Después de un largo periodo de intercambio de notas diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia, --que rompiendo las normas de la diplomacia burguesa fueron dadas a conocer al público--, en torno a la oposición de Rusia ante el inminente ingreso de Ucrania al bloque militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), finalmente Vladimir Putín, presidente de Rusia, ordenó la invasión militar contra Ucrania.

El derrumbe de la URSS y el surgimiento del imperialismo ruso

El derrumbe de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1991 abrió paso a un periodo de privatizaciones, saqueos y restauración capitalista en Rusia y en muchos países de Europa del Este.

Bajo el gobierno de Boris Yeltsin (1991-1998) se produjo una implosión y muchas nacionalidades que eran oprimidas por la burocracia stalinista lograron recuperar su libertad y se declararon como Estados independientes: Kazajistán,  Kirguistán, Tayikistán, Turkmenistán, Uzbekistán, Estonia, Letonia, Lituania, Armenia, Azerbaiyán, Georgia, Bielorrusia, Moldavia, Ucrania.

Algunos de estos países, como Estonia, Letonia, Lituania, ingresaron a la Unión Europea y al bloque militar de la OTAN, otros aunque independientes quedaron bajo la influencia de Rusia.

Este proceso de disolución de las bases económicas y sociales de la URSS comenzó a detenerse con el arribo de Vladimir Putin al gobierno en 1999, quien instauró un régimen bonapartista recuperando algunos recursos naturales como petróleo y gas a favor del Estado, para iniciar un proceso de modernización de las fuerzas armadas y el surgimiento de Rusia como un nuevo imperialismo.

Tres décadas después del derrumbe la URSS y de los países de Europa del Este, la situación es totalmente diferente. En este periodo, de las ruinas de los antiguos Estados obreros burocráticos, como la URSS y China, han surgido dos nuevos imperialismos, que no solo han llegado tarde a la repartición del mundo, sino que para sobrevivir necesitan librar una crucial batalla contra los Estados Unidos que, aunque en decadencia, continúa siendo la potencia hegemónica a nivel mundial

Mientras China se erige como la segunda economía del mundo, pisándole los talones a Estados Unidos, Rusia se levanta como una potencia militar con un gran arsenal nuclear. El surgimiento de nuevos imperialismos da origen a una dura lucha por la hegemonía a nivel mundial.

Con el derrumbe de la URSS en 1991 se disolvieron los pactos de Yalta y Potsdam, al final de la segunda guerra mundial, cuando las potencias vencedoras (Estados Unidos y la URSS) se repartieron el mundo en áreas de influencia. Estados Unidos se garantizo su influencia sobre Europa occidental a través del aparato militar de la OTAN.

Tres décadas después, sacudiéndose el polvo de la destrucción de la URSS, Rusia puja por recuperar sus áreas de influencia en Europa del Este, Medio Oriente y Asia. Y en este proceso necesita recuperar territorios y áreas de influencia. En este proceso se han acentuado las contradicciones con Estados Unidos, quien pelea desesperadamente por mantener la hegemonía militar en el mundo. Y por ello Rusia choca contra cualquier plan de expansión de la OTAN hacia sus fronteras

La histórica lucha de Ucrania por su autodeterminación nacional

Durante siglos la nación ucraniana ha luchado por convertirse en un Estado independiente. En un largo devenir, el territorio de ucrania fue oprimida por la autocracia zarista en Rusia. El zarismo era una cárcel para muchas nacionalidades. La revolución bolchevique de 1917 abrió la oportunidad para que estas nacionalidades oprimidas fuesen libres, soberanas e independientes.

Los bolcheviques aplicaron al pie de la letra el principio de la autodeterminación de las nacionalidades, incluso reconociendo el derecho de estas a la separación de Rusia. Fue así que en 1918 reconocieron la separación de Finlandia como país independiente. Pero al mismo tiempo que reconocían el derecho a la autodeterminación y separación, también impulsaron la federación, en condiciones de igualdad, de las diversas nacionalidades, dando origen, al finalizar la guerra civil (1918-1921) al surgimiento de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS) en 1922.

