No llego a concretarse la “Asociación” de “Estados del istmo de Panamá, hasta Guatemala”, como lo planteó Simón Bolívar. Al contrario, por 83 años, el Istmo de Panamá formó parte sucesivamente de la Gran Colombia (1821-1832), de la República de la Nueva Granada (1832-1857), de la Confederación Granadina (1857-1863), de los Estados Unidos de Colombia (1863-1886), y finalmente, de la República de Colombia (1886-1903).
A pesar que en 1826 se realizó en Panamá el Congreso Anfictiónico, bajo la influencia de Simón Bolívar, la oligarquía de comerciantes realizó el primer intento de separación de La Gran Colombia, para crear un nuevo Estado bajo la protección de Inglaterra y Estados Unidos.
Desde la primera independencia hasta nuestros días, la historia de Panamá ha sido dibujada por los intereses de esta oligarquía de comerciantes. Aunque Panamá estuvo unida a Colombia desde 1826 hasta 1903, gozando de relativa autonomía, luego de la disolución de La Gran Colombia hubo varios intentos de secesión en 1830, 1831, 1840 y 1860, cuando se creó efímeramente el Estado de Panamá. El 27 de febrero de 1855, el Congreso de Colombia creó el Estado Federal de Panamá dentro de la Confederación Granadina.
Bajo la fiebre del oro en California, la autonomía fiscal y aduanera de Panamá permitió la construcción de un ferrocarril propiedad de una empresa norteamericana que unió el Mar Caribe con el Océano Pacífico, superando la decadente Ruta del Tránsito por el rio San Juan de Nicaragua.
Pero en 1869 se completa el ferrocarril que une la costa Este y Oeste de Estados Unidos, y el ferrocarril de Panamá perdió importancia, agudizando la crisis económica en el istmo. En 1878 Colombia firma la Concesión Salgar-Wyse que permite a la empresa francesa La Société Internationale du Canal Interocéanique encabezada por Ferdinand Lesseps iniciar en 1881 la construcción del Canal por Panamá.
Después de la quiebra de la compañía francesa, y que Estados Unidos se garantizara la no injerencia de Inglaterra, comenzó la conspiración por separar a Panamá de Colombia, lo que se logró finalmente el 3 de Noviembre de 1903. Desde entonces, la historia de Panamá está marcada por los intereses del imperialismo norteamericano sobre el Canal.
2.- Las luchas por la recuperación de la soberanía nacional.
Pero una cosa son los intereses de la oligarquía de comerciantes, y otra los sentimientos nacionalistas y de autodeterminación del pueblo panameño. En los últimos 110 años, desde 1903 hasta la fecha, los destinos de Panamá han sido decididos por el imperialismo norteamericano, lo que ha originado constantes revueltas nacionalistas y antiimperialistas, entre las que destacan las heroicas movilizaciones estudiantiles contra las bases militares norteamericanas y por la recuperación del Canal de Panamá a manos de los panameños.
3.- El rol progresivo del Torrijismo y sus limitaciones
Debido a la actitud entreguista de la oligarquía comerciante de Panamá, y la enorme expresión de descontento social y popular, sobre todo a raíz de la masacre de estudiantes el 9 de enero de 1964, un sector nacionalista burgués de la oficialidad de la Guardia Nacional (GN), encabezado por el Mayor Boris Martínez y el Teniente Coronel José H. Ramos, el 11 de octubre de 1968 propinó un golpe de Estado contra el recién electo presidente Arnulfo Arias Madrid, quien se refugió en la Zona del Canal, buscando la protección norteamericana.
Un año después, luego de un reacomodo interno dentro de la oficialidad y de otras intentonas golpistas, el teniente coronel Omar Torrijos Herrera se pone al frente de lo que denomina “un proceso revolucionario”, instaurando un régimen bonapartista sui generis que otorgó algunas conquistas sociales como la reforma educativa, aprobó un nuevo Código de Trabajo en 1972, Reforma Agraria y aprobó Leyes de Vivienda, apoyándose en las masas para forzar al imperialismo norteamericano a iniciar una negociación sobre la devolución del Canal de Panamá, el retiro de las bases militares yanquis y la recuperación de la soberanía nacional.
