El domingo 26 de noviembre del año 2017 se realizarán las elecciones generales en Honduras, para elegir presidente de la Republica y 3 designados, 20 diputados al Parlamento Centroamericano (PARLACEN) y suplentes, 128 diputados al Congreso Nacional y suplentes, alcaldes y miembros de las Corporaciones Municipales en 298 municipios.

Estas elecciones son decisivas porque está en juego el proyecto reeleccionista de Juan Orlando Hernández (JOH) y del Partido Nacional.

1.- El origen de los males actuales

Honduras, con El Salvador y Guatemala, forma parte del Triángulo Norte de Centroamérica, una zona geográfica caracterizada por la violencia, el desarrollo de maras y pandillas, la actividad de los carteles del narcotráfico y el crimen organizado, el enorme desempleo y pobreza que obliga a la migración masiva hacia Estados Unidos, etc.

En los países del Triángulo Norte de Centroamérica, la revolución que se inició en 1979 fue ahogada primero a sangre y fuego, y después se iniciaron procesos de apertura democrática. No es una casualidad, pues, que la descomposición social generalizada y el debilitamiento del Estado ocurra en estos países, al grado tal que el gobierno de Estados Unidos ha vuelto a colocar a Centroamérica dentro de sus prioridades, por el peligro que significa la situación actual de decadencia social y barbarie.

En el caso particular de Honduras, el país fue utilizado como bunker del ejército de Estados Unidos instalando bases militares que todavía permanecen, la zona sur de Honduras fue utilizada para montar los campamentos del ejército contra en la guerra de agresión contra Nicaragua, pero lo más grave fue la aniquilación física de los más selectos dirigentes de la vanguardia estudiantil y revolucionaria en el periodo 1981-1984.

En el mismo periodo, a la par que secuestraban, torturaban y asesinaban al sector más revolucionario, la oligarquía de Honduras, apoyándose en el Ejército, impulsó un proceso de apertura democrática con elecciones que culminaron en la instalación de una Asamblea Nacional Constituyente de 1981 y en la promulgación de la Constitución en 1982, que estableció prohibiciones pétreas contra la reelección presidencial, creando un régimen bipartidista, de alternancia en el poder, que fue roto con el golpe de Estado de junio del 2009 que derrocó al presidente liberal Manuel Zelaya Rosales, lo que representó una ruptura del régimen político instaurado en 1982, el reagrupamiento de los sectores más reaccionarios y el tránsito acelerado hacia un régimen autoritario.

1.1.- La derrota de la lucha contra el golpe de Estado

Contrario a lo que esperaban los golpistas, el derrocamiento de Manuel Zelaya generó una colosal movilización de masas, con altibajos, por la defensa de la democracia. A mediados de septiembre de 2009 las movilizaciones alcanzaron su pico más alto, especialmente después del regreso clandestino de Manuel Zelaya a Honduras, quien se refugió en la embajada de Brasil en Tegucigalpa.

En esta larga lucha se desarrolló una amplia unidad de acción entre diversas fuerzas políticas en contra del golpe de Estado, que dio origen el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), la organización popular más importante después de la Huelga General de 1954.

No obstante, a pesar que las fuerzas de izquierda era mayoría, la conducción política del FNRP se subordinó políticamente ante el expresidente Manuel Zelaya, quien utilizó la fuerza social de la movilización para crear condiciones para una negociación, la que finalmente se produjo, primero con Acuerdo San José-Tegucigalpa-Guaymuras, que por cierto fracasó, y finalmente con el Acuerdo de Cartagena, firmado con el presidente Porfirio Lobo, en el año  2011, que creó las condiciones para el regreso de Manuel Zelaya a Honduras, y la transformación del FNRP en la base de creación de un nuevo partido político: Libertad y Refundación (LIBRE). En este proceso de destrucción del FNRP, la izquierda, salvo raras excepciones, mantuvo una actitud abyecta.

Pero en esta “apertura” del gobierno de Porfirio Lobo hacia Manuel Zelaya había un frío cálculo político: era necesario fomentar la división del Partido Liberal para garantizar la hegemonía del Partido Nacional.

1.2.- Cómo LIBRE absorbió y castró a la izquierda

Hay factores históricos en Honduras que han impedido el desarrollo de una izquierda revolucionaria fuerte, con influencia de masas. Tradicionalmente, el Partido Liberal de Honduras ha sido el partido de la clase media y de los sectores populares. El liberalismo en Honduras ha sido un partido con enorme influencia de masas. Fieles a su tradición, el Partido Liberal de Honduras siempre ha estado conformado por diversas corrientes, unas reaccionarias y otras “progresistas”. Esta relativa democracia al interior del Partido Liberal de Honduras ha servido para absorber, en más de una oportunidad, a las corrientes progresistas.

