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Por Orson Mojica

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El coronel Hugo Chávez ha ganado 14 de las 15 elecciones que se han realizado en Venezuela en la última década, desde que asumió el gobierno en el año 1999, sufriendo la única derrota durante el referendo constitucional del año 2007, cuando una alta e inesperada abstención de sus partidarios le permitió a la derecha detener la reforma constitucional que le garantizaría, entre otros aspectos, la reelección continua e indefinida.

El triunfo relativo obtenido en las elecciones regionales y municipales de noviembre del año 2008, a pesar de haber sido derrotado en los principales centros urbanos, le permitió a Chávez pasar nuevamente a la ofensiva por la reelección. Aprovechando la mayoría absoluta en la Asamblea Nacional, en diciembre del 2008 Chávez abrió la campaña por obtener la reelección, no solo del Presidente sino también de todos los principales cargos, por la vía del referendo constitucional.

El tema de la reelección produjo un cisma entre los aliados del chavismo: el Partido Comunista estuvo de acuerdo, pero los diputados de “Podemos” y “Patria para Todos (PPT)” guardaron distancia.

La derecha y el movimiento estudiantil

El movimiento estudiantil de las universidades privadas fue la columna vertebral de la campaña por el No, dirigida por la oposición burguesa y proimperialista. Pero no todo el movimiento estudiantil es de derecha, existe amplios sectores del estudiantado que respaldan la gestión del gobierno. Para derrotar la enmienda constitucional promovida por Chávez, la derecha enarboló la bandera democrática de la no reelección y de la alternancia en el poder. Estas consignas resultaron huecas para la mayoría del pueblo.

A diferencia del referendo del año 2007, que comprendía una reorganización del Estado, en esta ocasión Chávez, asimilando la experiencia, solo planteó el problema de la reelección convirtiendo la enmienda constitucional en un plebiscito sobre su persona. Contradictoriamente, la derecha emprendió una campaña en donde es débil: Chávez todavía conserva un gran prestigio en las amplias masas.

Bonapartismo y clientelismo político

A punto de elecciones, apelando al voto democrático, Chávez ha construido el aparato de poder que los sostiene, manteniendo a la oligarquía y la derecha en una situación de desventaja. Chávez rompió los fuegos a favor de la enmienda constitucional al declarar: "Independientemente de lo que digan mis adversarios, me he convencido que yo, con el favor de Dios y el apoyo del pueblo, debo permanecer unos años más al frente del gobierno de Venezuela" (El Universal 02/12/08). Este mesianismo es un componente ideológico consustancial al régimen bonapartista que Chávez ha impuesto en Venezuela.

La renta petrolera le proporciona al chavismo los recursos necesarios para impulsar a gran escala el asistencialismo social a los sectores más pobres. Venezuela sigue siendo, a pesar de su riqueza petrolera, un país de enorme desigualdades. Chávez se ha apoyado en los sectores más pobres para consolidar un régimen bonapartista, basado en su persona. Por esta razón, la reelección continua se convierte en un asunto de vida o muerte para el chavismo.

¿“Socialismo” importador?

La riqueza petrolera es contradictoriamente el peligro más grande de Venezuela. Desde hace décadas, la capacidad productiva ha bajado, todos los problemas se solucionan importando lo que la país no produce. El chavismo lejos de aprovechar la riqueza petrolera para industrializar el país, como lo hizo el general Lázaro Cárdenas en México, en la década de 1930, utiliza los petrodólares para importar casi todo lo que el país necesita, provocando una alta dependencia de los ingresos petroleros y de las importaciones.

Este fue un tema de debate durante la campaña electoral. La derecha asustó a la gente con la inminente caída de los precios del petróleo y la inevitable agudización de la crisis económica, producto de la crisis financiera internacional. El precio del barril de petróleo pasó de 150 dólares el año pasado a menos de $30 por barril. La tendencia es que, al menos durante el año 2009, los precios del petróleo se mantengan bajos, producto de la recesión del capitalismo. El presupuesto del año 2009 fue calculado sobre los precios del año pasado, que fueron muy altos y que produjeron un superávit de las finanzas de Venezuela. La derecha planteó un panorama apocalíptico, pero con ello se enterró el puñal ella misma.

Si bien es cierto, los datos con correctos, las masas pobres de Venezuela, las que se benefician de las “misiones” y de los programas de asistencia social del gobierno, entendieron correctamente que la situación podía empeorar con un cambio de gobierno. Hasta el momento, y durante toda la campaña electoral, el chavismo utilizo los fondos obtenidos cuando el petróleo estaba a más de 150 dólares el barril.

Chávez intensificó los programas sociales, creando la sensación de que la crisis económica no llegaría al interior de Venezuela. Chávez se burló de la derecha: “Señores de los partidos de oposición venezolanos, los exhorto a que coloquen el precio del petróleo a cero bolívares y les aseguro que Venezuela no entra en crisis económica, porque tenemos cómo mantenernos. La revolución no se detiene y no se detendrá” (ABN 05/01/09)

Una derrota previsible

A pesar de las gigantescas manifestaciones a favor y en contra de la enmienda constitucional, las masas pobres cerraron filas en torno a la defensa de los programas de asistencia social, votando por Chávez. Finalmente, el Consejo Nacional Electoral de Venezuela dio a conocer los resultados: La opción por el sí alcanzó seis millones 310 mil 482 votos (54.85 por ciento), contra cinco millones 193 mil 839 (45.14) por la opción del No.

Ante el desconcierto que causó entre la derecha el triunfo electoral de Chávez, Andrés Stambouli, asesor político de la misma, relativizó el triunfo del gobierno: "Ni la oposición puede ver el resultado con un sentido trágico ni el Gobierno puede verlo con sentido triunfal, pues ayer no se jugó la enmienda, sino la figura de Chávez. La campaña de la oposición no era para rechazar la enmienda, sino que buscaba decirle No a Chávez y la del gobierno era Sí a Chávez. Chávez obtuvo, con todo el ventajismo y el uso de los recursos del Estado, su máximo de votos: 6 millones; es decir perdió un millón de votos con respecto a las presidenciales de 2006, mientras que la oposición ganó más de un millón (...) Los resultados tienen un lado positivo: La oposición creció". (El Universal 17/02/09)

 

Lamentablemente, Stambouli tiene algo de razón cuando afirma que la derecha aumento un millón de votos, lo que evidencia el desgaste del chavismo. Falta 4 años para concluir el segundo gobierno de Chávez, en medio de la agudización de la crisis del capitalismo, lo que presagia días muy difíciles para la economía venezolana y para el gobierno

Stambouli reconoció que el chavismo ha utilizado los petrodólares para “mejorar la situación de los más pobres, cosa que ha logrado. Hoy los pobres viven menos mal, no se ha reducido la brecha entre ricos y pobres, pero viven mejor". (El Universal 17/02/09)

Reelección no es segura

En el próximo periodo, de crisis del capitalismo a nivel mundial, se producirán graves restricciones presupuestarias para el gobierno de Chávez, y una inevitable reducción de los programas de asistencia social, lo que presagia un incremento de la lucha de los trabajadores y demás sectores populares. Las próximas elecciones presidenciales se producirán en un contexto de grave crisis económica, la reelección de Chávez no es segura, a pesar de que haya impuesto, con el voto popular, la enmienda constitucional.

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