Por Carlos Alberto Fúnez
La decisión que el magisterio tomó hace dos semanas, sin duda alguna que hizo que el gobierno del binomio Porfirio Lobo-Juan Orlando Hernández se detuvieran un poco, el tiempo que se mantengan parados en contra del magisterio depende del inicio de una estrategia de lucha de parte de los docentes.
El día de ayer -lunes 01 de agosto- Juan Orlando declaró que no aprobaría leyes que no han sido consensuadas, por supuesto que ganas le sobran para hacerlo, sin embargo, tiene aspiraciones políticas y aprobar en este momento leyes en contra del gremio magisterial significaría su suicidio político.
La decisión de la base del magisterio fue crucial para que el gobierno de Lobo se pare a reflexionar sobre la apertura de una nueva crisis donde el magisterio estaría unido con estudiantes y padres de familia. El día 26 de junio, cuando ya era notoria la decisión del magisterio, el gobierno suspendió la reunión con la dirigencia magisterial y seguidamente envió 4 proyectos de ley al Congreso Nacional; una nueva Ley General de Educación, las reformas a la Ley del Inprema, la Ley para levantar un Censo en educación y una Ley de Educación Superior. Ese día 26 de junio, si el magisterio firmaba un documento que en nada comprometía al gobierno, inmediatamente enviaban los mismos proyectos de ley al Congreso Nacional y estos hubiesen sido aprobados en medio de una campaña mediática que tendrían como slogan: “gobierno logra consenso con el magisterio”, no nos cabe la menor duda que así hubiera pasado, aun cuando Arturo Corrales –negociador de parte del gobierno- hubiera prometido que el magisterio participaría en hacer los cosméticos a dichas leyes.
Si muchos carecen de memoria histórica les recordaremos que Arturo Corrales fue el mismo negociador del gobierno de Maduro en el 2004, es el mismo que participó en las negociaciones del diálogo San José, Guaymuras, Tegucigalpa-San José y Cartagena. En todas estas negociaciones los oponentes salieron perdiendo y a quien representaba Arturo Corrales (Maduro en el 2004, Michelletti en el 2009, Lobo en el 2011) terminaron imponiendo sus criterios y sus medidas dictatoriales. Y sino, que lo diga Manuel Zelaya y Enrique Flores Lanza.
La base del magisterio está radicalizada
En toda esta crisis desde el 2009, aparentemente el magisterio estaba dividido, sin embargo, hay que ser muy objetivos en esta apreciación, no dudamos de que el magisterio seguirá dividido en lo político por mucho tiempo, sobre todo cuando se hable de “resistentes” y “golpistas”, pero en lo que se refiere estrictamente a lo gremial el magisterio es capaz de olvidar esas diferencias y de unificarse en la defensa de sus conquistas y derechos sociales.
Nos atreveremos a decir que en esta ocasión el magisterio se encuentra más consciente de lo que estaba en el 2004, pero en esta ocasión, la diferencia ha sido la dirigencia, con muchas diferencias entre ellos y con mucha cola que cortar en la situación del Inprema, esto les hizo perder credibilidad ante una base radicalizada. Un magisterio reprimido por todos lados -y con la amenaza latente de perder todas sus conquistas económicas y sociales- se vuelve reflexivo y analítico. Ya a estas alturas son dos años sin aumento alguno a los docentes, mientras por todos los medios de comunicación se sigue la campaña mediática en contra del gremio. Esta radicalización del magisterio no se verá inmediatamente reflejada en una nueva lucha que se emprenda sin preparar las condiciones mínimas.
¿Es estúpida la base del magisterio?
Nosotros consideramos que no lo es, lo que la base refleja es la proyección de lo que las diferentes dirigencias han cosechado en su errático accionar. La base del magisterio decidió que no se firmara el documento por dos aspectos elementales: la primera que la firma del documento en nada obliga al gobierno a cumplir lo que ahí dice y la segunda, que en dicho documento no se consensuó nada en lo que respecta al régimen económico y la Ley del Inprema. La base entendió que la firma del mismo solo implicaba que el gobierno de Lobo-Hernández se saldría con la suya.
La intensión de 4 presidentes de los colegios magisteriales fue firmar a cambio de 900 lempiras de aumento al salario base, quien hizo inclinar la balanza fue la base del Colprosumah que por unanimidad en los 18 departamentos –y en contra de los deseos de Edwin Oliva- decidió que no se firmara.
La dirigencia del Coprumh y sus asesores políticos –miembros de una organización trotskista- siguen considerando que la base se equivocó y que ahora el magisterio se encuentra en un callejón sin salida. Consideran que el gobierno ahora tiene vía libre para hacer lo que les plazca. Descalifican la decisión de la base y se olvidan de preparar las condiciones de una nueva lucha donde el magisterio con los estudiantes y los padres de familia se hagan un solo nudo por la defensa de la Educación Pública. Desde las páginas del Partido Socialista Centroamericano hemos señalado reiteradamente que la defensa de los derechos del magisterio y la defensa de la Educación Pública pasa por la unificación del gremio y por el apoyo contundente que den otros sectores. El golpe de Estado del 2009 no se revirtió y el gobierno heredero del golpe más bien se consolidó en lo interno e internacionalmente. A los que aun lloran por la sabia decisión de la base les pregunto ¿no les parece raro que la base tomó su decisión aun con el ofrecimiento del gobierno de 900 lempiras al salario base? El gobierno de Lobo no se ha tambaleado, solo han recibido un golpe que los sorprendió, seguro que en este momento afinan su próxima estrategia para liquidar al magisterio.
Nuevamente hacemos el llamado a iniciar con los balances de lucha a los cuales la dirigencia les tiene miedo, asambleas a nivel de distrito, departamentales y nacionales para discutir una estrategia de lucha que nos encarrile el rumbo a seguir. La consulta permanente a las bases del magisterio es una obligación que las dirigencias deben acatar.
Maestros, padres, madres y estudiantes: ¡A defender la educación pública!