Después de la prematura muerte de Lenin en 1924, el stalinismo representó la contrarrevolución interna al interior de la URSS y el surgimiento de una casta burocrática que abandonó la política bolchevique de respeto al derecho de autodeterminación de las nacionalidades, y restauró el centralismo y el nacionalismo gran ruso. Muchas nacionalidades, especialmente Georgia y Ucrania, sufrieron un retroceso en la conquista de sus derechos nacionales.

La dictadura burocrática del stalinismo, que resucitó la opresión zarista, provocó que una parte de las masas ucranianas, especialmente del occidente de Ucrania,  apoyaran la invasión  nazi a la URSS en 1941. La situación de opresión sobre ucrania y otras nacionalidades dentro de la URSS bajo el stalinismo se mantuvo constante hasta el derrumbe de la URSS en 1991, cuando muchas nacionalidades aprovecharon el caos para separarse e independizarse. Algunas llegaron a formar parte de la Federación Rusa, otras conquistaron su independencia, como Georgia y Ucrania en 1991.

Putin critica a Lenin

Para justificar la invasión militar a Ucrania, Putin ha tenido que criticar la política de Lenin sobre la autodeterminación de las nacionalidades. Incluso, Putin confundió mal intencionadamente la política de Lenin con la de Stalin, siendo diametralmente opuestas.

Putin le niega a Ucrania el derecho a ser una nación independiente. Sin el menor rubor, Putin dijo: “(…) Controlar el flujo de pensamiento es bueno, pero este pensamiento debe traer un resultado correcto, y no como hizo Vladímir Ilich. Porque como resultado su pensamiento llevó a la caída de la Unión Soviética. Hubo muchas ideas incorrectas: la creación de autonomías nacionales, etcétera. Pusieron una bomba atómica bajo el edificio llamado Rusia y esta, finalmente, explotó" (RT 21/02/2022)

En otro discurso, Putin criticando la arquitectura de la URSS dijo que: “(…) Las fronteras se definieron de manera absolutamente arbitraria y no siempre justificada (…) Donbass, por ejemplo, fue transferida a Ucrania con el pretexto de aumentar el porcentaje del proletariado en Ucrania para obtener un apoyo social más fuerte allá. Un sinsentido" (BBC 27/01/2022)

Mas adelante, en otro discurso para justificar la invasión a Ucrania, reiteró que  “(…) La Ucrania contemporánea ha sido enteramente creada por la Rusia comunista bolchevique (… ) Lenin les dio a esas repúblicas el derecho a salir del Estado unificado sin la mínima condición (…) Los nacionalistas, sobre todo los de Ucrania, se atribuyen el mérito de la independencia (…) son los errores estratégicos históricos... de la dirección bolchevique y de la dirección del PCUS, los que han conducido al hundimiento de nuestro país”. (La vanguardia, 24/02/2022)

Putin añora la gran Rusia imperial. En lo único que tiene razón Putin es que, efectivamente, la política de los bolcheviques de respetar el derecho de autodeterminación de las naciones, permitió crear nuevos Estados, entre ellos Ucrania, y que llegaron a formar parte de la antigua URSS. Fue el abandono de la política de Lenin, bajo la dictadura de Stalin, lo que creo el centralismo y como contra fenómeno incentivó los nacionalismos que explotaron con la desintegración de la URSS en 1991.

Las contradicciones de la Ucrania independiente

Desde su creación como Estado independiente en 1991, Ucrania se mantuvo, con muchas contradicciones, bajo la influencia de la nueva Rusia hasta el año 2013 que se inició una revolución democrática contra el gobierno de Víctor Yanukovich, aliado de Rusia, quien se oponía al ingreso de Ucrania a la OTAN. Yanukovich fue destituido en febrero del 2014.

La revolución democrática del 2013 contra el autoritarismo de Yanukovich, terminó siendo controlada por los grupos nacionalistas de ultraderecha, proclives a aliarse con Estados Unidos y Europa contra sus tradicionales opresores rusos.

El análisis de Henry Kissinger

Recientemente, Henry Kissinger, uno de los más brillantes estrategas del imperialismo norteamericano, escribió sobre las contradicciones propias de la Ucrania independiente.

