Por: Tomas Andino Mencia

Estamos viviendo momentos decisivos en el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP).

Sin temor a equivocarme, puedo afirmar que las decisiones que adopte la próxima Asamblea Nacional del FNRP en febrero 2010, así como los próximos Comités Ejecutivos del Frente, tendrán una fuerte repercusión en el destino de nuestro movimiento.

El siguiente es un modesto aporte para el análisis de la realidad política nacional. Evalúa la política del imperio y de la oligarquía en el gobierno espurio de Porfirio Lobo, especialmente en lo que afecta a la Resistencia Popular. He tratado de captar la lógica de los acontecimientos políticos del momento y encontrarles un sentido.

Con el mismo, pretendo contribuir al debate de ideas en las filas del Frente sobre diversos temas, en especial sobre la política de “Frente Amplio”, muy  de moda en nuestros dias.

Lo divido en dos partes. La primera es el análisis de la coyuntura en sí, y la segunda una propuesta de lineamientos de estrategia frente a la coyuntura electoral.

PRIMERA PARTE: ANÁLISIS DE LA COYUNTURA POLÍTICA NACIONAL

I. LECCIONES DE LA PRIMERA ETAPA DEL GOLPE

Decía el filósofo español Jorge Agustín Nicolás Ruiz de Santayana y Borrás, que quien no aprende de su pasado está condenado a repetirlo.

Un gran vacío en la literatura sobre el Golpe de Estado es que casi no se encuentran evaluaciones críticas de lo sucedido en los primeros 6 meses de ese evento.

Serían muy útiles para saber que aciertos y que errores se cometieron para mejorar la toma de decisiones en el movimiento de Resistencia.

Por eso comienzo este análisis echando una rápida mirada a esos acontecimientos, haciendo un esfuerzo por sacar sus lecciones más importantes, porque si no aprendemos de ellas, tendremos dificultades para orientarnos en los actuales momentos.

La política del garrote y el engaño  en Honduras

La analista venezolana-norteamericana Eva Gorlinguer ha revelado en su ensayo “Honduras, la Victoria del Smart Power” que la política exterior de Estados Unidos ha tenido tres momentos diferentes: El primero, cuando el Presidente Bill Clinton aplico la política del “Poder Suave”, el segundo cuando George Bush aplico la política del “Poder Duro”, y el tercero cuando el actual Presidente Obama utiliza la política del “Poder Inteligente”, que es una fusión de las dos anteriores.

Esto significa que el Presidente Obama al mismo tiempo que aplica duros planes represivos  e invasiones militares en nuestros países, también promueve negociaciones, involucramiento en elecciones o acuerdos de paz, para distraer a los pueblos en sus luchas. En palabras sencillas, la política de Estados Unidos combina el uso del garrote con el engaño para lograr sus objetivos.

Como todos y todas recordamos, la Primera Etapa del Golpe de Estado tuvo como objetivos: 1) detener el proceso de democratización del país, impidiendo la consulta por la Constituyente; 2) sostener al régimen golpista, y 3) asegurar su transición a un nuevo gobierno legitimado.

Estos objetivos los desarrollo en tres momentos sucesivos:

  • El Golpe gorila propiamente dicho;
  • El Pacto de San José para hacer que la Resistencia renunciara al derrocamiento del tirano y entrara en el juego de la negociación; y,
  • El proceso electoral de noviembre 2009 a fin de hacer creer al pueblo hondureño y a los pueblos y gobiernos del mundo que Honduras había “vuelto” a la democracia

Ese fue el guion preparado y patrocinado por el Departamento de Estado norteamericano y ejecutado por la oligarquía golpista al pie de la letra.

En cierta medida este plan le funciono al Imperio, si no ¿cómo se explica que salimos a la calle centenares de miles, como nunca en la historia, pero no cayo la dictadura?

En nuestra historia ha caído más de algún gobierno con una rebelión popular, como fue el caso de Julio Lozano Diaz que fue derrocado en 1957 a consecuencia de una rebelión protagonizada principalmente por estudiantes universitarios.

¿Porque la Resistencia no pudimos lograr nuestro objetivo de derrocar al dictador Micheletti si teníamos a la mayoría del pueblo a nuestro favor? La siguiente es mi visión como participante directo de los hechos al nivel de la conducción nacional en esos días.

La ingenuidad que nos llevó a la trampa

No fue el pueblo el que fallo. Este respondió y estuvo a la altura de la tarea, saliendo a la calle dispuesto a morir.  Los errores estuvieron en la conducción del Frente Nacional contra el Golpe de Estado, pero especialmente en las decisiones del Presidente Manuel Zelaya.

Al principio el movimiento popular salió a la calle a enfrentar las fuerzas represivas como sabía hacerlo: haciendo nutridas y combativas manifestaciones, levantando barricadas, haciendo tomas, paros y ensayos de huelga general, y defendiéndose rudimentariamente. Se batió en duelo fuerte contra el ejército y la policía, a lo largo y ancho del país, con muchos heridos y muertos, pero con la moral en alto.

Pero de forma inconsulta con la dirigencia del Frente, el Presidente Mel se comprometió a participar en las negociaciones del “Pacto de San José” convocadas por el Presidente de Costa Rica, Oscar Arias, bajo patrocinio del Departamento de Estado de Estados Unidos.

En esas negociaciones, el Presidente Arias trataba de que el Presidente Manuel Zelaya y el usurpador Micheletti llegaran a un acuerdo para que terminara la lucha, repartiéndose entre ambos el poder. En el fondo, lo que se buscaba era que el Presidente Mel dejara de plantear la Constituyente y que el pueblo dejara de luchar en la calle contra el Golpe de Estado.

¿Por qué hizo eso el Presidente Zelaya? Lo hizo tratando de evitar que el gobierno de Micheletti fuera derrocado por una revolución. Mel proviene de la clase dominante y está acostumbrado a confiar en la validez de esos mecanismos de conciliación para evitar la lucha de clases, incluso las revoluciones. El no tiene la culpa, es parte de su formación política.

Para un político que viene de la burguesía, una revolución solo significa muerte, violencia y desorden. Para un pueblo que vive en la miseria, una revolución significa liberación, cambio y el principio de un orden nuevo. Por eso todo político burgués trata de evitar una Revolución.

No dudo que lo hizo de buena fe, tal vez ingenuamente quiso evitar un derramamiento de sangre, sin advertir que esa propuesta era una trampa, hecha de común acuerdo entre Oscar Arias y el Departamento de Estado gringo.

Como la negociación de San Jose era un farsa, Micheletti gano tiempo mientras se consolidaba a punta de balas y gases. Al final no hubo ningún acuerdo y el derramamiento de sangre de todos modos se produjo, solo que únicamente de nuestro lado. Así terminan casi siempre esas negociaciones tramposas.

¿Qué paso en la dirigencia del Frente? La mayoría de la dirigencia del Frente, considerando el liderazgo del Presidente Manuel Zelaya, no tuvo valor de contradecir esa decisión y, aunque tomo distancia formalmente de esas negociaciones, en el fondo se acomodó a las mismas. Llego incluso a participar en sus reuniones en San José, Costa Rica, como parte de la delegación del Presidente.

La conducción del Frente se dejó impresionar por la fuerza de la solidaridad internacional y tuvo una ingenua confianza en el gobierno de Obama, por lo cual le aposto a que este le doblaría el brazo al golpismo. Tanta fue la ingenuidad que un día se realizó una manifestación frente a la Embajada de los Estados Unidos para agradecerle a Obama su intervención en la crisis, cuando en realidad el Imperio estaba detrás del Golpe.

Mientras se daban las sesiones en San Jose, Costa Rica, hubo un dilema entre la lucha que se estaba haciendo en la calle y las negociaciones. Aunque no se decía explícitamente hubo cierta indecisión sobre si se debía derrocar al tirano con métodos revolucionarios o si se debía seguir con métodos pacifistas esperando resultados de esas platicas, como lo pedía el mismo Mel. Al final, esta última fue la dinámica que se impuso.

Eso explica por qué, invariablemente, durante meses, la dirigencia del Frente convoco a marchas pacíficas todos los días en un ritual más simbólico que efectivo contra la dictadura, porque no se quería estropear el proceso de negociones, en el que se depositaron expectativas de solución confiando en la presión internacional.

Aun cuando la primera etapa del proceso de San José fracaso, en el mes de julio, Mel siguió confiando en la eficacia de los mecanismos internacionales (OEA, ONU), y por tanto siguió pidiéndole al Pueblo no pasar a una insurrección verdadera, sino seguir con un pacifismo extremo, tan extremo que hasta se le prohibió a la base auto defenderse de la represión policial y militar.

Eso le quito impulso a la lucha de la Resistencia y le permitió al dictador mantenerse en el poder y reprimir con brutalidad al pueblo. Al final la confianza del Presidente Zelaya en esos organismos no se vio justificada porque nunca hicieron nada realmente fuerte para sacar al dictador del poder, más que papeles y discursos.

La política aconsejada por el Presidente Zelaya y seguida a pie juntilla por la mayoría de la conducción, nos desvió de lo que la Resistencia tenía que hacer como movimiento de masas para tumbar al dictador. ¿Qué tuvimos que haber hecho? Preparar una verdadera insurrección, acompañada de una verdadera Huelga General, para lo cual tuvimos una correlación de fuerzas favorable en el Pueblo.

Hubo varias oportunidades para ello. Tal vez la mejor ocurrió inmediatamente que Mel retorno a Honduras. Sin que hubiera sido planificado, decenas de barrios obreros se levantaron por iniciativa propia el 22 de septiembre de 2009 en Tegucigalpa como respuesta a la brutal represión en la Embajada de Brasil. La policía no se dio abasto a tanta barricada y las protestas siguieron el día siguiente y el siguiente. Pero como la conducción del Frente nunca se preparó para dirigir una insurrección, esa y otras oportunidades fueron desaprovechadas.

Como si fueran bomberos, llegaron rápidamente funcionarios de la OEA, para lanzar otra vez las negociaciones sobre otro nuevo acuerdo, el llamado “Pacto Guaymuras”. Como siempre solo aparecen cuando hay amenaza de una revolución.

El Presidente Mel volvió a someterse a ese proceso y la mayoría de nuestra dirigencia volvió a adaptarse, volviendo a la mesa de negociaciones y reiterando el mismo discurso pacifista castrador. Es decir que por segunda vez consecutiva se cometió el mismo error.

La presión de la base y la rectificación del rumbo

Afortunadamente, las bases estaban muy radicalizadas y presionaron a la conducción de la Resistencia para que no se firmara el “Pacto de San José-Tegucigalpa” porque nos comprometía a renunciar a la Asamblea Constituyente. Fue así que el compañero Juan Barahona se retiró de la Comisión Negociadora anunciando que la Resistencia se retiraba de las negociaciones.

