Por Carlos M. Licona

A dos años de haber asumido la conducción del gobierno de la República de Honduras, bajo la denominación de “Socialismo Democrático”, la presidenta Xiomara Castro avanza lentamente a consolidarse en el primer gobierno del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), convirtiéndose en el primer partido político diferente al Partido Nacional y Liberal en ganar un proceso electoral general.

Durante los últimos catorce años se ha escrito mucho en las páginas de la historia hondureña, muchas letras escritas con la sangre derramada de los mártires que cayeron en una lucha titánica contra un gobierno que muy pronto se convirtió en una narcodictadura, por supuesto, esto no hubiera sido posible sin la complicidad de la empresa privada, líderes religiosos, siniestros personajes representantes de la sociedad civil y, sobre todo, de la política injerencista del gobierno estadounidense.

Curiosamente, ha sido la misma institucionalidad del país del norte que se ha encargado de llevarse a una gran cantidad de estos personajes que se apoderaron del país y que se propusieron meter droga al imperio por sus mismísimas narices. Esto, no ha detenido a las superestructuras corruptas que siguen arraigadas en la institucionalidad del Estado y que, desde ahí, han boicoteado al gobierno de Xiomara Castro desde antes que asumiera el poder.

Al hacer un análisis de los primeros dos años del gobierno de la presidenta de Xiomara Castro, en el cual, inevitablemente se ha tenido que lidiar contra el boicot permanente de una oposición liderada por el Partido Nacional, no se puede obviar esta realidad antes de que se señale cualquier argumentación favorable al gobierno como una claudicación al mismo, si bien es cierto, han sido muchos los errores cometidos por diferentes funcionarios y se ha avanzado muy poco en el accionar para la muy pregonada “refundación” del Estado, no hay que desconocer la estrategia permanente de los poderes fácticos para anarquizar el país y desestabilizar al gobierno, quizás no para asestar un nuevo Golpe de Estado, sino más bien para desgastar al Partido LIBRE y que no obtenga una victoria ostentosa en el siguiente proceso electoral.

El estrepitoso fracaso del Bloque de Oposición Ciudadana (BOC)

El proceso electoral de noviembre de 2021 fue un punto de inflexión en los doce años de gobierno del Partido Nacional, desde antes del proceso electoral, previendo que ya aseguraban una enorme derrota, el gobierno dirigido por el ahora presidiario Juan Orlando Hernández y toda su maquinaria estatal, tomaron decisiones que afectaron enormemente los primeros dos años de gobierno de Xiomara Castro, entre esas decisiones estuvo; nombrar sin partida presupuestaria a mediados del 2021 más de 8,000 empleados en la Secretaría de Salud y otra cantidad similar en las demás Secretarías.

El requisito principal para ser de los afortunado que nombraron era ser activista del Partido Nacional, también nombraron de forma permanente a altos funcionarios del gobierno nacionalista en diferentes instituciones del Estado, aprobaron que los altos cargos de confianza cobraran onerosas prestaciones y, otra decisión que tomaron fue aprobar el presupuesto para el 2022, una decisión que le correspondía al nuevo gobierno de Xiomara Castro, también aprobaron decretos para blindar a todos los activistas que nombraron.

Antes de que asumiera el gobierno la presidenta electa Xiomara Castro, pretendieron apoderarse del control del Congreso Nacional, generando la primera gran crisis en el nuevo gobierno, para lograr este propósito se aliaron con Jorge Cálix (diputado de LIBRE) que fue respaldado por 23 diputados del mismo partido LIBRE más el Partido Liberal. La pretensión fue socavada con la movilización del pueblo a los bajos del Congreso Nacional y que permitieron que se eligiera la Junta Directiva conformada por una alianza entre diputados de LIBRE, algunos liberales y los diez diputados del partido Salvador de Honduras (PSH), eligiendo a Luis Redondo como presidente del poder legislativo.

Ya en los primeros días después de asumir el poder, los activistas del Partido Nacional realizaron protestas diariamente y adujeron cualquier pretexto para tomarse cualquier calle y hacer quema de llantas, aprovechando que una de las promesas hechas por Xiomara Castro fue no utilizar ni una tan sola bala para despejar protestas, al saber que no habría represalia alguna, pues, prácticamente se apoderaron de las calles del país.

Las acciones de tomas de calles en estos dos años, han sido y siguen siendo magnificadas por la prensa mediática que estuvo al servicio completo de Juan Orlando Hernández, sin hasta ahora, que el gobierno encuentre la forma atinada para contrarrestar el cerco mediático, sin que ayude en alguna forma los pocos medios de comunicación que informen con objetividad, o bien, los medios alternativos que se abren paso en competencia con los monstruos de la información.

Al pasar el tiempo, el efecto de las tomas de carreteras por parte de los activistas del Partido Nacional se ha ido disipando, y, la estrategia para boicotear al gobierno se trasladó el Congreso Nacional, de tal forma que, desde el 30 de agosto en que se tuvo que elegir con 86 votos al Fiscal General y al Adjunto, el congreso se mantiene inactivo, generándose una crisis el 31 de octubre con la conformación de la Comisión Permanente del Congreso Nacional y la decisión de esta de elegir a un Fiscal General y Adjunto de forma interina.