Por esta razón, por el hecho de que las corrientes radicales del liberalismo absorben a los dirigentes luchadores más destacados, el Partido Comunista de Honduras (PCH), fundado en 1922, siempre fue débil hasta su discreta disolución en 1994. El PCH tuvo mucha influencia en los sindicatos y organizaciones populares, pero a nivel político se subordinó siempre a las corrientes radicales del liberalismo. En muchas oportunidades, el Partido Comunista y otras corrientes de izquierda coincidieron y trabajaron políticamente como aliados de las corrientes “progresistas” del Partido Liberal. El ejemplo clásico de este tipo de coincidencias fue el Partido Democrático Revolucionario Hondureño (PDRH) fundado en 1948, bajo la terrible represión de la dictadura de Tiburcio Carías Andino

En la década de los años 70 del siglo XX, bajo las diversas dictaduras militares, se formó dentro del Partido Liberal de Honduras la Alianza Liberal del Pueblo (ALIPO), que encabezaban los banqueros Edmond L. Bográn y Jaime Rosenthal Oliva y otros dirigentes más plebeyos como Carlos R. Reina, Jorge Bueso Arias y Ramón Villeda Bermúdez. La ALIPO fue un frente único de las fracciones liberales en la búsqueda del poder. Al final, después de una intensa lucha política, la ALIPO logró agrupar temporalmente a otras corrientes consideradas de izquierda dentro del liberalismo como el Movimiento Amigos de Jorge Bueso y Movimiento Ramón Villeda Bermúdez.

Contrario a lo que se pueda creer, las elecciones internas promovidas bajo la vigencia de la Ley Electoral de 1977 permitieron a la dirigencia tradicional del Partido Liberal, absorber en 1981 a todas las corrientes “progresistas”, ampliar su base social, recuperar el poder e imponer su hegemonía a partir de la elección de Roberto Suazo Córdova en 1982, quien perteneció al Movimiento Liberal Rodista.

Una vez en el poder, se produjo una recomposición del Partido Liberal  y también el surgimiento de nuevas corrientes progresistas. A inicios de la década de los años 80 del siglo XX, los hermanos Jorge Arturo y Carlos R. Reina Idiáquez, fundaron el Movimiento Liberal Democrático M-Líder. Esta corriente se opuso a la utilización y entrega del territorio de Honduras en la estrategia de guerra de agresión contra la revolución nicaragüense. Ha sido la corriente más de izquierda dentro del Partido Liberal, aunque posteriormente se dividió en otras corrientes. Posteriormente, en las internas de 1992, Carlos R. Reina encabezó el Movimiento Reinista en las elecciones internas y en 1993, con un discurso democrático, ganó las elecciones generales bajo la consigna de la “revolución moral”, llegando a ser presidente de Honduras (1994-1998).

En las elecciones primarias de 1996, el banquero Jaime Rosenthal Oliva abandonó su radicalismo juvenil y participó con una corriente denominada Movimiento Liberalismo Renovador (LIBRE). Pero esta corriente no tiene ningún nexo con el actual partido LIBRE, la similitud de nombres y siglas es pura coincidencia.

El expresidente Manuel Zelaya formó parte de la corriente dominante conocida como Movimiento Liberal Rodista (MLR), posteriormente se identificó con el Movimiento Azconista pero en las elecciones internas del año 2000 organizó su propia corriente denominada Movimiento Esperanza Liberal (MEL) siendo derrotado por Rafael Pineda Ponce. Posteriormente, sin doblar su brazo, Manuel Zelaya encabezó la corriente denominada Plataforma Poder Ciudadano (PPC), y con un discurso democrático bastante similar al de Carlos R. Reina, ganó las elecciones internas en 2004 y posteriormente ganó las elecciones presidenciales del año 2005.

El nuevo partido LIBRE, que surgió en el contexto de la lucha contra el golpe de Estado, se colocó desde su fundación bajo la conducción absolutista de Manuel Zelaya, no es más que el reciclamiento de una de las corrientes radicales y progresistas del liberalismo hondureño, pero con una enorme tragedia de por medio: la subordinación política de la izquierda que, bajo el argumento de “la lucha por el poder”, prefirió los privilegios económicos de las diputaciones y demás cargos de elección popular, que luchar consecuentemente y de manera independiente por una Asamblea Nacional Constituyente. Es de señalar que desde el 2008, Manuel Zelaya con el giro que dio hacia el “chavismo” reclutó a la mayoría de la dirigencia de las organizaciones de la izquierda y del movimiento popular, sindical y gremial.

