Europa


Por Nicolas Le Brun

En el artículo anterior publicamos nuestra apreciación sobre los últimos acontecimientos de la crisis griega. En ese momento, todos los cables de las agencias noticiosas daban casi por un hecho que un acuerdo estaría siendo firmado por el gobierno griego y la troika. Sin embargo, un desenlace inesperado se dio en la noche del 18 de junio, las negociaciones se rompen.

En ese momento el gobierno de Tsipras llama a organizar un referendo para el 27 de junio con el fin de consultar las ultimas propuestas de los acreedores. El llamado de la coalición gubernamental es de votar por el no.

Al mismo tiempo se desata en toda la zona euro una serie de reacciones que van de las mas virulentas a las mas osadas. La perspectiva del GRexit, es decir la salida de Grecia de la eurozona se transforma de un fantasma que sale asustar para presionar en las negociaciones y el voto por el si en el referendo.

Estos son solo los síntomas de una crisis creciente, no solo en Grecia, si no en el conjunto de la UE, que lejos de superarse, se afronta cada vez mas a la realidad. La mano férrea de la Alemania liderada por la CDU de Merkel, la primera potencia europea y su peso cada vez mas creciente en el concierto de la naciones del viejo continente. Y en esto, las recetas de austeridad conocidas no son mas que el comienzo de un plan que visualiza la burguesía alemana para poder mantener la rentabilidad de sus inversiones y su hegemonía.

La troika tira la cuerda: cronología

Luego de la ruptura de las negociaciones, los acreedores de Grecia reunido en el Eurogrupo, organismo compuesto por los ministros de economía, rechazaron mas de la mitad de las medidas propuestas por el gobierno equivalentes a unos 8 millardos de euros. Estas habían sido hechas el 21 de junio y tan solo dos días después, el acuerdo fue tajante. Esto se hacia luego de que Tsipras enviara una carta abierta a este grupo en donde se comprometía a realizar recortes en varios rubros, prácticamente iguales a los que se habían desprendido de la fallida negociación.

Luego de la imposibilidad de poder hacerle frente a un importante reembolso de la deuda y de obtener el desembolso de nuevos fondos, el gobierno Tsipras decreto un corralito para evitar una mayor fuga de capitales de la que se venia dando desde hace unos tiempos. Sin embargo es de señalar que el grueso de los capitalistas griegos ya habían puesto desde haces varios anos sus fondos en el extranjero. Los cálculos hechos en el año 2011 por parte del gobierno de Papandreus, cifraban en 280 millardos de euros las sumas puestas en el exterior por la burguesía, temiendo ya desde el 2008, la posibilidad de un Grexit. Pero estos cálculos se quedaron cortos con el monto calculado por el cotidiano alemán Handelsblatt, que daba un valor de 560 millardos de euros la suma de dinero puesta en el extranjero, principalmente en Suiza y en la compra de bienes en diferentes zonas ricas de Francia, Inglaterra y otros países. Esa suma representaba en el 2011 casi el doble de la deuda del país. “Le Figaro, 16 noviembre de 2011”

Como se puede ver el objetivo del corralito no podía alcanzar las grandes fortunas, el objetivo era de restringir a la clase trabajadora empobrecida ya de por si y a la población de acceder a sus salarios y pensiones.

Y el referendo?

La respuesta del referendo, una medida democrática para responder a los métodos anti democráticos de la Comisión Europea , el Fondo Monetario y el Banco Central europeo representaron un enorme avance en un continente como cualquier otro donde los gobiernos burgueses pactan con los organismos financieros internacionales sin ni siquiera informar un ápice de lo negociado.

En este aspecto, las negociaciones de Grecia con los organismos antes mencionados no se han diferenciado en cuanto a la metodología. Luego de una fuerte presencia mediática del ex ministro de economía Varufakis , en lo sustancial, el pueblo griego y los trabajadores europeos que alimentaban sus simpatías por el gobierno de Syriza, no podían entender lo que se estaba desarrollando tras bambalinas.

