El próximo 3 de febrero del 2019 se realizarán las elecciones presidenciales en El Salvador. En esta ocasión, competirán solamente 4 partidos políticos, lo que marca un debilitamiento del sistema de partidos políticos. Dada la importancia de esta elección, por la crisis que arrastran el FMLN y de ARENA, es necesario analizar en la coyuntura actual, el programa de los partidos y sus candidatos, y que intereses representan cada una de las propuestas.
Para las elecciones del 2019, por primera vez, los candidatos presidenciales fueron escogidos en elecciones internas, lo que significó un leve avance en la participación popular en los asuntos políticos, pero la democratización del sistema electoral y de partidos políticos sigue siendo una aspiración. En la mayoría de casos los procesos de elecciones internas, con excepción del FMLN, solo sirvieron para legitimar y legalizar las propuestas impuestas por las cúpulas a sus bases. Ante las manipulaciones, la repuesta de las bases fueron el ausentismo, el voto nulo y papeletas en blanco.
Las próximas elecciones presidenciales se realizarán en el contexto de una profunda crisis económica y social, aumento de la migración en masa en búsqueda de trabajo y un enorme descontento popular. El desengaño y la decepción después de dos gobiernos del FMLN, ha creado un enorme vacío político, sin precedentes. Miles de activistas se han retirado del FMLN, surgiendo una enorme cantidad de pequeños grupos de izquierda, críticos al reformismo y aburguesamiento del FMLN.
Incapacidad para resolver la crisis financiera, violencia y delincuencia
Existe un estancamiento prolongado de la economía. Las remesas se han convertido en la principal fuente de ingresos, distorsionando la economía. Los gobiernos del FMLN prefirieron cargar la crisis financiera sobre la clase trabajadora, en vez de obligar al gran empresariado a pagar impuestos de acuerdo a sus ganancias. Llegaron, incluso, al extremo de echar mano a los fondos de pensiones.
La población salvadoreña demanda una salida al problema de la violencia y delincuencia crónicas, más y mejores trabajos con salarios dignos. Los partidos políticos de la burguesía manipulan dichas necesidades con la finalidad de atraer votos.
Ante el problema de la alta criminalidad, las formulas represivas aplicadas por los gobiernos de ARENA y del FMLN mostraron ser ineficaces, ya sea porque maquillaron los problemas o porque sencillamente no pudieron combatir las causas de la marginalización de grandes sectores de la población.
Ante la incapacidad de los gobierno del FMLN, surgieron propuestas demagógicas como la de Guillermo gallegos, dirigente de GANA, en el sentido de implementar la pena de muerte: “…para mí es muy importante pedir desde aquí la aplicación de la pena de muerte para los pandilleros terroristas…”(EDH.22/01/2018). La solución al problema de la violencia y delincuencia no pasa por la masacre de un sector de la población marginalizada, sino que pasa por solucionar los problemas de desempleo y bajos salarios, para resolver la pobreza y la pobreza extrema que arroja a muchos jóvenes de las masas populares a la vida delincuencial, al servicio del crimen organizado.
Los trabajadores y la izquierda revolucionaria debemos plantear una salida al problema de la violencia, no debemos permitir la instrumentalización de violencia como oferta electoral. Si fuese necesario, cualquier diálogo o negociación con las maras debe ser público, de cara a la nación, ante los medios de comunicación, para que sea el pueblo quien conozca y decida cuales son las medidas más adecuadas a tomar para terminar con la violencia y la criminalidad.
Clase trabajadora ha cargado con la crisis
Desde los gobiernos de ARENA hasta los gobiernos del FMLN la clase trabajadora ha retrocedido en sus conquistas históricas. Basta recordar los despidos de trabajadores realizados en el contexto de las privatizaciones, lo cual continúo empeorándose bajo los gobiernos del FMLN. En resumen, a los empleados públicos les han sido arrebatas muchas conquistas y prestaciones.
La mayoría de los trabajadores del sector público no ganan un salario según su nivel académico o especialidad. La clase trabajadora del sector privado también ha visto un descenso del nivel y calidad de vida, ya que no ha existido un aumento y nivelación salarial real. Los aumentos del salario mínimo son risibles.
Los gobiernos de ARENA y también del FMLN han culpado a los empleados públicos, principalmente a los de salud y educación, de no brindar un buen servicio, pero en realidad han sido los diferentes gobiernos los que no brindan las condiciones necesarias para que los trabajadores ejerzan sus labores adecuadamente.