Con este apoyo de masas, Torrijos convocó a una Asamblea Nacional Constituyente en 1972, redactando una nueva Constitución que institucionalizó el nuevo régimen político, basado en la Guardia Nacional y posteriormente en la Fuerza de Defensa. Si bien es cierto el nacionalismo burgués de la oficialidad era sumamente progresivo, en la medida que luchaba por reivindicaciones democráticas de la nación panameña, impuso un control férreo sobre los sindicatos y organizaciones de masas, captando a una parte de la dirigencia sindical e imponiendo reformas regresivas al Código del Trabajo en 1976 que imponían el arbitraje, limitaban el derecho de sindicalización o la huelga, según el caso, de los empleados públicos, de la Zona Libre de Colom (ZLC), del Canal de Panamá, del sector bancario, imponiendo el método del arbitraje obligatorio del Estado.
Contrario a lo que se cree, bajo el Torrijismo, Panamá se consolidó como un paraíso fiscal y una económica basada en el comercio y el sector servicios, y comenzaron a aplicarse los planes de ajuste dictados por el Fondo Monetario Internacional (FMI)
El rol progresivo del Torrijismo fue evidente cuando armó y entrenó militarmente a comandos guerrilleros del sandinismo dentro de los cuarteles de la Guardia Nacional, en el periodo 1977-1979. En septiembre de 1977, aprovechando la crisis del imperialismo norteamericano, Omar Torrijos suscribió con el presidente Jimmy Carter, los Tratados Carter-Torrijos que devolverían la soberanía formal a Panamá el 31 de diciembre del año 1999.
En 1979 se constituyó el Partido Revolucionario Democrático (PRD), como la expresión política del nacionalismo burgués torrijista. Al morir Torrijos el 31 de julio de 1981, el general Manuel Antonio Noriega fue considerado su sucesor político. No obstante, el Norieguismo se diferenció del Torrijismo en que aquel dejó de apoyarse en las masas para convertirse en un régimen cada vez más basado en los militares, perdiendo su amplia base social y facilitando con ello su propia destrucción.
4.- El nuevo statu quo después de la invasión de 1989
La invasión militar norteamericana de 1989 no solo desalojó a Noriega del poder, sino que creo un nuevo statu quo neo colonial en Panamá. Aunque el efecto de los tratados Carter-Torrijos no podía ser revertido, el imperialismo norteamericano se garantizó mantener la influencia política y militar en Panamá a través del Tratado de Neutralidad.
Dentro de este nuevo statu quo, se produjeron una serie de cambios legales para desmantelar el bonapartismo, aunque la Constitución de 1972 sigue vigente con las modificaciones de 1994 y 2004, propiciando una débil democracia burguesa, con alternancia de poder. El PRD abandonó sus antiguas posiciones nacionalistas burguesas y terminó colaborando con la estabilización del nuevo régimen politico.
Dentro del nuevo rediseño imperialista, Panamá se incorporó en 1994 al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) que es el foro político del Sistema de Integración Centroamericana (SICA). Aunque el presidente Martinelli se retiró del PARLACEN, la Corte Suprema de Justicia declaró inconstitucional la decisión. A partir de junio de 2012, Panamá se incorporó como miembro pleno del Sistema de Integración Económica Centroamericana (SIECA), vinculando aún más su economía al mercado regional centroamericano.
El imperialismo norteamericano ha incluido a Panamá en esa gran zona de libre comercio en que se ha convertido Centroamérica. Tenemos, pues, la integración cada vez mayor de nuestras economías, lo que nos obliga a los revolucionarios a luchar por reunificación de la nación centroamericana bajo un nuevo Estado Federal.