Al final solo lo firmaron el Presidente Zelaya y Micheletti. Pero después Mel lo desconoció porque Micheletti se negó a conformar el 5 de noviembre de 2009 un Gobierno de Reconciliación con los cuadros afines al verdadero Presidente, como lo dice el acuerdo.

Esa ruptura con el proceso del Pacto San Jose Tegucigalpa, fue muy positivo para la lucha porque así nos liberaba de compromisos indignos. Si la Resistencia lo hubiera firmado, habríamos tenido que aceptar que Micheletti nombrara sus ministros y que gobernara junto a Mel y habríamos tenido que participar en las elecciones fraudulentas convocadas por los golpistas.

Pero como no se firmó, las bases se sintieron libres de presionar para boicotear las elecciones de los golpistas. Primero lo hizo la Candidatura Independiente Popular que se retiró del proceso y después el Frente de Resistencia Nor Occidental decidió que no iba a participar en el mismo. El 5 de noviembre toda la Resistencia decidió no participar en la farsa electoral del 29 de noviembre de 2009, como pretendían los dirigentes liberales y udeistas, a quienes se les aguo la fiesta. Ellos tenían esperanzas de conformar un frente electoral por el cual calculaban que toda la Resistencia tendría que votar.

Lo que paso en la farsa electoral es historia conocida. Basta recordar que las elecciones las gano el abstencionismo (65%) y que en el exterior pocos gobiernos se tragaron el cuento de la “legalidad” de ese circo.

Eso demuestra que no fue un error llamar a no participar de la farsa electoral, como pretenden convencernos de lo contrario los dirigentes liberales y udeistas para sus actuales propósitos politiqueros.

Haber participado habría significado la mayor humillación a la Resistencia pues el Pueblo hubiera tenido que aceptar que aquí no hubo ninguna ruptura constitucional y por tanto que tenía que renunciar a exigir una Constituyente, dándole la razón a los golpistas, además de tener que aceptar los resultados fraudulentos de su Tribunal Electoral, como mansamente los acepto la UD.

Así que el plan imperialista funciono a medias, porque lograron mantener al dictador y prolongar su dictadura en el nuevo régimen de Porfirio Lobo, pero no lograron legitimarlo como un “gobierno democrático” ante la opinión pública nacional e internacional.

Por ello, en gran medida su aislamiento aún persiste y no logra avanzar en su consolidación nacional e internacional.

De este recorrido histórico se desprenden cinco grandes lecciones para la Resistencia:

1.      Las decisiones más importantes de nuestro proceso de Resistencia no pueden confiarse a un solo líder, por mucho peso que tenga, especialmente si su origen de clase no es popular, sino que deben ser decisiones colegiadas y hacerlas valer. Si no, estaríamos reproduciendo al caudillismo que tanto criticamos.

2.      Hay que desconfiar de las trampas que el imperio organiza sistemáticamente, como negociaciones, elecciones, diálogos, etc., porque solo buscan desviarnos de nuestra lucha, ganar tiempo para golpearnos y hacer que renunciemos a nuestros objetivos.

3.      No podemos confiar tampoco en los organismos internacionales de la burguesía, como la OEA y la ONU ya que estos nunca estarán a favor de un cambio realizado por los pueblos sino que siempre procuran salvar a los Estados que los integran.

4.      Solo podemos confiar en nuestra propia fuerza y en nuestros propios métodos revolucionarios de lucha, sabiendo aprovechar las coyunturas y las oportunidades cuando tenemos la relación de fuerzas a nuestro favor.

5.      Hay que escuchar las inquietudes de la base, y cuando la dirigencia tenga dudas, consultarle, porque al fin y al cabo esta es la que pone en práctica las políticas de la dirigencia y la que sufre sus consecuencias.

II.   LA ESTRATEGIAS DEL IMPERIO Y LA OLIGARQUÍA EN LA SEGUNDA ETAPA DEL GOLPE

Las lecciones aprendidas por el imperio

Viéndolo en perspectiva histórica, el saldo que ha dejado la Primera Etapa del Golpe para la oligarquía es totalmente desfavorable en relación a como estaba antes del gobierno de Mel, porque el Golpe, en lugar de restablecer la estabilidad política, despertó a ese gigante dormido que ahora es causa de sus peores pesadillas.

Aunque se mantuvo de pie, la dictadura de Micheletti se desgasto tanto aplicando la “mano dura” que nunca tuvo estabilidad para gobernar, entregándole a su sucesor un Estado en profunda inanición económica y un enorme descredito político nacional e internacional.

Pepe Lobo inauguro su gobierno ilegitimo en el más grave aislamiento internacional, sumergido en una profunda crisis económica que casi paraliza al Estado, cercado por una creciente movilización del pueblo. En ese contexto, el imperio hizo ajustes a su estrategia en base a las lecciones aprendidas durante la primera etapa del Golpe.

¿Cuáles fueron esas lecciones?

1) En la actual coyuntura histórica, el factor internacional se vuelve clave para lograr la estabilidad económica y política del Estado oligárquico, pues de no contar a su favor con esa variable, en breve plazo estaría enfrentando una nueva crisis social y política, en peores condiciones que la dictadura de Micheletti (que pudo sobrevivir porque Mel le dejo un Estado en bonanza económica).

2) Las cabezas más visibles del grupo que ejecuto el Golpe de Estado resultan un obstáculo para el propósito imperial de lograr el reconocimiento del actual gobierno espurio, ya que da el mensaje al mundo de que nada ha cambiado en el país a pesar de las elecciones y, por tanto, se ven en la necesidad de desplazarlos o invisibilizarlos, y donde fuera necesario, sacrificar a algunos de ellos.

3) No se puede apostar a derrotar a la Resistencia Popular solo utilizando la represión, pues esta está profundamente enraizada en el Pueblo y tiene el efecto contrario pues consolida los lazos de solidaridad y unidad entre los y las resistentes; además la represión también tiene límites vigilados por los organismos de derechos humanos internacionales, que influyen a su vez en sus acreedores financieros.

4) La práctica demuestra que le resulta mejor al imperio utilizar medios políticos con el liderazgo de la Resistencia, tratando de seducirla con cantos de sirena y suculentas ofertas de poder, para lograr su colaboración en la reconstrucción del sistema político bipartidista, que luchar frontalmente contra esta.

5) Es imposible consolidar al régimen sucesor del golpe de Estado si no paraliza la capacidad de lucha social de la Resistencia y si no logra desarticular su unidad interna; y,

6) El régimen autoritario o dictadura que existe actualmente, es una oportunidad para la oligarquía --que podría después cerrarse en breve plazo-- para profundizar la política económica de entrega de los recursos del país al empresariado y a las transnacionales.

Por lo anterior, en lo sucesivo el imperio además de utilizar la misma política del garrote y el engaño, incorpora tácticas que toman en cuenta esas lecciones.

Las Estrategias del golpismo durante el gobierno espurio de Pepe Lobo

La Segunda Etapa del Golpe tiene como objetivo consolidar el régimen golpista y neutralizar a la Resistencia como amenaza al sistema político burgués mientras avanza en sus planes de neo colonización del país.

Para esta etapa desarrolla cuatro estrategias simultáneamente:

1) Congraciarse con la llamada “comunidad internacional” aparentando seguir sus exigencias de democratización y reconciliación;

2) disminuir la capacidad de lucha de la Resistencia combinando la represión con la negociación de las cúpulas;

3) recomponer la unidad del maltrecho Partido Liberal, incluso bajo el liderazgo domesticado del mismo Mel Zelaya, para reconstruir el bipartidismo; y,

4) sentar las bases políticas para la extinción de la Resistencia, incorporándola al proceso electoral de 2013.

Veamos una por una esas estrategias.

ESTRATEGIA 1: LOGRAR EL RECONOCIMIENTO INTERNACIONAL DEL GOBIERNO

La agenda internacional de Pepe Lobo, bajo orientación norteamericana, ha sido cumplir el Pacto de San José-Tegucigalpa que los golpistas y la abrumadora mayoría de la comunidad internacional reconocen como valido (porque Micheletti y Mel lo firmaron), para lo cual ha procurado cumplir con:

a) la constitución de un “Gobierno de Unidad y Reconciliación”, a lo que obedientemente se han prestado, por un lado, varios dirigentes liberales supuestamente en Resistencia, que hoy son alcaldes y diputados, y, por otro lado, la UD, mediante su integración a un ministerio y a la Directiva del Congreso Nacional;

b) la promulgación de una “Amnistía” que solo beneficia a los autores del golpe, especialmente a los militares;

c) la constitución de la “Comisión de la Verdad”, integrada principalmente por golpistas; y,

d) la convocatoria a un “Dialogo Nacional” pretendiendo incluir a la Resistencia en minoría.

Aunque esas acciones no han pasado de ser una burda farsa político-diplomática del régimen, a nivel internacional han tenido un impacto a su favor en aquellos gobiernos de derecha y en algunos organismos multilaterales que esperaban la menor excusa para reanudar relaciones con este. En ese proceso el Departamento de Estado norteamericano ha jugado el papel de promotor de la “buena imagen” del gobierno de Pepe Lobo.

La primera línea de apoyo al régimen vino de la AID y del FMI para respaldar la base monetaria de su economía, para lo cual el régimen tuvo que cumplir la condición de imponer un “Paquetazo Fiscal” que sacrifica las finanzas de las mayorías y de la clase media.

En segunda fila, el Banco Mundial y el Plan Mérida han reanudado su cooperación con el régimen golpista con millonarios desembolsos; asimismo países como España, Alemania, Chile, Colombia y otros han vuelto a enviar sus embajadores a Honduras y reiniciado su cooperación. Eso le ha permitido al régimen un relativo alivio para funcionar como Estado.

Sin embargo, la profundidad de la crisis económica dejada por Micheletti –que dejo un déficit de cerca de 1 mil millones de dólares-- es tal que se necesita un impulso internacional aun mayor para sacar al régimen de Porfirio Lobo del hoyo en que se encuentra. Y en eso el Fondo Monetario es implacable.

Aunque ya logro un acuerdo temporal de 18 meses con el FMI en mayo de este año --gracias al cual le aprobó 196 millones de dólares, efectivos en varios desembolsos hasta marzo 2012-- Pepe necesita sacrificar a la clase trabajadora aún mas, reduciendo sus salarios, para también acceder a un acuerdo PRGF (Servicio para el Crecimiento y Reducción de la Pobreza) de 3 años mínimo, para destrabar alrededor de US$ 500 millones entre el BM, BID, y otros.

También aspira a lograr un acuerdo con el G-20, que cuenta con la llamada  Línea de Crédito Flexible (LCF), creado para las medidas anti crisis internacionales; y, ante la Unión Europea que incluirá un organismo financiero en el marco del Acuerdo de Asociación, y así otras por el estilo de las que no disponemos de información.

