Entrevista a la historiadora Annie Lacroix Riz
Annie Lacroix-Riz (1947) es profesora de Historia contemporánea en la Universidad París VII-Denis Diderot. Esta entrevista fue publicada inicialmente en semanario belga “Solidaire”, hemos tomado la versión en español de El Periódico, publicación digital salvadoreña.
Nos enfrentamos a la crisis más grave desde la de 1929, dicen todos los analistas. Pero, ¿cómo fue la crisis de 1929? ¿Cuáles fueron sus orígenes? ¿Cuáles sus consecuencias? Repaso a una historia rica en enseñanzas.
Causas de la crisis de 1929
La crisis de 1929 fue sobre todo una crisis de superproducción, es decir, que existía una producción excesiva en relación con la demanda, que se produjo al final del decenio que siguió a la primera guerra mundial, la que, a su vez, había puesto fin a la primera gran crisis del capitalismo de 1873. La superproducción acarreaba una bajada de las tasas de beneficio insoportable para el capital. Se produjo la Primera Guerra Mundial (1914-1918) que destruyó la superproducción, pero no lo suficiente. En 1920-21, estalló una crisis severa pero en aquel momento el capitalismo internacional, y sobre el todo estadounidense, se liberaron con la liquidación de mucho capital, aumentado el desempleo, etc., a lo que siguió un período de intensa acumulación de capital que se tradujo en enormes concentraciones del mismo. Era en la época central de los años 20 y fue cuando se constituyeron los mayores grupos industriales monopolistas que todavía existen, como IG Farben y Vereinigte Sthlwerke (Aceros reunidos) en Alemania, con el corolario de un gran desarrollo del desempleo.
Entonces, ¿por qué estalló en 1929? Se produjeron exactamente los mismos fenómenos que en la actualidad. La enorme concentración del capital desarrolló gigantescos medios de producción (fábricas enormes) que influyeron negativamente sobre la tasa de beneficios. Este fenómeno estuvo acompañado por los fenómenos especulativos. Recordemos que una de las características del capital es la disociación entre el capital monetario y la producción, volvemos a El Capital de Marx. Por lo tanto había una enorme especulación entre 1924 y 1929, que conllevaba una diferencia entre el nivel de la producción material y el nivel de la especulación.
Como en la actualidad, el factor financiero no fue la causa de la crisis, sino el factor que desencadenó la crisis.
Por ejemplo, en Estados Unidos algunos sectores conocieron un crecimiento considerable, como las nuevas industrias automovilísticas o la industria eléctrica. Pero otros sectores perecieron. Había una superproducción estructural en la agricultura, el carbón estaba en crisis, había desempleo masivo en todas las viejas industrias, la industria textil estaba tocada.
Entonces, como en la actualidad, el factor financiero no fue la causa, sino el detonante de la crisis. Actualmente, cuando se dice a la gente que ésta es una crisis diferente porque se trata de una crisis bursátil, es totalmente falso. Se está produciendo por los mismos mecanismos de superproducción.
Las consecuencias de la crisis de 1929
En un momento determinado se plantea la cuestión siguiente: ¿qué hacer para que las fracciones dominantes del capital conserven una tasa de beneficio considerada suficiente? Eso supone que los salarios se reducen de manera drástica y que una parte del capital se destruye. Las pequeñas empresas cierran y se despide masivamente a los trabajadores. La tendencia del capitalismo siempre es bajar los salarios. Pero en períodos de crisis, se trata de intentar prácticamente que dicho salario se reduzca al mínimo. Por lo tanto se aplica una enorme presión sobre los salarios que causa una caída del nivel de vida del 30 al 40% o más. Es lo que ocurrió en una serie de países. Marx lo analizó permanentemente: una crisis se traduce por el despido masivo de trabajadores y por lo tanto en un desempleo masivo, es lo que Marx denominaba "el ejército de reserva", que es un elemento principal de la reducción del salario.
Por lo tanto había una gran capacidad productiva pero ya no había mercado. La especulación se derrumbó y al valor bursátil de las empresas le ocurrió algo parecido a lo que sucede en la actualidad. Entonces el capital se vio obligado a adaptar la producción a la situación. La producción se detuvo, los mercados se restringieron y se formó la bola de nieve.
Alemania fue entonces el país más afectado, ¿por qué? Porque Alemania se hallaba en la situación en la que está ahora Estados Unidos, aunque en menor medida. Alemania era un país que vivía totalmente a crédito, que se había endeudado ampliamente desde 1924. Pero en el momento de la crisis los prestamistas repatriaron masivamente sus capitales y el país se fue hundiendo por partes.
Otro factor, Alemania era un gran productor de medios de producción, el sector que se hunde más rápido en caso de crisis. Esto explica la situación actual de las industrias automovilísticas y de maquinaria de producción. Todo lo que no es consumo obligatorio, alimentario, etc., puede hundirse en el año.
Cuantificación de las consecuencias de la crisis de 1929
Alemania se encontró con un desempleo total del 50% y todo el resto en desempleo parcial. En 1932 el país contabiliza 7 millones de desempleados totales.
