Por Maximiliano Fuentes
Ante la llegada del derrocado Presidente José Manuel Zelaya a territorio nacional la situación de la lucha contra el golpe ha tenido un estrepitoso vuelco, hasta el lugar de encontrarse en su punto más culminante. Hemos llegado al punto donde las autoridades ilegitimas o entregan el poder a través de un acuerdo o arremeten de manera violenta contra Zelaya y las masas que lo resguardan.
Un retorno silencioso
En conferencia de Prensa, el depuesto mandatario ha manifestado que su retorno al país ha sido por vía terrestre a través de la frontera con el Salvador, obviamente no ha especificado los medios y las personas que le han facilitado su retorno. De forma silenciosa y a escondidas de la inteligencia militar se ha introducido hasta la ciudad capital. Extraño retorno, que por cierto nos hace pensar que la llegada al país responde a un acuerdo entre algunos sectores que promovieron el golpe y el imperialismo. Pese a ello, Micheletti y su gabinete se encuentra entronizado en el poder.
Esto más, en cadena nacional ha reiterado que la restitución no es negociable y que Zelaya debe afrontar todos los cargos que se le imputan. No obstante, las constantes movilizaciones a nivel nacional, desde los lugares más recónditos hasta las urbes del país, ha obligado al gobierno de facto convocar a una cadena nacional para pedir el dialogo al Presidente Zelaya.
Cruda represión al pueblo hondureño
Durante la madrugada del día martes, la policía y el ejército emprendieron una cruda represión contra los miles de manifestantes que resguardaban la embajada de Brasil. Cientos de heridos y algunos muertos se reportan tras las severas palizas. A partir de allí, miles de pobladores se han tomado los diversos barrios y colonias de la ciudad capital, cientos de heridos y algunos muertos son reportados a través de radio globo. Hoy más que nunca, el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) hace un llamado a todos los pobladores para que conformen comités de autodefensa, se hace necesario que los pobladores constituyan organismos de defensa frente a la brutal represión que está llevando a cabo la policía en los distintos lugares del país.
La doble cara del gobierno de los Estados Unidos
Como ha quedado evidenciado, la política del Departamento de Estado de los Estados Unidos ha presentado dos caras, una mas publicitada y la otra que ha quedado bajo el tapete de los distintos juegos de poder. La primera, persigue la intención de presentarse frente al movimiento de masas como un gobierno que protege y defiende la democracia, los derechos humanos y el estado de derecho. Es por ello que han suspendido la visa diplomática y turística a los distintos autores del golpe de Estado, así como la suspensión de algunos programas de desarrollo entre los que sobresale la cuenta del milenio. Sin embargo, nunca condeno de forma precisa el golpe de estado y tampoco rompió relaciones comerciales con el régimen espurio.
Esto mas, la pretensión original de los Estados unidos apuntaba a desgastar a Zelaya y su influencia en el movimiento de masas, debilitar las jornadas de movilización y canalizar el descontento popular a través del sufragio.
Es por ello que manipularon el proceso de la lucha, pretendieron encauzar las luchas de resistencia a través de una serie de principios que se sintetizan en el acuerdo de San José. La otra cara, aquella que no la muestran, es la que ha estado profundamente vinculada con sus tácticas dilatorias, el consentimiento del golpe militar y el aislamiento de Zelaya por varios meses. Pero el hecho más determinante es el que tiene que ver con el no rompimiento de las relaciones comerciales. Esto les permitió a los golpistas continuar con sus actividades comerciales, exportar e importar los distintos productos que nutren en gran parte nuestra economía.
El detonante
Pese a lo anterior, en las últimas semanas, el Departamento de Estado ha acelerado sus medidas para restituir a Zelaya en el poder. No es casual, que la misma Hillary Clinton ahora que el presidente Zelaya volvió, haya manifestado que “sería oportuno devolverle su puesto" y "seguir adelante con las elecciones previstas para noviembre, tener una transición pacífica de presidentes y devolver a Honduras el orden democrático y constitucional".
Como podemos observar el gobierno de los Estados Unidos está cambiando suavemente de posición porque observa con temor la dinámica revolucionaria de los acontecimientos. Ha sido la presión constante de las masas la que ha permitido este giro de la política imperialista. En ese sentido, el Presidente Obama ha convocado el Consejo General de la ONU para llegar a un acuerdo sobre el conflicto de Honduras.
Por una alternativa de los trabajadores
Frente a la enorme crisis política que se ha suscitado tras el golpe de Estado, en diversas ocasiones hemos planteado una alternativa obrera. Frente a las pretensiones del imperialismo y de la burguesía latinoamericana que se sintetiza en el acuerdo de San José, hemos propuesto un gobierno conformado por luchadores y por los organismos de los trabajadores, es por ello que la CNRP y el bloque popular deben constituirse como organismos de poder que planteen una alternativa propia e independiente.
Es lícito señalar, que hoy por hoy la lucha pasa por el derrocamiento de Micheletti y no la restitución de Manuel Zelaya Rosales. La llegada de Mel al país no garantiza la resolución del conflicto, al contrario, el gobierno espurio ha doblegado los mecanismos de represión y de censura, no es casual que hayan extendido el toque de queda a nivel nacional y sacado del aire a los medios de comunicación que no son parte del cerco mediático.
Los golpistas han paralizado al país deteniendo toda la actividad económica a través de extendidos y continuas toques de queda. Esta medida no solo ha suprimido la libertad de movilización, sino también la libertad de comercio, ya que los pequeños y medianos comerciantes han dejado de vender y comercializar sus productos.
Es por todo lo anterior que el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a la Coordinadora Nacional de Resistencia Popular (CNRP), las centrales obreras y demás Federaciones sindicales a convocar un paro general en los sectores productivos (fábricas, oficinas recaudadoras de impuestos, puertos y centros de exportación de mercancías). Llamamos a la toma de empresas bajo el control de los trabajadores. Llamamos a los empleados públicos a tomarse los ministerios, entes y oficinas gubernamentales, hasta que caiga Micheletti. Exhortamos a los trabajadores y jóvenes a luchar por la nacionalización de las empresas de todos los grupos económicos y de familias que promovieron el golpe de Estado.
Ante el hambre generalizada proponemos recuperaciones de alimentos de manera organizada. El extendido toque de queda ha dejado sin suministros a la población hondureña, los supermercados, mercados, tiendas y pulperías s encuentran cerrados. Miles de quejas anuncian que no hay comida ni suministros en cada uno de los hogares de Honduras. Es por ello que proponemos saqueos organizados para las grandes empresas, es decir los supermercados y las grandes tiendas de los golpistas. De igual manera, en cada una de las colonias deben
Organizarse mesas populares, los vecinos y los miembros de resistencia estamos en la obligación moral de compartir nuestros alimentos.
¡Por un gobierno provisional conformado por trabajadores!
¡Por la instalación de una asamblea nacional constituyente!
¡Por la declaratoria de la huelga general!
¡Por el derrocamiento de la dictadura cívico militar!