Prof. Raúl González R.
Era un día normal de vacaciones y esa mañana de julio de 1981, asistí al comedor de la Facultad a desayunar. Había culminado exitosamente el año académico, por lo que posiblemente para esta misma fecha del próximo año, estaría de vuelta en casa, Panamá, luego de culminar exitosamente los 6 años de estudios de la carrera de derecho en la Universidad Amistad de Los Pueblos Patricio Lumumba, Moscú, Unión Soviética, a cual ingresé en agosto de 1976.
De regreso a la residencia estudiantil, el 5 bloque, se me acercó Carlos, un amigo de Angola y muy serio me dio el pésame, por lo ocurrido en mi país. No me explicó de qué se trataba, por lo que pensé que era una broma. Más adelante otro amigo del Congo me transmitió su pesar, pero tampoco me dio explicaciones. Finalmente Flavio, el compañero de Angola, muy amigo de los panameños, me explicó que había escuchado en la radio que el general Torrijos había muerto en un accidente aéreo en Panamá, por lo que de inmediato pensé que algo trágico pasaba en mi distante y recordada Patria.
Al llegar a la habitación, inmediatamente sintonicé la radio, la cual efectivamente informaba de la trágica noticia y las extrañas circunstancias que rodearon el accidente, no descartando la participación de la CIA, en dicha inesperada muerte. Pronto llegaron otros compañeros panameños preocupados por los acontecimientos y se desarrolla un intercambio de opiniones al respecto. No había duda alguna que los más interesados en la muerte del general Omar Torrijos, eran los sectores más conservadores de E.U. y sus aliados internos de Panamá. Y es que en esos cinco años de estadía en la Unión Soviética, habíamos palpado la admiración que sentían muchos extranjeros, especialmente los latinos, por la actitud del general Torrijos de encabezar la lucha nacionalista del pueblo panameño por el ejercicio pleno de Panamá en todo su territorio, incluyendo la antigua zona del canal.
Fuimos fieles testigos de las diversas expresiones de solidaridad de los pueblos hermanos con quienes tuvimos oportunidad de compartir, con la lucha del pueblo panameño por su liberación nacional y la expulsión del enclave colonial de nuestro territorio.
Recuerdo aun, pese al tiempo que ha transcurrido, algunas de las imágenes del documental sobre Panamá, La Quinta Frontera, de producción cubana, proyectada en la Casa de la Amistad de Moscú y en la ciudad de Kiev, capital de Ucrania, que reflejaba la historia de la nación panameña, víctima de las políticas expansionistas del coloso del norte y los anhelos de libertad y soberanía, por los que se había derramado sangre valiosa, sobre todo de la juventud panameña.
Ese documental, cuya presentación se hizo posible gracias al apoyo solidario de la Embajada de Cuba en Moscú, encabezada por su embajador, compañero Severo del Cristo Aguirre miembro del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, quien personalmente expresó su solidaridad con las luchas de los pueblos latinoamericanos por su liberación nacional, especialmente por la causa panameña, fue de gran utilidad para divulgar las aspiraciones de los panameños, de contar con una patria libre y soberana. En lo personal, considero que la fuerzas patrióticas deben rescatar dicho documental, pieza de incalculable valor histórico, para presentarlo a las nuevas generaciones, que desconocen la historia de este país y para refrescarle la memoria a quienes han sufrido amnesia clasista, sobre todo a aquellos que sostienen que "los tiempos han cambiado".
En torno a la muerte misteriosa, se presentaron algunas denuncias de panameños allegados al general Torrijos, entre ellos Hugo y Moisés Torrijos, hermanos de Omar, para quienes no hubo tal accidente, es decir, que hubo mano criminal, por lo tanto exigían una investigación profunda para determinar las verdaderas causas y responsables de la muerte de quien encabezó a ese grupo de panameños que obligaron a Estados Unidos a firmar los tratados que devuelven la soberanía a y el canal de Panamá, a su único y verdadero dueño, el pueblo panameño.
Como sabemos ningún gobierno panameño, posterior a la muerte de Torrijos, se interesó en entrar en contradicciones con Estados Unidos, mucho menos a investigar ningún caso que llegase a crear algún tipo de malestar a los “amos del mundo, Estados Unidos”.
Cuando la dirigencia del PRD, que ya había logrado acabar con parte del proyecto Torrijista, decidió postular a Martin Torrijos, miles de panameños creyeron que se trataba del retorno del torrijismo y la oportunidad de que un gobierno de Panamá, investigase hasta las últimas consecuencias la muerte del general Torrijos y quien mejor para ello, que uno de sus hijos.
Más pronto de lo imaginado el propio Martin Torrijos, electos con los votos de su padre, quien no había hecho mérito alguno para ocupar la presidencia de la república, se encargó, por sus acciones, de demostrar que la cúpula del Partido que fundó su padre, no sólo se había apartado del ideario Torrijista, sino que tampoco estaba interesado en investigar muerte de su padre. Sus planes eran otros, aprovechar su estadía en la presidencia de la república para beneficio personal y de sus amigos, acrecentar sus bienes, aun a costa del pueblo panameño.
El gobierno neoliberal de Martin fue tan dañino al pueblo, como el del Toro Balladares, por eso llama la atención que para mañana domingo, cuando se conmemora un aniversario más del fallecimiento del general Torrijos, designen a Martin Torrjos como el principal orador, como si el pueblo fuese ignorante y olvidase tan pronto el pésimo gobierno realizado por quien era llamado a rescatar la imagen, investigar y perseguir a los responsables de la muerte de su padre y corregir las medidas antipopulares aplicadas por los gobiernos anteriores. Pero tan mal anda el PRD, que ya nada nos debe extrañar.
Que esta experiencia le sirva de ejemplo al pueblo, es una prueba más de que los partidos tradicionales, incluyendo al PRD, no representan ni defienden los intereses del pueblo panameño, por lo que debemos organizarnos para crear nuestro propio proyecto político y en el 2014 contar con candidatos y programas que permitan, a los sectores populares y fuerzas patrióticas y progresistas, llegar al poder para establecer un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo, con justicia social y una distribución equitativa de las riquezas. Para que se investigue no sólo la muerte de Omar Torrijos, sino también la de todos los panameños o panameñas cuyas muertes no han sido aclaradas, así como las muertes y desaparecidos de la cobarde invasión de 1989 y exigir al gobierno de Estados Unidos que responda por las muertes y daños materiales causados a Panamá.