Por José René Tamariz Corea
Según la Encuesta Continua de Empleo del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INEC), la tasa de desempleo en el segundo trimestre del presente año 2015 fue del 9,5%, es decir, en cifras absolutas eso representa a 218 mil personas. Ahora, utilizando el concepto de “desempleo ampliado”, acuñado por Henry Mora, la desocupación se podría incrementar en un porcentaje mayor. Ese término se refiere a las personas que dejaron de buscar trabajo porque se cansaron de buscarlo y no lo consiguieron.
El subempleo aumentó del 11,8% al 13,5%, del segundo trimestre del año 2014 al segundo del presente año. El sector de trabajadores informales se incrementó del 42,3% al 44,4%, llegando en términos absolutos a casi un millón de personas en dicho sector. Como se puede observar, con base en los datos anteriores, existe un deterioro terrible de las condiciones de vida y de trabajo de miles de personas, tanto de los que se encuentran desempleados, en el subempleo y en la informalidad.
El Desempleo ¿Es un Desajuste entre Oferta y Demanda?
Existe un acuerdo común entre el gobierno, los neoliberales e intelectuales burgueses en plantear que en el problema del desempleo existe un “calce entre la oferta y demanda de empleo”. El flamante Ministro de Trabajo, Víctor Morales, sostiene que “Efectivamente, el país enfrenta un desajuste entre oferta y demanda, que hemos señalado como una de las causas estructurales del desempleo, en el sentido de que las actividades más dinámicas requieren mano de obra altamente calificada, y son un mercado laboral difícil acceso para poblaciones con poca capacidad”. (La Nación, 21 de agosto del 2015).
Por otra parte, los plumíferos y neoliberales del consorcio de “La Nación, S.A”, plantean, para justificar la implantación de la “educación dual” que “En Costa Rica, persiste un déficit de técnicos medios y superiores, a pesar de la demanda que tienen las empresas, y la mitad de empleadores se quejan de que no pueden satisfacer los puestos vacantes con personal idóneo. Esta desarticulación, entre el perfil de los trabajadores y las necesidades del mercado, incide dramáticamente en la tasa de desempleo…”. (La Nación, 28 de abril de 2015). En esa misma línea, el semanario El Financiero argumenta que la “…formación dual se ha constituido en una herramienta para enfrentar el desajuste entre la oferta y la demanda laboral”. (El Financiero EF, No. 1.027, 8 al 14 de junio del 2015).
¿Es cierto que el “desempleo estructural” es causado por un desajuste entre la oferta y la demanda? Esa explicación es falsa. Existen muchas empresas nacionales y transnacionales como Yanber e Intel que despidieron a 600 y 1 500 trabajadores respectivamente, para trasladar sus operaciones a Nicaragua y Vietnam. Esos despidos se debieron a razones de competitividad, no a razones de desajustes entre la “la oferta y demanda” por mano de obra “altamente calificada”, ya que en Intel existía esa mano de obra altamente calificada y en la empresa Yanber, estaba la mano de obra requerida para los procesos productivos que desarrolla dicha empresa. Entonces, la explicación del gobierno y los plumíferos neoliberales del diario “La Nación”, para “explicar” el fenómeno del desempleo, no solo son falsos, sino que constituyen un engaño hacia la población para justificar el desempleo, la implementación de la educación dual y otras mentiras. El “desempleo estructural” es un problema permanente del sistema capitalista, es un fenómeno inherente a dicho sistema. No puede existir pleno empleo en las sociedades capitalistas. El desempleo coyuntural en las sociedades capitalistas, obedece a diversas razones. En el caso concreto de Costa Rica, se debe a que el país ha perdido competitividad, por diversas razones, tales como sobrevaluación del colón y otros factores económicos y financieros. Para compensar esa falta de competitividad, los empresarios, despiden a cientos o miles de trabajadores para reducir sus costos de producción y re-normalizar o re-balancear sus costos de producción. Al final, son los trabajadores los que pagan con el desempleo y el hambre la terrible competencia del mercado capitalista.
Deflación ¿Se Debe a la Reducción de Precios del Agua y Electricidad?
