Centroamérica: presupuestos raquíticos, creciente endeudamiento y debacle social
Los artificiales Estados nacionales de Centroamérica, que surgieron después de la desintegración de la Republica Federal en 1838, siglo y medio después se están cayendo en pedazos, carcomidos por la crisis económica, la desintegración social, el creciente endeudamiento y el agudo déficit fiscal que se traduce en la aprobación de presupuestos cada vez más reducidos y desfinanciados.
Según el Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales (ICEFI), para el año 2018, el gasto público de los diferentes gobiernos en relación al respectivo Producto Interno Bruto (PIB) de cada país se ubica: 12,1% en Guatemala, 20,4% en El Salvador, 20% en Honduras, 18,4% en Nicaragua, 21,4% en Costa Rica y 17,6% en Panamá. Un gasto extremadamente reducido sin tomamos en cuenta las necesidades de la población. Pero el endeudamiento promedio sigue creciendo: en 2017 fue del 42,5$ del PIB y en 2018 subió hasta el 43,1% del PIB.
En el endeudamiento creciente refleja la incapacidad de los respectivos gobiernos para ser autosuficientes, necesitan cada vez más préstamos para pagar prestamos vencidos, produciéndose un fabuloso negocio de los grupos financieros y bancarios que se han extendido a nivel regional.
Aunque Guatemala, Nicaragua y Panamá reportan niveles de endeudamiento satisfactorios para los estándares recomendados por los organismos financieros internacionales, la tendencia es hacia el despeñadero. El Salvador, Honduras y Costa Rica ya cayeron en las profundidades del abismo.
Y esta debacle fiscal y financiera se traduce en presupuestos raquíticos, donde un buen porcentaje de los mismos se utilizan para pagar intereses o cancelar prestamos vencidos, afectando los calamitosos sistemas de salud y educación pública.
El presupuesto del Estado de Guatemala para el 2019 será de 87 mil 715 millones 64 mil quetzales, con una reducción de la carga tributaria de alrededor del 10%, lo que implica que continua la tendencia decreciente en las recaudaciones. La burguesía se resiste a pagar impuestos, entonces los diputados reducen el presupuesto a la USAC y otras entidades anticorrupción, aunque aumentan los gastos de defensa.
El presupuesto del Estado de El Salvador para el año 2019 será de 6,733.2 millones de dólares. Tiene un aumento de 1,266 mdd en relación a este año, porque incluye el pago de 800 millones de Eurobonos. En pocas palabras, es casi el mismo de este año con la particularidad que en ese país el presupuesto presentado a la Asamblea Legislativa nunca es el verdadero, porque los diputados y el gobierno esconden cifras que sacan a último momento, y cuyos vacíos son llenados a última hora con nuevos ciclos de endeudamiento.
En el Estado de Honduras el presupuesto del año 2019 será de 261 mil millones de lempiras, con un ligero incremento del 6% en relaciona este año, pero cuyo aumento está destinado a pagar deuda pública.
En el caso del Estado de Nicaragua, sacudido por una revolución democrática que ha sido ahogada en sangre, el presupuesto para el año 2019 es el más crítico de la región: 80.014,5 millones de córdobas (2.499 millones de dólares) y se prevé un déficit de 10.253,4 millones de córdobas (unos 320 millones de dólares). La crisis presupuestaria se agravará y podría ser el detonante de un nuevo estallido social.
El Estado de Costa Rica, todavía sacudido por una huelga de trabajadores públicos contra el Combo Fiscal, cuyo principal soporte de lucha son los maestros, es otro país que muestra signos de una grave crisis presupuestaria. Para el año 2019 el presupuesto será de 10.9 billones de colones (US$18.956 millones). Desde hace muchos años el déficit del presupuesto se financia, como en toda la región, con más deuda pública. Para el próximo año se calcula que el pago de intereses y amortización serán equivalentes al 12,3% del PIB, cuando la carga tributaria equivale al 12,8% de PIB.
En el Estado de Panamá, la economía más sólida de la región, el presupuesto del año 2019 será de $23,318 millones. A todas las instituciones del Estado se les han reducido las asignaciones, las más castigadas son las Universidad de Panamá, la Universidad Tecnológica, la Universidad Marítima de Panamá y la Universidad Autónoma de Chiriquí.
En todos los países, unos casos más graves que otros, tenemos la misma situación: la burguesía se resiste a pagar más impuestos conforme sus ganancias, especialmente el sector bancario y financiero, presupuestos cada vez más raquíticos, recortes por todos lados, menos en los gastos militares y policiales, y creciente endeudamiento para pagar intereses y prestamos vencidos.
Todos los gobiernos descargan la crisis fiscal en las clases medias y populares, aumentando impuestos como el IVA. Ya es hora que los trabajadores y las masas populares de Centroamérica detengamos esta dinámica de cuesta abajo en todos nuestros países.