5.- Los trabajadores no se cansan de luchar
Los trabajadores de Panamá han sido, junto a los trabajadores costarricenses, los que más han protagonizado luchas en el último periodo en Centroamérica.
En agosto del 2008, los sindicatos panameños convocaron a movilizaciones y huelga general parcial contra el gobierno de Martín Torrijos, reclamando aumento de salarios y detener la privatización del servicio de salud.
En septiembre de ese mismo año se realizó un nuevo paro nacional de advertencia que fue apoyado por la Comisión Médica Negociadora Nacional (COMENENAL), el Sindicato Único Nacional de Trabajadores de la Industria de la Construcción y Similares (SUNTRACS), el Frente de Acción Magisterial (FAM), la Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF), la Asociación de Maestros Independientes Auténticos (AMIA), la Confederación Nacional de Unidad Sindical Independiente (CONUSI), el Comité de Familiares por el Derecho a la Salud y la Vida (COFADESAVI), el Movimiento de Bases Transportistas y Usuarios, diferentes organizaciones Estudiantiles, Ambientalistas, Grupos Comunitarios, Organización Campesina e Indígena de Veraguas, Unión Campesina Panameña (UCP), Frente Campesino Contra los Embalses (FCCE), entre otras.
En julio del 2010, Ricardo Martinelli presentó a la Asamblea Legislativa, en una sesión a puertas cerradas, el proyecto de Ley No. 30, conocido como Ley Chorizo, que reformaba los Códigos de Trabajo, Penal, Judicial, la Leyes Ambiental, la Orgánica de la Policía Nacional, de Aeronáutica Civil, del Tribunal de Cuentas y la Migratoria. Un verdadero paquete de leyes antipopulares en una sola.
Miles de campesinos salieron a las calles de la provincia de Bocas de Toro, a exigir la derogación de la Ley No. 30. El SUNTRACS se sumó a las protestas, paralizando la ampliación del Canal en la zona del Lago Gatún. Los obreros bananeros de Changuinola, en Boca del Toro, organizados en el Sindicato de Trabajadores de la Industria del Banano (SITRAIBANA) se sumaron a la protesta nacional y fueron reprimidos brutalmente por la policía.
En Octubre del 2011 se inició la gran huelga del sector hospitalario cuando los gremios de Médicos, Profesionales, Técnicos de la Salud y Administrativos al servicio del Estado en el Sector Salud, desarrollaron sendas movilizaciones contra la aprobación de Proyecto de Ley 349 sobre el régimen de Asociación Público-Privadas (APP).
La huelga hospitalaria duró casi dos meses, evitando la aprobación inmediata por parte de la Asamblea Nacional, de la privatización parcial de los servicios de salud, incluida la seguridad social, pero los temas salariales y laborales quedaron pendientes de resolución.
El 6 de enero de 2012, el SUNTRACS encabezó la histórica huelga de 5,000 trabajadores, que luchaban por aumento de salarios, y que laboraban en la ampliación del Canal de Panamá. A finales de marzo, los trabajadores de la empresa Panamá Ports Company (PPC) se fueron a huelga por aumento de salarios, reclamando también la derogación de la Ley No. 34 que regula las operaciones en los puertos de Balboa y Cristóbal
En abril del 2012, más de 5 mil trabajadores de la Asociación Nacional de Practicantes, Auxiliares y Técnicos de Enfermería (Anpate), desarrollaron un paro de 48 horas reclamando aumento de salarios y el cumplimiento de la Ley No. 53 que estableció la reclasificación de cargos y ordenaba implementar una escala salarial que beneficiaba a los técnicos de enfermería.
