Por Sebastián Ernesto González
La reelección es un hecho y todo está programado para que se cumpla el continuismo de Juan Orlando Hernández. Con toda la institucionalidad a su favor, no hay quien se le oponga, a pesar de los grandes casos de corrupción en que él y su partido se han visto involucrados, como el escandaloso atraco realizado a los fondos del Instituto Hondureño de Seguridad Social (IHSS), entre otros muchos más.
Aunque todo pareciera que solo es propaganda para medir la fuerza que aún se opone a este propósito, lo cierto es que no hay indicios de que se pretenda movilizar a la población para detener la reelección de JOH. Los sectores que siguen manifestando que están en contra de la reelección y que también lo estuvieron en el 2009, no arrastran bases para movilizar. Mientras los líderes de los Partidos Libre y PAC solo son amenazas del diente al labio, ni tienen la intención de unificar un fuerte grupo de oposición que enarbole la bandera de frenar la reelección y tampoco tienen la intención de movilizar las bases. Las convocatorias a movilizarse para oponerse a JOH son esfuerzos individuales de personas de vanguardia y no responden a llamados aglutinadores de una verdadera oposición.
El día miércoles 2 de noviembre los partidos Nacional y Libre, por primera vez se aliaron dentro del Congreso Nacional para aprobar una pequeña reforma electoral que permitirá llevar candidatos por consenso a las elecciones primarias que se realizarán en marzo del 2017. La propuesta fue aprobada por 86 votos, cantidad mínima requerida para una reforma electoral, lo que indica que de no haber sido por los diputados de Libre no se hubiera aprobado tal propuesta. Lo anterior ha dado origen a mucha especulación, y se ha dejado entrever por un sector, incluyendo a los liberales, como que tal reforma es un aldabonazo a la pretensión continuista de JOH. El Diputado Liberal Yuri Sabas, ofreció declaraciones atribuyendo a Libre el apoyo a JOH para reelegirse, además se lavó las manos justificando el accionar de los liberales en la elección de la Corte Suprema de Justicia, aduciendo que era una Ley de país y que las candidaturas de consenso solo persiguen el objetivo de la reelección.
Independientemente de los lavados de conciencia de los liberales o de las justificaciones de la dirección de Libre, lo cierto es que ni Xiomara Castro ni Juan Orlando Hernández necesitan una reforma para establecer candidaturas por consenso. El verdadero trasfondo de este accionar aun lo desconocemos dentro de la legalidad, pero hay muchos rumores en el sentido de que esto le da base a JOH para su postulación.
Nacionalistas le piden a JOH reelegirse
El día domingo, 6 de noviembre se realizó un evento público donde el voto duro nacionalista le pidió a JOH aceptar la candidatura presidencial; éste manifestó “…Los próximos cinco años vamos a consolidar una nación en paz, justa, la Honduras que nuestros hijos merecen”, dando por entendido que acepta la postulación (LT 07/11/2016).
Lo anterior dio lugar a que el líder del Partido Anti Corrupción, Salvador Nasralla manifestara: “Ahora la pelota pasa a las Fuerzas Armadas de Honduras que deben responder a la brevedad posible en qué queda el artículo 272 de la Constitución de la República que dice que las Fuerzas Armadas que deben velar por la alternabilidad en el ejercicio de la Presidencia de la República, lo cual estaría violando el actual Presidente, con este anuncio que ha hecho” (Criterio.hn 06/11/2016).
El Partido Libre, en un comunicado fechado 4 de noviembre, anuncia la candidatura por consenso de Xiomara Castro y en una de las líneas dice “LIBRE reitera de forma contundente que NO APOYA LA REGLAMENTACIÓN DE LA ILEGAL REELECCIÓN EN HONDURAS.” Buen punto de discusión para los abogados la legal o la ilegal reelección. No obstante, el pueblo trabajador sigue sufriendo la carga impuesta por las medidas neoliberales impuestas por JOH para mantener contento al FMI y seguir pagando la gigantesca factura del golpe de Estado del 2009.
Permitir el continuismo del actual régimen es aprobar todas sus nefastas leyes, que mermaron ostensiblemente conquistas sociales y económicas de la clase trabajadora. Es aprobar las flagrantes violaciones a los derechos humanos de miles de luchadores, es aprobar el asesinato de mujeres de la talla de Bertha Cáceres.
Lo único que puede detener a JOH es la movilización nacional, los luchadores de vanguardia saben que deben auto convocarse, sin embargo, las bases necesitan ser convocadas por las coordinaciones de los partidos que de verdad son oposición. No movilizar es apoyar a JOH.