Por: Rossel Montes
Dentro de la actual coyuntura política que de la cotidianidad hondureña, de protesta y descontento generalizado por doquier, descontento que por cierto no se canaliza en la lucha política frontal contra los poderes facticos, explotadores y violadores de los más elementales derechos del pueblo. Resulta curioso y casi cómico los tremendos malabares que el partido gobernante trata de hacer para legitimar y justificar su existencia política ante la sociedad civil, al cabo de rehuir de los problemas demagógica y públicamente con ideas socialdemócratas.
Lobo Sosa ha declarado que el capitalismo y el socialismo -enfatizando claro esta en fracaso del experimento del socialismo real del pasado siglo XX. Que como ya sabemos fue uno de los primeros experimentos o experiencias surgidas de la revolución rusa de 1917 que trataron de liberar a miles de trabajadores de la inmisericorde explotación capitalista y la barbarie monárquico-zarista.
El capitalismo, como ya se sabe mucho más viejo en tradición, y con distintas intenciones respecto de su papel en el desarrollo de la sociedad, al contrario del socialismo y su expresión teórica marxista que le ha dado la lucha junto a la clase obrera. Desde la creación de la Primera internacional, esta se ha negado a aceptar los postulados societales y teóricos de la burguesía al cabo que muchas de las prerrogativas del mundo actual, a saber: el derecho al voto que es parte esencial de la democracia occidental, pero este no ha sido ningún regalo, se ha ganado con lucha y presión popular.
El capitalismo, como lo decía Lenin, es una fase ineluctable en el proceso y transición al socialismo, ya que se necesita de la gran industria pesada para modificar las estructuras y relaciones de producción. El mismo Marx lo decía en su análisis del capitalismo decimonónico que la burguesía ha sabido desarrollar las fuerzas productivas de forma nunca vista antes en la historia de la humanidad. El capitalismo ha fracasado en la medida que se ha convertido en un obstáculo para el desarrollo hipertrófico de las fuerzas productivas y ha convertido al hombre en un simple valor de cambio y un apéndice de las necesidades del libre mercado neoliberal.
La teoría critica marxista en su afán de darle armas a las clases explotadas y darle una expresión teórica a todo el movimiento histórico-político ha explicado que la única manera en que la humanidad pase a otros estadios de desarrollo es a través de la destrucción -a nivel planetaria- del modo de producción capitalista. Lamentablemente el bloque soviético se derrumbó por sus mismas imperfecciones y creó una algarabilla neoliberal, tanto así que Francis Fukuyama planeó su teoría del fin de la historia y el último hombre. Teoría totalmente disparatada, aberrada y fanática sobre lo que simplemente era un episodio en la gran marcha de la evolución del hombre hacia su liberación histórica y ontológica.
Simplemente lo que fracasó respecto al capitalismo fue su discurso de progreso y libertad y respecto al socialismo fue un socialismo que siguió distintos parámetros a la teoría marxista y que se burocratizó hipertróficamente bajo el estalinismo. Pero señor Lobo, entramos al siglo XXI y aun estamos viviendo bajo un sub-modelo capitalista a saber: subdesarrollado, dependiente, de rapiña y de pillaje.
Bueno, no debe sorprendernos que la derecha y la oligarquía anden buscando nuevos argumentos teóricos para sustentar y legitimar un sistema ya condenado históricamente y dialécticamente al fracaso. Pero no quiero pecar de historicismo porque como revolucionarios y verdaderos humanistas es lo que mas anhelamos saber: el derrocamiento inmediato del modo de producción capitalista a escala mundial (revolución permanente)
La tercera vía?
Ante el fracaso del socialismo burocrático y el aborazado capitalismo neoliberal algunos académicos a planteado el capitalismo de la tercera vía. Donde se pretende sintetizar lo mejor de los avances y aportes del capitalismo y la planificación socialista. Pero señores, en Honduras creen que en la actual situación histórica política y social de inflexión que estamos viviendo -se puedan crear las condiciones objetivas y subjetivas para concretizar tales ideas demagógicas? No queremos reformar el Estado, ni las relaciones de producción, ni reformar ni parchar el putrefacto estado capitalista –sino destruirlo.
Señor Lobo, el socialismo será una necesidad y un imperativo histórico-revolucionario mientras el capitalismo siga quitándole el pan a nuestros trabajadores y robando las esperanzas de una vida a la gran masa humana que habita este planeta.