En mayo del 2012 se reinició la lucha hospitalaria por los temas que quedaron pendientes en 2011. La Coordinadora Nacional de Gremios Profesionales y Técnicos de la Salud (Conagreprotsa) inició la pelea, llamando a un paro de 24 horas. Apoyaron el paro la Asociación Nacional de Trabajadores Manuales de la Caja de Seguro Social (Anadetram), la Asociación Nacional de Funcionarios y Administrativos de la Caja de Seguro Social (Anfacss) y la Asociación de Empleados de la Caja de Seguro Social (AECSS). También se sumó el combativo gremio médico perteneciente la Comenenal.
El 24 de Mayo del 2012, el mismo día que concluyeron las negociaciones de los gremios del sector salud con el gobierno, se inició un paro y marcha nacional de los gremios docentes, en protesta por los bajos salarios.
A la vanguardia de la lucha magisterial se encontraba la Asociación de Educadores Veragüenses (AEVE), siendo acompañada por la Asociación de Profesores de la República de Panamá (ASOPROF) y otros gremios.
El 17 de octubre del año 2012 se iniciaron grandes movilizaciones contra la Ley No. 72 que privatizaba parcialmente la Zona Libre de Colon (ZLC). En esta lucha popular salieron a relucir los intereses ocultos de los empresarios agrupados en la Cámara de Comercio, Industrias y Agricultura de Panamá (CCIAP). La Ley No. 72 fue finalmente derogada.
A finales de abril del 2013, el gobierno de Martinelli, enfrentó una poderosa huelga de 96 horas del gremio de enfermeras e inmediatamente después comenzó la huelga de 48 horas convocada por los trabajadores del sector salud.
Tras un largo forcejeo y tensas negociaciones, en la noche del 1 de Mayo finalizó la huelga encabezada por Conagreprotsa, que reúne a 33 organizaciones de los trabajadores de la salud.
El 30 de Julio del 2013 se inició una nueva huelga del magisterio panameño, esta vez contra la aplicación del Decreto No. 920, que creaba el Sistema de Gestión de Centros Educativos de Formación Integral, que era una privatización parcial de la educación superior.
La huelga inició con el gremio dividido. No todos los sindicatos estaban de acuerdo con el paro, solamente 7 sindicatos iniciaron la pelea, pero la vanguardia del magisterio constituida por la Asociación de Profesores de la República de Panamá, la Asociación de Educadores Veragüenses, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación, entre otros, terminaron imponiendo el ritmo de la lucha y la movilización. El 12 de agosto la huelga triunfó cuando el gobierno publicó la derogación del Decreto No. 920, pero el gobierno se negó a firmar un acuerdo.
La prolongación de la huelga magisterial activó la solidaridad de otros sindicatos, como el Frente Nacional por la Defensa de los Derechos Económicos y Sociales (FRENADESO), el combativo SUNTRACS, el sindicato de trabajadores de Femsa-Coca-Cola, y la CONUSI.
En septiembre de 2013 los médicos organizados en COMENENAL se lanzaron a la lucha contra la Ley No. 69, o nuevo Código de la Salud. La huelga duro más de un mes, pero obligó al gobierno de Martinelli a retroceder y negociar.
6.- El surgimiento del Frente Amplio por la Democracia (FAD)
En este contexto de ascenso de las luchas de los trabajadores y de los sectores populares e indígenas, es que se ha producido el surgimiento de un nuevo partido de los trabajadores constituido por varias organizaciones sindicales y grupos de izquierda, entre los que podemos mencionar el Suntracs, el Conusi y el Frenadeso.
El Frente Amplio por la Democracia (FAD) no tiene sectores empresariales en su seno. Esta independencia política es un reflejo del ascenso de las luchas obreras, populares e indígenas en Panamá, y la cristalización de un fenómeno de ruptura política con los partidos patronales: Partido Revolucionario Democrático (PRD), Partido Popular (PP), Movimiento Liberal Republicano Nacionalista (MOLIRENA), Partido Panameñista y el gobernante Cambio Democrático (CD)
La ruptura con el Torrijismo reviste especial importancia porque que ha sido durante mucho tiempo el partido con un pasado nacionalista, que más ha influenciado y controlado a los trabajadores y sectores populares.