2.- El triunfo electoral de JOH: inicio de la hegemonía del Partido Nacional

Las elecciones del 2013 fueron una ruptura formal del tradicional bipartidismo, ya que en esa ocasión participaron 4 partidos políticos importantes: el Partido Nacional (PN) y el Partido Liberal (PL), que representaban a las fuerzas del viejo bipartidismo; y dos partidos emergentes: el partido LIBRE de Manuel Zelaya, que representaba a una corriente radical del liberalismo, con inserción social en la clase media y sectores populares, en alianza con la izquierda reformista subordinada, y el Partido Anticorrupción (PAC), liderado por Salvador Nasralla, con una altisonante ideología derechista, que representaba el descontento de la clase media urbana contra el bipartidismo.

El gobierno de Porfirio Lobo se encargó de crear las condiciones políticas para permitir la continuidad del Partido Nacional en el poder, despejando el camino a su sucesor, Juan Orlando Hernández (JOH), quien fue proclamado ganador de las elecciones del año 2013.

A pesar de las denuncias de fraude electoral, por parte de LIBRE y el PAC, tanto Manuel Zelaya como Salvador Nasralla impugnaron los resultados, pero no llamaron a la movilización y protesta nacional de sus votantes (juntos sumaban más del 43% de los votos válidos) sino que se conformaron con utilizar inocuos recursos legales para revertir el fraude electoral. Como era previsible, todas estas acciones terminaron siendo rechazadas por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) y la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

Zelaya denunció que el fraude electoral se había producido en el 20% de las urnas, y que el TSE se negaba a revisar las “inconsistencias” en 3,604 actas originales. Esta crucial denuncia contra el fraude se debilitó en la medida que LIBRE no aportó las anunciadas pruebas ante la comunidad internacional, solo se limitó a enumerar el listado y número de las Mesas Electorales en donde se produjeron las inconsistencias y el tráfico de credenciales. Al final, después de un proceso de estira y afloja y de oscuras negociaciones, el ex presidente Manuel Zelaya Rosales, declaró lo siguiente: “Hemos tomado la determinación de reconocer un triunfo cuestionado y sin transparencia de la Presidencia” (La Prensa, 25/12/2013). Y con ello terminó reconociendo el triunfo electoral de JOH.

El sistema electoral de Honduras permite ganar las elecciones por mayoría simple. Bastaba organizar la división del voto liberal, y la división del voto de los partidos emergentes, para poner la presidencia de la república en bandeja de plata, a favor de JOH. Y eso fue lo que ocurrió.

La imposibilidad de la candidata de LIBRE, Xiomara Castro, esposa de Manuel Zelaya, de conquistar las mentes de la mayoría de la población, marcó un punto de inflexión del partido LIBRE. La disolución en los hechos del FNRP, el hecho que JOH logró imponerse en las elecciones, más los efectos del ajuste económico, causó gran desmoralización en la base del partido LIBRE. Como oposición parlamentaria el partido LIBRE mantuvo una posición errática, oscilante, que brincaba de las negociaciones secretas al discurso estridente contra JOH.

Como era de esperarse, a pesar que el PN era minoría dentro del Congreso Nacional, las facciones del liberalismo, junto a la bancada del PAC, fueron incapaces de doblegar a JOH, y más bien ocurrió lo contrario: JOH comenzó a ganar diputados de todas las bancadas, sobre todo del PL cuyos diputados colaboraban abierta o solapadamente con el gobierno de JOH, aprobando el presupuesto y casi todas las leyes especiales, como la creación de la Policía Militar del Orden Público de Honduras (PMOP), aunque no fue ratificada como órgano constitucional. Poco a poco, de manera paulatina, el gobierno de JOH comenzó a copar todas las instituciones del Estado, debido a la colaboración abierta o por omisión del PL.

El primer golpe decisivo fue la elección de los nuevos magistrados de la CSJ, las cuotas de poder fueron repartidas entre el Partido Liberal y el Partido Nacional, pero JOH se garantizó la mayoría necesaria para aprobar una sentencia a su favor.

