Roberto Gonzalez, dirigente de la CST, primero criticó pero despues aceptó la propuesta de salario minimo cada tres años

Por Diego Lynch

La firma de los acuerdos y el consenso al que han llegado tanto el Gobierno Central como la Empresa Privada y los supuestos representantes de los trabajadores en relación al incremento del salario mínimo, ha sido una muestra más de la claudicación y servilismo que estos sindicatos blancos y el Frente Sandinista tiene hacia la burguesía y las políticas capitalistas que han venido implementando en el país, las que pretender ocultar detrás de discursos populistas a favor de los pobres, de los obreros y la clase trabajadora.

Durante los últimos años se ha impuesto la voluntad de los grandes empresarios, y tanto el gobierno como los sindicatos terminan negociando el salario y el hambre de los trabajadores, permitiendo aumentos de salario paupérrimos que no ayudan en nada a la economía familiar de los nicaragüenses.

¿Salario Mínimo Trianual?

Adán Aguerrí, Presidente del Consejo Superior de la Empresa Privada (COSEP), señala que existe un lento crecimiento en la economía mundial, y que la caída de los precios internacionales de los productos (café, oro, azúcar, entre otros), obliga a que la discusión del aumento al salario mínimo se haga cada tres años y no cada seis meses a como lo establece la constitución política de Nicaragua, esto con el fin de que el país sea más productivo y competitivo (El Nuevo Diario; 22 de Agosto del 2013).

Las dos caras de los Sindicatos

Roberto González, secretario general de la Central Sandinista de Trabajadores, CST, dijo en conferencia de prensa que todo el gremio está en contra de la propuesta de revisar de forma trianual el salario mínimo. De igual forma Luis Barbosa, representante de la central sindical “José Benito Escobar” y Nilo Salazar, representante de la Confederación General de Trabajadores Independientes, CGTI, aseguraron que bajo ninguna circunstancia aceptarían la propuesta realizada por el COSEP.

“El salario mínimo deja mucho qué desear en este país, y si van a condenarlo por dos o tres años como tienen las intenciones de hacerlo, en primer lugar, habría que preguntarles quién nos asegura a nosotros que el alto costo de la vida se detiene, quién detiene el precio de los medicamentos, quién detiene las políticas de impuestos”. (El Nuevo Diario; 24 de Agosto del 2013).

Casi quince días después de haber brindado estas declaraciones, las centrales sindicales han cambiado su discurso demagógico, y una vez más le claudican a la burguesía y a los grandes empresarios, expresando que no es del todo mala la propuesta del COSEP.

Tanto la Central Sandinista de Trabajadores (CST) como la Confederación Sindical de Trabajadores José Benito Escobar (CST-JBE), han expresado que se apoyaría dicha propuesta, ya que las condiciones macroeconómicas son preocupantes, porque los precios de los productos exportables están cayendo (Declaraciones brindadas por Roberto González en rueda de prensa).

Dentro de las condiciones que pretenden presentar al COSEP para aprobar dicha propuesta establecen que los precios de los alimentos perecederos no presenten grandes aumentos, incrementar el porcentaje de aporte al Instituto Nacional Tecnológico (INATEC), y que los ajustes al salario mínimo para los próximos tres años sean del 11, 12 y 13 por ciento respectivamente (La Prensa; 6 de Septiembre del 2013).

Aumento de salarios conforme la carestía de la vida

Ante esta claudicación por parte de las centrales sindicales oficialistas y afines al Frente Sandinista, el Partido Socialista Centroamericano hace una denuncia pública ante la clase obrera y trabajadora; exijamos a estos dirigentes sindicales que se retracten y que rechacen cualquier intento de reformar el periodo de negociación del salario mínimo.

Bajo ninguna circunstancia podemos negociar los salarios y el hambre de nuestro pueblo, no es posible realizar una negociación trianual ya que el deslizamiento de la moneda se mantiene en un cambio constante, esto llevaría a la miseria y al hambre a la clase económicamente más baja de Nicaragua. Tampoco podemos congelar los precios de los productos perecederos ya que esto significaría llevar a la quiebra a los pequeños productores.

Para estabilizar la economía hay que generar más empleos y pagar mejores salarios, esto crearía una circulación de dinero que ayudaría a estabilizar la economía del país. No podemos claudicar a las políticas burguesas de los empresarios y del imperialismo, no podemos negociar el salario y el hambre de los trabajadores.

¡Por un salario mínimo justo y equitativo, que se dolaricen los salarios y que se discutan cada vez que suba el costo de la vida!

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