Reproducimos la más reciente entrevista que la holandesa Radio Nederland le hiciera a Carlos H. Reyes el pasado 20 de Noviembre, en la cual explica los motivos de la renuncia de la candidatura independiente a participar en las elecciones de los golpistas
RNWO: Vd. se retiró días atrás de la carrera electoral en Honduras porque no hay las condiciones para la legitimar el proceso. ¿Queda aún margen para cambiar esta situación?
Carlos Reyes: Definitivamente, nosotros no nos retiramos, nos obligaron a retirarnos por no haber retornado al orden constitucional. Dimos un plazo como candidatura independiente, porque no podemos estar en esos juegos de que viene el retorno, que no viene, que mañana, que la otra semana, que viene la OEA, NNUU, Obama, que viene Michael Jackson, y aquí nunca pasa nada; y nosotros no somos ningunos payasos para participar en un proceso electoral que se da después de un golpe de Estado.
Todos sabemos que después de un golpe de Estado, o se restituye la constitucionalidad volviendo atrás el proceso golpista, o se va a una constituyente, como ha sido el caso de Honduras durante toda su historia. Nos han retirado porque no se ha vuelto al orden constitucional (...) Este proceso electoral servirá únicamente para legitimar el golpe de Estado, a las personas que dicen ser autoridades del país, para legalizar y legitimar el proceso electoral, la continuidad de los golpistas a través de cualquiera de los dos candidatos de los partidos que se llaman mayoritarios en el país. Eso significa que nosotros, como pueblo, no tenemos derecho a hablar de una constituyente.
Se asienta el gran peligro de que, cuando los grandes señores, los que dominan la economía y la política del país, se encuentren con un Gobierno que no les convenga a sus intereses, entonces tienen el derecho a dar golpes de Estado y convocar elecciones.
Es algo que para nosotros no procede. Nos retiramos, y, definitivamente, nuestra candidatura independiente ya desapareció.
RNWO: Ni la OEA ni la UE van a reconocer la elección presidencial del 29 de noviembre. Pero Estados Unidos sí lo hará. ¿ Se siente "traicionado" por la forma en que ha actuado Washington?
C.R.: Es que, definitivamente, Washington fue uno de los que prepararon el golpe de Estado. Este golpe se fraguó en Washington. Ellos lo que han estado haciendo es dilatando todo un proceso para oxigenar a los golpistas y llegar a estas alturas de las elecciones, montando una campaña inmensa para que la gente salga a votar, obligada a hacerlo. Y toda una serie de formas de manipulación mediática para convencer a los hondureños. Pero, en definitiva, la mayoría de nuestro pueblo no irá a votar. Será un gobierno no legítimo, tampoco legal.
A EEUU le interesa mantener el status actual, porque no solamente dieron el golpe contra el pueblo hondureño, sino que lo dieron contra avances y procesos integracionistas de Latinoamérica y Centroamérica, algo que no les conviene. No hay ninguna traición, ellos siempre han participado en los golpes de Estado que se han dado en Honduras.
Cuando vino Thomas Shannon, me invitaron a la casa del embajador de EEUU, Hugo Llorens. Estaban todos los candidatos presidenciales, el ex presidente Carlos Flores y otras personas. Yo les decía que el problema fundamental en Honduras y que origina los golpes de Estado, es a quiénes va a representar el Estado (...) A Shannon le expliqué que, desde nuestra independencia, no hemos logrado afianzar un Estado nacional. Siempre hemos tenido graves problemas de gobernabilidad, porque el Estado siempre ha estado al servicio de muy pocos grupos económicos (...) Y cuando llegamos a momentos de ingobernabilidad, siempre recurrimos a Estados Unidos para que nos apoye en forma de guerra civil, montoneras o golpes de Estado. Y Washington siempre lo ha hecho por intereses geopolíticos. De esa manera, Estados Unidos siempre ha intervenido en los asuntos internos de Honduras, y además, en el golpe de Estado del 28 de junio, intervino EEUU porque los grupos económicos que representan sus intereses, sintieron que estaban en peligro. Esto a raíz de la pequeña reforma que estaba haciendo el presidente Mel Zelaya, y porque él estaba consultando sobre la posibilidad de una constituyente. Entonces Washington dice sí al golpe de Estado, algo que se viene preparando mucho antes del 28 de junio. Yo le dije a Shannon que uno de los participantes en la trama es John Negroponte, y varios asesores de Bill Clinton(...)
El embajador Llorens me pidió que no repitiera lo que había dicho. Yo le contesté: eso hemos pensado siempre, así fue y esa es la información que tenemos. No voy a dejar de manejarlo, porque es una realidad.
Vemos la dualidad del Gobierno norteamericano. Que mientras el gobierno de Barack Obama dice una cosa, el verdadero poder fáctico de los EEUU dice otra. Eso es lo que hemos observado. Siempre supimos que Estados Unidos había tenido una intervención decisiva en este golpe militar. Tanto más cuanto que siempre lo apoyó, lo siguió apoyando y nunca hizo nada por ver de qué manera entorpecía la relaciones financieras de Estados Unidos con el Gobierno golpista, y siempre los apoyó.
De esta manera, digo que no nos podemos sentir traicionados, porque ellos nunca nos han apoyado. Han intervenido durante toda nuestra historia, y lo siguen haciendo, hoy con más descaro.
RNWO: Enfaticemos un punto: En sus respuestas, usted menciona claramente el peligro que constituye el 29 de noviembre. ¿Qué precedente se está asentando con esta elección presidencial?
C.R.: Se quiere dar continuidad al golpismo; al golpe a través de una farsa electoral que no procede. Lógicamente, se da una continuidad de la ilegalidad, porque este proceso es inconstitucional. El Gobierno que tome posesión también va a ser ilegal e ilegítimo. Lo van a seguir imponiendo porque ésa es la medida de esta gente. Ellos dieron el golpe para quedarse y no entregan el poder sino hasta enero.
RNWO: El presidente Manuel Zelaya lo dijo de forma clara: impugnarán el resultado del 29 de noviembre. ¿Qué pasa después?
C.R.: Para nosotros será un gobierno ilegítimo y no respaldado por el pueblo. Tenemos una crisis económica bárbara. El próximo Gobierno tendrá gran inestabilidad. Será derrocado por el pueblo o podrá ser obligado a que se vaya a una constituyente para volver al orden constitucional. Es el camino de la resistencia pacífica. La comunidad internacional debe reconocernos con estatus de beligerancia ante los golpistas, porque con las elecciones no se resuelve este problema.