HISTORIA DEL 1o DE MAYO
El 1º de mayo, representa una fecha emblemática para los trabajadores del mundo. Con este motivo, y como homenaje a los Mártires de Chicago, El Socialista Centroamericano publica esta crónica, de autor desconocido, tomada de la Revista “Los Mineros”, de la Hemeroteca de la Fundación Francisco Largo Caballero, Madrid, España. Este relato explica como, a partir del año 1890, por acuerdo del Congreso Internacional Obrero Socialista, celebrado el año anterior en París, el 1º de Mayo se estableció como día de lucha internacional de la clase obrera en todos los países.
En aquella época la jornada laboral de los trabajadores en Europa y los Estados Unidos llegaba hasta las 16 horas diarias (para millones de hombres y mujeres la jornada se iniciaba a las 4 de la madrugada y terminaba a las 8 de la noche); el salario era escaso y sólo permitía ir malviviendo mientras había un puesto de trabajo en la Industria. En caso de cierre de la empresa, el destino para las familias obreras era el desempleo o la emigración. Sus hijos trabajaban desde los 6 años, y las mujeres de noche para completar el salario familiar. La miseria y la explotación eran un lugar común entre las clases trabajadoras, así como la represión policial. No es extraño, por lo tanto, que los obreros intentaran terminar con esta situación a partir de la década de 1880.
A finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX, producto de la movilización y las luchas, la clase obrera de los países imperialistas obtuvo enormes conquistas: jornada de ocho horas, derecho a organización sindical, seguro social, y en el plano político logró construir los primero partidos socialdemócratas. Estas conquistas fueron arrancadas en un periodo en que el capitalismo todavía estaba en expansión y podía otorgar algunas concesiones a la clase obrera. La salvaje explotación de los países atrasados (América Latina, África y Asia) permitió a la burguesía de los países imperialistas (Europa, Estados Unidos y Japón, principalmente) repartir algunas migajas entre la clase obrera de sus países. Fue un periodo en que de se desarrollaron corrientes reformistas que plantearon que era posible transformar al capitalismo en un sistema “mas humanitario”.
Sin embargo, el estallido de la primera guerra mundial (1914-1918) mostró que el capitalismo había entrado un periodo de descomposición y comenzó un acelerado proceso de reversión de las conquistas de la clase obreras obtenidas en el periodo anterior, que esta llevando aceleradamente a la humanidad hacia la barbarie. El periodo entre 1918 y 1940 fue un periodo de crack de la economía mundial, de avance del fascismo y la contrarrevolución en el mundo, que condujo incluso a la degeneración burocrática del primer Estado Obrero y al surgimiento de la burocracia stalinista en la URSS como privilegiada casta gobernante.
La derrota del fascismo de Hitler en la segunda guerra mundial en 1945, la traición de Stalin al ordenar a los Partidos Comunistas desarmar a los partisanos y colaborar con la reconstrucción capitalista de Europa, la división de la clase obrera europea tras la “cortina de hierro”, condujo a un corto periodo de crecimiento de la economía capitalista a nivel mundial. Fue el llamado “boom económico” de la postguerra que permitió generalizar a otros países algunas conquistas de la clase obrera, como jornada laboral de 8 horas, seguro social, etc. Este corto período de recuperación de la economía mundial fue posible, entre otros aspectos, por el papel contrarrevolucionario desarrollado por el Kremlin y por el saqueo de los países atrasados. El “boom” termino a inicios de los años 70 del siglo pasado.
Actualmente, la mayor parte del proletariado inmigrante en los Estados Unidos, proveniente de América Latina, debe obtener dos trabajos, en total 16 horas, para sostenerse y mandar “remesas” a sus familiares. En nuestros países, la mayor parte de los trabajadores deben trabajar más de 8 horas diarias para poder sostener a sus familias. La privatización de los sistemas de seguridad social, el control del estado capitalista sobre los sindicatos, nos indican que vivimos un periodo en que el capitalismo no solo no puede otorgar ninguna concesión o conquista importante a la clase obrera, sino que nos está arrebatando brutalmente los beneficios obtenidos durante más de un siglo de lucha.
Bajo el capitalismo están en juego no solo nuestra existencia cotidiana, sino también la existencia del planeta como hábitat de la humanidad. Los síntomas del calentamiento global nos demuestran la capacidad de destrucción de este enfermo sistema capitalista. Ojalá que el legado y el sacrificio de los mártires de Chicago nos ayude a encontrar el camino que permita destruir este oprobioso sistema capitalista e imperialista. La alternativa está crudamente planteada: ¡¡Socialismo o Barbarie!!
Orson Mojica.