El día jueves 6 de noviembre terminó la huelga de los trabajadores de los muelles de Moín y Limón. Este movimiento huelguístico tardó 15 días. La directiva del Sindicato de Trabajadores de JAPDEVA y Afines Portuarios (SINTRAJAP), con mediación de la defensora de los habitantes, Monteserrat Solano, suscribieron el día miércoles un acuerdo con el gobierno donde se comprometieron a suspender la huelga el día jueves. Entre los puntos del acuerdo se contemplan “entablar un diálogo” con el gobierno; el “cese inmediato de cualquier manifestación de violencia” y que no habrá “sanciones laborales o represalias para los trabajadores”.
Por otra parte, el Ministro de Seguridad, Celso Gamboa, represor de los trabajadores y del movimiento social, declaró por su lado “que no se negociaran las eventuales sanciones penales a los investigados por hechos vandálicos”. (La Nación, 6 de noviembre del 2014). Es decir, que los trabajadores que fueron desalojados de los muelles y reprimidos por la policía el día jueves 23 de octubre, un día después de haberse tomados esas instalaciones, así como manifestantes que participaron en acciones de apoyo a la huelga, serán procesados penalmente. Al respecto de estos trabajadores y manifestantes que serán procesados, Gerardo Vargas, jefe de fracción del Frente Amplio “… reconoció que no podrían ser parte de una negociación los casos que ya hayan llegado a los tribunales”. (La Nación, 4 de noviembre del 2014). O sea, que se abandonan y dejan en manos de la “justicia burguesa” a los trabajadores que se tomaron los muelles como parte del movimiento huelguístico y demás manifestantes que apoyaron la huelga. Esto constituye un acto repudiable tanto de la dirigencia de Sintrajap como del Frente Amplio.
La Situación y Contexto de la Huelga de los Muelles de Limón
La confianza depositada por las dirigencias sindicales, incluida la de Sintrajap, en el gobierno de Solís, en cierto modo, terminó pasándole la factura a los trabajadores de los muelles de Moín y Limón. La dirigencia de Sintrajap creyó en las promesas electorales de Solís de que iba a renegociar los contratos de concesión de los muelles. La dirigencia de Sintrajap tampoco creía que el gobierno de Solís iba a actuar más rápido que las anteriores administraciones liberacionistas frente a la huelga, tomándose y reprimiendo a los trabajadores de los muelles en términos de 10 horas después de la toma de dichas instalaciones. Al respecto de esos hechos represivos, Armando Mayorga, jefe de redacción del diario La Nación y, por ende, periodista a sueldo de la oligarquía, sostiene que este “… es un caso ejemplar de administración pública…”. (La Nación, 6 de noviembre del 2014). El gobierno de Solís, en política represiva, superó con creces y “eficiencia” a los gobiernos de Arias y Chinchilla.
De otro lado, aunque, en términos generales, Sintrajap tuvo una posición correcta, al lanzar la huelga de los muelles de Moín y Limón para presionar al gobierno y, obligarlo a negociar la cláusula 9.1 del contrato de concesión del muelle de Moín, sin embargo, este movimiento huelguístico quedó aislado y circunscrito a Limón, e, incluso al sector de JAPDEVA. Aunque se realizaron varias movilizaciones de apoyo de otros sindicatos en Limón y diferentes bloqueos, estos no fueron suficientes para variar la correlación de fuerzas a favor de la huelga. La conjunción de diferentes factores, acciones y respuestas por parte del gobierno terminaron inclinando la balanza a favor de la patronal.
El gobierno de Solís combinó simultáneamente varios elementos de represión y chantajes para quebrar el movimiento huelguístico de los trabajadores de Moín y Limón: represión policial y toma de los muelles en 10 horas, después de la toma por parte de los trabajadores; denuncia en el Ministerio del Trabajo de la convención colectiva de Sintrajap para eliminar y disminuir las conquistas de los trabajadores; utilización de esquiroles nacionales y extranjeros, para que los muelles continuaran operando, aunque fueran parcialmente; declaratoria de la ilegalidad de la huelga por el Tribunal del Trabajo de Limón. Todos estos factores presionaron duramente el movimiento huelguístico y terminaron condicionando los resultados finales de la huelga de los muelles.
Aislamiento de la huelga
A pesar de todos los factores antes señalados y más allá de los errores de conducción de la dirigencia de Sintrajap, sin embargo, el factor decisivo y determinante de la derrota de esta huelga lo constituye la falta de solidaridad material y real por parte de los bloques sindicales BUSSCO y Patria Justa. Al final, la huelga de Sintrajap quedó aislada a Limón y, aún más, estrictamente a los muelles. Los pueblos de Limón no se levantaron como en otras oportunidades.
