Honduras avanza al cuarto proceso electoral de la era post golpe de Estado (2009). La frágil y corrupta democracia burguesa, le ofrece nuevamente al pueblo la oportunidad entre decidir por una banda criminal que siga gobernando el país o, mediante una votación masiva de voto de castigo contra la actual dictadura, se logre  superar los constantes fraude electorales y la burla de la voluntad popular en las elecciones anteriores.

Con 12 años de una dictadura, que se sostiene por el control completo de las instituciones y de las Fuerzas Armadas, el Partido Nacional ha logrado aplastar cualquier movimiento de lucha, principalmente el enorme levantamiento  popular que hubo en el 2017, después de consumado el fraude con “los votos rurales”. Diversas leyes aprobadas por el régimen que encabeza el Partido Nacional, en contubernio con el Partido Liberal, han generado impopulares consecuencias. En todos los casos, el bloque nacionalista-liberal ha violentando la propia Constitución de la República, como por ejemplo, con la venta del territorio nacional con el nombre de ZEDE (Zonas de Empleo y Desarrollo Económico), también han aprobado reformas constitucionales para acorazar la impunidad de los involucrados en los casos de corrupción, y muchas otras leyes que han cercenado las conquistas económicas de los trabajadores, que criminalizan la protesta popular y la defensa del territorio.

El “juanorlandismo” logró cimentar las bases de una muy bien tejida telaraña de corrupción que atrapó a todas las instituciones del Estado. Desde esa nueva institucionalidad se potenció el narcotráfico. Honduras vive la peor crisis de su Historia, por eso, existe un repudio enorme que quiere expresarse a través del voto el 28 de noviembre. La base social y el voto duro del partido Nacional proviene del asistencialismo que a través de diversos programas reclutan a los activistas políticos. Estos programas sirven para seguir saqueando al país, y, además, son canalizados para obtener beneficio político en mira de las elecciones.

Elecciones primarias y las heridas profundizadas por la prensa mediática

El interés del régimen en boicotear el proceso electoral se ha venido manifestando de forma más intensa desde el 2020, en que aprobaron el presupuesto para las elecciones primarias mucho tiempo posterior al calendarizado. Lo mismo hicieron con el retraso en la aprobación de la nueva Ley Electoral, que tuvo que haberse aprobado desde el año 2020 y lo hicieron hasta el mes de mayo de este año. Retardaron el programa de enrolamiento “Identifícate”, al controlar las partidas presupuestarias y lo mismo han hecho con una cola que agregaron en último momento en la nueva Ley Electoral que le permite al poder Ejecutivo incidir en retardar cualquier línea presupuestaria del Consejo Nacional Electoral (CNE).

El bloque nacionalista-liberal ha utilizado el pretexto de la pandemia para negarse a convocar a las reuniones legislativas en el Congreso Nacional -en forma presencial- y, maliciosamente las han realizado en forma virtual, facilitándoles así en los últimos días; la aprobación de multimillonarios préstamos destinados a repartir como piñata a los activistas nacionalistas.

El 14 de marzo se realizaron las elecciones primarias y participaron 3 partidos políticos; El gobernante Partido Nacional, el Partido Liberal y el Partido Libertad y Refundación (LIBRE), ganaron los candidatos votos que las encuestas ya anunciaban como triunfadores. Sin embargo, hubo mucho reclamo, principalmente en el partido LIBRE donde se generó disconformidad, aun y cuando la diferencia entre los ganadores y los que perdieron fue abismal. No fue extraño que la prensa mediática les diera enorme cobertura a los señalamientos de fraude hechos por los candidatos Nelson Ávila, Wilfredo Méndez y María Luisa Borjas. El partido gobernante no dejó pasar la oportunidad e inició una intensa campaña desprestigiando al novel CNE, a pesar de que las elecciones internas son organizadas y realizadas por cada partido político.

Si antes del proceso electoral interno la unidad de la oposición parecía muy remota, una vez pasado el proceso parecía imposible, los espacios otorgados por la prensa mediática a los que perdieron en la votación el proceso parecían cadenas nacionales, y se enfocaron en dos aspectos, el primero: estigmatizar al partido LIBRE como fraudulento y corrupto, y el segundo satanizar al CNE.