Sistema político antidemocrático
Actualmente, a pesar de algunas pequeñas reformas democráticas, en la práctica continua vigente un antidemocrático sistema electoral, el cual se pone al servicio de los intereses del bipartidismo, ahora en crisis. Basta ver como otorgan o cancelan personalidades jurídicas, o mantienen partidos políticos de manera artificial, según su conveniencia. A pesar de las pequeñas reformas las condiciones excluyentes continúan iguales. Todavía existen insuperables requisitos para constituir nuevos partidos políticos, lo mismo ocurre con la inscripción de las candidaturas independientes y los complicados procesos para la inscripción de las mismas.
El sistema electoral no facilita la libre participación política de todos los sectores, siempre excluye a los más pobres. No han sido aprobados e incorporados mecanismos de participación en los asuntos políticos como el referéndum, revocatoria de mandato, tampoco ha sido otorgado el derecho democrático elemental que los ciudadanos tenga iniciativa de Ley.
La partidocracia continua imperante. Los Diputados son quienes eligen a los magistrados del órgano judicial, así mismo son quienes eligen al Fiscal General, Procurador General, Procurador para la Defensa de los Derechos Humanos, etc. Debe ser el pueblo quien elija democráticamente a los altos funcionarios, contemplando además que cuando un funcionario no cumpla debe ser removido del cargo.
Corrupción e Impunidad
La mayor parte de los candidatos de los partidos en la contienda presidencial, han sido señalados de apropiarse de dinero del pueblo, unos han sido juzgados, a otros se les ha exonerado y otros continúan en la impunidad. La lucha contra la corrupción se ha convertido como un arma en la lucha entre los diferentes grupos de la burguesía. Cada fracción busca como desgastar a las otras, pero ninguna, cuando están en el gobierno, han logrado devolver el dinero robado.
Esto en gran parte se debe al hecho que el órgano judicial, los funcionarios de alto nivel, son producto de negociones de cuotas de los partidos políticos representados en la Asamblea Legislativa. Desde que asumen los cargos llevan compromisos con los partidos que los nombraron.
No existe opción para los trabajadores y el pueblo
Para las elecciones presidenciales del 2019 participaran: Alianza Republicana Nacionalista (ARENA), Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA) unidos a Nuevas Ideas y VAMOS. Es necesario analizar los diferentes partidos y sus candidatos, los cuales en mayoría han sido impuesto por las cúpulas, así mismo es necesario analizar la actuación de estos, su composición social e ideológica:
Alianza Republicana Nacionalista (ARENA): es un partido conservador que encabeza una coalición electoral derechista denominada “Alianza por un Nuevo País” a la cual se han unido el Partido Democracia Salvadoreña (DS), Partido de Concertación Nacional (PCN) y Partido Demócrata Cristiano (PDC). Esta coalición representa los intereses del gran empresariado salvadoreño, en coyunturas ha adoptado ciertas posiciones demagógicas para atraer a los sectores en lucha, ya sea para desgastar a su contrincante político o para buscar votos. El candidato Callejas fue impuesto por el Consejo Ejecutivo Nacional (COENA) de ARENA, lo cual no fue bien visto por sus bases, quienes prefirieron no asistir a las elecciones primarias, dándose casos de votos nulos y votos en blanco lo que mostró un rechazo a la forma como el COENA manejó el proceso electoral interno. Por su parte, la candidata a la Vicepresidencia, Carmen Aída Lazo, proviene del PCN, partido de gobierno bajo las dictaduras militares.
Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN): es un partido que proviene de la antigua guerrilla del FMLN, que logró aprovechar el capital político acumulado por las anteriores organizaciones guerrilleras que le dieron origen. Después de dos periodos presidenciales continuos, ha decepcionado a decenas de miles. Si bien ha realizado algunas reformas, estas han sido insuficientes, ha aplicado dictados de los organismos financieros internacionales contra la clase trabajadora. Hugo Martínez fue elegido candidato presidencial del FMLN porque las bases rechazaron al candidato de la cúpula partidaria.
