ELECCIONES AL ESTILO “PUEBLO UNIDO”
Digno de una mención honorifica en el Libro de Records de Guinness, el proceso “electoral” que monto la facción “Pueblo Unido” el pasado 30 de noviembre, será recordado como uno de los más ridículos de la historia de Honduras. Con ese acto dicho grupo pretende “ratificar” sus candidaturas como si fueran candidaturas del Partido Unificación Democrática (UD) de cara a las elecciones generales de 2009. Pero juzgue Usted los hechos:
1) El elector solo pudo votar por una planilla, es decir, que el Sr. Cesar Ham y Martin Pineda, líderes de ese grupo, prefirieron postularse solos antes que enfrentar a la oposición en Asambleas de base como mandan los Estatutos del Partido (Art.100), y por tanto, los votantes no pudieron “elegir” sino “ratificar” al oficialismo.
2) Los candidatos y candidatas de Pueblo Unido, a su vez miembros de la Junta Directiva Nacional de UD, fueron jueces y parte del proceso porque, mediante un Reglamento Electoral aprobado por ellos mismos, se auto facultaron para quitar y poner candidatos de las planillas y también aprobar a su antojo los datos del informe final de las votaciones.
3) La inmensa mayoría del electorado no sabía dónde estaban las pocas urnas que instalo Pueblo Unido y sus organizadores no se preocuparon por informarles, lo que indica que para ellos era irrelevante que fueran o no a votar.
4) El día de las votaciones muchas urnas no se instalaron en los lugares donde afirmaban que iban a hacerlo, o fueron retiradas porque no se presentaron los miembros de las Mesas Receptoras o porque la policía impidió que se instalaran, obedeciendo una orden del TSE. Es decir que el proceso fue desmontado alrededor de las 10 am debiendo ser reorganizado horas mas tarde. Por ello no pudieron haber tenido los elevados niveles de votación que informaron días después.
5) Salvo algunas excepciones, la afluencia de electores el día de la votación en general fue mínima; hubo tan pocos votantes que en algunas urnas de Pueblo Unido no pasaron de 10 electores, y en otras apenas votaron los miembros de la Mesa Receptora. De acuerdo a nuestras observaciones de campo, en general el promedio pudo haber sido de 20 electores por Mesa, siendo generosos.
6) En las votaciones no hubo ningún observador imparcial que acreditara que el proceso se desarrollo sin irregularidades.
7) Los candidatos y candidatas de Pueblo Unido formaron parte de las Mesas Electorales Receptoras y al terminar la votación “custodiaron” las urnas.
8) Nadie acredito el Censo Electoral de los udeistas por lo cual pudieron haber votado sin control cachurecos o liberales para elegir por igual a candidatos y autoridades de Partido.
9) La instalación de las Mesas Electorales se hizo con la sola presencia de miembros de Pueblo Unido, por lo cual no es posible saber de fuente imparcial si las urnas electorales no contenían votos marcados en su interior.
10) Los votos no tenían ningún sello ni firma de ninguna entidad electoral autorizada, violando su propio Reglamento Electoral (Arts. 14 y 30), de modo que miles de votos pudieron “aparecer” marcados sin haber sido certificados por autoridad competente.
11) Hubo tinta aunque no indeleble sino la usada para almohadillas y su aplicación fue voluntaria, de manera que los liberales y cachurecos podían luego ir a votar por los de su partido.
12) El voto para autoridades partidarias ni siquiera tenía nombres o fotos de los candidatos; solo aparecía la foto del caudillo de Pueblo Unido, Cesar Ham. Es decir que los electores no supieron por quiénes votaron. Seguramente los nombres los pondrán después, a su gusto.
13) Al momento del escrutinio de votos, en las mesas electorales solo se encontraban presentes miembros de Pueblo Unido. No hubo testigos imparciales. Con honrosas excepciones, la mayoría de los conteos se hicieron a escondidas, incluidas casas particulares de los candidatos y candidatas.
No bastándoles con lo anterior, los señores y señoras de Pueblo Unido, conducidos irresponsablemente por Cesar Ham y Martin Pineda, tuvieron el atrevimiento de sorprender la buena fe del Pueblo Hondureño al anunciar con bombos y platillos resultados electorales “exitosos”, en un esfuerzo por no seguir quedando en ridículo.
Pero algunas cuestiones son reveladoras en el informe que presentaron a los medios de comunicación en la conferencia de prensa del 3 de diciembre recién pasado:
El resultado de la planilla presidencial y de corporaciones municipales fue dado a conocer tres días después de terminada la votación, basado en el 50% de las actas, según dijeron. En comparación, el Tribunal Supremo Electoral divulgó los resultados de la votación en los partidos tradicionales el mismo día basado en poco más del 60% de las actas. ¿Fueron tantos los votos de Pueblo Unido que se tardaron 72 horas en contar la mitad de estos? Y en cuanto a los resultados de las candidaturas a diputaciones, ni siquiera han dado a conocer las “tendencias”. En su favor podemos decir que en esto último parece tener algo de vergüenza.
