Por Josefina Arguello
En los años 50´ Marilyn Monroe interpreta a Lorelei Lee una rubia superficial, tonta e ingenua en la película “Los caballeros las prefieren rubias” basada en el libro de la escritora Anita Loos. La película pasó a ser un clásico del cine y un ícono para la cultura pop de los Estados Unidos, perpetuando a Marilyn como el “boom” de la sensualidad y la comedia romántica.
Lorelei es una joven pobre que trabaja como bailarina en un crucero y busca un millonario para casarse. La comedia está llena de situaciones graciosas, música y una destacada interpretación de la Monroe porque Lorelei que a primera vista es la típica rubia, poco inteligente y caza fortunas sin embargo, en el fondo tiene muy bien definida su meta: Ser felizmente amada y mantenida por un rico que le de todos los lujos con lo cuales una mujer puede soñar.
Cincuenta y siete años después, la escritora colombiana Isabela Santo Domingo emula el texto de Anita Loos con su libro “Los caballeros las prefieren Brutas” y la cadena televisiva Sony le ha comprado los derechos para lanzar una miniserie este mes de febrero.
Isabela Santo Domingo, relata en su libro, esas conversaciones eternas que suelen tener las mujeres de esta época y sostiene la teoría que los hombres prefieren a una mujer ingenua, sumisa, obediente, dependiente que no represente la más mínima competencia y amenaza para su hombría, en palabras de Isabela las prefieren brutas, como lo confirma esta cita “Sí, porque lo que ellos no saben es que ninguna mujer es realmente bruta, es que nos hacemos las brutas que es muy distinto”.
Si bien es cierto el libro está cargado de cansonas repeticiones sin embargo hay que reconocerle a Santo Domingo que pudo amalgamar las frustraciones de la mujer actual y revelar que la sociedad cada vez es más exigente y “las relaciones entre hombres y mujeres modernas cada vez son más complicadas”. Esta aseveración no solo se limita a las relaciones mujer-hombre sino también entre colegas de la misma o distintas profesiones, entre líderes del mismo partido político, padres e hijas, etc.
El mundo ha obligado a que las mujeres desempeñen un papel más activo en la sociedad pero ha sido un alto precio pagado por las mujeres, al parecer hay un latente antagonismo entre más exitosa es una mujer menos oportunidades tiene de entablar una relación estable. Entonces la propuesta de Santo Domingo es que dejes de hacerte la inteligente y finjas ser una bruta. “Cambiemos las reglas del juego y seamos casi todas iguales: finjamos que somos brutas. Así, por lo menos, les quedara más difícil cambiarnos por otra mejor o peor que nosotras. Si, al fin y al cabo, todas somos iguales.”
Santo Domingo declara no ser feminista, todo lo contrario ella piensa que mucho de lo que sufre el gremio ha sido por esa guerra de los sexos iniciada por la famosa búsqueda de la igualdad entre hombres y mujeres. Según las fuentes de la escritora, quien señala haber asistido a muchas reuniones de mujeres casadas, divorciadas, viudas y solteras, que todas tenían un común denominador “Todas, por igual, soñamos con el momento en que nuestro teléfono suene para que se abran de par en par las puertas de nuestra ilusión por encontrar ese hombre ideal que tanto esperamos para complementar nuestras vidas. O para que nos mantenga”.
El libro tiene un catálogo sobre la manera más eficiente y efectiva de poder retener a ese hombre ideal. Ese hombre ideal que además de hacernos felices, reúna una serie de requisitos incluyendo un capítulo especial sobre la manera que algunos visten. Pero también hace el llamado de atención que nosotras también exigimos, esperamos demasiado de ellos. Las mujeres independientes, soberanas, con una carrera profesional exitosa nos llenamos la cabeza de ideas de autosuficiencia para luego acabar solas y llenas de envidia por aquella que sin estudios, sin carrera, sin mucha conversación sobre el calentamiento global, la baja en la bolsa de valores, el último satélite exploratorio enviado al espacio y que para colmo ni siquiera tiene una dirección electrónica tenga a un hombre que no solo la ama sino que le da y hace todo lo que ella le pida. “El amor es un mal necesario. Porque quienes no lo tienen lo añoran, quienes lo han tenido lo extrañan y quienes lo tienen actualmente, casi siempre lo quieren desechar”.
