El telón finalmente ha caído. El pasado 16 de octubre, un jurado de una corte de Nueva York, Estados Unidos, declaró culpable de los delitos de narcotráfico y portación ilegal de armas a Antonio Hernández, ex diputado del Partido Nacional en el poder, hermano del ilegitimo presidente Juan Orlando Hernández (JOH).

La condena de Tony Hernández confirma el hecho de que Honduras, desde hace varios años, se ha convertido en un narco-Estado, donde los principales dirigentes del Partido Nacional y del Partido Liberal no solo se han alternado en el poder, saqueando las magras finanzas del Estado, sino que también se han coludido con los carteles del narcotráfico, convirtiendo a ese país en ruta de tránsito y base de operaciones del crimen organizado.

La captura de Tony Hernández en Miami, y su posterior condena es solo un capítulo más de este flagelo de corrupción y narcotráfico que azota al pueblo hondureño. En 2015, el banquero Jaime Rosenthal Oliva, dueño de Banco Continental, su hijo Yani y su sobrino Yanquel Rosenthal, fueron acusados por autoridades norteamericanas, de lavar dinero para el narcotráfico. El escándalo obligó a Comisión Nacional de Bancos y Seguros (CNBS) de Honduras a suspender el funcionamiento de Banco Continental. La familia Rosenthal fue condenada a penas menores, por su colaboración en el proceso judicial.

En septiembre del 2017, Fabio Lobo, hijo del expresidente Porfirio Lobo, fue condenado por una corte de Estados Unidos a 24 años de prisión, por el mismo delito de narcotráfico.

Los viejos partidos Nacional y Liberal forman parte de este intrincado sistema de corrupción y narcotráfico que contamina la vida política en Honduras. Las múltiples denuncias sobre el ligamen de las cupulas del bipartidismo con el crimen organizado, nunca fueron tomadas en cuenta porque en Honduras prevalece la impunidad debido a que jueces y magistrados del poder judicial son nombrados y controlados por los grupos de poder.

Antes de conocerse la sentencia condenatoria contra Tony Hernandez, el pueblo de Honduras en diferentes oportunidades salió a las calles a protestar contra el fraude electoral y la dictadura que ha establecido JOH y el Partido Nacional. Si estas movilizaciones y levantamientos populares no lograron su objetivo se debió en parte al freno que imponen los llamados partidos de oposición, que casi siempre terminan utilizando la movilización popular como mecanismo de presión para negociar con JOH.

No obstante, en las actuales circunstancias, después de la reciente lucha librada por el magisterio y el sector salud en abril y mayo de este año, la condena de Tony Hernández constituye un golpe casi mortal contra la debilitada presidencia de JOH. Pero nuevamente observamos las vacilaciones e incoherencias de la oposición burguesa, liderada por Salvador Nasralla, el expresidente Manuel Zelaya y Luis Zelaya, quienes acaban de conformar la llamada Coalición de Unidad de la Oposición contra la Dictadura.

Evidentemente, existe una coyuntura favorable para unificar la lucha contra la dictadura de JOH, pero no se deben de cometer los mismos errores que en el pasado. En un comunicado con fecha 19 de octubre, esta nueva Coalición llama a iniciar acciones de protesta a “partir del día lunes 21 de octubre, de acuerdo a planes conjuntos y a las realidades de cada departamento y municipio”.

Mientras el pueblo de Honduras espera instrucciones precisas para lograr el derrocamiento de la dictadura de JOH, nuevamente observamos repuestas vagas y generales a los problemas concretos.

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a las centrales obreras y campesinas, sindicatos, organizaciones estudiantiles, colegios magisteriales, a la Plataforma para la Defensa de la Salud y la Educación (PDSE), a la Coalición contra el Continuismo (CCC), a conformar una Comando Nacional que convoque a una Huelga General o Paro Nacional indefinido, exigiendo la renuncia inmediata del corrupto y narcotraficante JOH.

No podemos dejar en manos de las cupulas de los partidos opositores la conducción de esta importante jornada de lucha, porque siempre son proclives a negociar cuotas de poder. Los trabajadores y los sectores populares debemos tomar la conducción de esta decisiva lucha.

Emplazamos a la dirigencia del Partido Liberal, del Partido LIBRE, incluso a los diputados nacionalistas que se oponen a JOH, a todos que demuestren de qué lado están, conformando un bloque en el Congreso Nacional para montar el juicio político contra JOH, para lograr su destitución.

Ambas acciones, la Huelga General y el juicio político, no son contradictorias, sino que se pueden complementar en este momento decisivo para el pueblo de Honduras.

La renuncia o destitución de JOH debe abrir el camino a la convocatoria inmediata de una Asamblea Nacional Constituyente, que nombre un gobierno provisional mientras se redacta una nueva Constitución.

¡Abajo la dictadura de JOH!

¡Por la más amplia unidad de acción en la lucha contra la dictadura de JOH!

Centroamérica, 19 de octubre del 2019

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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