Nogui Acosta presentó el proyecto de presupuesto del 2025 en la Asamblea Legislativa

Por Manuel Sandoval

Don Nogui Acosta tiene una gran cualidad, que contrasta con la predisposición del Caudillo y la Pilarica a hacernos creer que es de día, si lo consideran necesario, aunque haya oscuridad, la Luna y las estrellas brillen en el Firmamento y la telenovela turca “Legado de amor” esté pasando por Repretel. Don Nogui, en medio del cinismo que lo caracteriza y el aplomo que le da el reconocimiento de organismos financieros internacionales como el Ministro de Hacienda que mejor ha aplicado a nivel internacional las recetas de recorte del gasto del Estado tan caras en el mundo de las finanzas, da explicaciones a medias, cercanas a la verdad.

Al personaje lo considerábamos bastante limitado, una criaturita de Rocío Aguilar (la patrona de las mafias financieras del país en la SUGEF y la SUPEN), cuyo mérito principal era tener una columna vertebral muy dúctil, tanto como para durar con Chávez (que no soporta que nadie le haga sombra). La verdad es, sin embargo, que don Nogui brilla con luz propia, un resplandor opaco por la medianía del resto de la tropa de ministros y viceministros que encabeza Chávez.

La prensa ha destacado que el proyecto de presupuesto nacional para el 2025: ¢12,4 billones, prácticamente no crece, más bien estaría disminuyendo ligeramente; lo que don Nogui señala que no es tan así, porque ha crecido un poquito al disminuir el servicio de la deuda pública en ¢244 000 millones.

(Dicho de pasada, don Nogui debe estar jugando con los números para hacernos creer que la deuda decrece, y convencer de que las medidas de contención del gasto público que está aplicando son efectivas, a fin de que se acepte un presupuesto aún más recortado que los anteriores. Nos atrevemos a pronosticar que en unos meses no nos va a presentar un panorama tan positivo. El país sigue en una espiral de endeudamiento para pagar deuda con deuda, el 44,3% del presupuesto se dedica al servicio de la deuda y un 37,6% de los recursos con los que se financia el presupuesto nacional dependen de nuevos préstamos. No vamos a hacer la operación matemática aquí, pero cada colón que se paga se cancela con un colón prestado. Esto se refleja en que la deuda no baja del 60% del PIB, frenando reajustes salariales y gasto de capital conforme a la camisa de fuerza de la Regla Fiscal. Don Nogui sólo promete que habrá más flexibilidad cuando la deuda baje por debajo del techo del 60%, en el 2026).

El ministro Acosta es más consistente haciendo de pulpero, sus precisiones se dan en torno a pequeños montos. Incluso nos asevera que el presupuesto del MEP aumentó en ¢22 000 millones, porque ya no se pagan las miserias salariales (por costo de la vida) que se adeudaban desde los tiempos de Carlitos Alvarado. No nos dice que para reponer la infraestructura educativa se necesitan unos ¢600 000 millones, y que en este presupuesto no se proyectó prácticamente nada. (El MEP está gastando ¢95 000 millones que se arrastraban sin ejecutar desde hace ya rato y pareciera que con eso y una buena dosis de demagogia en torno a los milagros educativos de la Müller es suficiente).

En lo que sí es enfático es que no se puede gastar un cinco más de lo que proyectó y que no está dispuesto a girarle a las universidades públicas, si los diputados los asignan, los ¢23 000 millones de más que reclaman (un crecimiento del FEES del 4% que no cubre la inflación acumulada y no cubierta de los últimos años). En tono desafiante dice que “no acatará” y se arroga el derecho de decidir qué partidas del presupuesto nacional paga y cuáles no. Pareciera que sólo está dispuesto a darle un 1% de incremento al FEES, porque el Jefe descubrió que la demagogia contra los “Faraones” de las universidades públicas (los Rectores con sus salarios altos) son un caballito de batalla para sustituir el tema gastado de las pensiones de lujo.

Bueno, pero lo cierto es que el presupuesto nacional no crece desde la anterior administración. El superávit en el gasto del Estado excluyendo el servicio de la deuda (el superávit primario del 1,5% con relación a los ingresos fiscales) que el ministro se atribuye como mérito suyo, expresa una disminución real del gasto público que resultaría muchísimo mayor si tomáramos en cuenta la inflación acumulada. No es necesario señalar aquí lo que este recorte significa en términos del hundimiento del sistema de Educación Pública del país, del deterioro de la atención médica que brinda la Caja al incumplir el Estado con sus obligaciones con la Seguridad Social, de la destrucción de programas sociales y del deterioro de la seguridad ciudadana y la infraestructura vial.

El Caudillo se vanagloria de que la economía costarricense crece "a lo loco" -lo que es cierto, aunque exagera y tiene que ver con la economía norteamericana más que con políticas de este gobierno. ¿Por qué entonces, no aumenta la recaudación fiscal y se frenan los recortes presupuestarios?

Don Nogui nos lo explica: “La recaudación del gobierno no depende necesariamente del PIB, y cuando el PIB crece, no necesariamente recaudamos impuestos. El PIB no solamente tiene un componente local, que es el que paga impuestos, sino que también tiene un componente, particularmente en zonas francas, que no paga impuestos” (La Nación 30/08/2024).

Decimos que don Nogui dice verdades a medias y con gran cinismo, porque nos oculta que si no estuviera protegiendo a los grandes evasores fiscales, sobrarían recursos para financiar el gasto en Educación y Salud. Según Acosta, la evasión fiscal ha bajado casi dos puntos en su gestión al frente de Hacienda (rondaría un 6% del PIB si le creemos), pero como él mismo señala lo que ha tocado es el contrabando en las fronteras y los pequeños comerciantes. ¡CON LAS GRANDES EMPRESAS QUE ESTAFAN AL FISCO NO SE METE! Es la gente para la que gobierna Chávez y por lo menos un billón de colones se pondría hacer entrar al Fisco rápidamente si les metiera en cintura y se eliminaran las exoneraciones a las transnacionales y empresas capitalistas como la Dos Pinos.

La posición dura del ministro de Hacienda frente a los diputados de la oposición burguesa, parte de que no van a ir a fondo a aumentar el gasto social del Estado cuando analicen el proyecto de presupuesto nacional para el 2025, porque también tienen interés en mantener la evasión fiscal. Igual que don Nogui todos coinciden en que un financiamiento equivalente al 8% del PIB para la Educación Pública es “una aspiración”.

Así las cosas, la política de los sindicatos, las autoridades universitarias, las federaciones estudiantiles y las otras organizaciones que suscriben el Pacto por la Educación, de esperar pasivamente lo que suceda en la Asamblea Legislativa, NO CONDUCE A NADA. Si no se desarrolla un movimiento independiente de los trabajadores y estudiantes universitarios, y los docentes de Primaria y Secundaria siguen supeditados a las cúpulas burocráticas de los sindicatos, sin darle continuidad a la movilización iniciada el 28 y el 29 de agosto; sólo vamos a tener algunos pichuleos, pequeñas sumas que moverán los diputados de la oposición burguesa y el Frente Amplio, y al final se repetirá la historia de los últimos años, de que votan el presupuesto recortado que propuso Hacienda y la fracción chavista se abstiene porque “no respetaron” la política de austeridad.

UNA FARSA COMO LE GUSTAN A CHÁVES.

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