Para eso le urge que el resto del mundo también lo reconozca como gobierno legitimo, sobre todo países del UNASUR como Brasil, México y Argentina, que tienen un peso enorme en la OEA y que exigen medidas más contundentes para reincorporarlo y hacerlo beneficiario de créditos del BID.

De lo contrario, este gobierno estará condenado a continuar como mendigo en el contexto latinoamericano, en un momento coyuntural muy frágil, en el que Estados Unidos no tiene la misma hegemonía que antes para imponer sus designios en el continente ni toda la solvencia económica para sostenerlo financieramente por tiempo indefinido.

En ese sentido, el Imperio es consciente de sus limitaciones y de lo que debe hacer.  No por otro motivo el gobierno norteamericano envió el 3 y 4 de agosto a una alta funcionaria, la Sub Secretaria del Departamento de Estado, María Otero, a entrevistarse directamente con el gobierno espurio de Pepe Lobo para ponerle en claro que, en las actuales condiciones, debe mostrar avances en los dos principales aspectos objetados por los países de la UNASUR, los cuales se reflejan en las recomendaciones de la Comisión Especial de la OEA, y que son: a) mostrar “avances” en el respeto de los Derechos Humanos; y, b) permitir el reingreso seguro a Honduras del Ex Presidente Manuel Zelaya.

En función de estos aspectos, Pepe Lobo aparenta cumplir esas demandas aprovechando que los organismos del Sistema Interamericano se contentan con medidas superficiales. Por ejemplo, en el tema de los derechos humanos, nombro una Ministra Asesora que en un principio ni siquiera tenía oficina; dio pasos para cumplir con las “formalidades” de las medidas cautelares, aunque no cumple con las medidas en sí; creo el Ministerio de Justicia y Derechos Humanos  y ha creado unidades de derechos humanos en la Fiscalía de Derechos Humanos y en el Ministerio de Seguridad, que en la práctica no hacen nada. Y en el tema de las medidas de justicia, promueve la llegada al país de una Comisión Internacional Contra la Impunidad, similar a la que funciona en Guatemala.

Como sabemos, ninguna de esas medidas soluciona nada por sí mismas, porque solo son medidas burocráticas y administrativas, “para taparle el ojo al macho”, como dice la sabiduría popular. Pero para los burócratas de los organismos multilaterales se trata de “pasos positivos” que suman méritos a favor del gobierno.

La inconsistencia de los burócratas de esos organismos es tal, que mientras la Policía y los grupos paramilitares continúan reprimiendo salvajemente a la población resistente, Pepe y sus funcionarios se llenan la boca hablando de derechos humanos y sigue recibiendo alabanzas por “mostrar voluntad” de respetarlos.

ESTRATEGIA 2: DEBILITAR Y NEUTRALIZAR LA RESISTENCIA POPULAR

La Resistencia no es un movimiento social más, sino que es un movimiento revolucionario, porque no pretende restablecer el viejo orden de cosas, sino sustituirlo por uno completamente nuevo, construido desde abajo.

El Pueblo resistente sabe que no lograra un nuevo país utilizando el viejo Estado oligárquico y que, mientras la burguesía tenga el poder, le será extremadamente difícil hacer los cambios que el país necesita. Ese alto grado de consciencia hizo que el Pueblo en su mayoría no se presentara a votar en las pasadas elecciones de noviembre 2009 y que no abandonara la lucha popular.

Ese nivel de consciencia es, junto con la constitución de su instrumento político de lucha, el FNRP, las principales conquistas de la primera etapa del Golpe, y lo que hasta el momento mantiene en vilo al Estado capitalista.

Por consiguiente, junto a lograr la consolidación del gobierno de Pepe Lobo en el plano internacional, el otro pilar de la política imperial es el debilitamiento y neutralización de la Resistencia Popular. Esta es una tarea estratégica para la oligarquía y el imperio.

Las tácticas que utiliza para ello son diversas, pero podríamos resumirlas en cuatro aspectos:

a) Intenta romper la unidad interna del Frente, atizando el fraccionalismo de los liberales y causando a la vez la restricción de la democracia interna

El Fraccionalismo de los Liberales en Resistencia

Las contradicciones entre los dirigentes de los Liberales en Resistencia y el liderazgo del movimiento popular afín a la izquierda hondureña, no es un asunto nuevo en el Frente. Es algo normal en vista de los diferentes orígenes de clase de ambos proyectos políticos.

Pero hasta hace poco habíamos convivido en el Frente en el marco de la causa común contra el régimen golpista, en el entendido de que el FNRP es un frente para la Unidad de Acción, donde cada organización mantiene su independencia.

Sin embargo, después de las elecciones de 2009, la conducta de este grupo ha tenido un matiz abiertamente fraccional bajo el liderazgo de Carlos Eduardo Reina y recientemente de Rodil Rivera Rodil.

Primero organizaron estructuras de la Resistencia Liberal paralelas a las estructuras de las Resistencias locales, pese a que el mismo Carlos Eduardo se había comprometido a no seguir haciéndolo.

Después impidieron con múltiples excusas la instalación de la Coordinación Nacional desde febrero hasta junio de este año, evidentemente porque no tenían mayoría de representantes.

Luego, en una medida desesperada, el 10 de julio de este año intentaron imponer sus delegados en la Asamblea realizada en Tocoa, Colon; y al ser rechazados por las bases, optaron por retirarse formalmente de las estructuras de conducción del Frente.

Todo lo anterior se dio en medio de una campaña de desprestigio en contra de dirigentes populares del FNRP, especialmente contra Carlos H Reyes, Juan Barahona y Rafael Alegría, orquestada desde algunas emisoras y periódicos identificados con la Resistencia liberal, aprovechando algunas decisiones erróneas o criticables de dichos dirigentes (como el dialogo con funcionarios de Radio América y con el Embajador norteamericano).

La crítica es buena pero en este caso se hicieron trascender con un propósito destructivo hacia su imagen política, en lugar de ser abordadas con el propósito de enmendar los errores.

Hasta aquí, sin embargo, podríamos decir que estábamos en el mismo bando, con diferencias muy pronunciadas sobre el manejo de los asuntos internos del Frente. No obstante, el 5 de octubre, Carlos Eduardo Reina, Rodil Rivera Rodil y otros dirigentes liberales, se presentaron a Casa Presidencial al dialogo organizado por Pepe Lobo por la “Constituyente”, en abierto desafío a una disposición del Frente de no participar en el mismo.

Con ese incidente, las diferencias con este grupo de Liberales en Resistencia no solo son organizativas o disciplinarias, sino que se han vuelto políticas y de principio, pues prácticamente estos líderes se sumaron a la estrategia de la Embajada norteamericana.

Desde entonces, este sector organiza sus propias actividades de forma paralela al FNRP. Este paralelismo tiende a incrementarse con el surgimiento del llamado “Frente Amplio Electoral” pues en la euforia por sus pre candidaturas están haciendo vida política propia sin coordinar nada con la Conducción Nacional a la cual no reconocen como autoridad.

Afortunadamente no todos los dirigentes liberales en resistencia tienen la misma actitud y mucho menos la mayoría de lo que fueron sus bases, pues estas, en realidad,  ya no quieren saber más de ese partido.

Tendencias defensivas que generan burocratismo en la conducción

Siendo justos es necesario que los resistentes también seamos autocríticos. Hay que decir que la actitud de la conducción nacional del Frente en los últimos meses no ha ayudado a prevenir o resolver estos problemas; por el contrario los ha exacerbado.

Muchos de los señalamientos críticos contra la conducción sobre el manejo de la vida interna del Frente son ciertos y no los hace solo la derecha sino también muchos dirigentes de base.

Ha habido durante buen tiempo escasos espacios de debate político; decisiones tomadas autoritariamente; sectores excluidos en la representación y toma de decisiones; se ha tomado en cuenta solo a compañeros y compañeras de uno o dos grupos políticos, a quienes han reciclado en diferentes puestos; se ha censurado los escritos de valiosos compañeros en la redes electrónicas; se ha satanizado, se levantan infundadas acusaciones y se amenaza a quienes osan dar opiniones divergentes, amenazándolos con tribunales disciplinarios, etc. Conductas que solo pueden ser calificadas de sectarias y burocráticas.

Aparentemente, una causa de este problema es que la labor fraccionalista de los liberales ha exacerbado la actitud defensiva de la dirigencia y por ello esta ha respondido concentrando las decisiones en grupos cada vez mas cerrados, al menos hasta hace muy poco, como veremos.

El efecto que ha tenido esa actitud defensiva es que ha producido un círculo vicioso que tiende a destruir los mecanismos de decisión democráticos y por tanto genera más críticas.

Afortunadamente, en las últimas reuniones de Comité Ejecutivo y de la Asamblea Nacional del Frente (21 de noviembre), se aprobaron resoluciones que permiten tener esperanzas de que se estaría rectificando esa actitud.

En esos eventos se aprobó ampliar el número de miembros de la Asamblea Nacional de 56 a 582 representantes, se sometió a ratificación el Comité Político Nacional y se amplió su composición a 22 miembros para incluir a otros sectores, aunque lo ideal hubiera sido permitir que ese Comité Político fuera elegido en la Asamblea Nacional de Enero 2011, es decir cuando hubiera más representación de las bases. Además, acertadamente la conducción decidió iniciar un proceso de diálogo interno con los diferentes sectores.

Aplaudimos estas decisiones porque van en la línea correcta. A la estrategia divisionista de la derecha debe responderse aumentando la democracia interna, abriendo espacios para el debate de ideas y el dialogo, ampliar la participación a todas las fuerzas políticas afines a la Resistencia y consultando más a la base.

Solo esperamos que a esta mejora cuantitativa de nuestra democracia interna, se le acompañe con una mejora cualitativa en la que se destierre el sectarismo y la intolerancia de la Resistencia.

b) Debilita o destruye gremios claves y da un “Golpe” a las conquistas sociales de la clase trabajadora

Ofensiva antisindical del régimen cachureco-udeista

La otra táctica utilizada para debilitar al Frente es atacar sus gremios constitutivos, con lo cual busca lograr dos efectos. Uno es debilitar las bases estructurales del Frente en sí  y el otro es aprovechar ese debilitamiento para destruir sus conquistas sociales, a fin de congraciarse con el Fondo Monetario Internacional.

Pepe Lobo dio inicio a esa ofensiva desde el primer día de su gobierno enviando miles de efectivos militares en contra del Movimiento Unificado Campesino del Aguan (MUCA), uno de los bastiones del FNRP en el departamento de Colon, concluyendo en negociaciones cuyos acuerdos no se han respetado.

Luego le tocó el turno a la Comunidad Guadalupe Carney y recientemente al Movimiento Campesino del Aguan (MCA) al cual le masacraron 5 compañeros a mediados de noviembre. De hecho suman ya 20 dirigentes asesinados por los grupos armados del terrateniente Miguel Facusse y en los últimos días se ha ordenado nuevamente la militarización del Aguan para mantener a raya a este combativo sector del movimiento resistente.

