Por Hugo Cedeño
La prensa escrita de Haití, República Dominicana y europea informa cómo noticia del mes los estrechos vínculos entre las bandas criminales civiles y policiales de Haití.
Relevan estás informaciones mientras ocultan las raíces de fondo sobre los problemas que padecen los trabajadores y demás oprimidos de la nación.
En primer lugar los responsables de tales padecimientos son las naciones imperialistas que la saquean y controlan política y militarmente.
En segundo lugar, tenemos la castrada burguesía haitiana sin la cual la dominación haitiana no existiera.
En tercer lugar, las direcciones políticas, sindicales y sociales traidoras, palancas imprescindibles para controlar al movimiento de masas.
Por último, la orfandad de dirección revolucionaria, no solamente en Haití, sino también en la isla, la región y el mundo.
La gloriosa revolución democrática de 1986 que derribó la dictadura de Duvalier y la parálisis de tan heroica gesta, demuestra claramente, que la ausencia de direcciones clasistas es una fatalidad para los pueblos.
Evidencia, que sin este tipo de direcciones, los triunfos no logran consolidarse.
Entonces, que no vengan con pendejadas las bocinas periodísticas del imperialismo, tratando de achacar a las bandas criminales y policiales de Haití, los problemas de la nación.
Todo lo contrario, esa alianza genocida existe, porque la soberanía e independencia en Haití no existen, imposibilitando que sea el pueblo haitiano, quien libre y democráticamente decida su destino.
Insistimos, si en Haití hay criminalidad y «desorden institucional», es porque fueron creadas por los gobiernos, el imperialismo y las direcciones traidoras, para justificar la explotación y control del pueblo haitiano.
Estoy seguro que si el pueblo haitiano se organiza, armara y movilizará, esas bandas fueran exterminadas en lo que se dice «berenjena».
Y con ellas, se irían todos los resortes de dominación, incluyendo los gobiernos, como el de República Dominicana, que los alienta.