Por Oliverio Mejía
El pasado 29 mayo se produjo la primera vuelta electoral en Colombia para decidir el próximo presidente de ese país que sustituya a Iván Duque, logrando pasar a competir en segunda vuelta el izquierdista Gustavo Petro y el populista de derecha Rodolfo Hernández. Esta segunda vuelta se realizará el próximo 19 de junio.
Ninguno de los dos candidatos logró sobrepasar el 50 por ciento de los votos requeridos para poder ganar en primera vuelta, por ende, Petro y Hernández competirán en unas semanas para dilucidar quién será el próximo presidente de ese país.
La importancia de este evento, entonces, tiene dos connotaciones; primero en el plano interno, donde los resultados reflejan un desencanto con la partidocracia gobernante de las últimas décadas, pero sobre todo el cuestionamiento al uribismo, tendencia política cercana al ex presidente de extrema derecha Álvaro Uribe, de la cual Duque es continuador; esta situación está de cerca con las matizaciones insurreccionales entre abril a agosto de 2021.
El otro plano es a nivel internacional, pues una posible victoria de Petro implicaría un nuevo giro a la izquierda, con lo que se ha denominado la marea rosa 2.0, una reedición de los gobiernos postneoliberales, que se está viviendo en la región, como ha sido el triunfo de Castro en Honduras, Boric en Chile y posiblemente Da Silva en Brasil.
Este último hecho es trascendente, porque Petro (un ex guerrillero del desaparecido Movimiento 19 de abril -M19- que se ha distanciado de los gobiernos de Maduro y Nicaragua con respecto a los rasgos autoritarios de éstos) será critico de la política exterior imperialista estadunidense que combina el poder liviano (derechos humanos) con la presencia militar, donde Colombia juega un papel fundamental para tener cercado al madurismo en Venezuela y Cuba.
Solo para un poco de historia. El M19 fue guerrilla nacionalista de origen pequeño burgués, conformada por cuadros radicalizados de partidos tradicionales como el Liberal y el populista Alianza Nacional Popular, que se caracterizó por realizar acciones tipo comando y formó parte de la Coordinadora Guerrillera Simón Bolívar en la década de los ochenta, hasta que firmó la paz junto a otras facciones guerrilleras con el Gobierno colombiano. Participó primero como Alianza Democrática 19 de abril en la constituyente de 1991, y posteriormente se denominó Polo Democrático Alternativo; en esa trayectoria Petro se alejó de este y formó Colombia Humana.
Resultados electorales
Petro es ex alcalde de Bogotá, y durante su gestión tuvo avances en algunos aspectos en función de democratizar los espacios urbanos, pero también se enfrentó a huelgas de empleados públicos al querer recargar sobre éstos la reducción de gastos. Logró 8, 41,617 votos, es decir el 40.34 %, y su coalición de izquierdas Pacto Histórico (PH) está conformada por una variedad de partidos reformistas, entre los que destaca el Polo Democrático, el Partido Comunista Colombiano, las ex guerrillas de las FARC-EP, los maoístas del Partido de los Trabajadores (PT), Colombia Humana, el apoyo crítico del trotskista Partido Socialista de los Trabajadores y otros más.
Mientras que Hernández, ex alcalde de Bucaramanga, que financió su propia candidatura con su fortuna, por medio de su partido Liga de Gobernantes Anticorrupción (LIGA), partido que dice estar a favor del matrimonio homosexual, la mariguana y en algunas situaciones del aborto, consiguió 5, 965, 617 votos, es decir el 28.17 % de los votos.
La sorpresa fue que el candidato del uribismo, Federico (Fico) Gutiérrez de la coalición Equipo por Colombia (ExC), conformada además por otros partidos derechistas, entre ellos el tradicional Partido Conservador, se desplomó al tercer lugar, logrando 5,069,448 el 23.94 %.
Atrás quedaron también otros partidos que se presentaban ante el desprestigio del uribismo, como una cara potable para la burguesía, tal como Sergio Fajardo con su Centro Esperanza, que apenas obtuvo 885,268 votos el 4,18 %; o Ingrid Betancur, ex secuestrada por las FARC con su Partido Verde Oxígeno (liberal-ecologista) con unos exiguos 14,161 votos.
Previamente se había realizado, el 13 de marzo, elecciones legislativas para ambas cámaras (senado y representantes) donde el PH logró la mayoría con 20 y 28 cargos respectivamente y el 17.35 % de los votos; pero los partidos tradicionales, el Liberal y el Conservador, junto a las otras expresiones de centro derecha como la de Fajardo y Betancur obtuvieron buenos resultados. El núcleo del uribismo, Centro Democrático, sufrió una caída, obteniendo pocos congresistas.