Complementariamente, el Ministro del INA y Presidente de la UD, Cesar Ham, emprende una ofensiva doble: Por un lado, divide al MUCA apoyando a una de sus facciones, y por otra, emprende una ofensiva contra el SITRAINA, mediante el despido de sus dirigentes, con el fin de debilitar a la organización sindical, como lo ha denunciado el sindicato de esa institución.

Algo similar hizo la patronal universitaria contra el SITRAUNAH con el resultado de la destrucción de su antigua Junta Directiva, y ocurren ofensivas contra los sindicatos más combativos de las distintas centrales, como el SITRARENAFE, el SITRAINFOP, el STIBYS, entre otros. Es decir que varios sindicatos se encuentran como objetivos a ser destruidos o neutralizados por el gobierno cachureco-udeista, en su afán de minar la base social de la Resistencia.

Pero tal vez la mayor ofensiva es la que ha realizado el gobierno contra el Frente de Organizaciones Magisteriales de Honduras (FOMH), columna vertebral de la Resistencia a nivel nacional. Comenzó dividiendo al magisterio, al incorporar a un alto dirigente del PRICHMA en la Secretaria de Educación. Por otro lado, contesto a la demanda magisterial  del retorno de los fondos robados del INPREMA con una salvaje represión que tuvo el propósito de doblegar la voluntad de lucha del magisterio y aprovechar la oportunidad para hacer retroceder sus conquistas.

Afortunadamente, el FOMH salió institucionalmente ileso de su última huelga aunque quedo en una situación de manos atadas para reaccionar a los próximos zarpazos contra el Estatuto del Docente, como la derogación de los artículos del Estatuto que permiten la indexación de los aumentos en base al salario mínimo.

EL Golpe Social a las conquistas obreras y la complicidad de las burocracias sindicales

Sobre la base de esta ofensiva el régimen de Porfirio Lobo Sosa ha logrado evadir el cumplimiento de su responsabilidad en la aprobación de un salario mínimo digno (aumentándolo solo en 3% al 7%), así como también ha logrado imponer una ley nefasta para la clase trabajadora: La Ley de Empleo Solidario Temporal, que derriba la conquista del empleo permanente.

Estos retrocesos constituyen un “Golpe Social” a algunas de las más preciadas conquistas obreras de los últimos 56 años, muy convenientes al bolsillo de la oligarquía y a las exigencias de los organismos financieros internacionales.

La respuesta de al menos dos de las tres centrales obreras ha sido peor que lamentable; ha sido cómplice. No han movido un dedo para defender esas conquistas. El más elemental sentido de sobrevivencia del sindicalismo debió haber servido para lanzar una movilización en defensa de las mismas.

Hasta ahora los dirigentes sindicales no han podido dar una explicación convincente de porque se han llamado al abandono de la lucha en una situación tan crítica. Esa pasividad da motivo para pensar que son ciertas las versiones que acusan a las dirigencias de la CTH y la CGT de negociar con el gobierno a espaldas de sus bases para abortar la Huelga General que había sido decidida por sus sindicatos, a fin de que no coincidiera con la heroica huelga magisterial, para evitarle al gobierno una crisis política.

De ser cierto, estaríamos ante un acto de traición de estos dirigentes. La dirigencia de la CUTH, aunque todavía tiene el beneficio de la duda, también se encuentra en un estado de parálisis frente a esta ofensiva y debe marcar una diferencia respecto a las otras centrales.

Desde el aborto de la Huelga general y el abandono del magisterio, se ha producido un reflujo del movimiento social. Y esto es algo que afecta a la Resistencia. La debilidad de los dos últimos Paros Cívicos es una muestra de eso.

Ese reflujo alentó al gobierno golpista a profundizar la ofensiva antisindical arriba mencionada y ha mermado la capacidad de movilización de la Resistencia Popular, resultando en una casi parálisis de la lucha, porque no se ha podido reaccionar frente a la perdida de las más importantes conquistas obreras del Siglo XX.

Necesidad de crear condiciones para una Huelga General

Sin embargo, no todo está perdido. La mayoría de gremios no han sido asaltados ni destruidos, por lo que aún estamos a tiempo de organizar una contraofensiva a partir del próximo año, que debería ser preparada desde este.

Una adecuada estrategia debe ser consensuada desde las bases de las centrales para permitir al movimiento social acumular fuerza suficiente para ir a la carga por las conquistas obreras y sociales más preciadas (el empleo permanente, el salario mínimo, la estabilidad laboral, el respeto al fuero sindical, entre otras) planteándose como reto organizar una verdadera HUELGA GENERAL, similar a la de 1954, realizándola en el momento más oportuno.

Coincidimos con diversas opiniones en que, hoy mismo, ese tipo de movilización no es viable, pero eso no puede ser excusa para no preparar las condiciones que la vuelvan una realidad al mediano plazo. Descalificarla de entrada tomando como argumento la incapacidad de nuestra dirigencia sindical es adaptarse sin luchar a la estrategia de la que algunos dirigentes se han vuelto comparsas. Oportunidades como la que se dio con la reciente huelga del magisterio, habrán y muchas; todo es querer aprovecharlas.

Lo anterior solo será posible a condición de que dicha preparación sea hecha desde la base, y que las dirigencias actuales de las centrales obreras sean objeto de control democrático por esa misma base, o de ser necesario, sustituidos por nuevos dirigentes.

En ese sentido es importante aprender de las lecciones que nos ha dejado el magisterio. Ellos pueden sostener fuertes movimientos y salir ilesos de la represión gubernamental, gracias a que han instituido la consulta permanente a la base como mecanismo de control democrático de sus luchas y a que renuevan constantemente sus cuadros dirigentes.

c) intimida a las bases y a sus dirigentes mediante la represión y el acoso

Una represión sistemática y selectiva de tipo paramilitar

Adicional a los anteriores mecanismos de debilitamiento de la Resistencia, la represión continúa siendo un mecanismo invariable y sistemáticamente aplicado contra las bases.

La incidencia de los casos de asesinatos se ha concentrado en la represión al movimiento campesino, ya citada, y en atentados contra dirigentes sindicales y populares, muchas veces encubiertos como atentados de delincuencia común, crímenes pasionales o pleitos entre maras, ajusticiamientos por parte del crimen organizado y hasta como accidentes de tránsito (provocando desperfectos mecánicos en sus vehículos).

Asimismo, muchos dirigentes sufren persecución, secuestros, invasión a su privacidad, vigilancia telefónica, mensajes anónimos y sabotaje electrónico, con evidentes fines de control e intimidación.

Esta estrategia represiva ha pretendido ser negada por el Gobierno espurio, precisamente por los motivos expuestos atrás de su interés en obtener reconocimiento internacional.

Lo que no han podido ocultar es la presencia en el país de células terroristas del ejército colombiano, denominadas GAULA (Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal) y la existencia de grupos de elite de las fuerzas especiales bajo auspicios de la Embajada de los Estados Unidos, realizando misiones en Honduras. De hecho es pública la estrecha relación existente entre la Policía Nacional y las fuerzas represivas del Estado Colombiano, convertido en el bunker del imperio en América Latina.

Hacia un Estado Policial fascista que criminaliza la protesta social

No obstante que lo dicho sigue siendo válido, la tendencia actual apunta a que las acciones represivas del Estado serán abiertamente ejecutadas por la misma policía, convertida en una todopoderosa institución, al punto de convertir a Honduras en un Estado policial de corte fascista.

Es sospechoso que en un contexto de mayor militarización y crecimiento de la actividad policial, los índices de homicidios crecen como si aquí no existiera ningún agente de seguridad, lo cual no es casual. Decenas de masacres de jóvenes en centros de trabajo, centros de diversión, en plena calle y en sus hogares son ejecutadas en la más completa impunidad sin que la todo poderosa Policía Nacional de cuenta de los responsables intelectuales de esta terrible sangría de hondureños y hondureñas.

La tendencia apunta a que se deja a su libre crecimiento, y hay indicios que nos permiten sospechar que se exacerban artificialmente, diversas formas de criminalidad homicida solo para justificar incrementos presupuestarios al Ministerio del ramo, sin que en los hechos se haga lo necesario  para contener o disminuir tanta violencia.

El primer indicador de esto es que el Estado norteamericano se ha fijado como meta fortalecer el número y la capacidad de la policía hondureña, con una inyección multimillonaria de recursos a través de la iniciativa CARSI (parte del Plan Mérida) de la cual ya va desembolsando unos 17.5 millones de dólares solo en este año, a pesar que una de las cláusulas de ese convenio impide que se financie policías que violan derechos humanos.

Paralelamente, el Comando Sur de USA dono recientemente 25 camiones sofisticados al ejército oligárquico hondureño. De hecho este año (2010) el presupuesto de la policía y del ejército se incrementó en 700 millones de lempiras.

El segundo indicador es la reciente aprobación de la Ley Antiterrorista, la cual demandara muchos mayores recursos y en base a la que se ejecutaran fuertes medidas de represión “justificadas” en una supuesta lucha contra el “terrorismo” y el “narcotráfico”, que son las banderas usualmente utilizadas para encubrir todo tipo de crimen político.

Esto puede significar, como ya ocurre en países como Guatemala, que se estaría elevando a nivel de política pública, la criminalización de la protesta social, vinculándola con el terrorismo, como se hizo con una ley similar en los tiempos del General Gustavo Álvarez Martínez.

d) Contrarresta la popularidad de la Resistencia con programas de compensación social.

Finalmente, es importante señalar que adicional a sus medidas políticas, antisociales y represivas, el régimen desarrolla una silenciosa labor de cooptación de la base de la Resistencia aplicando los mismos planes de compensación social que Mel Zelaya utilizo en su momento en el sector rural a través de la Red Solidaria.

Hoy día, el régimen de Porfirio Lobo Sosa ha dado continuidad a esos beneficios con otros nombres. Por ejemplo el “Bono 10 mil”, que se entrega a las madres de familia, y el “Bono de Solidario a la Productividad” anteriormente llamado Bono Tecnológico, que se entrega a agricultores.

Por supuesto, se trata de medidas proselitistas que manipulan la necesidad económica de los sectores más pobres, dándoles un alivio inmediato para obtener su favor político, pero que no implica desarrollar una respuesta sostenible al problema del empleo.

Por los momentos, la prioridad que da al fortalecimiento de la policía y del ejército, así como los insuficientes desembolsos de la cooperación internacional, no le han permitido avanzar mucho en este terreno (el BID es el principal financista de estos beneficios), pero el régimen no se duerme sino que busca recursos en otras fuentes, por lo que no puede subestimarse este brazo “amigable” de su estrategia, que puede ser más efectivo que la misma represión para serrucharle el piso a la Resistencia Popular.

