Roberto Suazo Córdoba inaugura la base militar yanqui de Palmerola el 14 de Febrero de 1985
A propósito de la tragedia del vuelo No 320 de TACA
Fuera Yanquis de Palmerola!!
Por Silvia Pavón
Recientemente tuvimos en Honduras la visita del ya conocido moderno procónsul del imperio, Jhon Dimitri Negroponte, quien no es para nada un personaje conocido por sus buenas obras de caridad y altruismo. Su carrera política ha estado vinculada con las oleadas represivas más sangrientas de la historia de nuestro país. A Negroponte le debemos la creación de los escuadrones de la muerte como el conocido triple A y el 3-16 entre otros, responsables de la desaparición física y la horrorosa tortura de varios hondureños y hondureñas patriotas que lucharon por una patria soberana y equitativa.
Este personaje, siguiendo instrucciones de la administración Reagan, fue el artífice de la ocupación militar norteamericana de Honduras y de la creación de la base militar de Palmerola. Fue quien promovió que el territorio de Honduras fuera usado por la contrarrevolución nicaragüense, y promovió la coordinación con las tropas fascistas de la fuerza armada salvadoreña y guatemalteca, con participación de mercenarios y torturadores expertos de Argentina y Chile. Apoyó operaciones de contrarrevolucionarios cubanos y el financiamiento de todas las operaciones de ocupación, de intervención, de los aparatos represores de los derechos humanos más vitales, que incluía a empresarios y políticos funestos que hoy en día siguen de lacayos.
Accidente aéreo
El pasado 30 de mayo se produjo un accidente aéreo el vuelo 320 de la compañía TACA, el cual se precipitó a tierra antes de llegar al aeropuerto Toncontin, en Tegucigalpa. De 124 tripulantes, 5 murieron y el resto sufrió de heridas de poca gravedad. Después de lamentar las perdidas humanas y de aguantar la alharaca con el cuestionamiento de quien es el responsable del accidente, si el capitán o las condiciones climáticas, o el mal estado de la pista de aterrizaje, el Presidente Manuel Zelaya fue uno de los primeros en afirmar que el aeropuerto Toncontin tenía que ser cerrado por cuestiones de seguridad.
Ante esta declaración, hubo una inmediata reacción de del sector empresarial turístico y hotelero oponiéndose a la propuesta. Se habló del impacto que representaba mover los vuelos de Tegucigalpa a la base militar de Palmerola, y de las macro perdidas en la economía del país que ya está en una situación precaria.
Mel Zelaya retrocede
El Presidente Mel Zelaya mencionaba en sus frecuentes discursos presidenciales que era un ejercicio de un derecho soberano usar la base de Palmerola como aeropuerto internacional porque esta contaba con las condiciones logísticas y que además era un bien de los hondureños que había que utilizar.
Sin embargo, de pronto, obedeciendo al decálogo de parámetros de seguridad parlamentaria que le enviaron desde la Casa Blanca , el mandatario en menos de tres días comenzó a cambiar su discurso y en otra rueda de prensa expreso lo siguiente: “Dejar la capital sin aeropuerto internacional tendría muchas consecuencias en la vida de muchos, gravísimas, entonces antes de pensar en intereses oscuros, escondidos, pensemos en el interés humano de la gente que se ve directamente afectada de las familias de los lustra botas, maleteros, taxistas, meseros, pensemos primero en ellos y después en lo demás”(La Prensa 06/06/08)
¿Acaso fue un ataque repentino de humanismo que asalto al presidente o fue un reflejo de sedición?
La mano pachona de Negroponte
Poco a poco quedó evidenciado el puntual objetivo de la visita de Negroponte , la cual no obedecía a su profunda preocupación por el accidente aéreo, ni mucho menos expresar sus condolencias por la muerte de Harry Brautigam, presidente del Banco Centroamericano de Integración Económica (BCIE).
