Por Maximiliano Cavalera
La derrotada de la revolución ante la avasalladora victoria electoral de doña Violeta Barrios, creó un nuevo panorama en el desarrollo político social y económico en el país. Como es natural, la burguesía, a través de sus empresarios financieros, se aseguró de que en el país se crearan “buenas condiciones para el desarrollo económico y la inversión privada”, claro “el desarrollo de la inversión privada traería desarrollo y más empleo al país”. Fue en la década de los noventas, en que la burguesía creó a su antojo, el actual sistema financiero y los privilegios que tienen los bancos y las entidades financieras en Nicaragua.
Este sistema fue creado de forma tal, que los bancos serían “los propulsores del desarrollo económico del país”. El problema es que ya ha pasado más de una década desde la creación del actual sistema financiero, luego del colapso de algunos bancos, y los millones de córdobas que se robaron los encargados de “administrar de manera segura” los fondos de las entidades financieras, nuestra sociedad está inmersa en una polémica “Ley de Moratoria”.
Ley de moratoria
Esta ley fue aprobada por el 24 de febrero por la asamblea nacional, debido a que en el país se ha venido desarrollando un movimiento denominado los NO PAGO, el asunto en cuestión se trata, de que a pesar de todos los incentivos que tienen las entidades financieras para funcionar, en el país los intereses que se devengan son altísimos, tanto así, que son impagables para las personas que de una u otra forma tienen la penuria de solicitar un préstamo de un banco o micro-financiera. La ley se vuelve polémica, porque según algunos burgueses como Bayardo Arce temen que: “puede tener un efecto nefasto, no para el Sistema Financiero, sino para la economía nacional” (La Prensa 26/02/2010). Realmente la campaña de temor económico la han impulsado el COSEP y algunos medios de comunicación que intentan crear miedo, con el tonto argumento que esta ley nos llevara a la catástrofe económica, como si catástrofe económica, no es la que vive el hogar de los trabajadores nicaragüenses en estos tiempos.
Moratoria de mentiras
Hay un dicho popular que cita: “se verán cosas”, y eso fue lo que pasó en la asamblea nacional cuando se aprobó la famosa Ley de Moratoria y todas las bancadas votaron a favor de dicha norma. Pero, ¿porque todas las bancadas votaron a favor de dicha ley?, la respuesta se puede palpar a casi un mes aprobada dicha ley y no se han ni congelado los intereses, ni detenido ninguno de los juicios que dichas instituciones llevan en contra de los trabajadores y pequeños productores del país. Claro que en un año pre electoral, hasta Arnoldo Alemán es capaz de declarar sin ascuas: “muchas microfinancieras abusan de los intereses y sin estar reguladas por la Superintendencia de Bancos funcionan... apoyamos lo que consideramos era mejor para los productores” (Idem).
En pocas palabras, la bendita moratoria que hasta Alemán apoya, dormirá el sueño de los justos, como lo esta haciendo desde este momento.
Otro aspecto a destacar hasta el momento, es que la ley de moratoria, no solo no se está aplicando, sino que la moratoria solo abarca los préstamos otorgados por las financieras y microfinancieras, los bancos, que son los grandes actores que se enriquecen producto de los enormes intereses, no han sido siquiera mencionados por los preocupados diputados de la asamblea nacional.
Como hemos visto, la ley de moratoria, no es más que un cuento chino que están dando los actores políticos de este país cuando están próximas las elecciones nacionales. Pero el problema está latente para los trabajadores, pequeños y medianos productores en el país. Y es que no hay dinero disponible para que estos puedan trabajar y vivir dignamente. Por ende, el Estado no puede permitir que los burgueses financieros sigan amasando enormes fortunas a costillas de los trabajadores.
La banca debe ser nacionalizada, pero no bajo el control de la burocracia estatal, sino bajo el control de los trabajadores. El estado debe capacitar a los productores y no solo hacerlos sujetos de prestamos. Los préstamos que están otorgados, deben ser reestructurados con una tasa baja en intereses que los trabajadores sean capaces de abonar y pagar.