ESTRATEGIA 3: RECOMPONER EL PARTIDO LIBERAL Y EL BIPARTIDISMO BAJO EL LIDERAZGO DE MANUEL ZELAYA

El imperio interviene para levantar el cadáver del Partido Liberal

El otro aspecto en el que el imperio está metiendo sus manos es en la recomposición del Partido Liberal. Esto es clave porque este partido ha sido el pilar fundamental del régimen bipartidista en Honduras, es decir, del tradicionalismo político de la oligarquía.

EL Departamento de Estado gringo está preocupado porque el desencanto de la base liberal contra esa institución es tan profundo que prácticamente ha quedado inservible para mantener su dominación, mientras que el Frente Nacional de Resistencia Popular ha absorbido como la esponja a la mayoría de sus bases.

De ahí que sea de pleno interés de la Embajada de los Estados Unidos pegar los pedazos de lo que queda de esa institución política, para ponerla de pie y lograr que camine, como hizo Jesús con Lázaro.

Y aquí la estrategia tiene dos tareas: La primera es desgajar a los Liberales en Resistencia del FNRP, aspecto que, como hemos visto, está logrando. Y la segunda es reunificar al Partido Liberal. A continuación analizamos este último tema.

Desde julio del corriente año el Embajador Hugo Llorens descaradamente ha patrocinado la organización del “Foro de Unidad Liberal” (FUL), reuniendo a connotados dinosaurios políticos como Jaime Rosenthal Oliva, Carlos Orbin Montoya, Esteban Handal Pérez; algunos bebesaurios como Carlos Eduardo Reina, Elvin Santos hijo y Yani Rosenthal, o figuras recientemente recicladas como Eduardo Maldonado Macías o Edmundo Orellana Mercado, entre otros.

Quedaron fuera los dirigentes afines a Roberto Micheletti, como síntoma de que la política del imperio pasa por deshacerse políticamente de las caras visibles del Golpe. Aunque al final van a tener que integrarlos.

Es sintomático que una de las primeras resoluciones del FUL fue considerar necesario el retorno del ex Presidente Zelaya y la “convocatoria concertada de una Asamblea Constituyente”. Asimismo proponen el adelanto de las Elecciones Internas para el mes de abril del próximo año, únicamente para resolver la crisis interna del Partido en una clara amenaza de “golpe de estado interno” contra el grupo micheletista.

Tanto peso tiene esta propuesta del FUL que en la reciente reunión del 10 de noviembre del Consejo Central Ejecutivo del PL con los diputados de esa bancada, llegaron al consenso que el tema debe llevarse a las bases liberales (que se han ausentado de sus estructuras) para que estas lo decidan, en un intento por hacerlas volver, atrayéndolas con la expectativa del retorno de Mel Zelaya.

Los veteranos de la política liberal son conscientes de que su propósito es prácticamente imposible si no logran el reintegro de Mel al Partido, para lo cual le ofrecen en bandeja de plata su conducción y levantan sus banderas como carnada para atraerlo como al pez.

La estrategia imperial busca utilizar a Mel para debilitar la Resistencia y revivir el bipartidismo

En ese sentido la política de la Embajada norteamericana contempla la construcción de un escenario propicio para que Mel se reinserte a la vida política del país bajo sus reglas del juego, con el fin de reconstruir la principal institución política del bipartidismo.

Sabe que su retorno y su incorporación al Partido Liberal implicarían el debilitamiento de la Resistencia, por el poder de convocatoria que dicho líder tiene entre sus bases. Sabe que resucitaría al sistema bipartidista tradicional y que Mel volvería al cauce de donde se salió. No tiene otro significado que sus marionetas en el Partido Liberal, a quienes el mismo Embajador Hugo Llorens reúne y patrocina, lo estén planteando.

Si las cosas le salen bien al imperio, Mel estaría retornando al país con la venia del Estado a principios del próximo año para validar el arranque del proceso electoral. Lo que le pase a Mel una vez que haya arribado a  nuestra tierra solo lo sabe la Embajada de Estados Unidos, pero podemos hacer la siguiente hipótesis:

Para sus intereses seria torpe de parte del imperio eliminarlo o meterlo preso inmediatamente que retorne, porque eliminaría al único personaje que puede moderar al movimiento de Resistencia y no tendría ningún sentido todo ese esfuerzo político.

Por supuesto que dejarlo vivo resulta una operación arriesgada para sus intereses, pero aún bajo ese riesgo, para el imperio lo más importante no es eliminar su persona sino su causa, fortaleciendo el bipartidismo y debilitando a la Resistencia, de ser posible con la colaboración del mismo Mel; una operación mucho más complicada que un magnicidio.

La fórmula es sencilla: Si Mel regresa al Partido Liberal le restara fuerza a la Resistencia porque regresara patrocinado por todo el tradicionalismo político que está interesado en fortalecer a esa vieja institución pero no a la Resistencia. Una vez dentro se le someterá a múltiples condicionamientos y se le limitaran sus poderes.

Apenas Mel se atreva a salir de ese redil, perdería el control de su Partido porque en la política oligárquica tener las bases no cuenta tanto como tener las influencias en el conjunto del aparato de Estado, que es  donde se deciden las controversias internas (Tribunal Electoral, sistema judicial, Congreso). Solo recordemos que debido a esa realidad Mel no pudo controlar dicho partido ni siquiera cuando fue Presidente, época en la que tenía todo a su favor.

Lo peor es que sería un gasto de energía innecesario porque con su retorno no ganaría nada adicional a lo que ya tiene, pues las bases que lo apoyarían dentro del Partido Liberal ya están en la Resistencia.  Por tal motivo, esa iniciativa no solo es una pérdida de tiempo sino una autentica trampa.

Por su parte, Pepe Lobo, aunque es cachureco, juega también a esta carta en obediencia a la estrategia norteamericana. Tremenda tarea la que tiene.

Primero debe convencer a Mel para que acepte someterse a las reglas del juego y también vencer la terquedad del sector más recalcitrante del golpismo, especialmente de los políticos, militares y empresarios que sirvieron de “tontos útiles” del imperio, porque sin lugar a dudas se sienten amenazados con esa posibilidad.

Por supuesto, atraer a Mel solo podría hacerse cediéndole cierto terreno para que sienta confianza, incluso retomando algunas de las banderas que ha enarbolado, como la Constituyente; y por otro lado, restando poder al golpismo imbécil.

Las tentaciones del golpismo inteligente

Hay indicadores en el panorama político que nos hacen sospechar que este proceso de negociación con Mel y de presión al golpismo recalcitrante se halla  en estado avanzado.

El primer indicio de coqueteo político de Pepe Lobo fue su anuncio de viajar a República Dominicana a “traer a Mel Zelaya” prometiéndole seguridad.

El segundo hecho fue llamar a un dialogo “sobre la Constituyente” --algo impensable meses atrás--  levantando, como era de esperar, aspavientos en las filas de los “blancos”, con la clara intención de impactar en las filas del melismo.

El tercer hecho significativo es la propuesta del Presidente del Congreso Nacional, Juan Orlando Hernández, de hacer la reforma del artículo 5 constitucional a más tardar entre diciembre del presente año y enero del próximo, sin fijar claramente en que consiste su propuesta  pero sugiriendo que podría contemplar la posibilidad de consultar sobre el tema de la Constituyente.

Otros indicios de que se mueven teclas para acercar a Mel al país, son su incorporación como diputado al PARLACEN, que zanja la controversia internacional sobre la ilegitimidad del Golpe, y la reciente discusión en el Congreso Nacional y en la Corte Suprema de Justicia sobre si se extiende la Amnistía al ex Presidente o si se le beneficia con un indulto; ambos puntos exigidos en las condiciones de la OEA para eliminar la persecución política en su contra.

…y el sometimiento de los “blancos”

Por otro lado, hay indicios de que la cúpula política y empresarial de la UCD (o “blancos”) y los militares están siendo fuertemente presionados a abrirse a esa posibilidad, tanto con mecanismos políticos como con medios menos ortodoxos.

Algunos indicadores son: El desplazamiento de Ramón Custodio como referente en el tema de Derechos Humanos; la captura en Colombia por el delito de narcotráfico de Miguel Ángel Villela Meza el 13 de octubre, hermano de la Designada Presidencial y dirigente de los “blancos” recalcitrantes, Armida Villela de López Contreras; la captura de 19 soldados y oficiales de las Fuerzas Armadas vinculados al robo de una avioneta utilizada para el tráfico de drogas el 31 de octubre; la perdida de hegemonía de la 17ª promoción de oficiales al ser repartido el poder dentro de las Fuerzas Armadas con los oficiales de la 18ª y 19ª promoción; las denuncias contra Micheletti Bain por el robo de electricidad, ocurridas a principios de noviembre, entre otros hechos.

Que esa presión comienza a dar sus frutos lo muestra la insólita solicitud de “perdón” hecha por varios diputados y diputadas micheletistas por haber ofendido a otros liberales en medio de la crisis.

Los gestores de esta política imperial no se limitan a las filas del liberalismo y del cachurequismo. Vemos la febril actividad de personajes como Cesar Ham en hacer una y otra propuesta para convencer a Mel que acepte las propuestas de Pepe Lobo. En este caso, el anzuelo seria la oferta de hacer un Frente Amplio Electoral con la UD, para lo cual –dicen—convendría que tome la conducción del Partido Liberal.

Sin embargo, no todo le está saliendo color de rosa tanto al FUL en el Partido Liberal ni a Pepe en Partido Nacional. La lucha parece ser encarnizada entre los partidarios del retorno y los golpistas recalcitrantes, que se resisten a aceptar todo lo que huele a melismo. Así que Pepe y el imperio no tiene asegurada la batalla y la misma promete arreciar en los próximos meses.

Es este proceso el que está definiendo los temas del debate político en la burguesía hoy día.

Las ambigüedades de Mel en torno a su filiación al Partido liberal

Todo lo anterior indica que las intenciones del imperio con promover su regreso van más allá de una trampa para matarlo, sino más bien de utilizarlo políticamente.

Decir esto puede parecer un sacrilegio para quienes tienen una fe ciega en el máximo líder de la Resistencia, pero la historia nos enseña que en política el que es ingenuo pierde. El futuro de cualquier líder esta en lo acertado o desacertado de las decisiones que tome. Y en el pasado aunque tiene el mérito de haber dado pasos muy progresistas, Mel también ha tomado decisiones equivocadas.

Solo recordemos lo siguiente: Mel confió ciegamente en que las Fuerzas Armadas nunca le daría un golpe de Estado y no lo previno; firmo el Pacto de San José patrocinado por Hillary Clinton, que ahora el imperio usa en su contra; tuvo una posición ambigua sobre si llamar a votar o no votar en la farsa electoral de noviembre 2009;  y fue el primero en reconocer a Pepe Lobo como “Presidente”, entre otros yerros.

