Por Maximiliano Fuentes
Tras el golpe cívico militar perpetuado el 28 de junio en contra del gobierno de Manuel Zelaya Rosales, la Organización de Estados Americanos (OEA) presidida por el Secretario General, José Miguel Insulza, así como una serie de organismos regionales se pronunciaron en contra del golpe de Estado. En el caso de la OEA, se tomó la resolución de expulsar a Honduras a través de una asamblea extraordinaria de la organización de Estados Americanos. De igual manera, la Organización de Naciones Unidas en unanimidad exigía la restitución del Presidente Zelaya. Pese a ello, y a dos meses de la instalación del gobierno espurio de Roberto Micheletti los golpistas se mantienen en el poder.
De esta manera, se ha demostrado frente a la comunidad internacional y el pueblo hondureño que las medidas no han sido lo suficientemente duras. Al mismo tiempo, que el Departamento de Estado de los Estados Unidos suspende los servicios de visado y las visas consulares para algunos de los autores del golpe cívico militar mantiene las relaciones comerciales y los programas de asistencia con el régimen de facto.
Es de hacer valer, que el mercado norteamericano representa la principal fuente de las exportaciones, un 70% de los productos manufacturados en Honduras se distribuyen en la en el gran país del norte. Por consiguiente, Honduras puede romper relaciones con cualquier otro país, pero no con Estados Unidos dado que es el principal abastecedor del mercado nacional.
No es casual, que el Ministro del actual régimen de facto de la Secretaría de Estado en Agricultura y Ganadería Héctor Hernández haya manifestado en una entrevista a radio Globo que “mientras no se rompan las relaciones comerciales no hay ningún problema”.
La salida de Obama ante el conflicto
Como hemos podido observar, la administración de Barack Obama ha desdoblado su discurso, mientras condenan la expulsión del Presidente Zelaya y “presionan” a las autoridades del gobierno de facto para que firmen el acuerdo propuesto por el Presidente Oscar Arias no han implementado, en los hechos, ninguna medida que desestabilice el régimen de Micheletti. Esta clarísimo que el golpe cívico militar conto con el beneplácito de los Estados Unidos y que su intención es desmovilizar al amplio movimiento de masas que se viene gestando con la propuesta de la cuarta urna y que ha tenido su cúspide tras el golpe de Estado. Por otro lado, el gobierno de Obama pretende dejar sin fuerzas e influencia alguna a Zelaya, entre menos tiempo tenga menor espacio tendrá para introducir sus pretenciosas reformas constitucionales. La ingenuidad de Mel y la dirección del Frente Nacional de Resistencia se sintetizan en priorizar el proceso diplomático y no el de la lucha del movimiento de masas. Es evidente que los organismos del imperio pretenden dilatar el proceso, de modo que la restitución sea para la legalización del proceso electoral y la desmovilización de los distintos sectores del movimiento popular canalizando el descontento y el repudio por la vía electoral.
Por una alternativa revolucionaria, de los trabajadores
Frente a las pretensiones del imperialismo y de sus organismos, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado a las distintas organizaciones que componen el Frente Nacional de Resistencia para que no confiemos en las disposiciones dilatorias e hipócritas de Insulza y del gobierno de Barack Obama. Los trabajadores y los sectores populares debemos confiar únicamente en nuestras fuerzas, tan solo nosotros podemos derrocar al régimen golpista y construir un sistema político más justo e equitativo.
No olvidemos que los Estados Unidos protegen los intereses coloniales, intereses que son salvaguardados por las Fuerzas Armadas de Honduras y el gobierno espurio de Roberto Micheletti. El pacto de San José además de ser un instrumento que asegura la estabilidad de la oligarquía y burguesía que asesto el golpe es una de las medidas del imperialismo para frenar la movilización popular.
Es por todo ello que debemos proponer nuestras propias medidas, que hoy por hoy pasan por la constitución de un gobierno provisional compuesto por luchadores y la instalación de una asamblea nacional constituyente democrática obrera y popular. Tengamos en cuenta que nuestra principal arma contra el gobierno de facto y la represión militar es la huelga general, el control de las fábricas y del aparato productivo. Recordemos que somos la mayoría, es ese nuestro elemento de triunfo, ningún ejército del mundo contendría a las masas organizadas, por lo que debemos salir adelante en esta lucha haciendo valer nuestras propias alternativas.
¡Por una alternativa de clase y la desconfianza absoluta de los organismos imperiales!
¡Por el derrocamiento de Micheletti y la instalación de una asamblea popular y democrática!