Esta situación dio como resultado molestias de uno y otro lado. En el caso del Partido Liberal el candidato perdedor, Luis Zelaya, se distanció totalmente del ganador Yani Rosenthal,  mientras que, en el partido LIBRE, los perdedores Nelson Ávila y Wilfredo Méndez prácticamente rompieron con el partido sin importar los 12 años de lucha contra el régimen post golpe. A este juego de señalamientos, acusaciones y descalificaciones se sumó el nuevo Partido “Salvador de Honduras” (PSH), cuyo máximo líder es el ingeniero Salvador Nasralla. En ese momento se quiso potencializar lo que se llamó “la alianza de los honestos”, con el claro propósito de parar un nuevo fenómeno, y es que el descontento popular ha permitido el crecimiento de simpatía a favor de Xiomara Castro, candidata del partido LIBRE. La situación de división de la oposición hasta en ese momento parecía favorecer la continuidad del régimen, con un interés desmedido por atrasar la aprobación de la nueva Ley Electoral, la misma fue finalmente aprobada por las presiones de la comunidad internacional.

Fricción en la empresa privada y la tan esperada unidad con Nasralla

Hasta hace algunas semanas, el régimen había pegado sus golpes y había recibido otros, pero su principal propósito seguía intacto: mantener dividida la oposición. Con catorce partidos políticos y dos candidaturas independientes aspiraba a dividir el voto opositor. No obstante, diversas encuestas hechas por diferentes firmas seguían reflejando el fenómeno del crecimiento de la candidatura de Xiomara Castro, del partido LIBRE, ahora convertido en la principal fuerza de oposición.

Es muy importante recordar el primer cambio estructural que se da en la institucionalidad a inicios del 2019. La bancada del Partido Liberal dividida entre unos que apoyaban a Luis Zelaya y otros que habían sido fieles al régimen, esto, no le permitía al partido gobernante lograr la mayoría calificada para elegir a los concejales ante el CNE, por lo cual necesitaban los votos de los diputados del partido LIBRE. Aun así, los nacionalistas no tenían intenciones de otorgarle un representante en el CNE al Partido Libertad y Refundación (LIBRE), situación por la cual, los diputados de LIBRE realizaron la “insurrección legislativa”. Durante un mes no permitieron que se desarrollaran las reuniones del Congreso Nacional, hasta que al fin, lograron negociar un representante en el CNE, uno en el Registro Nacional de las Personas (RNP) y uno en el Tribunal de Justicia Electoral (TJE). Los acuerdos se hicieron entre el Partido Nacional, el Partido Alianza Patriótica, LIBRE y la facción del partido LIBERAL que siempre estuvo plegada a Juan Orlando Hernández.

Todo parecía que en el recién creado CNE, existiría una alianza indisoluble entre la consejal Ana Paola Hall representante del PL y el consejal Kelvin Aguirre del PN, en contra de la consejal Rixi Moncada del partido LIBRE. Curiosamente, no fue así. El primer escollo fue resuelto en marzo del 2020 cuando el CNE votó por no admitir la posible inscripción de ninguna candidatura que conllevara a una reelección, en clara alusión a Juan Orlando Hernández, la decisión se tomó por mayoría; Ana Paola Hall y Rixi Moncada a favor de la determinación y Kelvin Aguirre del Partido Nacional en contra.

Al parecer, fue el inicio de un giro en que la representante del Partido Liberal -columna vertebral del régimen- tomaba una decisión en consonancia con la representante del partido LIBRE, motivo por el cual, inmediatamente, se inició una campaña descalificadora en contra del CNE. La herida en el régimen post golpe ya era notable, el grupo del Partido Liberal ligado al ex presidente, Carlos Flores Facussé, tomaba distancia de la narco dictadura.

En medio de la medición de fuerza en las decisiones del CNE, sucede otro acontecimiento que ha cambiado el panorama político, cuando en el mes de octubre se anunció la adhesión del polémico Salvador Nasralla a la candidatura del Partido LIBRE, quedando como designado presidencial en la fórmula de Xiomara Castro. Doris Gutiérrez del partido PINU, también se sumó a la nueva alianza opositora. La noticia fue recibida con alegría por la población, algo que no agradó en nada al “juanorlandismo”. Las negociaciones entre las partes las mantuvieron en absoluto secreto y el anuncio de la unidad fue soltado como una bomba, el mayor desconcertado fue la dirigencia del partido Nacional, que desde entonces ve más complicado ganar por un cuarto periodo consecutivo.

