El domingo 4 de febrero del año 2018 se realizarán las elecciones nacionales en Costa Rica, para elegir al presidente de la República, dos vicepresidentes y 57 diputados de la Asamblea Legislativa. Se presentan 13 partidos políticos en la contienda electoral para la presidencia de la República y muchos otros partidos políticos provinciales en la elección de diputados.
Situación económica-política
El crecimiento económico de Costa Rica es endeble. El año pasado el Producto Interno Bruto (PIB) fue de apenas de 3,6%, mientras que el déficit fiscal llegó hasta el 6%, lo cual ha generado, en algunas situaciones, problemas de financiamiento del gobierno para pagar la planilla de los empleados públicos, así como realizar transferencias a algunas instituciones de bien social, tales como al Patronato Nacional de la Infancia, becas estudiantiles y otros programas. Por otro lado, aparejado al crecimiento del déficit fiscal se encuentra el aumento del endeudamiento tanto interno como externo, el cual están llegado casi al 60% del PIB. Este incremento de la deuda externa hace que gran parte del presupuesto de la República, que se financia en un 45% con deuda, se destine al pago de los intereses, restando capacidad para financiar obras de inversión, disminuyendo el gasto del gobierno e imponiendo, desde hace varios años, a los trabajadores del gobierno, una política de congelamiento salarial.
La tasa de desempleo sigue alta, ubicándose de forma casi permanente en más del 9%, mientras el desempleo ampliado crece, igual crece el subempleo y el sector informal de trabajadores que llega casi a un 50%. El desempleo, el subempleo y la informalidad se han convertido, igual que la pobreza, en problemas estructurales del capitalismo en Costa Rica. Además, existen más de 200 mil desempleados y también se encuentran unos 250 mil jóvenes NINIS que ni trabajan ni estudian. Estos problemas estructurales, aparejados a la desigualdad social que hacen que una pequeña minoría de personas sean multimillonarios y decenas de miles vivan en la miseria y degradación creciente, se han convertido en el caldo de cultivo para el crecimiento inusitado de múltiples bandas de narcotraficantes que controlan y lucha entre sí por los mercados y territorios. Cientos, sino miles de jóvenes son reclutados por el narcotráfico para convertirse en gatilleros. Esto ha llevado a convertir Costa Rica en el segundo país de Centroamérica con la más alta tasa de homicidios, después de El Salvador. Costa Rica se encuentra actualmente en un profundo proceso de descomposición social, lo cual tendrá repercusiones inmediatas en la democracia burguesa. La historieta inventada por las clases dominante de que Costa Rica es un país pacífico es desmentida con creces por la ola de violencia y asesinatos cotidianos en varios barrios de la capital y en otras provincias.
La corrupción dentro del aparato del Estado, en las diversas instituciones estatales y en los tres poderes de la República (Ejecutivo, Legislativo y Judicial) se ha convertido, desde hace algunos años, en un grave problema crónico. De hecho, es un asunto y problema estructural del capitalismo en Costa Rica. El caso de corrupción del “Cementazo” sacó a luz pública toda la podredumbre que existe en los tres poderes de la República. Miembros de los tres poderes de Estado hicieron unidad de acción para contribuir a saquear los dineros públicos de la banca estatal para favorecer al empresario Juan Carlos Bolaños.
El gobierno del PAC
El Partido Acción Ciudadana (PAC) llegó al poder en el año 2014 de forma inesperada, ilusionando a miles de votantes con su planteamiento de un “cambio”. En ese momento, la mayoría de la población costarricense se encontraba desilusionada de los partidos del bipartidismo (PLN y PUSC) que se habían alternado el poder durante 60 años. Sin embargo, después de cuatro años en el poder el PAC se convirtió en una estafa política de la mayoría del electorado que votaron por ese partido creyendo que iban a vivir mejor y que habría un cambio de la forma tradicional de hacer política. El PAC en el poder no hizo ninguna obra social, económica y de inversión significativa. Todo lo contrario, con el caso del “Cementazo” todos los integrantes del PAC en los diferentes poderes del Estado salieron involucrados en ese sonado caso de corrupción. De ahí que una gran parte de la población se encuentra desilusionada tanto con ese partido llamado emergente, como con los partidos tradicionales. ¿Entonces, cuáles son las perspectivas y tendencias en el proceso electoral actual? Seguidamente planteamos algunos posibles escenarios.
¿Hacia dónde va el proceso electoral?
