Por Alberto Castro.

2015 cerró con una cifra de 6,640 homicidios dejando una tasa de 104 homicidios por cada 100,000 habitantes. La violencia ha sido el mayor problema que ha tenido que afrontar el gobierno de Sánchez Ceren. Las políticas de seguridad del plan “El Salvador Seguro” ha generado altos costos económicos, los cuales han sido por vía de ajustes, recortes e impuestos, todos cargados sobre los bolsillos de los trabadores y sectores populares. Esta situación de violencia imparable y alto costo de la vida ha desgastado al gobierno del FMLN.

En el primer mes del 2016 el promedio de 24 muertes violentas por día, no varía nada en relación al promedio mensual del año pasado. Mientras tanto los “cuerpos de paz” de Estados Unidos se retiran del país bajo el argumento de la inseguridad. Por otro lado, las principales fuerzas políticas del régimen bipartidista continúan enfrascadas en pleitos por cuotas de poder.

La retirada de los “cuerpos de paz”

El programa de los Cuerpos de Paz empezó a funcionar en el país en 1962. El pasado lunes 11, la embajada norteamericana informó a través de un comunicado que decidió retirar del país a todos los voluntarios de Cuerpos de Paz y suspender el programa por el clima de inseguridad. Tal resolución se toma a menos de dos semanas de que haya finalizado el año más violento de los últimos 15 años. De acuerdo a la embajadora Aponte el retiro no es definitivo: "La oficina central en Estados Unidos hizo una decisión basada en la situación de seguridad que hay en el país, y decidió suspender el programa temporalmente, en un futuro se va a volver evaluar y si la situación y si se mejora los Cuerpos de Paz volverán. Los cuerpos de Paz han salido del país anteriormente y han regresado, no es una situación permanente".

Este retiro de los Cuerpos de Paz es una presión más del gobierno de Estados Unidos sobre el gobierno del FMLM, para obligarlo a alinearse a favor de su política en Centroamérica.

ARENA pone fin a la mesa interpatidaria

ARENA se retiró de la interpartidiaria aprovechando las declaraciones vertidas en el primer congreso del FMLN. Este es un clásico mecanismo de presión para lograr algunas aprobaciones legislativas. Aquel consenso de los dos pilares del bipartidismo se rompió con la salida de ARENA, que asegura no va a regresar a la mesa de negociaciones pero es lo que más ansía.

El presidente Sanchez Ceren, en el marco de la conmemoración del 24 aniversario de la firma de los Acuerdos de Paz, instó a ARENA para que regrese a la mesa interpartidaria: “Llamo nuevamente al partido ARENA a volver a esta plataforma de diálogo”. Velado le respondió: ’’Al Presidente lo que le respondemos es que estamos total y absolutamente de acuerdo con el diálogo, pero le proponemos que se lleve en una mesa de acuerdos en la cual logremos llegar a consensos de país, y una mesa de visión de nación, ahí probablemente necesitamos gente con una visión de país como en el pasado’’.

Confrontación verbal y negociación real

El gobierno del FMLN se ha desgastado, al aplicar programas de ajuste capitalista y no solucionar los principales problemas, como desempleo, carestía de la vida y la violencia. Por ello utiliza la confrontación verbal con ARENA, aplicando un giro en el discurso político, con disfraz de socialista para evitar la dispersión de su base electoral.

La interpartidaria de Ataco es una negociación secreta entre cúpulas de los dos pilares del bipartidismo. Es la esencia de la antidemocracia, todo lo negocian a espaldas del pueblo.

Los cambios en el gabinete de Seguridad

Las presiones del imperialismo norteamericano han dado resultados. El presidente Sanchez Ceren hizo cambios en el gabinete de seguridad, nombrando a Mauricio Ramírez Landaverde como nuevo ministro de seguridad, en sustitución de Benito Lara. Y en la conducción de la Policía Nacional Civil (PNC) nombra a Howard Coto, en sustitución de Ramírez Landaverde. Ambos funcionarios representan a la oficialidad que ha sido formada y educada por Estados Unidos.

Estos cambios no son formales, sino que representan un endurecimiento de los planes represivos contra las maras y pandillas, un fenómeno que refleja la descomposición social de El Salvador. Todo indica que, para sostener en el poder, el FMLN ha decidido aniquilar a las pandillas que no quieran entrar dentro de los marcos del nuevo plan de seguridad. El aumento en los índices de violencia refleja que en el último periodo el gobierno ha utilizado el aniquilamiento selectivo de la jefatura de las maras, algo que se intensificara en el próximo periodo, y que conducirá a grandes confrontaciones que no aseguran la terminación de la violencia.

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