El FAD logró su inscripción como partido político a pesar de las restricciones antidemocráticas impuestas por el actual Código Electoral.
7.- Nuestras principales críticas al programa democrático del FAD
A pesar que la irrupción del FAD y la candidatura presidencial del dirigente obrero Genaro López, secretario general del SUNTRACS, es un fenómeno político altamente progresivo, el programa electoral del FAD no es obrero, ni socialista, sino esencialmente democrático, y por lo tanto no representa una ruptura con el actual sistema capitalista neocolonial en Panamá.
El Plan de Gobierno del FAD no menciona una sola vez la existencia del imperialismo norteamericano, principal opresor de la nación panameña, ni plantea que el eje de lucha por la conquista de la independencia y la soberanía nacional pasa por la lucha antiimperialista.
En cambio, el Plan de Gobierno del FAD se propone “construir una sociedad verdaderamente democrática, equitativa, participativa y con justicia social, en la cual impere la solidaridad humana y el respeto irrestricto a todos los derechos humanos, y se construya el Estado Nacional, con independencia y verdadera Soberanía (…) Se hace necesario un Estado participativo en la actividad económica, en el cual prevalece el interés público sobre el privado y lo social sobre lo particular, optando por la planificación como instrumento de la política económica(…) Nuestra propuesta es anti-neoliberal”
Es correcto luchar contra el neoliberalismo, y luchar por instaurar amplia democracia para los trabajadores y el pueblo, pero ante la brutal ofensiva neoliberal el Plan de Gobierno del FAD propone una ilusoria democracia liberal, cuya existencia ya no es posible en momentos de aguda crisis del capitalismo mundial, y cuando la ofensiva neoliberal arranca las conquistas democráticas y laborales a los trabajadores.
Ante el grave problema de la deuda externa, el Plan de Gobierno del FAD se limita a declarar que “el compromiso del FAD es pagar la deuda social que se tiene con el pueblo panameño”.
En materia de reivindicaciones propiamente laborales, el FAD que tiene su origen en los sindicatos, plantea correctamente que “los salarios de las altas autoridades del Sector público (Ministros, diputados, magistrados, etc.) no deben ser superiores a 5 veces el salario mínimo (…) Elaborar una política nacional de salarios (que comprenda ajustes de salarios de acuerdo al costo de la vida). Aumento general de salarios. Unificación de zona – un solo salario mínimo a nivel nacional. Indexación salarial de acuerdo al nivel de inflación (mantener poder de compra de los salarios). Estabilidad laboral. Reducción de jornada a 40 horas semanales. Eliminación del trabajo por tareas. Eliminación de la flexibilización y tercerización laboral. Eliminación progresiva de la informalidad. Derecho laboral de migrantes (…)”.
Pero en relación al Canal de Panamá, el corazón económico de la nación, el Plan de Gobierno del FAD se limita a darle un “uso social del excedente canalero: que se destinen exclusivamente al financiamiento de proyectos y obras que tengan relación directa con el mejoramiento de la calidad de vida de los panameños; garantizar que los ingresos que entrega la ACP al país se correspondan con la prioridad de satisfacer las necesidades sociales de la población (…) Se creará una Comisión para que evalúe los asuntos del canal incluyendo el Tratado de Neutralidad”.
Los trabajadores de Panamá deben ejercer el control directo sobre el Canal, sobre los recursos que genera, y tener injerencia decisiva en la Autoridad del Canal de Panamá (ACP), lo que implica realizar profundos cambios a la actual Constitución, aprobada en 1972.
Pero en relación al Estado burgués, el Plan de Gobierno del FAD “se compromete a desarrollar un proceso para instaurar la Constituyente Originaria de manera que en un año el pueblo panameño tenga una nueva Constitución que responda a los intereses de las grandes mayorías”.