Kissinger reconoce que hay dos zonas en Ucrania: el “(…) Occidente es mayoritariamente católico; el este es en gran parte ortodoxo ruso. En el oeste se habla ucraniano; en el este habla principalmente ruso. Cualquier intento de un ala de Ucrania de dominar a la otra, como ha sido el patrón, conduciría eventualmente a una guerra civil o una ruptura. Tratar a Ucrania como parte de una confrontación Este-Oeste hundiría durante décadas cualquier posibilidad de llevar a Rusia y Occidente, especialmente Rusia y Europa, a un sistema internacional cooperativo”.

“(…) Estados Unidos necesitan evitar el tratamiento de Rusia como un aberrante al que debe enseñársele pacientemente las reglas de conducta establecidas por Washington. Putin es un estratega serio, montado sobre premisas de la historia rusa. (…)”

Y concluye que: (…) Ucrania no debiera unirse a la OTAN, una posición que asumí hace siete años, cuando se trató el punto por última vez. (…) Es incompatible con las reglas del orden mundial existente que Rusia se anexe Crimea. Pero debiera ser posible poner la relación de Crimea con Ucrania sobre una base menos tensa. Con ese fin, Rusia reconocería la soberanía de Ucrania sobre Crimea. Ucrania debiera reforzar la autonomía de Crimea en elecciones celebradas en presencia de observadores internacionales. El proceso incluiría eliminar cualquier ambigüedad sobre el estado de la Flota del Mar Negro en Sebastopol. (…)

El consejo de Kissinger es claro: la parte oriental de Ucrania es tradicionalmente prorrusa y debe permitirse o legalizarse la influencia de Rusia sobre esta parte de Ucrania.

La invasión: una “operación militar especial”

Kissinger coincide con las aspiraciones de Putin, quien reconoció las repúblicas de los separatistas prorruso en Donetsk y Lugansk, región del Donbás, y ordenó la invasión bajo la forma de una “operación militar especial” para protegerlos.

En realidad, por el comportamiento del ejército ruso, la invasión no pretende anexar Ucrania a Rusia, sino debilitar la capacidad ofensiva y defensiva del pequeño ejercito ucraniano, destruyendo su infraestructura militar, poner de rodillas al gobierno de Volodímir Zelenski, obligarlo  a negociar en condiciones humillantes la no incorporación a la OTAN y la  autonomía del este de Ucrania (como lo propone Kissinger) para que esa zona quede bajo influencia de Rusia, garantizando el libre tránsito de la flota rusa en el mar negro y su salida al mar mediterráneo.

Evidentemente, Putin llegara tan lejos como la situación se lo permita. Todo dependerá de la evolución de la guerra, de la resistencia de las masas de ucrania y de la correlación de fuerzas a nivel mundial.

Para justificar la invasión, Putin ha declarado que "Ucrania dispone de tecnología nuclear soviética y de los medios de lanzamiento de dichas armas, incluida la aviación y los misiles Tochka-U, también de diseño soviético, con un alcance de más de 100 kilómetros. Pero harán más, es solo cuestión de tiempo. Hay conocimientos de la época soviética. Por lo tanto, será mucho más fácil para Ucrania conseguir armas nucleares tácticas que para otros Estados, que no nombraré ahora, que realmente llevan a cabo tales desarrollos, especialmente en caso de apoyo tecnológico desde el extranjero. Y tampoco debemos descartar esto” (RT 21/02/2022)

Por eso el ejercito ruso, con el pretexto de apoyar a los rebeldes del Donbás, está destruyendo toda la infraestructura militar, para abortar la posibilidad de que un ejercito hostil se desarrolle en las fronteras y área de influencia de Rusia. Putin ha llamado a los militares ucranianos que tomen el poder, y aboga por una negociación en caliente, es decir, mientras se producen los combates, la cual ya ha comenzado en Bielorrusia sin que ambas partes den a conocer los objetivos de la negociación, y cuyos resultados son difíciles de prever.

La constante expansión de la OTAN

Putin se ha quejado que Estados Unidos no cumplió su palabra de no extender la OTAN a los países de Europa del Este, que estuvieron bajo la influencia de la URSS.

