Por Maximiliano Cavalera.
En los últimos meses el país vive una relativa calma. A pesar que en estos meses los trabajadores estamos recibiendo sendos golpes a las ya medradas conquistas que heredamos de la revolución que derrocó a la familia Somoza. Alzas en los precios de combustibles, incrementos en el precio de las facturas energéticas y se avecina un golpe brutal a la seguridad social en Nicaragua. Esto es lo que parece dejarnos esta segunda etapa de la revolución pregonada por el gobierno de Daniel Ortega. En este marco, nuevamente vemos las protestas de los productores del norte, popularmente conocidos como los No Pago. Estas protestas son producto del callejón sin salida que planteó la Ley Moratoria, que lejos de solucionar el problema de los pequeños y medianos productores, solo les alargó el plazo en que serían embargados por las voraces empresas financieras.
Desde la caída de los Somozas y el triunfo de la revolución, ha quedado latente el problema que dejó el reparto de la tierra y el fomento e incentivo a la pequeña y mediana producción. Sobe todo partiendo de la premisa que el reparto de la tierra al campesinado debe estar acompañado de tecnificación y financiamiento accesible. Esto no ocurrió en nuestro país, todo lo contrario, los grupos financieros se fueron fortaleciendo no porque ofrecieran créditos favorables a los productores, sino por los altos intereses y una legislación construida para beneficiar a los grupos financieros.
El Movimiento de Productores, Comerciantes y Asalariados del Norte iniciaron sus protestas en el año 2008 en contra de los embargos que el sistema financiero estaba llevándoles a cabo. En aquel entonces, el presidente Daniel Ortega salía a la palestra pública criticando los altos intereses que cobraban las financieras, pero como veremos, no solucionó el problema de los productores, todo lo contrario, solo aplazó los términos.
La ley de Moratoria.
Como mencionamos en otro artículo, la asamblea aprobaría la un Ley conocida popularmente como la ley de moratoria. Esto norma, lejos de brindar soluciones a los problemas de los productores, solo reguló la forma en que estos pagarían la deuda a las microfinancieras. En aquel entonces decíamos: “Por ejemplo, los deudores pueden intentar renegociar la deuda, pero esta negociación solo la podrían hacer individualmente (…) Es decir, uno de los objetivos de la ley fue quitarle fuerza orgánica al movimiento del campesinos del norte dejándolos solos en las negociaciones individuales.” (ESCA Julio 2011) Es más, la tasa de interés que se dejó en la Ley Moratoria era impagable para los productores que antes de la Ley cobraban intereses de hasta un 30 por ciento anual, y aunque la ley bajó los intereses al 17%, estos eran impagables para los pequeños y medianos productores.
Ya desde el 2011 el movimiento del norte reanudó sus protestas, pero en esta ocasión las micro financieras lograron su objetivo y les habían debilitado orgánicamente. Ha pasado un año, y el objetivo de los entes financieros se ha cumplido y se han comenzado a generar las ejecuciones a los productores: “Alrededor de un mil miembros del Movimiento de Productores del Norte se encuentran frente al edificio de la Corte Suprema de Justicia (CSJ), en el kilómetro 7.5 en Carretera Norte, demandando a los magistrados que no se ejecuten desalojos por deudas.” (La Prensa 15/01/2012)
Omal Vílchez González, uno de sus representantes aseguró que: “existen unos tres mil juicios abiertos, en los que los jueces de Distrito Civil de diferentes departamentos del país están ordenando el desalojo de las propiedades.” (Ídem) Desgraciadamente el problema de los productores no se solucionará, todo lo contrario, el sistema financiero aduce haber aprendido del problema de los productores, Paul Surreaux, oficial de inversión de Ada Luxemburgo declaraba: “A nuestro parecer (y eso es responsabilidad de todos los actores del sector, incluyendo financiadores) es que se ha crecido de manera salvaje, provocando un exceso de créditos en hogares que a veces no lo manejan de manera oportuna.” (La Prensa 27/09/2011)
Como lo dijimos cuando analizábamos la Ley Moratoria, el panorama escabroso para los productores, que siguen siendo víctimas de las empresas financieras, tanto de bancos como microfinancieras viendo como son subastadas sus propiedades por la codicia de las empresas financieras. Ya en esta etapa los productores deben retomar el camino de la movilización buscando el apoyo de los trabajadores y sectores estudiantiles para detener los embargos y la codicia de las financieras. Por otra parte, el Estado debe asumir su responsabilidad para financiar a los pequeños y medianos productores con financiamiento justo y no a través de empresas privadas con ALBA CARUNA.