Grandes sectores de la población han agotado su experiencia política-electoral con los partidos tradicionales (PLN y PUSC) y recientemente con el partido “emergente” PAC, por eso giran, dan la espalda, y buscan nuevas opciones o alternativas en la oferta electoral que se presenta, en la competencia por el poder político o bien incrementan el abstencionismo, porque muchos no ven ni encuentran una opción política atractiva y creíble. Debemos aclarar que los partidos tradicionales no han muerto, han recibido fuertes reveses en contiendas anteriores, pero frente a la nueva experiencia con el PAC pueden resurgir. Conforme las encuestas que se han realizado hasta el momento, el porcentaje de abstención se encuentra en un 40% aproximadamente y el nivel de gente indecisa está en 35%. Normalmente, lo indecisos deciden votar en los últimos días de la campaña electoral, lo cual puede inclinar la balanza a favor de uno u otro candidato. La gran área metropolitana (GAM), integrada por las provincias de San José, Cartago, Alajuela y Heredia, concentra la mayor cantidad de votantes, jugando también un rol decisivo en la elección de presidente y diputados.
Los grandes problemas a los que se enfrenta la población en la vida cotidiana, tales como la inseguridad ciudadana debido al crecimiento espectacular de la violencia, producto del creciente narcotráfico; el aumento del desempleo, principalmente entre los jóvenes, mujeres y hogares en pobreza, el incremento del subempleo, la informalidad y otros males sociales, ha posibilitado que un gran sector de la población esté girando, en su intención de voto en casi todas las encuestas, hacia Juan Diego Castro, candidato a presidente por el Partido Integración Nacional (PIN), una agrupación pequeña y sin estructuras ni gente para formar un gobierno. Es importante señalar que este personaje fue ministro de seguridad del gobierno del PLN encabezado Figueres en los años 90.
Este sujeto aspira a jugar un rol bonapartista, es decir, que si llega al gobierno aspira y pretende gobernar por decretos, así como imponer mano dura, léase represión, para resolver, entre otros, el problema de la inseguridad y la delincuencia. Juan Diego Castro, además de tener tendencia al autoritarismo y ser una personalidad díscola e inestable, es políticamente impredecible, lo cual provoca temor entre sectores burgueses y en los dueños de los grandes medios comunicación como La Nación, periódico que, en caso de llegar al poder, ha prometido cerrar en su primer año de gestión. ¿Por qué un gran sector de la población gira electoralmente, según las encuestas, hacia Juan Diego Castro? Porque promete mano dura contra las bandas del narcotráfico, eliminar las pensiones de lujo y terminar con la corrupción, entre otras medidas que plantea de forma demagógica. Grandes sectores de la población, producto de la situación económica, social y política, andan buscando que gobierne un hombre fuerte. La democracia burguesa costarricense está en profunda crisis. De esas condiciones y situación existentes, surge la figura de Juan Diego Castro como una eventual alternativa de poder.
De lo planteado anteriormente no se deriva ni se concluye que Juan Diego Castro ganará inevitablemente va a ganar las elecciones Castro, sino que es una posibilidad abierta en el actual proceso electoral. En todas las encuestas, aunque no debemos confiar mucho en ellas, aparecen con porcentajes de intención de votos similares los candidatos Juan Diego Castro del PIN, Antonio Álvarez Desanti del PLN y Rodolfo Piza del PUSC. La diferencia entre ellos ha sido que mientras Desanti ha venido disminuyendo en las encuestas, Castro ha subido. Sin embargo, de forma sorpresiva en algunas encuestas ha subido en la intención de voto el candidato Piza del PUSC. En cuarto lugar, ha aparecido, en algunas encuestas, el candidato Rodolfo Hernández del Partido Republicano Social Cristiano (PRSC). Más abajo aparece Carlos Alvarado del PAC y más abajo aparecen los demás candidatos. La última encuesta del seminario Universidad de la UCR, plantea un empate entre Juan Diego Castro del PIN y Fabricio Alvarado, un evangélico ultraconservador, del Partido Restauración Nacional (PRN). Lo anterior confirma el auge de partidos ultras y minoritarios, en detrimento de los partidos tradicionales.
Es importante destacar que el candidato del PAC, actual partido en el poder, no tiene posibilidades de ganar las elecciones presidenciales, dado que este partido hizo un pésimo gobierno, desencantó a miles de votantes y su gobierno se encuentra desprestigiado. El partido Frente Amplio (FA), izquierda reformista, que junto al PAC fueron las novedades de las elecciones del año 2014, en casi todas las encuestas ni siquiera obtiene el margen de error de ellas. Esta eventual debacle política-electoral del FA se debe a su política de colaboración que mantuvo con el gobierno del PAC a lo largo de los últimos cuatro años. Esta abyección se va a manifestar en una disminución importante en la cantidad de sus diputados. Por otro lado, el FA no tuvo una política de oposición de izquierda en ningún momento frente al gobierno, mucho menos de convocar a la movilización a las masas trabajadoras para luchar en contra de las políticas anti-obreras del gobierno.