En este caso, Mel ha reaccionado hasta ahora ambiguamente, colocando fuertes condicionamientos a las propuestas del FUL (pide que el CCE del PL se pronuncie por la Constituyente, por condenar el golpe, castigar a los golpistas, etc.) y se “define” al mismo tiempo como liberal y como Resistencia, con lo que no niega rotundamente la posibilidad de su reincorporación al Partido Liberal. En ese sentido, todo indica que Mel no se ha decidido o no considera que sea momento para dar a conocer su decisión al respecto.

Indudablemente es una presión política muy grande y solo el tiempo dirá si muerde el anzuelo que le lanza el imperio y el régimen golpista.

Sin embargo, independientemente de lo que piense Mel, mi punto de vista es que esa no debería ser una decisión a tomar por una sola persona. Como su Coordinador General, Manuel Zelaya está en la obligación de someterse a la decisión colegiada de la organización y no a tomar una decisión unilateral, como ha sido su estilo hasta ahora, porque no es una decisión de carácter personal sino política, cuyo precio lo pagara la base que ha dado el pellejo en la calle por la democracia en el país.

Como se desprende de este análisis, si Mel es consecuente con la causa de la Resistencia, no debería volver al Partido Liberal, como lo quiere el imperio, sino que debería aceptar el destino que le depare la Resistencia Popular. Sobre ese punto, debe dejarse de ambigüedades.

ESTRATEGIA 4: SENTAR LAS BASES PARA LA EXTINCIÓN DE LA RESISTENCIA EN EL PROCESO ELECTORAL

En el contexto planteado anteriormente ¿Qué lugar tiene el próximo proceso electoral en la estrategia del Imperio y la oligarquía?  Para decirlo en pocas palabras, el proceso electoral será el próximo paso que dará la oligarquía y el imperio en el fortalecimiento del bipartidismo y en el debilitamiento de la Resistencia Popular.

Lo primero que hay que recordar es que las próximas elecciones son convocadas por un régimen heredero de un Golpe de Estado; un régimen que exhibe autoritarismo y vocación de dictadura por todos lados. No es un régimen democrático burgués clásico, pues aquí se impone el que tiene el control de las armas, no el que tiene la mayoría de los votos. En ese sentido la oligarquía golpista no necesitaría de elecciones para seguir gobernando, pues arrebata el poder cuando quiere.

Pero para el orden capitalista y para el imperio es importante el adormecimiento ideológico de las masas para que su Estado sea sostenible en el largo plazo. En ese sentido, la participación electoral de la Resistencia es conveniente en su estrategia, siempre y cuando se convierta en un factor de fortalecimiento de su sistema y no en un factor de subversión; es decir, para transformarla en un movimiento de “oposición” y deje de ser un movimiento revolucionario.

Veamos cómo puede suceder eso.

Algunos compañeros y compañeras han levantado la idea de un “Frente Amplio” como la gran panacea que –según dicen-- llevara la Resistencia al Poder a través de su participación en el próximo proceso electoral.

Originalmente fue idea de los Liberales en Resistencia y los udeistas, por razones que veremos adelante, pero después fue adoptada por compañeros de organizaciones de izquierda como la Tendencia Revolucionaria y la Organización Política Los Necios. Incluso el mismo Mel Zelaya apoya esta idea según se aprecia en sus últimas cartas. Asi que todo indica que la idea tiene amplio respaldo.

Pues bien, los partidarios de esta propuesta dicen que si no participamos en las próximas elecciones, solo nos quedaría tomar los fusiles e irnos a las montañas, o sea, hacer lucha armada.

Se trata de un recurso barato en una discusión; tergiversar y ridiculizar la posición del oponente para que la propia parezca seria. No es la forma correcta de abordar el debate.

Es claro para casi todo mundo que, en lo inmediato, no existen condiciones para un levantamiento insurreccional que tumbe al gobierno espurio. Nadie ha planteado que esas condiciones existan ya. Así que más justo sería hacerse preguntas como las siguientes:

Si no hay condiciones para una insurrección hoy ¿Por qué necesariamente la Resistencia tiene que atender la convocatoria del golpismo para sumarnos a sus elecciones, en el marco de su estrategia? ¿Acaso se quiere contribuir a la misma?

¿Acaso no podemos tener una estrategia propia para aprovechar la coyuntura electoral de tal forma que nos permita preparar las condiciones para que el pueblo se levante contra esta dictadura?

Y la pregunta clave ¿esa propuesta ayuda a la Resistencia o más bien al golpismo y al imperio?

No me opongo a que la Resistencia tenga una estrategia hacia el proceso electoral, pero me propongo demostrar que la peor estrategia a utilizar seria la del “Frente Amplio Electoral” que nos proponen estos compañeros y compañeras.

¿Frente Amplio de la Resistencia o de la UD-Partido Liberal?

De acuerdo a la Ley Electoral y de las Organizaciones Políticas no hay posibilidades de que el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP) pueda participar en el proceso electoral como tal. Dicha Ley solo permite que participen y que hagan alianzas partidos legalmente inscritos o candidaturas independientes. Y el único partido legalmente inscrito disponible a una candidatura de la Resistencia, por ahora, es la UD, pues el Partido Liberal podría serlo solo si Mel ingresa a ese Partido y vence a su sector tradicional, lo cual no estaría asegurado, como vimos en la sección anterior.

Así que lo único seguro por ahora es que estaríamos “representados” por la UD.

¿Y que méritos tiene la UD para que nos represente? Este partido no obedeció la decisión del FNRP de no participar en la pasada farsa electoral y engaño a la Resistencia prometiéndole que se retiraría; participo en el Dialogo convocado por Pepe Lobo a fines de 2009 contra la voluntad de la Resistencia; reconoció desde un principio a este gobierno espurio; se integró a un Ministerio y a la Directiva del Congreso Nacional para hacer co-gobierno con el Partido Nacional; y ahora divide el movimiento campesino y trata de destruir sindicatos de base de la Resistencia.

En otras palabras, si seguimos la idea del llamado Frente Amplio Electoral, la “representación” política formal de la Resistencia la tendría la dirigencia de un partido que ha demostrado ser traidoraliado del golpismo en el gobierno. a la Resistencia y

(Nota: Exceptuó de estas afirmaciones críticas a la base de la UD y en especial a su juventud, que han dado muestras de gallardía en la calle, de la que no son dignos sus dirigentes oportunistas).

Aun si Mel entrara al Partido Liberal y suponiendo que logre consensuar con todos los líderes del liberalismo que ese partido se sume al “Frente Amplio Electoral” –lo cual es poco probable—, los problemas no acabarían, pues dicha participación seguramente estaría condicionada por las momias del liberalismo a que cambiemos nuestras banderas de lucha, las banderas propias de la Resistencia, y a que aceptemos también a sus candidatos y candidatas.

Por ejemplo, los líderes tradicionales del liberalismo difícilmente aceptarían la idea de una Constituyente Originaria, elegida desde la base del mismo pueblo y en la que no participen los partidos políticos, como lo concibe la Resistencia; o la propuesta de abolir las Fuerzas Armadas, etc.  Es decir que tendríamos que regatear con sectores de la derecha liberal las principales causas de nuestra lucha, reduciendo nuestro programa original a cualquier cosa menos a un programa de Refundación de Honduras.

La pregunta es obligada: ¿Es a esa gente que queremos llevar a nuestro gobierno? ¿Quiénes se sentirían representados(as) con estos partidos? Estoy seguro que muy pocos.

Las candidaturas independientes son una opción que permite más independencia respecto  a esos partidos, pero tienen el inconveniente de que no le permitirían al “Frente Amplio Electoral” postular planillas a diputaciones, pues solo se les permite presentar candidaturas individuales a diputación, con lo cual no tienen posibilidad de salir electas (ya que tienen que competir contra la suma de las planillas de otros partidos en un mismo departamento). Además no tienen derecho a la deuda política, deben pasar primero porque les acepten las firmas, etc. Es decir que tienen desventajas respecto a la participación partidaria, por lo que es una opción que los partidarios del “Frente Amplio  Electoral” descartan.

De no hacerse reformas profundas a esa Ley, el FNRP, si decide aceptar esa idea del “Frente Amplio Electoral”, tendría que participar forzosamente a través de partidos cuya práctica es contraria a la Resistencia y con los cuales el programa político del Frente seria distorsionado. Como es de esperar, la oligarquía no estaría interesada en hacer tales reformas, y el PL y la UD tampoco moverían un dedo para cambiar esas reglas, sencillamente porque no les convendría.

El Frente Amplio (UD-PL) atenta contra el FNRP

Aparte de lo anterior, el protagonismo del famoso “Frente Amplio” ante el electorado, no lo tendría el FNRP sino la UD y, eventualmente también, el Partido Liberal. Serian ellos quienes se apoderarían de todas las banderas del Frente Nacional de Resistencia Popular en la campaña durante dos años consecutivos (la lucha contra el golpismo, la Constituyente, etc.) y por supuesto las capitalizarían para halar a los resistentes a sus respectivas instituciones políticas, fortaleciendo sus filas y debilitando las del FNRP.

Esto, claro está, sería objeto de regulación, pero conociendo la astucia digna de mejor causa de los dirigentes oportunistas de la UD, estoy seguro que esos acuerdos serán papel mojado.

Si la Resistencia acepta ese trato, el FNRP se limitaría en las elecciones a poner los activistas para pegar afiches y repartir volantes, pero las decisiones y los réditos políticos estarían en manos de udeistas y liberales, o sea del “Frente Amplio”. Es decir que la Resistencia perdería el control político y operativo de su participación electoral para servir de escalera de las ambiciones de los políticos tradicionales.

El efecto buscado por el imperio con su estrategia es que el perfil del FNRP se venga  abajo y quede reducido a un núcleo sin potencial electoral ni presencia en organismos de decisión y con poca fuerza social, sin dejar de mencionar que la represión contra nuestra base y nuestros mejores dirigentes se incrementara en medio de la borrachera electoral.

Más aun, el imperio también busca que se produzca un retroceso en la consciencia del Pueblo que hasta ahora ha adquirido en contra el Estado capitalista. Después de decirle que no podemos confiar en el Estado oligárquico, la conducción de la Resistencia le tendría que decir a sus bases que confíen en el triunfo con sus reglas del juego.

De esa forma las dos principales conquistas alcanzadas en la primera etapa del golpe (el FNRP y el salto revolucionario en la consciencia del Pueblo) serían severamente dañadas.

Pero como dijimos, no solo la derecha liberal-udeista plantea esta política. También la plantean organizaciones de izquierda como la Tendencia Revolucionaria y la Organización Política Los Necios, solo que aquellos les robaron el mandado al ejecutarla primero.

