Por Hugo Cedeño

República Dominicana es una nación noble y dulce como el azúcar que produce.

El asunto es que a estas virtudes solo pueden acceder unos pocos privilegiados.

Sobre todo, los que vienen de afuera y quienes los reciben.

En los últimos meses se celebraron multitudes de actividades políticas y económicas en este pedacito de tierra.

Finales del pasado año el famoso SICA. Varios mandatarios se vieron la cara, saludaron, charlaron, almorzaron y bebieron buenos tragos.

Posaron para la prensa y se despidieron. Nadie sacó cuenta de los gastos ni conoce resultados positivos para el pueblo llano y sencillo de cada país.

Ahora vienen la “XXVIII Cumbre Iberoamericana de Jefes y Jefas de Estado y de Gobierno”. Esos son muchos. Más que los del SICA. Todo viene pre establecido. Desde los discursos hasta las conclusiones.

El eje a discutir será la migración.

Esa espinita en el zapato que atraviesa cada nación.

De la que es imposible desprenderse porque sus factores tienen que ver con el mundo capitalista en crisis, que en el caso de los países cuya independencia y soberanía nacionales están secuestradas por las naciones imperialistas, con la colaboración de sus respectivas burguesías castradas y mugrosas.

También se reunirán los grandes empresarios para discutir las nuevas inversiones y sacar cuenta de sus ganancias actuales, muy a pesar del COVID, que según ellos "produjo perdidas", pero nunca abrieron sus libros de contabilidad para probarlo, ni gobierno alguno lo pidió.

Y no podemos dejar de mencionar la reunión de la natimuerta Internacional Socialista, que en el pasado jugó un papel de primer orden, llevando el proceso revolucionario de Nicaragua y la región centroamericana al retroceso, imponiendo, junto a las direcciones que capitularon, el imperialismo yanqui, el europeo, y sus aparatos como ONU y OEA, la "paz y democracia", por la vía de Contadora y otros funestos acuerdos.

Tantos encuentros en mí querida Quisqueya pueden confundir a incautos.

Todos los mencionados y los que vendrán, benefician a "los de arriba". De eso no tengo dudas.

Tampoco las tengo, sobre los afectados: Entre estos, los inmigrantes trabajadores haitianos, cuya persecución se acelera.

Los obreros y demás oprimidos de la República Dominicana y Haití contra quienes van recaer las distintas reformas laborales, fiscales, mineras, financieras, jurídicas, territoriales, educativas, sanitarias, turísticas y demás males , habidos y por haber.

Los ruegos y peregrinaciones para que ocupen militarmente al pueblo haitiano bajo el argumento de ser "un estado fallido" .

Al mismo tiempo que España y Portugal, viejos imperios en decadencia, trazarán la ruta para garantizar sus inversiones y que la plata para pagar la deuda externa aparezca tal y como discutieron recientemente en Bruselas en la reunión del consejo europeo.

Los afectados: no los dejan unirse.

El pueblo trabajador y demás oprimidos y explotados debiera estar unificado para defenderse de la voracidad del capitalismo imperialista y la claque política que administran los regímenes burgueses.

Pero no hay que dejarse confundir. Quienes impiden la unidad y coordinación de los empobrecidos y empobrecidas, son aquellas direcciones políticas, sindicales y sociales traidoras que hacen hasta lo imposible para mantener a las grandes mayorías encerradas en la cancha donde la burguesía maneja a sus antojos las reglas del juego.

Estos señores, que se auto titulan apoyar "los de abajo", defienden el régimen democrático burgués y embellecen sus instituciones.

Saben que si el pueblo se unifica puede derrotar al régimen político burgués y sus representantes.

Pero temen que eso suceda porque perderán el privilegio que reciben por narigonear las masas.

¿Cuál es el camino?

Todo depende del ángulo de clases que nos coloquemos.

Nosotros defendemos el método, programa y la política, que conduce a la independencia de clases del proletariado y demás oprimidos y explotados.

Abogamos por unificarlos alrededor de sus demandas concretas dentro de la estrategia de construir partidos revolucionarios socialistas con el método de la movilización permanente en la lucha por destruir el régimen político burgués imperialista e instaurar la democracia obrera, mediante el ejercicio de la dictadura del proletariado y aliados, como instrumento para defender la revolución socialista contra los ataques de sus enemigos internos y externos.

Llamamos a todos y todas activistas y militantes que se colocan a favor del pueblo trabajador a discutir democráticamente cómo ayudamos a construir una alternativa unitaria e independiente para que el proletariado triunfe y logre mantener sus éxitos.

Si la burguesía, sus gobiernos y el imperialismo se reúne para debatir como joder al pueblo, mal sería que nosotros no nos encontremos para dialogar y parir un plan de acción para enfrentarlos, con fuerza y determinación.

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