Con una gran firmeza, el pueblo griego se manifestó votando un no contundente. Un 61% de los votos fueron en ese sentido.

El gobierno Tsipras tenia una bocanada de oxigeno para poder enfrentar a la hora de acreedores que lo aguardaban en la semana siguiente al referendo.

Sin embargo las consecuencias fueron otras. El nuevo ministro de economía, Euclides Tskalotos, economista perteneciente al partido Syriza desde hace diez anos y coordinador del equipo de negociación del gobierno en las ultimas negociaciones, el 8 de julio, apenas tres días pasados luego del referendo, manda una carta abierta a Bruselas donde “Consistente con los principios de este programa a largo y mediano plazo, la República ( griega ndt) se compromete a implementar una serie de reformas y medidas en el área de fiscal sostenible, estabilidad financiera y crecimiento económico a largo plazo. En el marco de este programa, proponemos de implementar inmediatamente una serie de medidas a mas tardar el comienzo de la próxima semana que incluyen: reformas a los impuestos y reformas a las pensiones” Mas adelante, el ministro se compromete, como lo ha hecho ya en el pasado el gobierno a “hacer frente a sus obligaciones frente a todos sus acreedores”

Es decir, el gobierno Tsipras pasa del no a un si neto frente a los acreedores.

Este jueves en la presentación de los puntos ante la Comisión, las medidas se han ido revelando. Tal y como lo analiza el periódico de centro izquierda inglés The Guardian” estas representan algo muy claro con respecto al resultado del domingo.

“el gobierno griego ha capitulado, el 9 de julio, a las demandas de sus acreedores y aplicar nuevas medidas de austeridad… lo que abre las puertas a una esperanza de firma de un acuerdo luego del próximo encuentro de los dirigentes europeos, el domingo 12 de julio”.

Estas nuevas propuestas representan el aumento del IVA a un 23%, la restauración comprendida, uno de los grandes desacuerdos hasta el momento, según este cotidiano. Además el plan de contempla otras cosas como las siguientes: Aumento de la edad de la pensión a 67 años a partir del 2022. Reducción de los complementos a las pensiones. Privatización de Fondos activos de la República, entre otros los aeropuertos y telecomunicaciones. (Lo que todavía no esta privatizado ndlr)

Las consecuencias

Tal y como lo dijimos en el articulo anterior, estas nuevas medidas de austeridad no abren para nada un panorama alentador para el movimiento anti austeridad en el resto del continente. Solo que esto provoque una seria crisis política entre el ala izquierda de Syriza y lleve a organizar una alternativa de clase ante los nuevos programas anunciados por la troika y el gobierno de Tsipras, si estos son aceptados en los términos que los plantea este ultimo y si no son endurecidos.

Esto no solo ha provocado una crisis política en el seno de la los partidos griegos. En el resto de Europa, los cambios posiciones de diferentes partidos y personajes políticos han sido la moneda de todos estos días. La burguesía francesa se ha caracterizado por ser la que ha llevado una voz que ha pasado del ataque furibundo al reconocimiento de ciertas reivindicaciones de los griegos. La presidenta del FMI Christine Lagarde, declaro en días recientes que “ una reestructuración de la deuda es según nosotros necesaria en el caso de Grecia con el fin que tenga una deuda viable” ( LExpress 8/07/2015)

Estas declaraciones eran un serie afrenta para la contraparte alemana, los dos mayores acreedores de los griegos en cuanto a países. El gobierno de Merkel no tardo en descartar esta posibilidad.

Dentro de un marco burgués, la crisis griega no tiene salida. El gobierno de Tsipras puede pedir de rodillas al Parlamento europeo, a la Comisión Europea y al BCE que aligeren su deuda va a ser muy difícil si esto no va acompañado de medidas de lucha y de medidas en contra del gran capital, son solo ilusiones reformistas.

Los resultados de la cumbre del domingo no son alentadores para el pueblo griego y la resistencia sigue siendo la opción privilegiada.

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