Sin lugar a dudas, Estados Unidos, un imperio aquejado por una enorme crisis, trata de tomar ventajas de cualquier debilidad de Rusia. Para Estados Unidos es imperativo detener el rearme y modernización del Ejército ruso y por eso ha incluido nuevos países en la OTAN. En 1999, la República Checa, Hungría y Polonia  se unieron a la OTAN. En 2002 se unieron Bulgaria, Estonia, Letonia, Lituania, Rumania, Eslovaquia y Eslovenia, estrechando el cerco militar sobre Rusia

La repuesta del imperialismo norteamericano y sus aliados

Ante la invasión de Rusia contra Ucrania, el imperialismo norteamericano y europeo iniciaron una ofensiva mediática contra el “autoritarismo” de Putin, y decretaron una seria de sanciones contra bancos y empresas rusas, la desconexión del sistema SWFIT (Society for World Interbank Financial Telecommunication), congelación de activos de la elite rusa, y sanciones contra el propio Putin y varios miembros de su gobierno.

Joe Biden, presidente de Estados Unidos, ha declarado que “(…) Putin quiere restablecer la antigua Unión Soviética. Y esa ambición es completamente contraria al lugar en el que está hoy el mundo”, (El País, 24/02/2022) en una clara alusión a que Rusia pretende recuperar el área de influencia que tuvo la URSS. Es importante recalcular que la guerra de Rusia en Chechenia (1994-1996) y (1999-2009), así como la intervención militar directa de Rusia en la guerra civil en Siria, son dos claras muestras que el imperialismo ruso puja por recuperar sus áreas de influencia.

“(…) Vamos a frenar la capacidad de Rusia de financiarse"(Efe, 24/02/2022) insistió Biden. Las sanciones son bloqueos financieros parciales contra la elite rusa, o contra Rusia.

No obstante, desde hace varios años Rusia, al igual que China, esta impulsando una política de sustitución de importaciones para reducir la dependencia del comercio con Estados Unidos. El bloqueo impulsado por Estados Unidos y Europa puede tener un efecto de boomerang contra la economía de estos dos imperialismos, y un efecto recesivo sobre la economía mundial.

Una política revolucionaria para Ucrania

El Partido Socialista Centroamericano (PSOCA) llama a los trabajadores y jóvenes del mundo a movilizarse en contra de la invasión rusa contra Ucrania.

1. Fuera las tropas rusas de Ucrania, apoyo material y militar para la defensa de la soberanía de Ucrania. Llamamos a los soldados rusos a desertar y a los trabajadores de Rusia a oponerse a esta guerra expansionista.

2.- Defendemos el derecho de Ucrania a ser una nación libre e independiente, pero esta independencia está en peligro o será una ficción si Ucrania se convierte en una semicolonia de cualquiera de los imperialismos en disputa, sea Rusia, Estados Unidos o la Unión Europea.

3. De igual manera, así como nos oponemos a la invasión de Rusia, defendemos el derecho de las regiones orientales de Ucrania que deseen anexionarse a Rusia, siempre y cuando las decisiones la tome la mayoría del pueblo por medio de métodos democráticos, así como permanecer dentro de Ucrania con la autonomía y derechos democráticos necesarios.

4. Nos oponemos a que Ucrania forme parte de la OTAN o de una alianza militar con Rusia. Llamamos a luchar por una Ucrania neutral e independiente.

5.- Llamamos a las trabajadores y jóvenes de Ucrania a continuar la revolución democrática que quedó interrumpida en 2014, cuando los grupos ultraderechistas tomaron el control y conquistaron el poder. La única manera de garantizar la real independencia e integridad territorial de Ucrania es que los trabajadores y las masas populares constituyan su propio gobierno.

6. Cualquier negociación del gobierno de Volodímir Zelenski con Rusia debe ser publica, de cara a las masas de ambos países, y ningún acuerdo puede tener vigencia si no es refrendo por la voluntad popular democráticamente expresada.

7. Llamamos a expulsar a las tropas rusas y convocar inmediatamente a una Asamblea Nacional Constituyente que discuta y resuelva la reorganización del Estado, y permita la coexistencia pacifica de los diferentes grupos y comunidades, tanto el occidente y oriente de Ucrania.

8. La independencia y existencia de Ucrania como Estado moderno, solo podrá ser garantizada por un gobierno de los trabajadores y las masas populares.

Centroamérica, 28 de febrero del 2022

Secretariado Ejecutivo Centroamericano (SECA)

Partido Socialista Centroamericano (PSOCA)

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