3.- Una sentencia escandalosa que abrió el camino a la reelección presidencial

El presidente Juan Orlando Hernández (JOH) logró derogar los artículos pétreos de la Constitución de 1982 que prohibían tajantemente la reelección presidencial, a través de una simple sentencia de la Sala Constitucional de la CSJ, dictada por cinco magistrados que no reflejaban los sentimientos del pueblo.

La sentencia del 22 de abril del 2015 declaró inaplicables el último párrafo del artículo cuatro (4), el numeral cinco del artículo cuarenta y dos (42), el artículo doscientos treinta y nueve (239), y una buena parte del artículo trescientos setenta y cuatro (374), este último considerado una norma pétrea de la Constitución liberal de 1982.

Todas las normas declaradas inaplicables, derogadas en los hechos, estaban relacionadas con la prohibición absoluta de la reelección en Honduras. Esta sentencia fue ratificada por una nueva sentencia del pleno de la nueva Corte Suprema de Justicia de Honduras, en agosto del 2016, que declaró como asunto concluido la sentencia del 22 de abril del 2015

El principal candado de la Constitución de 1982 fue finalmente roto. Lo que antes era prohibido, dejó de serlo. Bajo el sacrosanto principio de libertad de discusión, los grupos de poder en Honduras comienzan a plantear públicamente la necesidad de restablecer la reelección presidencial y también de otros funcionarios públicos. Esto no fue un rayo en cielo sereno, sino la ejecución de un plan bien elaborado.

4.- El caos social crea condiciones para la Reelección presidencial y Bonapartismo

La descomposición social, la falta de empleo, la extrema pobreza, la migración masiva, una juventud socialmente marginada en los barrios y colonias populares, la altísima cantidad de asesinatos y la inseguridad ciudadana, etc, son factores que le facilitan a JOH pregonar a través de la mayoría de los medios de comunicación a su servicio, que su gobierno es fuerte y que restaurará el orden y que traerá nuevamente la estabilidad económica y social perdidas. Esta “mano dura” no es otra cosa que la instauración de un régimen bonapartista, por medio del cual, como Napoleón Bonaparte, JOH pretende convertirse en el arbitro supremo de la nación, controlando y subordinando todos los poderes e instituciones del Estado.

Manipulando las desgracias populares, JOH ha logrado vender la idea que él es el “salvador supremo” de Honduras, y por ello impulsa la creación de nuevos órganos policiales y la modernización de las Fuerzas Armadas, al mismo tiempo que amplía y consolida su base social electoral con programas asistencialistas como “Bolsa solidaria”, “Vida Mejor”, “Honduras Actívate”, las “Recreovías”, el Crédito Solidario, “Honduras Canta” y con “Chamba Vivís Mejor”, iniciativa efímera de empleo la última, y una ejemplar charlatanería la primera. No es una casualidad, pues, que el voto duro del nacionalismo se concentra en los sectores de extrema pobreza, que forman parte de la clientela política del Partido Nacional.

Forcejando con otros sectores de la burguesía que le temen, JOH ha logrado construir un consenso alrededor de su proyecto reeleccionista. La reelección se ha puesto de moda en Centroamérica y América Latina, los casos más sobresalientes en la región son el de Oscar Arias en Costa Rica, Daniel Ortega en Nicaragua y ahora la pretendida reelección de JOH en Honduras. Ante la agudización de la crisis del sistema capitalista semicolonial, las fracciones de las burguesías se ponen de acuerdo en cambiar las reglas del juego, buscando gobiernos fuertes, estables, ante un panorama que presagia luchas y radicalización de las masas trabajadoras. Las condiciones económicas y sociales de Honduras son altamente explosivas, por ello la mayoría de los grupos de poder se inclinan por crear un gobierno fuerte que pueda afrontar cualquier rebelión del movimiento de masas. Al parecer la elección es que JOH continué en el poder.

JOH ha pretendido dorar la píldora, planteando la necesidad de regular la reelección únicamente a un periodo continuo, como ocurre en Estados Unidos. El problema en Honduras es que la experiencia de la dictadura de Carías y los subsiguientes gobiernos militares, demuestra la inexistencia de un sistema electoral democrático, en donde sí se haga valer la voluntad popular expresada en las urnas. Mientras no exista una democracia real, mientras no existan mecanismos de revocación del mandato del presidente y de los altos funcionarios (diputados, magistrados, alcaldes, etc.), la reelección en cualquiera de sus variantes solo servirá para consolidar el poder de los actuales grupos económicos, en detrimento de los intereses de los trabajadores y los sectores populares.