Las dirigencias sindicales de los bloques sindicales de BUSSCO y Patria Justa nunca quisieron lanzar la huelga de un día en apoyo al movimiento huelguístico de los muelles de Moín y Limón. Solamente una huelga nacional de un día y la realización de movilizaciones en San José, podrían haber revertido las condiciones desfavorables que se conjuntaron y prepararon la derrota de huelga de los trabajadores de los muelles de Moín y Limón.
El rol desmovilizador del Frente Amplio (FA)
De otro lado, el rol de mediación e intervención desde el interior del sindicato por parte del Frente Amplio, aunque el respaldo fue positivo, en un primer momento, posteriormente se convirtió en un factor de desmovilización y de presión para para que el sindicato negociara y aceptara un acuerdo desfavorable a los intereses de los trabajadores. Esto produjo una evidente división en el seno de Sintrajap.
El día jueves 30 de octubre en San José, representantes del gobierno, José Luis Castillo, secretario de prensa de Sintrajap y Gerardo Vargas, jefe de fracción del Frente Amplio, terminaron negociando y aceptando una propuesta gubernamental de “fortalecimiento” de JAPDEVA. Esa propuesta consistía en la formación de una comisión técnica que realizaría dos “estudios”, uno sobre el potencial de Japdeva para atraer más barcos mediante el “análisis de tendencias” y otro, para analizar el impacto de la concesión portuaria de APM Terminals tendría en las operaciones de la institución estatal encargada de los muelles. Además el gobierno se comprometía a hacer una inversión de 406 mil millones de colones.
Rechazo de asamblea de trabajadores
Esa propuesta fue rechazada en Asamblea General de los trabajadores de los muelles el día viernes 31 de octubre. Esa propuesta constituía una estafa y, por ende, fue rechazada unánimemente por los trabajadores e, incluso, por otros dirigentes sindicales. Al respecto del rechazo contundente de esa propuesta, Rodolfo Ulloa, secretario del FA, declaró sentirse “decepcionado con que la directiva y las bases de Sintrajap no lo aprobaran”. (La Nación, 4 de noviembre del 2014). Es decir, que el Frente Amplio en vez de apoyar una decisión democrática tomada por las bases de Sintajap, la rechazó y se colocó abiertamente en contra de la asamblea general de los trabajadores. Es más, en la reunión del día miércoles 5 de noviembre en donde se negoció el fin de la huelga, el Frente Amplio llamo a suspender la huelga y, probablemente, esta posición sumada a las condiciones desfavorables que rodeaban al movimiento huelguístico terminaron influyendo en la capitulación de la huelga.
Respecto de la suspensión de la huelga, Gerardo Vargas, jefe de fracción del FA sostuvo que “Como diputado de Limón tengo la obligación de buscar la mejor salida y creo que esa se obtiene solo en la mesa de negociación… He conversado con el Comité Ejecutivo y la fracción. José María Villalta ha participado en todo este análisis, él respeta todo”. (La Nación, 6 de noviembre del 2014). Como se puede leer, en cuerpo y alma, todo el Frente Amplio consideraba que la única salida para resolver semejante conflicto social en Limón es en la “mesa de negociación”. De esas declaraciones se desprende entonces, que las huelgas para el FA no sirven como instrumentos efectivos de lucha, sino solamente la mesa de negociación! Con razón el FA nunca hizo un llamado a la movilización y al planteamiento de lanzar un día de huelga en apoyo al movimiento de Sintrajap.
Debemos sacar las lecciones
En conclusión, podemos sostener que, aunque los trabajadores de los muelles realizaron una heroica huelga en defensa de sus puestos de trabajo y de la soberanía nacional de Costa Rica, las condiciones desventajosas y desfavorables que rodearon al movimiento huelguístico, señalados anteriormente, condujeron a una derrota política importante de la huelga de los muelles de Moín y Limón. Esta es una derrota también para el conjunto del movimiento sindical nacional. No existe una derrota física porque, al final, el gobierno lo logró hacer rebajos salariales ni despedir a ningún trabajador, sin embargo, queda una lucha pendiente por evitar que los trabajadores reprimidos y desalojados de los muelles, así como los manifestantes que se solidarizaron con el movimiento huelguístico sean condenados por los tribunales.
De último es importante mencionar que el punto 1 del acuerdo que pone fin a huelga señala “…entablar un diálogo abierto, respetuoso a la legalidad que iniciará a partir de los puntos de coincidencia entre las partes…con la mediación de la Defensoría de los habitantes”. Está claro que el “respeto a la legalidad” significa aceptar tácitamente el tramposo contrato de concesión y la exclusividad de la transnacional holandesa para explotar hasta por 50 años el megapuerto que se construirá en Moín, ya que según el gobierno dicho contrato ha sido refrendado por todas las instituciones encargadas de validarlo.
El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a la vanguardia sindical y de izquierda de los países de Centroamérica, a debatir sobre lo ocurrido con la huelga del SINTRAJAP, y a sacar las enseñanzas de este importante movimiento huelguístico.
Centroamérica, 8 de Noviembre del 2014
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)