El texto de la Santo Domingo dejar ver las relaciones con mucho humor negro, a veces rayando en lo grotesco, con algunas situaciones cómicas que sabemos que en la vida cotidiana suceden, sin embargo no creo que contribuya a generar la verdadera equidad que tanto pregonamos porque si se sigue al píe de la letra seguramente los caballeros tendrán en su casa una Phd. en manipulación. Cito a Daniel Samper quien hace el prólogo: “si llegan a imponerse los consejos que da Isabella en este manuscrito perverso, va a ser difícil distinguir a la verdadera mujer bruta, de esa adorable y fiel compañera que forjamos a lo largo de muchos siglos.”
No creo que los hombres prefieran a las mujeres brutas. Todo lo contrario. Estoy segura que entre más inteligente sea un hombre querrá a su lado una mujer que le apoye en sus proyectos, en sus decisiones, que puedan compartir los mismos intereses, económicamente ser más productivos para proveer a la familia de mejores oportunidades y viceversa la mujer espera lo mismo de su compañero.
Si les puedo asegurar que tanto hombres y mujeres lo que quieren es afecto, amor y compresión. No una batalla de género sobre si el que saca la basura a la calle es más o menos superior que el otro. O sí el amor es necesario demostrarlo con extravagantes regalos, con carros y joyería como lo decía Marilyn Monroe en el personaje de Lorelei “Los diamantes son los mejores amigos de las chicas”, claro que en esta sociedad de consumo y de superficialidad con esto es lo que muchas mujeres sueñan. Pero nosotras que pertenecemos a una incipiente clase de mujeres al frente de nuestras vidas y de nuestras propias decisiones lo que buscamos en un hombre es que comparta en gran medida de nuestros sueños y anhelos.
Seguramente la serie promete al menos durante media hora sacarnos una que otra sonrisa, porque Isabela usa como recurso estilístico el buen humor del latinoamericano, ella misma advierte “Este libro o manual, no debe ser leído por nadie que no goce de una alta dosis de tolerancia y de sentido del humor”. Sin embargo dista mucho de lograr tener un fino humor como algunos textos latinoamericanos muy reconocidos como “Pantaleón y las visitadoras” de Vargas Llosa, llevado a la pantalla grande.
Este típico humor es una situación ventajosa que aprovecha la cadena Sony que después del éxito rotundo de la versión colombiana de “Betti la fea” la cadena ABC le compró los derechos para transmitir al mercado anglo hispano “Ugly Betty”. Sony se arriesga con esta nueva miniserie a seguirle los pasos y ubicarse en los reiting para competir con “Desisperate Wetting house” o pasar a ser un clásico de la cultura pop feminista como lo fue “Sex and the City”.
El libro como tal no llegará a perpetuarse como un clásico literario, ni mucho menos un ensayo a la altura del “Segundo Sexo” de Simone de Beauvoir. Pero atrae la simple curiosidad de una ávida lectora como yo y puedo considerar que definitivamente este nuevo tratado de la Santo Domingo nos sirve para que podamos reírnos un poco de nuestras miserias mientras la muchacha nos hace una pedicura. Creo que el aporte de la Santo Domingo para la literatura Light ha sido destacable, un buen intento por ubicar a la mujer Latinoamérica como parte del conflicto universal de hombres y mujeres. Muy audaz de parte de Isabela Santo Domingo de parafrasear el libro de Anita Loos para entrar al mercado anglo hispano sobre todo que ingresará a los hogares de miles mujeres a través de la pantalla chica.
Pero definitivamente para tener a un hombre a nuestro lado, no es gracioso ni ser ni hacernos las brutas. Aunque una frase memorable de Freud nos dice: Existen dos maneras de ser feliz en la vida una es hacerse el idiota y lo otro es serlo.