Su presencia en Honduras fue para impulsar el “Plan Mérida” y para reafirmar la conducta hegemónica del imperialismo norteamericano en relación a la base militar de Palmerola, poniendo fin a la veleidad nacionalista de Mel Zelaya que en un primer momento intentó utilizar el aeropuerto de Palmerola.
No hay dudas que el imperialismo yanqui comenzó a presionare al gobierno Hondureño y este se coloco de rodillas. El embajador norteamericano, señor Charles Ford, declaró recientemente en su parafernalia diplomática que “El Presidente Zelaya conmigo, y personalmente en privado, y con el pueblo en público ha reiterado su firme compromiso que él quería mantener la base hondureña con la participación de nosotros y seguimos con los planes que tenemos en marcha”. (La Tribuna 03/06/08)
Para reforzar la continuidad de la ocupación norteamericana del territorio de Honduras, el señor Ford argumentó que “Hay bases militares y civiles en todo el mundo, entonces no es un concepto nuevo tener las dos cosas, pero se deben tener las demarcaciones” (La Prensa 03/06/08). Ford ahora ha dicho que el aeropuerto de Toncontin está en perfectas condiciones y que ya sus asesores habían hecho pruebas satisfactorias y que el mantenerlo cerrado era una medida absurda que solo generaba perdidas para el país, pero paradójicamente aconsejaba a los estadounidenses viajar por San Pedro Sula o haciendo escala en El Salvador durante el tiempo que dure la crisis en Tegucigalpa.
Recuperar Palmerola!!
La izquierda de Honduras se ha olvidado que una parte de nuestro territorio está siendo ocupado todavía por el ejército de los Estados Unidos, y que la base de Palmerola aunque tenga un reducido numero de tropas yanquis es una reminiscencia de la guerra que sacudió a Centroamérica en los años 80.
Recuperar Palmerola debería ser uno de los puntos dentro del pliego de exigencias de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP), y el apoyo incondicional a esta causa debería ser un deber no solo del movimiento popular sino de todos los hondureños. Las centrales obreras, la juventud de secundaria y universitaria debe sumarse a este lucha por liberar esa parte del territorio nacional.
Hemos visto el despertar de conciencia entre las masas, volviendo a las calles en solidaridad con la reciente lucha de los fiscales contra la corrupción, pero se ha abandonado una reivindicación democrática nacional como es la recuperación del territorio de Palmerola en manos del ejército de los Estados Unidos
Por una patria verdaderamente Libre, Soberana e Independiente, fuera las tropas norteamericanas, que termine la ocupación militar de Estados Unidos en Honduras.
Origen del enclave imperialista en Palmerola
La base militar y el aeropuerto de Palmerola, Conocida como "Base Aérea Hondureña Soto Cano”, está situada unos 50 kilómetros al norte de Tegucigalpa y fue construido por Estados Unidos en 1983 a un costo de 30 millones de dólares. Esta base en Honduras, tiene la misma importancia para Estados Unidos que la que de Guantánamo, en Cuba, según documentos oficiales del Comando Sur.
En Palmerola, cuyo aeropuerto es considerado como el mejor de Centroamérica, permanecen alrededor de 900 militares estadunidenses que generalmente son rotados cada cuatro meses y conocidos como la “Fuerza de Tarea Conjunta Bravo”, que apoya los intereses estadunidenses en Centroamérica. En Palmerola, las tropas estadunidenses tienen los helicópteros 10 UH-60, conocidos como Halcones Negros, CH-47 Chinook, entre otras unidades aéreas.
Allí tiene también presencia la Academia Militar de Aviación de la Fuerza Aérea de Honduras, pero sus miembros no pueden entrar al área donde operan los estadunidense sin previo permiso. Ahí se han realizado desde 1994 ejercicios militares y de “asistencia humanitaria”, con soldados de 17 países latinoamericanos, entre ellos Argentina, Belice, Bolivia, Chile, Colombia, Panamá y Nicaragua.
Las tropas norteamericanas están acantonados en Palmerola con base en tratados militares suscritos en Washington en los años 80 por el entonces jefe de las Fuerzas Armadas de Honduras, general Gustavo Álvarez Martínez.