Por Armando Tezucún
La aplicación, a partir del mes de abril, de la política “tolerancia cero” contra los migrantes latinos de parte de la administración Trump, condujo a la cruel violación de los derechos de alrededor de 2,300 niños que fueron separados de sus familiares y enviados a lugares de reclusión donde carecían de las condiciones de adecuadas para ser atendidos debidamente. Esta aberrante política racista del imperialismo causó el repudio de numerosos países, organizaciones y personalidades.
Pero también motivó una nueva ronda de visitas a Guatemala de emisarios de la opresora nación del norte. El 28 de junio el Vicepresidente de los Estados Unidos, Mike Pence, se reunió por segunda vez (la primera fue en Miami, en junio de 2016) con los presidentes de los países del Triángulo Norte Centroamericano, lugar de origen de gran cantidad los ciudadanos que migran hacia los USA huyendo de la miseria y la violencia. Por lo menos 465 niñas y niños guatemaltecos y 100 salvadoreños figuran entre los afectados por la criminal política gringa.
Previo a la llegada del vicemandatario Pence, el lunes 25 el gobierno de Guatemala, por medio de la cancillería, había solicitado el status de protección temporal (TPS por las siglas en inglés), para los guatemaltecos que viven en Estados Unidos, debido “a la catástrofe provocada por el Volcán de Fuego” (Prensa Libre 26/06/18).
Pence arribó a Guatemala a las tres de la tarde del día 28 y se reunió en el Palacio Nacional de la Cultura con los presidentes Salvador Sánchez Cerén de El Salvador, Juan Orlando Hernández de Honduras y Jimmy Morales de Guatemala. Acompañando a Pence estuvo la Secretaria de Seguridad de Estados Unidos Kirstjen Nielsen. Fue una reunión a puertas cerradas, pero un error en la transmisión del dispositivo traductor del inglés al español permitió a los periodistas escuchar parte de lo que el emisario del imperialismo decía a los presidentes del Triángulo Norte. Pence vino a imponer y a exigir la aplicación de acciones que den resultados inmediatos, el reforzamiento de la seguridad en las fronteras por medio de estrategias de inteligencia para combatir a los traficantes de personas, la implementación de una campaña de información para prevenir a los ciudadanos de la región sobre los peligros y riesgos en la ruta hacia la frontera entre Estados Unidos y México; al presidente hondureño le exigió la selección de un Fiscal General “sólido e independiente” (El Periódico 28/06/18).
En las posteriores declaraciones ante los medios Pence fue aún más contundente, dejando en claro que su visita tenía el propósito de reafirmar la política anti migrantes de Trump y establecer los medios para que los gobiernos serviles locales colaboren con ella: “Díganle a su gente que venir a EE. UU. ilegalmente solo dará como resultado un viaje duro… (hay que) derribar esas promesas de los traficantes… renovar la lucha contra la corrupción, contra los grupos criminales y la violencia de pandillas… estamos decididos a poner fin a esta crisis”. Y en su cuenta de Twitter colocó: “Este éxodo tiene que terminar, es una amenaza a la seguridad de EE. UU. y, como nosotros respetamos su soberanía, sus fronteras, nosotros insistimos que ustedes respeten la nuestra” (Idem).
El 9 y 10 de julio, para dar seguimiento a las políticas requeridas por Pence, estuvo en Guatemala la Secretaria de Seguridad Nielsen. Esta es otra fiel representante de la línea dura de Trump, que declaró recientemente “Sabemos que la separación familiar es un tema difícil, pero eso no sería un problema si buscaran asilo de forma correcta” (Idem). Nielsen se reunió con los cancilleres de Guatemala, El Salvador, Honduras y México. En esta reunión se trató temas de migración y seguridad. El encuentro fue privado y los medios no publicaron que hubiera alguna declaración oficial sobre su resultado.
Los presidentes y ministros centroamericanos agacharon la cabeza ente las imposiciones de Pence y Nielsen, comprometiéndose a hacer su mejor esfuerzo por cumplir; del TPS solicitado por Guatemala los funcionarios gringos no dijeron nada.
La desfachatez y el descaro de la administración Trump no tienen límites ¿Cómo pueden venir a exigir que los ciudadanos del Triángulo Norte permanezcan en sus países? Nuestros migrantes se van huyendo de la violencia extrema, de la miseria, de la falta de trabajo, y todas estas situaciones son consecuencia histórica de la intervención de los Estados Unidos, que ha apoyado gobiernos dictatoriales corruptos y oligarquías voraces que explotan, oprimen y provocan pobreza extrema.
Exigimos el cese inmediato de la criminal política de “tolerancia cero”, el cese a la criminalización de nuestros migrantes, la creación de programas de empleo temporal, y de regularización de su situación migratoria.