Este día conmemoramos el aniversario de la revolución de octubre de 1944. El 20 octubre de ese año se abrió un proceso de revolución democrática que, durante diez años, transformó Guatemala, abriendo a la amplia mayoría del pueblo la posibilidad de tener derechos básicos de expresión, organización, seguridad social, garantías laborales y libertades generales. Estas amplias libertades permitieron la conformación de un movimiento campesino, obrero y popular que por primera vez hizo escuchar su voz y exigió sus derechos.
Durante el segundo gobierno de la revolución, del presidente Arbenz, el movimiento popular cobró aún más fuerza, impulsado por la reforma agraria que expropió las tierras ociosas de la oligarquía y de la compañía bananera estadounidense. Fue el temor de la burguesía y el imperialismo a este pujante movimiento campesino, obrero y popular el que hizo que se fraguara una campaña contrarrevolucionaria dentro y fuera del país contra el gobierno de Arbenz, que con el auspicio de Estados Unidos terminó derrocándolo en junio de 1954.
La lección que debemos extraer de estos acontecimientos es que los obreros, campesinos y explotados deben a toda costa mantener su independencia de clase no confiar ni en los políticos y partidos burgueses ni en las instituciones del Estado burgués, como el ejército que traicionó a Arbenz, sino confiar sólo en sus propias fuerzas y organizaciones de clase.
Una de las conquistas de estos diez años de democracia fue la proclamación de la autonomía de la Universidad de San Carlos de Guatemala en 1945, durante el gobierno de Juan José Arévalo. Recientemente estudiantes de la USAC organizados en EPA (Estudiantes por la Autonomía) y en otras agrupaciones, desarrollaron una lucha valerosa en defensa de la autonomía, que había sido violada por la Corte de Constitucionalidad al entrometerse en los asuntos internos de la U a instancias de 13 catedráticos traidores a los principios de la USAC.
Durante 54 días los universitarios mantuvieron tomadas las instalaciones del Campus Central, a lo que se sumó la toma del Centro Universitario Metropolitano y varios Centros Regionales. Uno de los resultados más importantes de estas jornadas de lucha fue el resurgir del movimiento estudiantil universitario, en la forma de una amplia vanguardia que incluye a los grupos que conforman EPA y otros sectores estudiantiles que apoyaron la lucha de EPA y se organizaron por su propia iniciativa.
De primera importancia ha sido también el apoyo popular que generó la lucha, que se concretó en la formación de una coordinadora de organizaciones sindicales, campesinas, de docentes, de jóvenes, de mujeres, de empleados públicos y muchas más. Estos acontecimientos recientes marcan una nueva etapa en las luchas populares, que en adelante cuentan con el apoyo de un movimiento estudiantil universitario fortalecido y en crecimiento.
Este 20 de octubre hacemos un llamado a la unidad de las organizaciones campesinas, sindicales, indígenas, estudiantiles y populares para que juntos luchemos por las demandas más urgentes de los oprimidos: Defensa del territorio contra la minería y las hidroeléctricas; por un sistema de salud público eficiente y con suficiente presupuesto; por la nacionalización del servicio de energía eléctrica; por una educación pública gratuita y de calidad; por los derechos estudiantiles y una reforma universitaria que democratice la USAC; por una reforma agraria integral; por un aumento general de salarios.
PARTIDO SOCIALISTA CENTROAMERICANO (PSOCA)
Octubre 2010
www.elsoca.org