Los dirigentes del Partido Nacional desde que se eligió a la Junta Directiva del congreso que dirige Luis Redondo (diputado del PSH) la han llamado despectivamente “directiva “ilegal”, paradójicamente, ahora, los diputados del PSH controlados por el designado presidencial Salvador Nasralla aluden a la Comisión Permanente que dirige Luis Redondo como “Comisión Permanente ilegal”. En septiembre recién pasado se conformó el Bloque de Oposición Ciudadana (BOC), una alianza entre el Partido Nacional y el Partido Salvador de Honduras (PSH), el Partido Liberal, astutamente, manifestó en un comunicado que no formarían parte del BOC, dejando la decisión a que diputados como Marlon Lara o Yuri Sabas se sumaran al mismo.

El BOC, puso como mampara al polémico Salvador Nasralla y al empresario Pedro Barquero, sin embargo, por detrás estaba la alta dirigencia del Partido Nacional, los mismos personajes que estuvieron muy ligados al ahora presidiario Juan Orlando Hernández. Aunque la prensa mediática antigobierno se ha esmerado en entrevistar a los diputados del PSH como Suyapa Figueroa, Maribel Espinoza, Fátima Mena, Iroska Elvir (esposa de Nasralla), Carlos Umaña o Ligia Ramos, lo que ha quedado evidenciado es que detrás de los diputados del PSH están los diputados del Partido Nacional.

Los estrategas de la oposición al gobierno creyeron que al organizar el brazo de lucha social estarían dando un fuerte golpe al gobierno de Xiomara Castro, pretendieron hacer lo mismo que hizo el pueblo en el 2009 con la creación del Frente Nacional de Resistencia contra el Golpe de Estado, que luego se convirtió en el FNRP y posteriormente pasó a ser el Partido LIBRE. La verdad es que los contextos y circunstancias son totalmente diferentes, mientras el origen del Frente de Resistencia resultó de una acción espontánea del pueblo que salió a las calles a defender un gobierno electo democráticamente, el BOC surgió como estrategia del Partido Nacional para anarquizar el país y debilitar al gobierno del Socialismo Democrático e impedir que se cumplan las promesas de campaña.

Al cumplirse los dos años del gobierno es evidente que este se ha ido consolidando mientras que el BOC y quienes lo conforman se van debilitando, por ejemplo, en el Partido Salvador de Honduras (PSH) la desbandada ha sido estrepitosa, de diez diputados que iniciaron en el 2022, se han reducido a la mitad, Luis Redondo prácticamente está en el Partido LIBRE, Suyapa Figueroa y Maribel Espinoza ya declararon que siguen perteneciendo al Partido Liberal, Ligia Ramos ya se definió como diputada independiente, Tomás Ramírez ya se manifestó que aceptará un cargo en la renovación de la Junta Directiva que funcionará en los dos años que le quedan al gobierno, de esta forma, la bancada original conformada por diez diputados del PSH se reducen a la mitad.

En lo que respecta al Partido Nacional, el presidente de esta organización, David Chávez, anda prófugo de la justicia, acusado de corrupción cuando fue Director del Instituto de Formación Profesional (INFOP), otros casos judiciales de corrupción se han reactivado sobre altos personajes de este partido, el que fue administrador de la Tasa de Seguridad en el tiempo de Juan Orlando Hernández será extraditado a USA y el juicio sobre JOH iniciará el cinco de febrero, en que seguramente será declarado culpable.

El Partido Liberal coquetea con el gobierno y luego se pliega a la estrategia de su antiguo aliado el Partido Nacional, sin embargo, con la decisión tomada esta semana en que se ratificó a Mario Segura como jefe de la Bancada del PL, seguramente la posición de este partido se acercará más a las decisiones del gobierno.

Sin duda alguna que, el BOC está destinado a morir, el capítulo final será el enjuiciamiento de JOH en New York.

La consolidación de Xiomara Castro

Ya se puede asegurar que la presidenta Xiomara Castro se ha consolidado en la presidencia de la República, paralelamente, se va conformando una nueva casta política en el país y, principalmente dentro del Partido LIBRE, que, en la actualidad forman parte del gobierno, en su mayoría, son muchachos que en el periodo del 2009-2021 eran estudiantes universitarios y que ahora ocupan altos cargos en el engranaje de la administración del Estado, precisamente esta característica de ser jóvenes, les hace incurrir en errores que no deberían cometerse, como por ejemplo, no asumir con responsabilidad el cargo que desempeñan y por el contrario, creer que la lucha sigue siendo en la calle con piedras y garrotes.

El pueblo debe seguir exigiendo que las promesas de campaña se cumplan, el boicot de la oposición no debe ser el pretexto para no cumplirlas.

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