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Por Victoriano Sánchez

Las denuncias contra el fraude electoral se acabaron. Todos los partidos de la oposición burguesa han entrado de cabeza en el juego electoral, con las mismas autoridades que supuestamente realizaron el fraude electoral del año 2008 y bajo las mismas condiciones antidemocráticas de la Ley Electoral del año 2000.

Fragmentación de la derecha

El 1 de marzo venció el plazo para inscribir candidatos, conforme el calendario electoral. Las anteriores promesas de Arnoldo Alemán y de Eduardo Montealegre, en el sentido que jamás permitirían la división de las “fuerzas democráticas” han quedado atrás. En total se inscribieron 4 alianzas electorales.

En primer lugar, está la alianza “Unida, Nicaragua Triunfa”, encabezada por el gobernante Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), más otros partidos pequeños como el Partido Unión Demócrata Cristiano (UDC), una fracción de YATAMA, el Partido Resistencia Nicaragüense (PRN), Alternativa por el Cambio (AC), el Partido Liberal Nacionalista y Camino Cristiano Nicaragüense (CCN).

En segundo lugar, está la increíble alianza GANA (Gran Alianza Nacional) conformada entre el Partido Liberal Constitucionalista (PLC) y el resucitado Partido Conservador de Nicaragua (PC), dos partidos políticos que medran a la sombra del poder de Daniel Ortega, el Partido Indigenista Multiétnico (PIM), más otros pequeños partidos sin representación legal.

En tercer lugar, se encuentra la Unidad Nicaragüense por la Esperanza (UNE), que no es otra cosa que la alianza entre el Movimiento Vamos con Eduardo (MVCE), el Movimiento Renovador Sandinista (MRS), el Partido Liberal Independiente (PLI), el Partido Acción Ciudadana (PAC), y el Partido Movimiento Unidad Costeña (PAMUC), más otros pequeños aliados. LA UNE inscribió la candidatura presidencial del empresario radial Fabio Gadea Mantilla, y de Edmundo Jarquín del MRS como vicepresidente, bajo la bandera y personalidad jurídica del PLI.

En cuarto lugar, a última hora, crearon una nueva alianza un grupo de partidos minoritarios que se separaron de la alianza GANA: el Partido Alianza por la Republica (APRE), el Partido Unionista Centroamericano (PUCA) y el Partido Neoliberal (PALI).

El partido Alianza Liberal Nicaragüense (ALN) va solo a las elecciones levantando la candidatura presidencial del diputado Enrique Quiñonez, antiguo aliado de Eduardo Montealegre.

No hay partidos de izquierda en la contienda electoral, debido a la masiva ilegalización de los mismos por la Ley Electoral del año 2000.

Presiones por la observación electoral

Por su constante fragmentación, los partidos de la oposición burguesa no representan, por el momento, ningún peligro para el proyecto reeleccionista de Daniel Ortega. Sin embargo, la “legitimidad democrática” de la sentencia No 504 de la Sala Constitucional de la Corte Suprema de Justicia que permite a Ortega inscribirse como candidato, ha sido duramente cuestionada por la oposición burguesa, y un poco más suevamente por los Estados Unidos y la Unión Europea.

Robert Callahan, embajador norteamericano en Managua, declaró recientemente que  cuando un presidente opta por la reelección “obviamente va a tener resultados profundos para la gobernabilidad, para la institucionalidad, es muy importante que lo haga de manera transparente con la participación del pueblo directamente o a través de sus representantes en la Asamblea (…) Nosotros (los Estados Unidos) creemos que Nicaragua puede reformar su Constitución, nosotros lo hemos hecho muchas veces, pero la Constitución dice que para ser reformada tiene que pasar por la Asamblea” (El Nuevo Diario, 02/03/2011)

Pero las mayores presiones no están en la legalidad o legitimidad de la candidatura de Daniel Ortega, algo que todas las fuerzas políticas reconocen como una realidad, sino en la observación electoral.

En una seria de declaraciones, el embajador Callahan volvió a la carga al reiterar que “lo que nos importa es un proceso transparente, un proceso observado, un proceso justo. Y si este proceso produce otro gobierno sandinista nosotros vamos a ser los primeros en felicitarlos”(La Prensa, 02/03/2011)

Los empresarios del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP) están impulsando una campaña propagandística con el lema "2011: La nación demanda observación".

El debate sobre hasta donde la observación electoral internacional lesiona la soberanía nacional, apenas comienza.

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