Gran Alianza por la Unidad Nacional (GANA): es un partido que se autodefine de centro derecha, conformado en el año 2010 por una disidencia de ARENA. GANA fue parte del Movimiento Unidad (GANA-PCN-PDC) que en el año 2014 lanzó la candidatura presidencial de Tony Saca, el mismo que ahora está siendo enjuiciado por desvió o robo de 300 millones de dólares del erario público durante su mandato presidencial (2004-2009).
El candidato de GANA, Nayib Bukele, disidente del FMLN, es la figura pública del Movimiento de Nuevas Ideas. Al no poder inscribir dicho movimiento como partido político, en último momento logró inscribirse como candidato presidencial de GANA, resultando ganador en las elecciones internas, pero con alto nivel de ausentismo, debido al rechazo de las bases de GANA por su imposición. GANA es un partido de derecha cuyos principales referentes ideológicos han sido el discurso radical-represivo contra las maras y las pandillas.
Bukele se ha presentado como el redentor del pueblo salvadoreño, lanzando duras críticas al FMLN y ARENA, lo que ha permitido ganar mucha popularidad hasta convertirse en una alternativa real para las elecciones del 2019.
La candidatura Bukele-GANA busca consolidar una alternativa de “derecha popular” como ellos mismos se autodenominan, para reemplazar a la vieja derecha de ARENA. El surgimiento de una nueva opción de derecha debilita a ARENA, y le da una bocanada de aire fresco al FMLN. Con este giro, Bukele se bajó del pedestal en que había sido colocado por el gueto de la izquierda salvadoreña, del que antes había sido referente. Sin lugar a dudas, el ascenso de Bukele debilita a ARENA.
VAMOS: Este partido participará por primera vez en elecciones presidenciales, se define como un partido de centro, su candidato presidencial es el empresario Josué Alvarado. Al igual que los demás, no representa una opción para las grandes mayorías.
Promesas, solo promesas
Las expectativas sobre quién debe ser el presidente de El Salvador superan la oferta electoral, debido a que todos los partidos giran alrededor de una misma agenda neoliberal, coincidiendo con los organismos financieros internacionales de reducir los beneficios públicos y cargar sobre la clase trabajadora y las masas populares la crisis crónica del Estado burgués en El Salvador. Ninguno de los actuales candidatos y sus partidos plantea un cambio estructural alterno al neoliberalismo, sino que son vertientes del mismo breviario, por lo que, con toda seguridad, ante la ausencia de candidaturas de los trabajadores, el próximo presidente se convertirá en el séptimo gobernante de este extenso y agobiante periodo neoliberal.
No queda más que el Voto nulo
Debido al antidemocrático sistema electoral, los trabajadores no han podido crear su propia alternativa política. No existe ninguna opción electoral que represente y defienda los intereses de la clase trabajadora, los campesinos, sectores populares e indígenas, por ello, como una medida defensiva, la única alternativa que queda es votar nulo o no asistir a las urnas, como expresión de rechazo activo al antidemocrático sistema electoral y a los partidos políticos de la patronal.
En las últimas elecciones, el voto nulo ha cobrado legitimidad. Es una forma activa de protestar, reflejaría una elevación del nivel de conciencia de los ciudadanos quienes se toman el trabajo de ir a las urnas a anular su voto.
Por el fortalecimiento de la CCVN
En las pasadas elecciones presidenciales se conformó la Coordinadora Ciudadana por el Voto Nulo (CCVN), la cual logró incidir en el llamado al Voto Nulo. Nuevamente hacemos el llamado a personas, núcleos y organizativos de izquierda revolucionaria, organizaciones sindicales, sociales y políticas a integrarse a la CCVN, para lanzar una campaña masiva por el voto nulo a la vez que se trabaja en la conformación de una organización revolucionaria de izquierda que retome las banderas de los trabajadores y el pueblo salvadoreño.
Por una oposición de izquierda revolucionaria
Ha quedado demostrado en estos dos periodos de gobierno del FMLN, que este partido ya no es de izquierda, y que no representa los intereses de los trabajadores y las masas populares. Ninguno de los partidos en contienda representa tampoco los intereses de las grandes mayorías. Por ello, debemos trabajar en la conformación de una organización que represente y defienda los intereses de los trabajadores públicos y privados, los campesinos, los indígenas y demás sectores populares del pueblo salvadoreño.
Nadie nos representa: Votemos Nulo
Anulemos la corrupción: Anulemos el voto
Ninguno cumple: votemos nulo
Centroamérica, 10 de diciembre del 2018
Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)
Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)