Sin embargo, hasta donde sabemos, estas organizaciones no han aclarado cual es el contenido de su propuesta, y mientras no lo hagan no podemos opinar sobre la misma. Pero si acaso coincide con la arriba analizada, más vale que se preparen los funerales del FNRP.

OJO, que se nos quiere imponer el “Frente Amplio Electoral”

La alianza liberal-udeísta tiene prisa por constituirse en coalición electoral lo mas pronto posible. Tienen prisa por la posibilidad de que se adelanten las elecciones internas dentro del Partido Liberal para abril de 2011.

Por eso su primer paso fue reunirse en la ciudad de Siguatepeque el pasado 13 de noviembre, para constituir dicha coalición, por intermedio del compañero Andrés Pavón. En esa reunión formaron una estructura integrada por connotadas figuras del oportunismo electorero de liberales y udeistas; aunque también había organizaciones y personas que participaron de buena fe.

Lo que queda claro entonces es que la alianza liberal-udeista no está dispuesta a esperar a que el FNRP tome la decisión sobre este tema en sus Asambleas regulares sino a imponerle a la Resistencia su “Frente Amplio Electoral”, para así iniciar trámites ante el Tribunal Supremo Electoral y obligar a que la Resistencia los tome como su “opción” política.

En consecuencia, esa iniciativa trata de ser impuesta a la Resistencia como un hecho consumado, contraviniendo la institucionalidad del FNRP, el cual no ha discutido ni aprobado ninguna estrategia electoral, sino que esta se aprobara hasta febrero del próximo año.

No podemos dejar que eso suceda. Primero es conveniente hablar con estos señores y prevenirles. Si no atienden, el Frente en su próxima asamblea deberá tomar decisiones mas fuertes.

¿Ganar llevando el oportunismo al poder? ¿Tomar el poder con Votos?

Se me ha objetado que esta opinión es muy pesimista porque no toma en cuenta que la Resistencia es mayoría y que podemos ganar las elecciones. No dudo que seamos mayoría y que podemos ganar una votación. Pero el asunto es más profundo. ¿Llevar a la UD y al PL al gobierno seria “ganar”? Después de hacer el análisis anterior, ¿quién puede demostrar que un gobierno del Frente Amplio Electoral no sería más bien un triunfo de la estrategia imperial?

Sin hablar del Partido Liberal que de por si tiene una tradición pro imperialista legendaria, dudo mucho que el imperio pueda considerar una amenaza un gobierno de la UD, pues sus dirigentes han demostrado ser capaces de adaptarse como el camaleón y vender los principios por unos cuantos puestos. Así que un gobierno de ellos bien podría parecerse al de un Mauricio Funes en El Salvador, del cual el FMLN a cada rato tiene que desmarcarse para que no lo confundan con sus posiciones afines al Imperio.

Aparte de ese asunto de contenido, quiero demostrar también que si acaso una candidatura de la Resistencia fuera realmente una amenaza a la política imperial, la burguesía no nos cederá el poder simplemente porque ganemos las elecciones por mayoría de votos.

La oligarquía no derroco a Manuel Zelaya para después permitir que la Resistencia llegue al poder en elecciones organizadas por ella. Sería un absurdo. Pueden ser malvados pero no son tontos. Quien lo crea, no aprendió nada sobre el Golpe de Estado. Y si no, ahí están las “gloriosas” y los “”chepos” para recordarnos quien tiene el poder.

También se nos ha objetado que si en América del Sur la izquierda llego al poder mediante Frentes Amplios electorales, también es posible hacerlo en Honduras.

Es cierto que eso sucedió, pero los hechos hay que ponerlos en su contexto. En América del Sur dichos triunfos sucedieron después de que se produjeron verdaderas revueltas populares o insurrecciones que hicieron caer o acorralaron a gobiernos corruptos y represivos, abriendo brechas democráticas, como la caída de Color de Mello en Brasil, Carlos Andrés Pérez en Venezuela, Alfonsín en Argentina, el pinochetismo en Chile, Gutiérrez en Ecuador o Meza en Bolivia. Esos levantamientos crearon una correlación de fuerzas que ha posibilitado el crecimiento extraordinario de opciones no oligárquicas y hasta ahora ha impedido Golpes de Estado en esos países, pese a que los han intentado.

Es decir que esos triunfos no fueron producto de la euforia electoral, sino que se construyeron primero en las barricadas y huelgas obreras.

En algunos casos,  pocos por cierto, algunos triunfos han sido posibles cuando un líder con influencia en la institución armada logra neutralizarla o ganar su lealtad para que estas no impidan su ascenso al poder mediante un Golpe de Estado, como Chávez en Venezuela y Ortega en Nicaragua. Ni por cerca es el caso de Honduras.

Cuando esas revueltas o insurrecciones no se han producido o no han conquistado espacios verdaderamente democráticos, las oligarquías se imponen autoritariamente pese a haber perdido en las urnas, como sucedió en México con Vicente Fox y Felipe Calderón, y en los mismos Estados Unidos con Bush hijo.

Volviendo al caso de Honduras, aquí ha sucedido todo lo contrario de América del Sur y en ese sentido es un caso todavía único en el continente. Las elecciones se convocan después de que se ha producido un Golpe de Estado y se ha impuesto un régimen que ni siquiera se ha ganado el reconocimiento internacional; un régimen que exhibe sus rasgos mas violentos y autoritarios.

Si bien es cierto que hubo un levantamiento popular, por las razones expuestas paginas atrás este no ha logrado tumbar ni acorralar al régimen, y por tanto significa que la correlación de fuerzas ha terminado favoreciendo al golpismo.

Por tanto, debemos asumir que la burguesía preparara elecciones antidemocráticas para 2013, en las que pretende fortalecer su bipartidismo y por tanto, en las que habrá fraude e imposición para impedir las posibilidad que una alternativa consecuente de la Resistencia llegue al poder (no el Frente Amplio liberal-udeista, por favor).

Preparar una estrategia de acumulación de fuerzas

Frente a  lo anterior, hay que tomar una decisión y prepararse mediante una estrategia de acumulación de fuerzas, que no fuimos capaces de hacer en la primera etapa del golpe, para aprovechar las oportunidades que se presentaran y que podemos inducir.

Lo anterior no quiere decir que no debamos utilizar la coyuntura electoral, sino que podemos y debemos hacerlo con nuestra propia estrategia, no sumándonos a la estrategia del enemigo.

Justamente el reto sobre el que debemos trabajar en la Resistencia, no es discutir sobre a quién ponemos de candidato o candidata, sino en cómo creamos condiciones en el pueblo que nos permitan generar un levantamiento social que lleve al poder a la Resistencia Popular.

SEGUNDA PARTE

CONTRIBUCIÓN A UNA ESTRATEGIA POLÍTICA ELECTORAL DE LA RESISTENCIA

No pretendo hacer una propuesta acabada sobre cuál debe ser la política de la Resistencia en el tema electoral. Sería muy pretencioso de mi parte. Creo que tal política debe ser el resultado de un proceso colectivo de consultas y análisis bien orientados, en los que participen los hombres y mujeres más lúcidos(as) del Frente.

Mi contribución tiene dos propósitos:

1)         Proponer un método para definir nuestra política hacia el proceso electoral; y

2)         Dar algunas ideas básicas de lo que podríamos proponernos en esta coyuntura.

Espero que estas modestas ideas ayuden a la base y a la dirigencia de nuestro movimiento a encontrar las mejores respuestas a este tema.

SOBRE EL MÉTODO

No hacer discusiones conceptuales sino basarnos en la realidad

Lo primero que quiero decir es que debemos abordar este tema con el método científico.

He visto, por ejemplo, que hay un debate entre algunos compañeros y compañeras sobre cuál es la vía para la toma del poder, si “elecciones o lucha armada”. En ese tema las posiciones parecen dividirse entre “electoreros” y “radicales”. Hacer ese tipo de discusiones conceptuales en abstracto, sin ningún asidero en la realidad, es un método idealista, no revolucionario, y por tanto una pérdida de tiempo.

Además, según veo, esa discusión peca de estar mal informada, porque pareciera que no hay otras opciones aparte de ir mansamente a elecciones, o irse a la montaña a hacer guerrilla. Hay más opciones, como por ejemplo, la organización de la Huelga General insurreccional, la construcción del Doble Poder, la desobediencia civil, o una combinación de todas, etc. Todas son tácticas a las cuales un movimiento revolucionario no puede renunciar, y se deben aceptar o rechazar según la necesidad concreta del momento histórico.

Si algo nos han enseñado los clásicos de la Revolución es que una buena táctica se define después de haber hecho un buen análisis de las condiciones concretas del país.

Así que para construir cualquier propuesta debemos basarnos en los hechos de la realidad, no en ideas preconcebidas. No hacerlo así es un grave error, que puede costarnos el triunfo o la vida.

Captar la esencia, no quedarnos en la apariencia

Lo segundo por decir es que debemos saber interpretar esa realidad, captando la esencia que se esconde tras las apariencias. Ese es el método revolucionario.

Por ejemplo, según el calendario electoral, las elecciones internas y primarias tendrían que comenzar en el año 2012 para todos los partidos, pero ya vimos que hay interés en los liberales para que la campaña arranque el próximo año (2011) adelantando las elecciones internas de los partidos.

Varios compañeros y compañeras interpretan ese hecho como que “llego la oportunidad para que la Resistencia aproveche el proceso electoral” y comen ansias por prepararse a esas elecciones, pues ya se ven como candidatos y candidatas, colocando afiches, recolectando fondos, etc.  Esa es una manera superficial de ver los hechos que nos puede llevar a una conclusión equivocada (que ese adelanto es una “oportunidad”)

En base a las tendencias estudiadas en las secciones anteriores, ahora comprendemos que el fondo de ese adelanto, es que el imperio y su gobierno títere pretenden atraparnos en las redes de la farsa electoral, para difundir tempranamente al mundo que la Resistencia ya “se reconcilio” con el régimen golpista y que ya está incorporada al proceso electoral. Así podría ganar su retorno como miembro de la OEA y conseguir plata para el próximo año.

Al analizarlo de esta otra forma, ese adelanto, en lugar de ser una “oportunidad”, aparecería claramente como una trampa.

Parte de una Estrategia más global

La otra cuestión que necesitamos comprender es que la estrategia electoral de la Resistencia debe ser parte de una estrategia más global de lucha, a la cual debe subordinarse y contribuir, y no al revés. Aquí solo daremos unas ideas sobre esa estrategia general.

El terreno electoral es solo uno de los tantos escenarios de lucha que existen, no el único.  Es el que más le interesa a la burguesía, pero no necesariamente tiene que ser el que más nos interese a nosotros y nosotras.

En lugar de estar pensando en lo que ellos quieren que pensemos (solo en elecciones) pongamos atención a la realidad de nuestro país y de ahí deduzcamos la estrategia que debemos seguir.