5.- El Partido Nacional, el narcotráfico y la corrupción

La instalación de carteles del narcotráfico en territorio de Honduras, y el alza de la violencia social, es un fenómeno de vieja data, pero se ha recrudecido en los últimos años. Existen denuncias, bien documentadas, que relacionan el crecimiento del narcotráfico con la cúpula del Partido Nacional (PN). Fabio Porfirio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, fue capturado, enjuiciado y condenado en Estados Unidos por actividades del narcotráfico. Antonio Hernández, hermano del presidente Juan Orlando Hernández (JOH), también ha sido denunciado de recibir fondos del narcotráfico. Cuando el río suena, piedras trae.

La corrupción en Honduras es un fenómeno intrínseco al bipartidismo, ambos partidos amamantaron nuevos sectores burgueses, a partir de la apropiación de las finanzas públicas. En el año 2014 salió a luz pública el escándalo del saqueo del IHSS, produciendo la primera gran crisis política del gobierno de JOH. Se produjo un forcejeo entre sectores de la burguesía, que temen al bonapartismo de JOH, cuyo resultado fueron las “marchas de las antorchas”.

Hubo un clamor generalizado para crear una Comisión Internacional contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (CICIH), similar a la CICIG de Guatemala. El gobierno de JOH se opuso a la creación de la CICIH, pero después de intensas negociaciones secretas con el gobierno de Estados Unidos, terminó aceptado la conformación de la Misión de Apoyo contra la Corrupción y la Impunidad en Honduras (MACCIH), con un mandato súper limitado, cediendo el control de la lucha contra el narcotráfico en Honduras a la DEA, apurar el plan de extradiciones de los narcotraficantes hondureños hacia los tribunales de Estados Unidos, una reorganización de las instituciones represivas del Estado, a cambio de ciertas garantías para su familia y su grupo de poder.

6.- Algunas luchas de resistencia: trabajadores y estudiantes

En todos estos años, mientras la oposición burguesa fracasaba en sus intentos de unificación para frenar a JOH, se ha aplicado un inclemente plan de ajustes económicos que está destrozando los niveles de vida de la clase trabajadora y de la clase media. La política monetaria de JOH ha impuesto una devaluación gradual de la moneda, que significa menos consumo para todos.

El gobierno de JOH ha continuado con las privatizaciones, interviniendo instituciones bajo el pretexto de lucha contra la corrupción, pero lo que ha hecho en realidad es reducir las conquistas de los trabajadores estatales, anulando la convención colectiva, los Estatutos de los gremios, etc. Sin una conducción clara, como lo fue en determinado momento el FNRP, los médicos, por un lado, y las enfermeras, por el otro, han enfrentado las políticas privatizadoras y de ajustes del gobierno de JOH. Actualmente se desarrolla una huelga de médicos que lucha por un vital aumento de salarios. Estos son los sectores de la clase media que se rebelan ante la austeridad que impulsa JOH. Los trabajadores han peleado con las uñas, pero hasta el momento se han impuesto los planes económicos del gobierno de JOH.

Como una maravillosa excepción, los estudiantes de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH) han sido, durante más de dos años, el sector social que más ha peleado contra las políticas de austeridad de JOH. Con sus incesantes luchas, los estudiantes han reflejado ese profundo descontento social que existe en Honduras.

7.- Fracasaron los intentos de unidad de la oposición

Después de firmar algunos documentos en conjunto, en realidad la oposición no logró unificarse en un solo frente electoral contra JOH. El Partido Liberal ha abandonado sus principios y convertido en tercera fuerza electoral se ha dedicado a negociar cuotas de poder, aceptando en los hechos la hegemonía del Partido Nacional.

El Partido LIBRE, con algunas divisiones y deserciones, ya no es una alternativa de poder por sí solo. Las elecciones primarias del año 2016 mostraron un declive de 100,000 votos en relación al año 2012, y una pérdida de espacio en relación al Partido Liberal.

En agosto del 2017 se conformó la Alianza de la Oposición contra la Dictadura, entre LIBRE, el PAC y el Partido Innovación y Unidad (PINU). Salvador Nasralla fue el único candidato que se mantuvo con un discurso agresivo y beligerante contra el gobierno de JOH, pero tuvo que pagar un alto precio: los sectores de clase media que lo apoyaban llegaron a un acuerdo con el Partido Nacional y el resultado fue que Nasralla perdió el control de los sellos del PAC, quedando como una corriente sin partido. Finalmente, después de algunas vacilaciones, Manuel Zelaya desistió de presentar la candidatura de su esposa, Xiomara Castro, y Salvador Nasralla fue escogido, por fuera del proceso de elecciones internas, como el candidato presidencial de la Alianza de la Oposición contra la Dictadura.

