Por Leonel Obando Rosales
Lic. en Artes Visuales. Escuela Nacional de Bellas Artes, Honduras, C.A, 2023
Resumen
Este escrito contiene análisis y recomendaciones sobre el papel que juegan las galerías y la crítica en la creación y promoción artística de este país centroamericano. Define los espacios físicos y mentales que se ven inmersos en el mercadeo y venta del arte, así como la influencia que suele recaer sobre el artista como productor de arte, dando lineamientos para que tanto artistas, galeristas y críticos sepan convivir, sin abusos, cada uno desempeñando su papel y ante esta independencia correlacionada, puedan contribuir desde su diversidad particular, al mundo del arte nacional y universal.
Palabras clave: espacios físicos, espacios mentales, galerías, critica, influencias.
Abstract
This paper contains analysis and recommendations on the role of galleries and critics in creating and promoting art in Honduras. It defines the physical and mental spaces that are immersed in the marketing and sale of art, as well as the influence that usually falls on the artist as a producer of art. Giving guidelines so that artists, gallery owners as well as critics know how to coexist, without abuses, each one playing their role and, given this correlated independence, they can contribute from their particular diversity to the world of national and universal art.
Keywords: physical spaces, mental spaces, galleries, criticism, influences.
Las galerías, salones, centros, museos, bienales, exposiciones, premios y escritores críticos suelen constituirse en elementos para la promoción de un artista, aunque como en todo hay excepciones, se dan casos donde éstos se desarrollan y destacan gracias al artista y su producción. Estos canales enunciados, brindan a los artistas plataformas para mostrar su trabajo, llegar a un público más amplio y recibir un mayor reconocimiento y visibilidad. Efectivamente, estos componentes articulados, deben ser considerados en la planificación y estrategia de promoción de una carrera artística.
Las galerías de arte son lugares, donde los artistas pueden exponer y vender sus obras, funcionan como intermediarias entre los artistas y los compradores, dando lugar al mercado de bienes artísticos. Además, las galerías suelen organizar exposiciones regulares y tienen una amplia red de contactos en el mundo del arte, permitiendo el conocimiento de los artistas a un público más amplio. El artista por su parte, debe involucrarse en la actividad de venta para conocer el precio de su trabajo, ya que, si bien esta es una actividad cultural, también es comercial donde todos ganan con el producto arte, pero ese precio se opaca, al no ser el artista el vendedor directo de su obra y generalmente, desconoce el margen de ganancia de la galería, pudiendo ser una distribución asimétrica e injusta para el artista, recordemos que son empresas con fines de lucro, por lo que el Estado deberá procurar más espacios culturales públicos y transparentes donde crezca el arte con más ventajas para autores y artistas.
Pero el arte va más allá de los espacios físicos, y en esto, también tiene que estar atento el artista, pues es él quien crea, construye y produce obras de arte, consensuando esta máxima, deberá posicionarse arriba de cualquier pirámide cultural-mercantil. Por eso es vital que se auto conciba y no ceda espacios mentales; creatividad, estética e ideología de su obra, en aras del éxito o la fama. Estos espacios se ven constantemente asediados por intereses mercadológicos de las empresas y sus contribuyentes, quienes generalmente, pretenden ver reflejados en la obra ajena sus constructos particulares, pues no son capaces de crear una obra y firmarla. Estos seres vinculados a la crítica, a las galerías y al esnobismo suelen apostarles a propuestas enajenadas marcadas por la moda, lo llamado contemporáneo, muy lejos de los entornos artísticos, sociales locales y particulares de los artistas, que son, a la larga, quienes enriquecen la diversidad cultural del arte universal.
Estos mismos entes aviesos ponen el ojo en víctimas novatas, fáciles de confundir y manipular, inducirlos a la imitación y hasta el plagio, una especie de sombras de títeres en manos de charlatanes, a los que les deben rendir pleitesía y agradecimiento, en una total despersonalización del artista. Al hacerlos caer en sus telarañas sospechosas, obtienen productos que después venderán en las galerías y a clientes de escasa formación y apreciación cultural. Y es así, como aparecen en la escena pública a modo genios imprescindibles, sin los cuales el mundo del arte no puede dar un paso sin su comisaria o mercenaria aprobación.
El artista debe prepararse para crear su obra, desde su manufactura física, estética y su estructuración conceptual e ideológica, empoderarse de ella sin necesidad del asentimiento ajeno, por eso, es importante que trabaje duro, lea e investigue más allá de lo aprendido en la academia, solo así podrá primero crear buena obra y a la vez establecer un discurso plástico, conectado con sus interlocutores sin necesidad de intermediarios disléxicos, que evidencian a menudo un desconocimiento del universo simbólico del artista y hasta una lectura semiótica del texto artístico que tienen enfrente. Aunque no les negamos que hagan sus traducciones libres, pero ¿Cómo puede ser traductor alguien que ni siquiera habla el idioma a traducir, o se traba en su rebuscada lengua?
Las galerías, críticos y similares pueden promocionar, pero no hacer artistas, no es esa su especialidad, por lo que no deben tomarse esas atribuciones, pues en dado caso, estarían vendiendo un producto manipulado y prefabricado a la medida de sus cálculos comerciales, cooptando al artista real que nace en la academia y se perfecciona en su experiencia de taller y vida. Así se capacita para expresar su propia visión del mundo, una visión original, revolucionaria basada en su espíritu crítico y sus propias realidades culturales, solo desde estas perspectivas es que se provocan las grandes revoluciones y las refundaciones en el arte que le pondrán en el mapa a él y a su país.
Los espacios artísticos físicos y mentales, deben ser protegidos mediante el auspicio estatal, sus instituciones y acompañamiento de iniciativas para el bien de arte y artistas, que con sus aportes contribuirán al asentamiento de una cultura nacional auténtica que tanto nos urge.