Por Anastasio Sánchez
Desde la invasión española los pueblos originarios de cuzcátan ahora El Salvador han sido explotados y oprimidos, y esta situación ha continuado a lo largo de la historia. Como pueblos originarios se ha sido víctima de las políticas del Estado salvadoreño; como ejemplos se pueden citar los decretos legislativos mediante los cuales fueron robadas por las clases dominantes cafetaleras las pocas tierras que quedaban en el siglo XIX a los pueblos originarios.
Solo a manera de ejemplo también se puede mencionar el genocidio cometido por el general Maximiliano Hernández Martínez en 1932, quien lo justificó con el pretexto de combatir al comunismo, cuando en realidad fueron las condiciones de opresión y represión las que hicieron que las personas se rebelaran. Después de dicho genocidio las personas originarias fueron obligadas a negar su identidad, incluyendo el negarles el uso de su idioma. Después de muchos años, se inicia un proceso de rescate de la identidad como pueblos originarios; parte de ello es el rescate del idioma nahuat, en lo cual se han dado avances.
Hablar nahuat no es delito
Recientemente el Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales (CSIS), sabrán ellos con que objetivos, publicaron un informe en el cual señalan “…. que la estructura criminal de la MS-13 está enviando miembros para estudiar el náhuatl y otras lenguas indígenas regionales casi extintas, la mayoría de esas lenguas con menos de cien hablantes nativos". El propósito que persigue la estructura criminal, según el informe, no es lograr fluidez en el manejo de esas lenguas, sino aprender el suficiente vocabulario para, a partir de eso, desarrollar un código indescifrable para ser usado entre la misma estructura. La gran ventaja que ven los pandilleros de la MS-13 en lo anterior es que solo un puñado de personas en pocas comunidades indígenas hablan esas lenguas, por lo que las probabilidades de que ese futuro código sea descifrado por parte de autoridades y otros extraños al grupo son escasas...” ( http://www.elsalvador.com).
Lo anterior fue reconfirmado por el general Munguía Payes, actual ministro de Seguridad y Justicia quien afirmó "Es cierto que nosotros detectamos en algún momento que algunos miembros de maras estaban estudiando náhuatl como para tener una forma de comunicarse y no ser detectados. Pero eso no es de todas las maras, es un grupito pequeño…" señalando a la vez de "impreciso, especulativo y cargado de ciencia ficción" el informe publicado ayer por El Diario de Hoy sobre un estudio realizado por el investigador estadounidense Douglas Farah, quien señala que las pandillas salvadoreñas están aprendiendo náhuatl para crear un código indescifrable y que reciben entrenamiento tipo militar en el cerro Guazapa” (EDH. 5/3/2013). La CSIS, pareciera estar en desacuerdo con la tregua entre las maras y las pandillas, y buscar vincular cualquier elemento que deslegitime dicho proceso.
Repudio al informe de la CSIS
Organizaciones de pueblos originarios y académicos han rechazado dicho informe. Al respecto, Pedro Escalante, director de la Academia Salvadoreña de la Historia, declaró "Para mí eso es una vergüenza. Es insultante que utilicen así el náhuat", de igual manera lo señalo Julio Martínez director de la carrera de antropología de la Universidad Tecnológica quien manifestó "Me parece extraño que hablan del náhuat como un código indescifrable. Me parece amarillista y fantasioso usar ese tema. El investigador no está informado" (EDH. 6/3/2013).
Desde el Partido Socialista Centroamericano (PSOCA), repudiamos el informe presentando por Douglas Farah, debido a que atenta contra el proceso de rescate de identidad de los pueblos originarios y al rescate del idioma nahuat. A la vez está propagando temor hacia las personas que busquen aprenderlo y practicarlo, tal como sucedió durante la dictadura militar del General Maximiliano Hernández Martínez, en donde todo aquel que lo hablaba era tildado de comunista y se exponía a ser asesinado.
Desde el PSOCA llamamos a todas las personas y organizaciones de pueblos originarios a no dejarnos atemorizar por este tipo de informe, a continuar con el proceso de rescate de nuestra identidad como pueblos originarios y a proseguir la lucha contra el sistema capitalista.