Petro logró la mayoría de los departamentos del país, sobre todo las costas Atlántica, y Pacífica, el norte en el llamado eje cafetalero, Bogotá, donde es hegemónico, la tercera ciudad en importancia Cali y las regiones selváticas del sur y sur-este del país. Las primeras donde se concentran buena parte de las desigualdades sociales, al ser los centros más populosos del país y donde el paro de 2021, sobre todo en Cali o Buenaventura en el Pacifico, fue mas fuerte, así como las zonas selváticas donde la falta de acceso a condiciones sociales mínimas es más marcada.
Por su parte, Hernández logró mayoría en los departamentos del centro, caracterizados por ciudades de menor tamaño, con capas medias numerosas y fronterizas con Venezuela, donde la migración de este país genera presión sobre las condiciones de vida de estos migrantes. Mientras que Fico solo logró la victoria en Antioquía cuya capital es Medellín, la segunda ciudad de importancia de pais y región donde las fuerzas conservadoras son dominantes.
El mismo día que se conocía la victoria del candidato de la LIGA, Fico anunciaba que llamaba a votar por Hernández; la suma de estos votos lograría un triunfo en la segunda vuelta, los votos de Fajardo son mínimos, pero es posible que la mayoría vaya hacia Petro. Por su parte, el Partido Liberal, que en los últimos años dejó de ser, junto al Conservador, uno de los partidos hegemónicos, al igual que éste tiene buena presencia a nivel local; uno de sus principales liderazgos, el ex presidente Ernesto Samper mas proclive a la izquierda, anunció su apoyo a Petro, mientras que otro caudillo, el también ex presidente Cesar Gaviria, con posturas hacia la derecha, no ha dicho a quién va a apoyar.
Lo cierto es que la suma de los votos de la coalición derechista de Fico, al sumarse hacia Hernández, lograría que éste se corone en la segunda vuelta. Petro tendría que lograr 10 millones más de votos, que, sin embargo, el ascenso de las movilizaciones que se tradujo en votos hacia este los podría lograr, convenciendo al abstencionismo, el cual se situó casi en la mitad del padrón, es más apenas se redujo con respecto a las elecciones anteriores; mientras que los votos nulos y blancos -esta última categoría tiene validez jurídica- suman solo 607,582 votos.
El significado de las elecciones
Los medios pintan el triunfo de Hernández como un outsider, con un mensaje anti-político; éste, por su parte, lanza un discurso contra la corrupción y la mal llamada clase política. Pero lo cierto es que Hernández, con su empresa de construcción Constructora HG, financió a varios candidatos del Partido Liberal en Bucaramanga, y cuando gobernó la alcaldía de esta ciudad, fue denunciado por recetarse proyectos para su empresa en obras públicas municipales. Es más, hace años mostró simpatía con el fascismo, al decir que Hitler había sido un gran pensador alemán, declaraciones de las cuales se retractó.
Sin duda el mensaje de Hernández contra los políticos cautivó a muchos de los votantes, que también se dejaron llevar por el relato anti-comunista contra Petro; así, ambos tipos de votos representan un cuestionamiento a los partidos tradicionales y al heredero de estos, el uribismo, un desafío en todas luces al régimen político neocolonial de Colombia, por ende al candidato de la LIGA no le conviene un apoyo explícito de la coalición ExC, aunque para la burguesía esta es su apuesta.
El voto a Petro y al Pacto Histórico representa una distorsión electoral del ascenso de la movilización social de 2021 contra el uribismo; conformado a partir de sus vínculos con el narcotráfico, los grupos paramilitares, la concentración de la tierra y el extractivismo. Fue un reflejo distorsionado porque desde el mismo petrismo desmovilizó a las masas que pedían la renuncia de Duque, con la esperanza de un triunfo electoral y después Petro ha tratado de mostrarse amigable con los grandes monopolios de la oligarquía, que han sostenido a los partidos tradicionales primero y al uribismo después.
En ese orden, en la interna del PH la segunda candidata más votada fue la líder afrodescendiente Francia Márquez, convirtiéndose en candidata a vice-presidente y que refleja las posturas más radicales contra el sistema político y económico capitalista en su conjunto, al grado que el PST llamó a votar por ella. Por tanto, la única forma de que este binomio logre el triunfo en la segunda vuelta es agudizar las críticas al modelo y al régimen político, comprometiéndose a provocar la movilización revolucionaria de las masas.