El Sr. Mauricio Aguilar, Presidente de su Comisión Nacional Electoral, informó que se habían colocado un total de 1620 urnas; pero el Sr. Marvin Ponce afirmo el 30 de noviembre que las urnas colocadas fueron 1,270 y Doris Gutiérrez en entrevista el 4 de diciembre afirmó que eran 1200 en 600 centros de votación a nivel nacional. Aparte de que se contradicen en el número de urnas, hay otro dato interesante: Si consideramos que cada Mesa Electoral Receptora debió tener al menos 4 urnas[1], según lo estableció su propio Reglamento Electoral (Arts. 16 y 32), matemáticamente es imposible que haya habido 600 Mesas Electorales de Pueblo Unido. Según nuestro monitoreo no pasaron de 200 mesas receptoras, con suerte.
Los datos del escrutinio tampoco son confiables. Dicen los señores de Pueblo Unido que con el 50% de las actas, llevan contados 23,536 votos presidenciales, lo que indica que según esa versión la corriente Pueblo Unido podría llegar a los 47 mil votos de seguir esa tendencia. Compárese esa cifra con la del proceso electoral de 2005. En este último año, con el partido unido, prestigiado y con el voto de todo el electorado en los 18 departamentos, UD logró 29,754 votos presidenciales con el 100% de las urnas escrutadas. Por supuesto que el partido puede lograr altos niveles de votación, pero lo que resulta una exageración para cualquier persona con sentido común es que un solo grupo haya tenido tan buenos resultados en una elección interna desprestigiada y desmontada, con un partido dividido y solo en 13 departamentos (Santa Bárbara, Ocotepeque, Choluteca y Gracias a Dios no participaron en las votaciones, y en Comayagua las bases udeístas las impidieron).
En el informe aparecen resultados abultados en Yoro, Cortes, Olancho, Francisco Morazán y El Paraíso cuando las estructuras de base de la UD en esos departamentos nos reportan que los niveles de votación fueron raquíticos.
Según la versión de Pueblo Unido, el departamento de Cortes, con la mitad de las urnas contadas (50%) arrojaba un resultado de 4344 votos para las alcaldías. El 1 de diciembre, el Sr. Samuel Madrid, candidato a Alcalde en San Pedro Sula por Pueblo Unido, declaro a La Tribuna que había obtenido 8000 votos. ¿Cómo sabia el Sr. Madrid el total de votos si se supone que 48 horas después no había concluido el conteo general?
La pregunta clave es ¿QUIEN PUEDE CREER EN LOS RESULTADOS DIVULGADOS POR “PUEBLO UNIDO” SI CORRESPONDEN A UN PROCESO MARCADO POR TANTAS IRREGULARIDADES?
Por si lo anterior fuera poco, el Tribunal Supremo Electoral en su Comunicado del 30 de noviembre afirmo taxativamente lo siguiente: “2) Que la participación que esta teniendo el Partido Unificación Democrática (léase “Pueblo Unido”) al ubicar sus mesas electorales en algunos centros de votación del país no esta autorizado por este Tribunal”. Este acto irresponsable expuso a muchos miembros del Partido a la represión policial y militar, y a humillaciones que pudieron evitarse. También los expuso a consecuencias penales. Baste decir que este tipo de abuso es tipificado en el Articulo 212 de la Ley Electoral como “Delito Electoral”: “Serán penados con reclusión de cuatro (4) a seis (6) años quienes incurran en los actos siguientes: …..4-a) Instalar una Mesa Electoral Receptora sin autorización del Tribunal Supremo Electoral”. Esta política de la conducción de Pueblo Unido pudo haber conducido a muchos compañeros honestos a una tragedia.
Tan desastroso fue ese proceso que el mismo Tribunal Supremo Electoral en ese mismo comunicado anunció que no inscribirá las planillas que surjan del mismo: “la actividad que esta desarrollando el Partido Unificación Democrática (léase “Pueblo Unido”) no tiene el respaldo jurídico necesario para ser reconocido por este Tribunal”. ¿Ante quien las inscribirá el señor Cesar Ham? Saque el lector sus propias conclusiones.
Por todo lo anterior, nuestra Junta Directiva Nacional hace un llamado a las bases y candidatos honestos de Pueblo Unido a que nos unamos y comencemos a preparar las grandes ASAMBLEAS POPULARES en las que habremos de elegir nuestros candidatos y directivos.
Dado en la ciudad de Tegucigalpa, M.D.C. a los 6 días del mes de diciembre de 2008
JUNTA DIRECTIVA NACIONAL DEL PARTIDO UNIFICACION DEMOCRATICA
[1] Una urna para el voto de Presidente y sus tres Designados, otra para diputaciones, otra para corporaciones municipales y la cuarta para autoridades de Partido.