La unidad fue dada a conocer en conferencia de prensa por Xiomara Castro, Salvador Nasralla y Pedro Barquero -representante de la empresa privada de la zona norte y jefe de campaña de Nasralla-. Los malestares en los dirigentes dentro del partido “Salvador de Honduras” muy rápido se disiparon y ya se han sumado al trabajo por el triunfo de la oposición. Las bases intermedias y los candidatos a alcaldes o a diputados del Partido Liberal también se han aliado con Xiomara Castro, en contra de la negativa del candidato Yani Rosenthal a sumarse a la alianza.

Posteriormente a la alianza entre Nasralla y Xiomara también se hizo lo mismo en las alcaldías de Tegucigalpa y San Pedro Sula, en esta última ciudad optaron por inscribir al candidato independiente Roberto Contreras. El cambio de rumbo en el CNE, muy pronto volvió empañarse al haber maniobrado el Partido Nacional con el Partido Liberal para no inscribir al carismático candidato a la alcaldía de San Pedro Sula, ya que las encuestas lo daban como ganador. Esta decisión ha sido percibida como un pulso de fuerza entre la respuesta de la oposición y las maniobras de la dictadura, situación que nuevamente genera dudas en el proceso electoral y que hace pensar entre una maniobra de último momento entre los Partidos Nacional y Liberal, quizás presionando para desde ya negociar una salida del poder que les favorezca. La estrategia de la oposición contra el continuismo del  alcalde Calidonio ha sido inscribir de candidato al hermano de Roberto, llamado Rolando Contreras y que en el físico se parece mucho a Roberto, de tal forma que al parecer la alcaldía del San Pedro Sula puede ser ganada por la oposición según las encuestas. Poco a poco diversos sectores se han seguido sumando a la candidatura de Xiomara, exceptuando Wifredo Méndez y María Luisa Borjas, que en marzo fueron parte de la “Alianza de los Honestos” y han pasado a las filas del candidato Yani Rosenthal.

Actualmente, la correlación de fuerzas es muy diferente a la del 2017. Sin embargo, el fraude de ese año sigue generando dudas en la población que desea poner un alto al régimen. Es evidente y hasta sintomático el distanciamiento de algunos líderes religiosos con JOH, y también de un sector de la empresa privada. Las decisiones en el CNE aparentemente están 2 a 1, no obstante que con lo sucedido a Roberto Contreras ya todos vuelven a dudar.

El oficialismo se la sigue jugando a comprar los votos y a los representantes de mesa, para tener control de las Juntas Receptoras de Votos (JRV) y realizar el tradicional fraude en los llenados de actas, hecho que les permitió el fraude electoral con los votos rurales en el 2017 en departamentos como La Paz, El Paraíso y Lempira. El temor de que el régimen trate de crear una crisis política o un descarado fraude sigue latente, se habla mucho de generar el pánico en la población para que no asista a votar, sin embargo, la población parece muy motivada a presentarse temprano a las urnas, quizás sea una de las elecciones con menor abstencionismo desde 1982.

Llamamos a votar críticamente por los candidatos del partido LIBRE

A pesar de nuestras anteriores críticas al comportamiento político de Mel Zelaya y el partido LIBRE, es obvio que en las actuales circunstancias la alianza opositora que se ha tejido alrededor de la candidatura presidencial de Xiomara Castro, representa la posibilidad de agrupar a la mayoría de la población que rechaza el continuismo del Partido Nacional. Por ello, tomando en consideración que no hay lucha de masas que puedan derrocar la dictadura del Partido Nacional, pero existe una enorme aspiración democrática de cambiar al gobierno, llamamos a votar críticamente por las candidaturas del Partido LIBRE, en las elecciones del 28 de Noviembre del 2021.

También alertamos al pueblo de Honduras a estar prestos a luchar contra cualquier manifestación de fraude electoral, que represente un menoscabo a la voluntad democrática de la mayoría del pueblo trabajador.

Centroamérica, 22 de noviembre del 2021

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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