Por Úrsula Coj
Los datos oficiales proporcionados por el Tribunal Supremo Electoral (TSE) sobre la recién pasada consulta popular con respecto a la resolución de las diferencias fronterizas, territoriales e insulares entre Belice y Guatemala, fue un verdadero fiasco, pese a los discursos altisonantes de las autoridades electorales, gubernamentales y la mayoría de voceros del estatus quo, que llamaron a votar por el Si.
En un acuerdo entre los gobiernos de Guatemala y Belmopán, ante la irresolución de la Organización de los Estados Americanos, se acordó que fuera la Corte Internacional de Justicia (CIJ) adscrito a Naciones Unidas, quien resolviera el diferendo. En el ínterin pareció que no se iba llevar a cabo, porque Belice aprobó una ley para que el resultado fuera válido si la votación era superior al 40 por ciento; posteriormente derogó eso. Sin embargo, aún no hay fecha para que el referéndum se realice en este país. Pese a que ante un medio guatemalteco el embajador dijera que se realizaría a más tardar el otro año, sin embargo, allí mencionó algo que refleja el sentimiento del pueblo beliceño, que para ellos sí existe una frontera que se conoce como zona de adyacencia, que es parte del reclamo que Guatemala realiza más la mayoría del territorio al sur de ese pequeño país.
Con un altísimo abstencionismo del 73,67 % según datos oficiales, el Sí ganó con 1,758,472 votos, el 95,87% de los votos válidos; mientras que el No fue votado por apenas 76,802 personas, es decir el 4,13%. Por su parte el voto nulo y el blanco sumados fueron de 132,689, el 2.20% y el 4.20% respectivamente; mientras los votos inválidos fueron de 11,307, el 0.59%. Mostrando también por medio de los nulos y los blancos sobre todo, una forma de repudio a esta consulta, además del abstencionismo.
Las autoridades del TSE, desde la magistrada presidente María Eugenia Mijangos, personalidades de la derecha como la actual presidente de la Junta Departamental de Guatemala María del Carmen Aceña, el presidente Morales, su canciller Sandra Jovel y el ex canciller Carlos Raúl Morales, analistas de la Asociación de Investigación y Estudios Sociales de tendencia liberal, el pleno del empresariado aglutinado en CACIF, habían llamado por Si. Todos estos elementos reproductores de opiniones garantizadoras del mantenimiento del orden y la gobernabilidad se congraciaron, porque la participación -obviando los votos nulos y blancos- había subido con respecto a las consultas populares de 1999 y 1994, donde la participación rondó en menos del 20 por ciento.
Los distintos medios de comunicación por su parte, desde los más afines a la extrema derecha cercanos al sempiterno alcalde de la Ciudad de Guatemala Álvaro Arzú, al gobierno actual y la camarilla de ex militares que los rodea, su partido FCN-Nación y la pléyade de minúsculos partidos de derecha, así como Radio Sonora, los canales de la televisión abierta; así como los medios cercanos a la derecha liberal, al papel anti-corrupción del Ministerio Público y la CICIG, como Emisoras Unidas, Canal Antigua, Guatevision, Prensa Libre, Publinews, El Periódico, etc.; constantemente llamaron a votar por el Si. En sus distintas notas, editoriales, portadas, programas, manipularon la información acerca de los altos niveles de votantes por el Si, pero sin poner en contexto de que fue en un altísimo abstencionismo. Los segundos más oportunistamente prefirieron callarse y mejor opinar sobre la selección de los finalistas para suceder a la actual jefa del Ministerio Público.
La propaganda de que, en los municipios de la zona de adyacencia en Petén, fronterizo con Belice, la participación fue masiva, resultó falsa; así como las justificaciones que Mijangos adujo ante la prensa de que porque no había partidos políticos compitiendo no existían clientelismo y por eso la gente no votó, declaraciones lamentables que consideran al pueblo estúpido y manipulado.
La izquierda parlamentaria, WINAQ, Convergencia y URNG Lamentablemente llamaron a votar también por el Si, esto con el pesar y la contrariedad de las bases de estos partidos. Por su parte organizaciones campesinas y sociales como CODECA y la ASP y otras, se pronunciaron llamando a no votar o votar No. Nosotros en nuestra declaración detallamos nuestra postura y desde un enfoque histórico materialista evidenciamos los intereses imperialistas en este conflicto y el interés de las burguesías criollas, sobre todo la guatemalteca, en reclamar un territorio que, aunque en términos administrativos no está delimitado, las clases dominantes buscan rascar para expandir mega cultivos y otros emprendimientos.