Por Sebastián Ernesto González

El día jueves 19 de abril el pueblo trabajador  acudió masivamente a la movilización nacional convocada por el Frente Nacional de Resistencia Popular (FNRP), centrales obreras y dirigentes sindicales. El clamor popular ante las constantes alzas a los precios de los combustibles, de la energía eléctrica y de la canasta básica, quedó manifestado en las multitudinarias movilizaciones realizadas en todo el país.

Fue una jornada de lucha contra el gobierno de Porfirio Lobo, que se ha dedicado a aprobar leyes que eliminan conquistas sociales y económicas  de los trabajadores y que tiene al borde del abismo a la mayoría de hondureños. A pesar de la desmovilización imperante en los meses anteriores, como era de esperarse, la repuesta de los trabajadores y sindicatos fue combativa, se hicieron presentes y repudiaron al gobierno de turno.

 

Más vale tarde que nunca

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hemos cuestionado una y otra vez la desmovilización a la que la dirigencia del FNRP sometió el movimiento obrero y popular, con la firma del Acuerdo de Cartagena. El éxito de la movilización del 19 de abril demuestra, una ve mas, que la clase trabajadora es capaz  de revertir derrotas y de recuperarse y pasar nuevamente a luchar contra este  sistema capitalista en descomposición.

Esta movilización ha sido un pequeño paso necesario para comenzar a revertir las derrotas propinadas en el periodo de la desmovilización, y nos hizo recordar las gloriosas jornadas de lucha contra el golpe de Estado del 28-J de 2009. Si bien es cierto que la Resistencia fracasó en su objetivo central de revertir el golpe de Estado e imponer la Asamblea Nacional Constituyente a través de la movilización revolucionaria, la realidad incuestionable es que las masas trabajadores no fueron aplastadas por los golpistas. Solamente lograron cansarlas y aturdirlas por un largo momento, que fue aprovechado para arrancarle conquistas históricas a sectores claves como el magisterio, que sufrió duras derrotas que le eliminaron el Estatuto del Docente y conquistas sociales como el Inprema.

La crisis aprieta duro pero unifica a los trabajadores

Pero, debemos reconocer, las bases del FNRP no han dejado de presionar a la dirigencia, y reclaman acciones concretas. Existe una enorme inconformidad social en el país, como nunca antes. La inflación se traga nuestros salarios, es una situación insostenible donde las familias no encuentran como suplir los alimentos básicos a sus hogares.

Los empleados públicos, como la mayoría de los trabajadores, tienen sus salarios estancados desde hace 3 años. En el campo la situación es terrible: decenas de dirigentes y activistas campesinos son asesinados en la zona del Bajo Aguan, en la heroica lucha permanente por la recuperación de la tierra.

La crisis es más poderosa que los trancazos asestados por los golpistas, porque ha logrado unificar y levantar nuevamente al pueblo trabajador. El golpe de Estado creó una polarización política, incluso llegó a dividir a algunos gremios, pero ahora observamos que los trabajadores se reagrupan para reclamar sus reivindicaciones básicas: congelación de precios, aumentos de salarios, subsidios alimenticios a los sectores más pobres, etc.

Es hora de convocar a un Paro Cívico Nacional

Ya dimos el primero paso, no debemos detenernos. Ya está circulando la propuesta de algunos sindicatos de convocar a un Paro Cívico Nacional. Debemos retomar la experiencia de la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP) que convocó con éxito a varios paros cívicos nacionales. Está demostrado: el único mecanismo efectivo para hacer retroceder al gobierno de Porfirio Lobo es un masivo Paro Cívico Nacional, sobre todo si tomamos en cuenta la cercanía del 1 de Mayo.

Es hora de desarrollar la unidad de acción de todas las organizaciones sindicales, campesinas y populares, independientemente de las ideologías políticas o las creencias religiosas.

Si bien es cierto que la movilización del 19 de abril fue todo un éxito, lamentamos que solo el sector magisterial sea capaz de paralizar labores a nivel nacional. Los dirigentes de las Centrales Obreras y sindicales se muestran todavía temerosos. Todos tenemos la obligación de preparar un Paro Cívico Nacional, igual o superior al del 26 de agosto del 2003.

En aquel momento se paralizó las instituciones del Estado y se golpeó fuertemente a la empresa privada y se paralizo momentáneamente la economía. Demostramos mucha fuerza. Lo mismo hizo el magisterio en el 2004 y lo hizo el FNRP en los primeros tres meses de lucha en contra del golpe de Estado. Hay antecedentes que demuestran que si podemos convocar un Paro Cívico Nacional, desde las bases de los sindicatos y centrales obreras y campesinas.

Debemos iniciar un proceso de lucha que rescate las conquistas laborales y sociales perdidas, y con la movilización popular detener las constantes alzas a los precios. Pero una lucha sin golpear la economía de la empresa privada no hace más que cosquillas a los empresarios y servir únicamente de desahogo a los indignados.

Un programa de acción inmediata

Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llamamos a todas las centrales obreras y campesinas, sindicatos, organizaciones estudiantiles, y por supuesto a la dirigencia del FNRP, y de ser posible transformar la jornada del 1 de Mayo en un Paro Cívico Nacional de 24 horas

Existe una euforia por la fuerza demostrada en la movilización del día 19 de abril, debemos llamar a más organizaciones obreras y populares a discutir la propuesta del Paro Cívico Nacional.

El PSOCA propone que este Paro Cívico Nacional sea convocado en base a la necesidad de solucionar las reivindicaciones mas sentidas:

 

1.- Aumento general de salarios, conforme el costo de la vida, tanto en el sector publico como en la empresa privada. No solo debemos luchar contra la inflación y las devaluaciones del Lempira que han devorado nuestros salarios, sino también porque se le pague puntualmente a los empleados públicos.

2.- Alto a las alzas de precios en los servicios básicos (combustibles y transporte, comunicaciones, energía eléctrica, servicios de salud, etc) y en la canasta básica y artículos de primera necesidad.

3. Alto a la masacre de dirigentes campesinos en la zona del Bajo Aguan. Basta ya de represión selectiva y asesinatos contra los activistas campesinos. Por la defensa del derecho a la tierra, es urgente una nueva reforma agraria.

 

Esta es nuestra propuesta. Las centrales obreras y campesinas, los sindicatos y la dirigencia del FNRP, tienen la palabra!

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