Por Mario Carranza
En 1977 Oscar Arnulfo Romero llega a ocupar la silla arzobispal de la catedral metropolitana, con una conciencia no tan clara de si proteger o atacar el capitalismo como responsable de toda la desgracia de la humanidad y particularmente la de El salvador, pero aun cuando la represión de los últimos años de la década de los setenta, hacia mella en la población, el arzobispo seguía indeciso si actuar o no, aun no deslegitimaba el régimen imperante, fue con el asesinato del Sacerdote Rutilio Grande, que le hizo tomar plena conciencia de que la derecha oligárquica no iba a respetarles ni a ellos sus derechos, fue como el hecho que le abrió los ojos y desde ese preciso momento, arrecia en critica y oposición a la forma como está actuando el gobierno.
La dogmatica camina junto a la política
La iglesia como parte de la superestructura siempre defenderá los intereses de las clases dominantes pero ello no le impidió a Monseñor Romero su firme carácter frente a clase dominante; su posición con respecto a la ola de violencia y represión fue más que clara al increpar al ejercito a no obedecer a sus jefes cuando las ordenes fueran en contra de la vida del pueblo, haciéndoles conciencia que eran parte de ese mismo pueblo que estaba siendo víctima de la brutalidad y de la ambición desmedida de un pequeño grupo de oligarcas dueños de los medios de producción. Monseñor romero ha sido la figura religiosa y política que pudo llevar desde un determinado momento histórico los dos difíciles papeles, que solo fueron posibles para un personaje de su talla.
Se escribirían libros acerca de los posicionamientos de Monseñor Romero con respecto a diversos temas; los posicionamientos de Monseñor por lógica siempre tuvieron las ideas religiosas como fundamento; desde sus homilías orientaba a la feligresía católica a quienes llamaba a descubrir las causas de la situación por la que atraviesa la clase trabajadora y campesina pero “no como quien estudia sociología y economía…para ser cómplices de esa maquinaria que está siendo gentes más pobres marginados e indigentes”.
También expresaba que “Todo proyecto político que no tenga en cuenta el pecado, la injusticia, el querer mantener la injusticia social, es querer mantener entronizado el pecado y querer echar a parte a Dios, sin Dios no puede haber liberación y donde hay pecado no está Dios, los proyectos que solo se montan para mantener privilegios escandalosos no son proyecto de Dios”. En el campo económico de manera entendible explicaba al pueblo el proceso de Acumulación de capital al expresar que lo que el rico tiene es porque al pueblo se lo ha quitado y el constante llamado que le hacía a la oligarquía cuando les decía que era mejor que entregaran los anillos antes que les quitaran la mano, critico la concentración de uno de los principales medios de producción como es la tierra veía el pecado como la causa de dicha situación pero expresaba “la tierra no puede estar en unas pocas manos tiene que darse a todos y que todos participen de la bendiciones de dios”. Llamaba a no obedecer ninguna una Ley cuando esta es inmoral.
Por un gobierno que tenga como centro la Dignidad Humana
Las clases económicamente dominante veían en Monseñor Romero una amenaza a sus intereses razón por la cual recurrieron al asesinato físico del religioso en este hecho existen responsable materiales e intelectuales entre los que pueden mencionar a mayor Roberto D´Aubuisson fundador de ARENA y otras familias de la clase dominante; a la fecha todavía el crimen de Monseñor Romero está en la impunidad.
El gobierno del FMLN y Mauricio Funes dice orientarse por Monseñor Romero cosa que no es así pues vemos como estos no toman en cuenta la “Dignidad Humana” uno de los principios defendidos por Monseñor Romero y que desde la división de la sociedad en clases con la invasión de España a los pueblos originarios de América se ha mantenido. El gobierno del FMLN y de Mauricio Funes nuevamente ha recurrido a pedir perdón por el crimen de Monseñor Romero pero no le ha dicho al pueblo a quienes es que esta perdonando.