En Estados Unidos era similar. Estados Unidos forma parte de los países donde el capitalismo está más concentrado, en los productores de bienes de producción: ahí es donde la caída de la producción es más extraordinaria. En dos años, la producción industrial estadounidense bajó un tercio. Lo mismo en Alemania.
El capital tiende a liquidar su mercado puesto que elimina a los asalariados. Cuantos más asalariados liquida más necesita el mercado exterior. Pero como todo el mundo hace lo mismo, no hay más mercado. En 1932 Alemania se encontraba prácticamente con un solo cliente, la URSS, pletórica de salud y con tasas de crecimiento del 15 al 20% anual.
Para el capitalismo, la solución a la crisis supone reducir los salarios drásticamente. Es lo que entiende por salida de la crisis. El capital, que controla al Estado, para reconstruir las condiciones del funcionamiento del capital, exige aplastar totalmente a los asalariados, lo que se hace por medio del desempleo y por la acción directa sobre los salarios. El capital exige que se sacrifiquen sectores enteros de la economía. Y como ya no tiene mercado y no le es posible abrir mercados pacíficamente, intenta hacerlo por la guerra.
La Segunda Guerra Mundial, solución a la crisis
En períodos de crisis, cada capitalista intenta eliminar la competencia de los demás haciéndose con nuevas zonas de explotación. ¿Cómo se consiguen nuevas zonas de explotación? Por la conquista. Alemania intentó conquistar el mundo, Estados Unidos intenta conquistar el mundo, uno y otro se colocaron bien. Y los pequeños imperialistas intentan sacar tajada de todo esto.
El capitalismo sólo puede gestionar la crisis con una guerra general. La pregunta para los pueblos es si van a consentir que el capital salve la crisis con una guerra general. La falta de una reacción popular encaminada a operar transformaciones profundas es una oportunidad más para la solución de una guerra general para reducir la crisis.
Reacción de los gobiernos
A la gente le contaron una gran mentira. En aquella época dijeron que los Estados no intervendrían, como en la actualidad. Pero intervinieron inmediatamente, nacionalizaron el sector bancario. En Alemania Heinrich Brüning (católico), que estuvo en el poder de 1930 a 1932, nacionalizó de hecho el sector bancario (que Hitler devolvería a los banqueros, sin gastos, en 1933-34). Y el Estado asumió la carga de toda una serie de sectores.
Los gobiernos de la época reaccionaron exactamente igual que ahora, protegiendo al gran capital y aplastando a las masas populares.
El New Deal (plan de relanzamiento económico del presidente estadounidense Rooselvet entre 1933 y 1938) en Estados Unidos se caracterizó, por una parte, por una financiación considerable del Estado que cayó exclusivamente sobre el contribuyente, y por otro lado, por la preparación de la guerra. Señalo, por otra parte, que lo que sacó a Estados Unidos de la crisis no fue el New Deal, sino la guerra.
El papel de los socialistas en la crisis de 1929
La socialdemocracia intentó encontrar una solución donde podía. Tenía mucho miedo a los cambios profundos. Por lo tanto acompañó al capital en sus intentos de resolver la crisis y aceptó la política del mal menor. Aceptó la bajada de los salarios. Fue una estrategia de acompañamiento que, en Alemania, contribuyó al éxito de Hitler.
En los países donde el movimiento revolucionario era más importante o era capaz de suscitar una fuerte resistencia de la población, la socialdemocracia tuvo que aceptar la estrategia que le impusieron los Frentes Populares. Los archivos de la SFIO (antepasado del Partido Socialista francés) son muy esclarecedores. Hay países donde el descontento de las masas, orientado por las fuerzas revolucionarias, se dirigió a presionar a la socialdemocracia. Todo un sector de ella permanecía subjetivamente aliado al gran capital y acompañaba su drástica reorganización. Henri De Man en Bélgica y un cierto número de sectores de la socialdemocracia apoyaron a la extrema derecha fascista.
La crisis actual concede la palabra al pueblo para buscar la solución más rápida teniendo en cuenta lo que puede pasar. Por lo tanto, en función de las relaciones de fuerza, existen distintas estrategias. Pero la estrategia de la defensa de los trabajadores nunca ha sido la respuesta espontánea de los socialdemócratas. La respuesta espontánea de los socialdemócratas es la respuesta de los países donde mandan, es decir, la respuesta alemana. No hacer nada e intentar poner freno al descontento popular.
Diferencias y puntos comunes entre la crisis de 1929 y la actual
Sólo se puede hacer el análisis al contrario de lo que se cuenta actualmente, las circunstancias del estallido de la crisis son muy parecidas a las de 1929.
La gran diferencia es, en primer lugar, que la superproducción actualmente es muy superior a la de 1929. Diez años de acumulación (1919-1929) no es lo mismo que 60 (1945-2008)
Por lo tanto existe una coyuntura que, como señalan toda una serie de crisis cíclicas y/o periféricas (fuera del «centro»), es una crisis de una amplitud como no se ha conocido nunca. Si los mecanismos de formación de la crisis son los mismos que otras veces, la crisis actual es más grave que la de los años 30, que a su vez fue más grave que la de 1873. Ésta es igual y más grave que las anteriores y eso concede la palabra al pueblo para encontrar la solución más rápida teniendo en cuenta lo que puede pasar.