Los partidos evangélicos (PRN y PRC) para tratar de ganar votos y obtener más diputados, han recurrido a los ataques más virulentos contra el movimiento de diversidad sexual, a la “ideología de género”, la cual dicho sea de paso no existe, así como a los ataques del matrimonio entre parejas del mismo sexo que una sentencia-consulta de la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH) impuso a Costa Rica y otros países latinoamericanos. A esta jauría contra los derechos de la población de la diversidad sexual se le ha sumado el PLN y otros partidos burgueses.
Izquierda sectaria y divisionista con programa mínimo democrático
Al final, debemos mencionar al Partido de los Trabajadores (PT) encabezado por su candidato presidencial John Vega. Este candidato y su partido se presenta como una opción de izquierda, socialista y de los trabajadores. Sin embargo, el programa enarbolado por el PT, aunque lleva incluido algunas frases sobre el socialismo y el gobierno de los trabajadores, en realidad enarbola un programa mínimo democrático: sindicatos por empresa para luchar por mejores condiciones de trabajo, reducción de la jornada de trabajo a 40 horas sin reducir el salario, prohibición de despedido a los trabajadores, aumento general de salarios, guarderías para las mujeres que trabajan, no pago de la deuda publica e impuestos a los más ricos, etc. Mas que la plataforma política de un partido que se reclama de izquierda, parece la plataforma de un sindicato. Pero, incluso, aunque tuviera un programa impecable, debemos analizar su comportamiento político en lo cotidiano.
El PT y su candidato John Vega han mantenido una política oportunista, sectaria y divisionista en el seno del movimiento magisterial, apoyando primero a la burocracia sindical del grupo Honestidad y luego, aunque rompen con ese sector burocrático, dividen a la oposición sindical en las elecciones, sirviendo con su política a los intereses de las otras alas de la burocracia sindical. Por otra parte, en el seno de los trabajadores del sector sindical, principalmente, agrícola impulsa y mantiene una política de construir sindicatos “rojos y únicos” como el Sindicato de Trabajadores del Sector Privado (SITRASEP), como que la clase trabajadora fuera compuesta de forma única y como que el sindicato fuera del partido, política que ha expuesto, con despidos, a muchos dirigentes trabajadores sindicales a la represión patronal y del gobierno. En su Facebook, John Vega, haciendo seguidismo al electoralismo burgués, señala que “Ya que varios candidatos andan presentando su equipo, pues acá les presento parte de mi gabinete compuesto por obreros de la construcción y empleadas domésticas…”. Las campañas electorales deben servir para denunciar al sistema capitalista con todas sus lacras sociales, opresión y sus diversas formas de explotación, así como plantear un programa revolucionario de reivindicaciones transitorias que se oriente a la destrucción del sistema capitalistas y su suplantación por una sociedad socialista. Ese programa de transición no existe, en cambio, como lo vieja socialdemocracia, han levantado un programa mínimo democrático, que no plantea la salida a los grandes problemas que sufren los trabajadores de Costa Rica. Andar presentando “gabinetes de gobierno” es caer en el juego electorero de la derecha y la burguesía e incluso engañar a los trabajadores honestos.
Abstención: no hay por quien votar
De último, la tendencia actual parece indicar que en primera ronda ninguno de los candidatos que se encuentran mejor posicionados obtendrían el 40% de los votos para ganar, entonces lo más probable es que se realicen la segunda vuelta electoral en el mes de abril.
Los partidos de derecha que tienen la posibilidad de ganar, ya sea en la primera o segunda ronda, representan los intereses de los empresarios y, en caso de ganar cualquier variante, buscara como aplicar el plan de ajuste salvaje en contra de los trabajadores que se ha pospuesto por cuestión electoral, ya que ninguno de ellos quiere perder votaciones. Por el lado de la izquierda, no se trata de votar por el menos malo, por el mal menor, sino como educar a la vanguardia de los trabajadores costarricenses en los principios del socialismo y de la lucha de los trabajadores
Con base en todas las consideraciones anteriores, desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a todos los trabajadores, sectores populares y sociales de Costa Rica, a protestar masivamente anta la decadencia de la democracia burguesa, rechazando a los partidos que se presentan, llamando a la abstención electoral, porque consideramos que estas elecciones no hay opción política que represente globalmente los intereses de los trabajadores y los pobres.
Centroamérica, 23 de enero del 2018
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)