El planteamiento de una Asamblea Nacional Constituyente es correcto y necesario, pero no debe ser planteado de manera tangencial sino como una de las principales consignas a agitar durante la campaña electoral. Se requiere reorganizar el Estado de Panamá en beneficio de los trabajadores y los pobres.
7.- La candidatura independiente de Jované
El profesor Juan Jované es ampliamente conocido en Panamá, por oponerse vigorosamente a la privatización de la Caja del Seguro Social (CSS). Finalmente, después de vencer muchos obstáculos, Jované ha logrado inscribirse como candidato presidencial independiente.
A pesar que Jované lleva como candidato a la vicepresidencia a Alberto Reyes, secretario general de la Federación Auténtica de Trabajadores (FAT), esta candidatura independiente no es obrera ni refleja los intereses de la clase trabajara. La candidatura de Jované-Reyes expresa más bien a sectores democráticos y radicales de la intelectualidad y la clase media. La propuesta de Jované es igualmente democrática, y no plantea la ruptura con el actual sistema capitalista en crisis.
8. La candidatura obrera de Priscila Vásquez
Priscila Vásquez es una reconocida dirigente de la Asociación de Empleados de la Caja del Seguro Social (AECSS), y dirigente del Partido de los Trabajadores y las Trabajadoras de Panamá. Después de una ardua campaña de recolección de firmas, logró vencer los escollos del Código Electoral e inscribirse como candidata independiente a diputada, llevando como suplente a Virgilio Arauz, conocido dirigente magisterial, ambos para diputados por el Distrito 8-8, en Panamá.
También fue inscrito como candidato independiente a diputado, el dirigente popular Alirio Prado, secretario general de Unidad Integral de Los Pueblos en Coclé, llevando de suplente a David Chung Wong, para el distrito 2-4 en la provincia de Coclé.
9. Llamamos a votar críticamente por los candidatos del FAD y por los candidatos obreros independientes a diputados
Con antelación, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), al igual que otros grupos y corrientes de izquierda en Panamá, planteamos la necesidad de conformar un frente unitario de la izquierda, utilizado la inscripción electoral del FAD, pero esto no fue posible.
Por ello, ante la inminencia de las elecciones del 4 de mayo del 2014, el PSOCA llama a los trabajadores y al pueblo de Panamá, a no dar un solo voto a los partidos de la patronal, sino a votar críticamente pero masivamente por Genaro López, candidato presidencial del FAD, así como por los candidatos a diputados de esta organización, pero en el distrito 8-8 de Panamá llamamos a votar por Priscilla Vásquez y Virgilio Arauz, y en el distrito 2-4 de la Provincia de Coclé, llamamos a votar por los dirigentes obreros y populares de Alirio Prado y David Chung Wong.
10. Enarbolar un programa de lucha antimperialista y contra la crisis capitalista
La enorme conquista política que representa la creación del FAD y la postulación de reconocidos dirigentes sindicales como candidatos independientes a diputados, nos obliga a generar una amplia discusión sobre el programa político que los trabajadores y la izquierda debemos enarbolar para conquistar una nueva independencia nacional en relación al imperialismo norteamericano, y que Panamá, como lo planteó Simón Bolívar, forme parte de la necesaria reconstrucción del Estado Federal en Centroamérica, bajo el socialismo.
El PSOCA llama la izquierda panameña a luchar unidos y definir ese programa revolucionario que tanto necesitamos, y que debe incluir la inmediata convocatoria a una Asamblea Nacional Constituyente, que reorganice a Panamá en beneficio de los más pobres, por una nueva independencia, por el fortalecimiento de lucha antiimperialista, por la administración y control obrero sobre el Canal de Panamá, la nacionalización de la banca, una nueva reforma agraria, la defensa del empleo, el salario y las conquistas laborales, etc.
Reunificación Socialista de Centroamérica o muerte!!
Centroamérica, 22 de Abril del 2014
Secretariado Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)