Según el INEC el índice de precios al consumidor (IPC) se ubicó en julio del 2015 en -0,32%, respecto a julio del año 2014, es decir, que ese dato indicaría que no existe inflación sino deflación. Por su parte el Banco Central sostiene que “Esta condición (inflación negativa) no es el resultado de su postura de política monetaria, sino de la modificación en precios relativos, cuyo efectos tenderá a disiparse en el tiempo”. (La Nación, 8 de agosto del 2015). Funcionarios del INEC plantean que esta inflación por debajo de cero, se debe a los efectos de la reducción de los precios de tarifas de los servicios regulados de la electricidad y el agua. Aclaramos que la deflación no se sostendrá por mucho tiempo, debido a la devaluación generalizada en el mundo, producto de la terrible competencia existente, entre los países y monedas en el mundo.
Sin embargo, estas explicaciones, tanto de las autoridades del Banco Central y del INEC, para justificar la sensible caída del IPC por debajo de cero, no convencen. Todo parece indicar que existe una manipulación monetaria del Banco Central, así como una política deliberada del sector empresarial y del gobierno de provocar un descenso y caída de los salarios, tanto en el sector privado como público, producto de la caída del IPC. Esta caída general de los salarios y creciente desempleo, busca como bajar, cada vez más, los costos de producción en las empresas y, por ende, compensar la pérdida de competitividad.
En otras palabras, la receta del gobierno y de los empresarios, desempleo y deflación, son las caras de una misma moneda y tienen un mismo objetivo: reducir los costos de producción en las empresas, mediante la vía de reducción de los salarios, para poder mejor competir en mejores condiciones con los demás países.
Desaceleración Económica ¿Desgaste del Modelo de Apertura?
De otro lado, el proceso de desaceleración económica que ha sufrido la economía, nacional llevó al Banco Central a cambiar su meta de producción que pasó del 3,4% al 2,8%. Este descenso de la producción nacional es el producto de la combinación de varios factores, entre otros podemos señalar, la salida de Intel, menor producción de la cosecha de banano, piña y otros productos, debido a la falta de competitividad, a los efector del Niño, la falta de inversión pública en infraestructura y otros factores económicos y financieros.
Sobre la cuestión de la desaceleración económica es importante señalar que el sector exportador que ha sido como la “locomotora de la economía nacional” ha venido disminuyendo su ritmo. El consultor internacional, Álvaro Trejos, sostiene que “Desde el año 2012… las exportaciones han perdido dinamismo…”. Este proceso le ha comenzado a pasar la factura al país. Dado que los gobiernos han venido priorizando, dándoles privilegios y un conjunto de concesiones, de todo tipo, a las empresas exportadoras que se encuentran los diversos regímenes especiales y otros, provocando un abandono casi total de la producción para el mercado interno, dejando en desventaja a este sector que es el que garantiza la mayoría absoluta del empleo en el país.
¿Cuál es la Propuesta Alternativa?
No existe una receta mágica a los graves problemas señalados anteriormente de desempleo, subempleo, informalidad y caída de los salarios. Sin embargo, consideramos que, en el fondo, todo se resuelve por un problema de correlación de fuerzas entre las clases sociales, principalmente, entre los trabajadores y los capitalistas.
Las organizaciones sindicales y los trabajadores deben exigirle al gobierno la implementación de un Plan de Obras Públicas que le de trabajo a miles de trabajadores que no tienen un nivel educativo alto. Ese plan podría consistir en la construcción y reparación de las carreteras nacionales y cantonales, la construcción y reparación de centros educativos, la construcción y reparación de hospitales, clínicas y Ebais, la construcción de viviendas, así como muchas otras obras públicas.
A nivel del sector agropecuario podría consistir en facilitar crédito barato, asesoría técnica y especializada para la siembra, cosecha e industrialización de la producción agrícola. Asimismo, los sindicatos y trabajadores debemos exigir una política de salarios crecientes, que a los trabajadores les permita recuperar su capacidad de compra y adquisitiva. En el terreno de los precios de los servicios básicos (agua, electricidad, telefonía y otros), estos deben ser sometidos al control de los sindicatos y trabajadores, para que no aumenten de forma exagerada, luchando más bien, para que disminuyan.