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1 de mayo en Centroamérica: las principales reivindicaciones que debemos enarbolar

Este 1 de mayo los trabajadores centroamericanos saldrán nuevamente a las calles, en condiciones cada vez más difíciles. Tras varias décadas, la ofensiva neoliberal cerró muchas de las industrias manufactureras, creadas en la época del Mercado Común Centroamericano (MCCA), reduciendo numéricamente a la clase obrera y debilitando a los sindicatos y a las centrales obreras tradicionales.

Bajo los tratados de libre comercio se instalaron nuevas empresas maquileras, de capital transnacional, creando un joven e inexperto proletariado que trabaja en condiciones de sobreexplotación, al cual se le niegan los elementales derechos de organización sindical.

Otro factor que ha contribuido a debilitar los sindicatos es el alto desempleo y el subempleo imperantes, que obliga a centenares de miles de centroamericanos a emigrar hacia Estados Unidos. El resultado ha sido trágico para el movimiento obrero y sindical.

Por esta razón, a pesar de la gravedad de la crisis económica que afecta los salarios y el nivel de vida, casi han desaparecido las huelgas y las luchas de los trabajadores. La clase obrera industrial está postrada, y el proletariado joven de las maquilas todavía no despierta.

En los últimos años, quienes han estado a la vanguardia de las luchas, defendiendo los puestos de trabajo y los salarios, han sido los empleados públicos, (educación y salud, principalmente) que tienen la ventaja de tener que luchar contra el único y mismo patrón: el Estado. Pero también este contingente sufre las consecuencias de la crisis económica y la crisis fiscal.

En los países del Triángulo Norte (Guatemala, El Salvador y Honduras) los empleados públicos han librado escaramuzas laborales, pero con tendencia hacia la baja. Nicaragua merece una mención especial, pues bajo la dictadura Ortega-Murillo no solo están prohibidas las huelgas y luchas laborales, sino que hace más de una década que ni siquiera se celebra el 1 de mayo en las calles.

El establecimiento de regímenes bonapartistas en el Triángulo Norte, que limitan las libertades democráticas y sindicales, y la dictadura en Nicaragua, son peligros reales que los sindicalistas debemos enfrentar. La lucha por la defensa, restablecimiento y ampliación de las libertades democráticas debe ser permanente.

En Costa Rica, los trabajadores del sector público, a pesar de haber luchado con heroísmo contra La Ley de Empleo Público, que reduce los salarios y las conquistas laborales, fueron engañados y derrotados por las direcciones sindicales traidoras. En Panamá, en julio del 2022, los empleados públicos libraron una dura pelea por la defensa de los salarios y demás conquistas.

Un grave problema que afecta a los empleados públicos en toda Centroamérica es el clientelismo. En todos los países, en mayor o menor grado, los puestos de trabajo en el sector público dependen del partido de gobierno, anulando la independencia que deben sostener los trabajadores.

Estas son las difíciles condiciones en las que se celebrará el 1 de Mayo este año 2023. Por ello, con humildad, llamamos a los dirigentes sindicales a reflexionar sobre estas difíciles condiciones objetivas en las que debe luchar el movimiento sindical. Enumerar las dificultades no es para ponerse a llorar, sino para luchar contra ellas y salir victoriosos.

Indudablemente, el principal problema que unifica a los trabajadores, incluso con sectores de la clase media y sectores populares, es la lucha contra la inflación, por un aumento de salarios conforme al costo de la vida y exigir el control de precios de la canasta básica o cesta popular.

El salario mínimo debe subir a 750 pesos centroamericanos (dólares) en todos los países de Centroamérica.

Debemos luchar por la defensa y revalorización de las pensiones. En todos los países de Centroamérica hay una ofensiva para aniquilar el de por si insuficiente sistema de pensiones. La seguridad social debe cubrir las necesidades de los trabajadores en la vejez. Y quienes no tuvieron la oportunidad de cotizar a la seguridad social, deben recibir una renta básica que les permita sobrevivir.

Para combatir el desempleo, y evitar la migración masiva de nuestra juventud, debemos exigir a cada gobierno un Plan de Obras Publicas que garantice un empleo y salario justo, para sobrevivir.

También debemos luchar por la democracia interna y la independencia de los sindicatos, expulsando a las direcciones burocráticas traidoras. Necesitamos organizar sindicatos en las maquilas, para sumar más trabajadores a la lucha.

Y no debemos de perder de vista que somos parte de la nación centroamericana dividida artificialmente en siete países. La lucha por la reunificación de Centroamérica pasa también por la estrecha coordinación de los sindicatos y centrales obreras de la región.

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