Nasralla refleja políticamente a esa clase media urbana que ha crecido en las últimas dos décadas en Honduras. Mientras aumenta la pobreza en Honduras, también ha crecido una clase media urbana, que comenzó a tener una expresión política por fuera del bipartidismo. La votación a favor de Nasralla en las elecciones presidenciales del 2013, representaba este fenómeno político. Pero no existe garantía que esa clase media vote por la alianza con el partido LIBRE, porque, como hemos expresado, es una clase media con una fuerte ideología derechista, duramente golpeada por los planes económicos de miseria impuestos por JOH.

8.- En realidad, no hay por quién votar!!

Honduras vive un oscuro periodo de reacción política y una contrarrevolución en el plano económico. El proyecto reeleccionista de JOH pretende consolidar un régimen bonapartista, con los recelos de otros sectores de la burguesía.

El Partido Liberal se ha convertido en un tonto útil de los planes hegemónicos del Partido Nacional, aunque la candidatura de Luis Zelaya representa un intento de cambio, un rostro más de clase media, en la conducción del liberalismo.

El partido LIBRE ha abandonado, incluso, sus postulados iniciales de lucha por la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente, y más bien se dedicado a la tarea de defender y ampliar su representación parlamentaria. En algunos casos, se ha mostrado conciliador con JOH, al grado incluso de acordar una reforma constitucional para lograr que LIBRE tuviese un magistrado en el TSE, acuerdo que fue boicoteado por el Partido Liberal al no dar sus votos en el Congreso Nacional.

En estas condiciones, no hay una opción consecuente en la lucha contra JOH. Algunos compañeros (as) han planteado la necesidad de votar por el “mal menor”, es decir, consideran que votar por Nasralla y los candidatos de la Alianza de la Oposición contra la Dictadura, podría derrotar el proyecto reeleccionista de JOH. LIBRE desperdició la gran oportunidad de encabezar un movimiento nacional de masas contra la reelección de JOH, porque prefirió los discursos dentro del Congreso Nacional que llamar incesantemente a la movilización contra el gobierno.

Igual que las elecciones presidenciales del 2013, las dos corrientes del liberalismo (PL y LIBRE) van nuevamente por separado y sin un programa claro que unifique y movilice al pueblo contra la reelección de JOH. Esta división del voto anti-JOH, y la abstención que veladamente promueve el Partido Nacional, son factores que favorecen el proyecto reeleccionista, pero esta situación desfavorable fue creada por los propios partidos políticos (PL y LIBRE) que decían luchar contra la reelección, pero que, en el fondo, como es el caso de LIBRE, también esperan ansiosamente su turno para la reelección. Todos los factores que hemos descrito crean una situación adversa en la lucha contra el continuismo de JOH, máxime que tiene el control absoluto del aparato electoral del TSE.

9.- Llamamos al voto nulo: marque ¡Fuera JOH” y ¡No a la reelección! en toda la papeleta

Lo decimos claramente: si JOH logra imponer la reelección, la historia condenará a los partidos liberales (PL y LIBRE) que fueron incapaces de luchar por la defensa de la Constitución de 1982, que fue inspirada en los principios y tradiciones democráticas del liberalismo hondureño.

Por ello, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a los trabajadores y al pueblo de Honduras a manifestar su repudio al proyecto reeleccionista de JOH, anulando masivamente la votación, rayando o marcando “fuera JOH” y “No a la reelección” en toda la papeleta electoral, para que no quepa la menor duda que la voluntad es anular el voto, como protesta contra la reelección fraudulenta.

Recientemente, David Matamoros, presidente del TSE, adelantándose a una posible anulación masiva del voto, declaro que: Si ponen dentro de la papeleta electoral “Fuera Joh”, estarían votando por él(La Tribuna 06/11/2017). ¡Que las estupideces del magistrado Matamoros no apaguen la llama de rebeldía! Llamamos a los trabajadores y al pueblo de Honduras a mostrar su rechazo activo al proceso de truculencias legales que han permitido inscribir la candidatura de JOH, en abierta contradicción con la Constitución de 1982.

Fuera JOH!!

No a la reelección presidencial en Honduras!!

Por la convocatoria inmediata a una Asamblea Nacional Constituyente que reorganice Honduras en beneficio de los trabajadores y los sectores populares!!

 

Centroamérica, 20 de noviembre del 2017

 

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

Hemeroteca

Archivo