La realidad nos indica que aparte del tema electoral, existen diversas áreas en donde tiene lugar la lucha de clases: en lo económico, lo social, lo político institucional, lo cultural, las relaciones internacionales, lo étnico, etc. Una estrategia global debe considerar todas esas áreas.

SOBRE EL CONTENIDO DE LA ESTRATEGIA

En base a lo anterior, esa estrategia tiene que definir en que área de acción se va a poner más énfasis en la lucha, es decir, cual se va a priorizar por determinado periodo de tiempo. Eso se debe definir tomando en cuenta las posibilidades y las conveniencias del momento, y el balance de donde somos más fuertes o más débiles, tanto nosotros como el adversario.

Por ejemplo, un rápido balance nos indica que el terreno electoral, los medios de ideologización (iglesias, medios de comunicación) y otros similares son los terrenos en los que la burguesía es fuerte. Entonces no convendría enfatizar (no digo “dejar de hacer”, sino enfatizar o priorizar) nuestra actividad por ahí.

Los puntos críticos del sistema capitalista

Todo indica que el lado flaco del régimen es su situación económica y las contradicciones sociales que están estallando como consecuencia de la crisis del Estado y de las nuevas tendencias del desarrollo capitalista. Entonces a esas áreas debemos ponerle más atención.

Por ejemplo, en el campo fiscal, la necesidad de ganar meritos ante el FMI lleva al Estado a  atacar frontalmente las conquistas de la clase trabajadora reduciendo la masa salarial (por eso congela salarios y plazas); ataca los estatutos profesionales, hace despidos masivos, reduce los servicios públicos, generaliza el trabajo precario con su nueva ley de empleo temporal, etc. Esas agresiones tienen enormemente preocupada e indignada a la clase obrera organizada y no organizada, a la cual creativamente podríamos llegar. Por esta razón varios conflictos están reventando y están por reventar.

Que podemos llegar a la clase obrera no organizada, lo demostró el Presidente Mel con el aumento al salario mínimo del 2008 ¿Por qué no podemos ir donde esta para promover un nuevo aumento o para defender el que otorgo el ex Presidente? ¿Por qué no podemos ir donde la micro, pequeña y mediana empresa para hacer alianzas para luchar también por sus intereses?

En este punto, la Resistencia debe ser audaz dirigirse directamente a los trabajadores y trabajadoras, sindicalizados(as) o no, e invitarlos (as) a luchar con nosotros por sus intereses. Por ejemplo en las maquilas. El FNRP debe ya dejar la timidez a un lado, respetando “feudos” de cúpulas sindicales que no hacen nada ni dejan hacer.

En el campo del desarrollo capitalista transnacional existe también un enorme repudio social hacia los procesos de saqueo de los recursos naturales, a la construcción de represas que despojan de su tierra a muchas comunidades y secan los ríos, a la apertura de minas de “cielo abierto” que contaminan el agua y destruyen el medio ambiente, a la deforestación por la explotación de la madera, a la privatización de las fuentes de agua, a la apertura de ciertos tramos carreteros que desalojan comunidades, al riesgo de desastres por empresas de almacenamiento de gas, al despojo de tierras que sufren comunidades garífunas para hacer megaproyectos hoteleros, así como a los megaproyectos de biocombustible que afectan a comunidades campesinas.

Todos esos proyectos, que el régimen, las transnacionales y la oligarquía llevan a cabo en cumplimiento del Plan Mesoamérica (antes Plan Puebla Panamá), son de prioritario interés para el imperio y en los mismos se están generando, ahora mismo, procesos de movilización y organización popular muy radicales que son todo un potencial para la Resistencia. Uno de esos conflicto es el del Bajo Aguan, en este momento el mas critico y radical del país, pero hay muchos más.

Al calor de esas luchas se construyen colectivos de comunidades para auto defenderse del saqueo, muchos dirigidos por compañeros y compañeras de la Resistencia, que podrían tener una orientación y coordinación nacional.

Asimismo, los procesos de privatización que el Estado lleva a cabo en varias instituciones como la ENEE, Hondutel y otras, han creado contradicciones con sus respectivos trabajadores(as) susceptibles de ser sumados a una estrategia global.

También existe una explotación bárbara en las industrias maquileras, en las agroexportadoras de productos no tradicionales, en las fincas cafetaleras, en las camaroneras.

En las ciudades, hay diversos temas en el orden social como la defensa de la educación y la salud, hoy amenazados por políticas de privatización. Los barrios están sedientos de atención y los desempleados de fuentes de trabajo.

Y así por el estilo. Todo núcleo de la Resistencia a nivel nacional podría identificar mediante un análisis participativo, los núcleos de contradicciones a las cuales orientar una labor de organización, educación y movilización en su respectiva zona de trabajo.

¡Que no se podría hacer con miles de personas organizando, educando y movilizando a nivel nacional!

¿Acaso solo se puede pensar en elecciones amañadas cuando hay tanta riqueza para una intervención revolucionaria en el país?

¿Cómo nos acercamos más al Poder, como afectamos más a la oligarquía: Interviniendo para hacer que la Resistencia sea una potencia en todos esos conflictos o “lados flacos” del sistema, o desgastándonos económica y políticamente para colocar unos cuantos diputados que después no pueden hacer nada por estar siempre en minoría?

POR UNA ESTRATEGIA REVOLUCIONARIA, NO ELECTORERA

En lo que a mi concierne, primero deberíamos posicionar bien a la Resistencia en los temas claves donde el sistema capitalista provoca conflictos sociales, a fin de tener capacidad de paralizarlo, antes que perder el tiempo y gastar nuestros pocos recursos compitiendo por votos contra las maquinarias electorales de la burguesía.

Nuestra tarea principal debe ser acentuar las contradicciones entre el pueblo y el capitalismo en sus puntos críticos para crear condiciones de un cambio en la correlación de fuerzas que nos dé posibilidades de un levantamiento popular.

Construir una relación de Fuerzas favorable a un levantamiento popular

Debemos proponernos crear las condiciones para una Huelga General no solo desde los sindicatos sino también desde las comunidades urbanas y rurales pobres,  afectadas por los intereses de la burguesía y el imperio, donde se encuentra la mayoría de la clase trabajadora no sindicalizada.

Esa sería una buena forma de preparar las condiciones de un levantamiento obrero y popular que cambie la correlación de fuerzas a favor de la Resistencia, condición necesaria –como lo demuestra la experiencia de los países de Sur América-- para que tengamos posibilidades de acceder al Poder real, pues mientras no cambiemos la correlación de fuerzas a nuestro favor, difícilmente podremos disputarle con contundencia el Estado a la oligarquía, ni podremos defenderlo si lo ganamos.

Es decir que deberíamos tener la capacidad de crearle al gobierno burgués una crisis política desde una crisis social.

Construir el Poder en la lucha para conquistar y defender nuestro Poder en el Estado

Eso nos lleva a definir mejor el concepto de PODER. Porque Poder no es haber ganado un gobierno. Podríamos ganarlo pero nunca haber tenido el Poder. Eso es lo que le paso a Mel y lo que le pasa al FMLN en El Salvador.

Poder, entonces, es tener capacidad de hacer los cambios que nos proponemos. Si contamos con esa enorme capacidad de movilización popular, podemos decir que comenzamos a construirnos el Poder de la Resistencia en Honduras. La conquista del Estado será cuestión de tiempo y de una adecuada estrategia; pero una vez en el seremos invencibles. En cambio, si por una remota casualidad, llegara al gobierno una candidatura de la Resistencia, sin haber hecho antes ese trabajo, será un gobierno humillado y de poca duración.

Recordemos que luchamos contra un régimen que rompió el orden Constitucional y por tanto nuestra estrategia política no es llegar al Estado solo para hacer oposición. Nuestra estrategia es la convocatoria de la Asamblea Constituyente que acabe con la fiesta que se tienen los ricos y ponga orden en beneficio de los pobres. Por tanto, necesitaremos de una gran fuerza social capaz de enfrentar la violenta reacción de la oligarquía, que hasta ahora no ha sido nada en comparación con la reacción que tendrá cuando el Pueblo en el Estado toque sus intereses de manera directa.

Debemos pensar en grande, al largo plazo, y no para lo inmediato.

Ir al Pueblo no a las urnas

Claro está, eso nos obliga a poner más atención a lo que está haciendo nuestra base. Nos obliga a consultarle ¿Por qué lucha? ¿Qué plantea? ¿Cómo lucha? ¿Con quienes se alía? ¿Cómo se organiza? ¿Cómo podemos apoyarlos? ¿Cómo podemos coordinarnos?

Eso implica ir donde la gente, no esperar que venga donde nosotros. Implica ayudarla a organizarse, capacitarse, movilizarse y solidarizarse con ella. Se trata de un trabajo más duro, más comprometido, pero más hermoso que pelear por votos contra una maquinaria electoral que ya sabemos que nos va a negar el triunfo.

Aunque es duro, hay motivo para ser optimista, porque nuestro movimiento es grande, estamos en todos los rincones del país y tenemos la moral en alto. Nuestro reto mayor es ORGANIZARNOS Y EDUCARNOS, para que el Pueblo pueda Movilizarse conscientemente.

OBJETIVOS DE LA RESISTENCIA ANTE EL PROCESO ELECTORAL

Como he dejado claro en las líneas precedentes, yo no creo que para la Resistencia lo electoral sea la tarea principal.

Pero, aunque no lo sea, ¿Qué posición debemos tener frente al proceso electoral?

Mi propuesta es NO PARTICIPAR EN EL MISMO, pero al mismo tiempo DESENMASCARARLO, luchando contra sus objetivos.

Hagamos el recordatorio. Los objetivos de la oligarquía y del imperio son:

1) Fortalecer el bipartidismo a través de que Mel y los Liberales en Resistencia ingresen al Partido Liberal;

2) Dar la imagen internacional de que aquí hay democracia;

3) Sacar al FNRP del escenario político, reconociendo al Frente Amplio como su interlocutor.

4)  Movilizar la mayor participación del pueblo en apoyo a su farsa electoral.

Como lo que queremos es obstaculizar el logro de los objetivos del imperio, una buena guía es proponernos exactamente lo contrario de lo que el imperio y la oligarquía quieren en ese proceso.

Por tanto, podemos definir nuestros OBJETIVOS así:

1)         Debilitar el bipartidismo, logrando que Mel y la base de la Resistencia no contribuyan a reunificar el Partido Liberal;

2)         Desenmascarar el carácter antidemocrático del proceso electoral;

3)         Incidir por el reconocimiento de la Resistencia como fuerza política beligerante a nivel nacional e internacional; y,

4)         Movilizar al pueblo contra la farsa electoral.

El resto de la Estrategia (las actividades, medios y plazos) los dejo a la imaginación y creatividad de los y las resistentes.

Dado en la ciudad de Tegucigalpa, M.D.C. a los 23 días del mes de noviembre de 2010

Hemeroteca

Archivo